Diversas investigaciones científicas en el Sur de California muestran una sección de la falla de San Andrés, que permanece en quietud sísmica desde 1857, lo que hace inevitable que genere un terremoto de grandes dimensiones. Considerada una de las fallas más peligrosas, debido a su longitud, de aproximadamente 1.287 km; San Andrés no sólo detonaría un gran movimiento telúrico; geólogos e investigadores aseguran que es capaz de emitir un sismo con tan elevado nivel de energía destructora, que podría recorrer grandes distancias.
Este potencial terremoto, que según expertos pudiera ocurrir en cualquier momento, ha sido un fuerte tema de debate entre científicos. Según la sismóloga Lucy Jones, del Servicio Geológico de Estados Unidos, es muy posible que este segmento de 120 km, de la falla más famosa de América, se encuentre listo para estallar en cualquier momento, “Este escenario daría lugar a un sismo de magnitud aproximada de 8.1 grados Richter, mi preocupación es que vamos a obtener una serie de grandes terremotos retroalimentados ante el rezago que tiene la falla”.
Numerosos terremotos han sido consecuencia de San Andrés. El último “Big One” provocado por esta falla gigante en el sur de California, tuvo lugar en 1857, cuando un fuerte sismo de magnitud estimada en 7.9 grados Richter, sacudió los condados de Monterey y San Bernardino, comenzó más al norte, en Parkfield, Condado de Monterey, y corrió hacia el Sur desplazándose cerca de 200 millas a través de Fort Tejon, cerca del del actual Condado de Los Ángeles, luego al Este, por San Bernardino hacia el paso de El Cajon, y se detuvo cerca de lo que hoy es la autopista 15, a escasas 10 millas (16 km) del internacional puerto de San Diego, frontera con Tijuana
“El temblor fue cuando la zona estaba poco poblada, sólo 4 mil personas vivían en Los Ángeles en aquel momento, fue tan potente que el suelo presentó licuefacción, causando el hundimiento de algunos edificios, casas y árboles en un temblor que duró uno a dos minutos”, afirma la investigadora Lucy Jones.
Ahora, ciento cincuenta y tres años después, la ruptura corre a través de Carrizo Plain, 100 millas al noroeste de Los Ángeles, una de las ciudades estadounidenses con mayor número de habitantes. Ahora, con suficiente energía acumulada, San Andrés es capaz de un terremoto de magnitud mayor a 8 grados que podría desplazarse 340 millas, unos 545 kilómetros, desde el Condado de Monterey, pasar por el Condado de San Bernardino, atravesar Palm Springs y otras ciudades hasta llegar al Mar de Salton y conectarse con una de sus ramificaciones: la falla Imperial, que cruza la frontera desde el Condado Imperial hasta adentrarse en la zona este de Mexicali.
Los límites del segmento sur de la falla de San Andrés, comienzan al norte en la localidad de Parkfield, en el Condado de Monterey, y terminan al sur en el Mar Salton a 40 km de Mexicali. Los investigadores del Servicio Geológico Estadounidense USGS, consideran que en la falla de San Andrés, desde el siglo pasado no ha producido actividad, se mantiene en falsa quietud, lleva acumulado energía durante siglo y medio y en una violenta sacudida, un temblor superior a los 7.5 grados sería devastador, ya que podría provocar unas mil 800 muertes, en el USGS calculan hasta 50,000 heridos, y pérdidas por unos 213 mil millones de dólares, principalmente en la frontera sur de California.
El más fuerte sismo de este 2010, tuvo lugar el 4 de abril, fue de 7,2 grados en escala de Richter con epicentro en el sistema de fallas de Laguna Salada, en la Sierra El Mayor- Cucaá, aproximadamente a 26 km de Mexicali, tuvo cuatro replicas importantes, tres el mismo día con magnitudes 5,3, 5,1 y 5,7 grados y y otro con intensidad de 5,5 grados el día 8 de Abril. Aunado a lo anterior el enlace fue muy fuerte y hasta el mes de septiembre del 2010, se han registrado más de 14 ,300 réplicas del sismo.
El saldo del sismo fue de 4 muertos, aproximadamente 233 heridos y las pérdidas materiales conservadoramente ascienden a 7 mil 581 millones de pesos. Los daños se distribuyen en infraestructura Estatal, carreteras destrozadas, 3 mil 840 viviendas para ser reparadas, reconstruidas o reubicadas, deterioros en 142 edificios escolares, 57 mil hectáreas de cultivos inhabilitadas, en el área de salud se contempla el Hospital General y 17 unidades médicas dañadas, 32 puentes colapsados y el sistema hidráulico que corresponde a la red mayor, red menor, pozos y drenes, quedó destruido.
Además de provocar severos daños estructurales, este sismo movió de lugar las ciudades fronterizas de ambas Californias: Mexicali y su Valle, por el lado mexicano; y por el lado norte de la frontera, Caléxico, El Centro, Heber, Imperial y Brawley, pertenecientes al Condado Imperial.
Roberto Cuevas, arquitecto y perito en siniestros de la National Fire Protection Association (NFPA) de San Diego, California, corporación internacional que trabaja en conjunto con Protección Civil de Baja California, da los detalles: “El domingo 04 de abril a las 15 horas con 40 minutos, tiempo local con su epicentro a 26 km al Sur-Sureste de la ciudad de Mexicali, B.C., el terremoto de 7.2 grados Richter, registró la duración de un minuto y medio, los primeros 60 segundos con movimiento oscilatorio u horizontal, y los restantes 30 segundos de movimiento trepidatorio, es decir, vertical; los datos revelan que este poderoso sismo modificó la ubicación de la zona de Calexico, California, hacia el sur y hacia abajo por una distancia de 80 centímetros (31 pulgadas).
Investigadores geodestas y sismólogos del sur de California, prevén un escenario en el cual se pudiera registrar un terremoto mayor de magnitud 7 en escala Ritchter, organizando un ejercicio que se lleva a cabo desde el año 2008 en el estado de California; esta vez, el 21 de octubre de 2010, el 10-21, a las 10:21, será cuando se lleve a cabo un mega simulacro de sismo con la participación aproximada de 5 millones de personas: ejército, bomberos, médicos, cuerpos de emergencia, dependencias públicas, grupos de rescate, civiles, autoridades, escuelas, oficinas y empresas.
Como parte de la organización del mega simulacro, alrededor de 300 científicos, ingenieros y economistas presentaron un mapa de lo que sería un escenario de desastre, si el epicentro ocurriera en el área de Salton Sea, pues la amenaza es más grande en esta región. En caso de ocurrir ese movimiento, además del segmento sur, se sacudiría parte del norte y oeste de la falla de San Andrés y dejaría a Los Ángeles sin suministro de agua, luz y sin vías de comunicación.
Este operativo preventivo sirve para educar a una región en donde viven y trabajan más de 22 millones de personas, recordando el sismo de Northdridge, el más severo que se ha registrado recientemente en el sur de California, en 1994, con una intensidad de 6.7 grados en escala de Richter, que causó 57 muertos y pérdidas millonarias.
Existe el registro de algunos sismos de considerable magnitud; el sismo de San Francisco, en 1906, de magnitud 7.8; o el terremoto de Loma Prieta de 1989, cerca de Santa Cruz, California, que tuvo magnitud 7.2 y en 1940, un temblor de 6.7 grados Richter en El Centro, California. Los anteriores reacomodos relativos ocurrieron en 1892, 1899, 1915, 1927, 1933, 1940, 1971, 1979, 1983, 1987, 1991, 1992, 1994, 1999, 2003 y 2005. Todos con movimientos de entre 4.7 y 7.8 en la escala de Richter.
En Mexicali, el pasado 4 de abril ocurrió el sismo más intenso sin precedentes durante más de un siglo. El terremoto de 7.2, que se sintió además en California y en Arizona, fue seguido de miles de réplicas que fluctuaron entre los 3 y los 5 grados durante casi seis meses, que se sintieron tanto en México como en EU. Este movimiento, llamado Sismo de Domingo de Pascua, ha sido el de mayor magnitud, desde 1992, fecha en que se registró un terremoto de 7.3 grados en Landers, California, de acuerdo con Lucy Jones, del Laboratorio Sismológico Caltech.
“A pesar de las medidas preventivas y construcciones antisísmicas se tuvieron fuertes daños estructurales por el terremoto del 4 de abril en el Condado Imperial de California, se estiman los costos en más de 200 millones de dólares. Se tiene un daño significativo en el servicio de agua y alcantarillado en las dos mayores ciudades del condado Imperial, El Centro y Caléxico. En El Centro, se estiman las afectaciones en más de 42 millones de dólares donde se incluyen hogares, escuelas, el sistema de tratamiento de aguas, y casi decenas de negocios comerciales que tuvieron que cerrar en la zona. El hospital de El Centro tuvo daños por 37 millones de dólares”, afirma la investigadora de Caltech.
Según sus estimaciones, los daños a los edificios del gobierno del condado Imperial son de hasta 20 millones de dólares. Respecto a Caléxico se afectaron más de 800 viviendas, y al menos 110 casas móviles fueron desplazadas de sus bases, tres escuelas sufrieron un daño considerado en 15 millones de dólares y se estiman gastos de rehabilitación por lo menos de $120 millones de dólares.
Durante los últimos 320 años, San Andrés y su principal ramificación, la falla de San Jacinto, no han tenido una separación considerable, según el Servicio Geológico USGS, el siguiente reacomodo podría afectar desde Los Ángeles en California hasta Phoenix en Arizona. “Una vez que haya un sismo, un movimiento grande, es más probable que se mueva hacia abajo a lo largo de la falla, ha construido tanta tensión durante tanto tiempo, que si la ruptura se da con un gran impulso, es probable que ahora no haya ningún freno en su movimiento hacia el sur.” Advierte la sismóloga Lucy Jones, del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Ante ese peligro, un equipo de científicos del Laboratorio de Propulsión (Jet Propulsion Laboratory JPL) de la NASA, en Pasadena California, analizan la zona de San Andrés, con una nueva tecnología que pudiera prevenir sobre movimientos telúricos peligrosos. Guiados por GPS, se montó en un avión un radar extremadamente preciso, el Vehículo Aéreo Radar de Apertura Sintética (UAVSAR) para medir la deformación de la superficie a causa del sismo, es una técnica que detecta cambios mínimos en la distancia entre la aeronave y el suelo. El radar vuela a una altitud de 12,5 kilómetros (41.000 pies) en un avión Gulfstream III de Dryden, del Centro de Investigación de Vuelo, de la NASA en Edwards, California.
Desde septiembre pasado comenzaron a sobrevolar la falla geológica con el programa UAVSAR para aplicar tecnologías basadas en el espacio, el aumento de la tensión a lo largo de fallas, con imágenes precisas de elevaciones y deformaciones en la geografía del área de San Andrés; hasta ahora, llevan plasmados en mapas la captura de los desplazamientos de tierra de los grandes terremotos registrados en la zona, con técnicas basadas en tierra y complejos modelos computarizados para avanzar en la comprensión de los terremotos y los procesos de sismos. Los mapas resultantes se denominan interferogramas.
Además, con los datos del Sismo de Pascua, el 7.2 en escala de Richter, que afectó ambos lados de la frontera, se están integrando en QuakeSim del Laboratorio de Propulsión JPL, avanzados modelos informáticos para prevención ante predicciones símicas al comprender mejor los sistemas de fallas, los impactos y el potencial de ruptura de fallas cercanas y el riesgo relativo de la Fallas de San Andrés, Elsinore y San Jacinto.
Sistema de fallas de San Andrés, ausencia peligrosa
Yuri Fialko, del Instituto Scripps de Oceanografía, Universidad de California en San Diego, es un científico que ha estudiado muchos aspectos de la Falla de San Andrés y ha elaborado un nuevo diagrama del potencial sísmico de la sección sur de la Falla, en una área densamente poblada. Su investigación demuestra que ésta falla se ha sometido a un nivel de esfuerzo suficiente para el siguiente “gran sismo” (Big one), de magnitud ocho o mayor y el riesgo de un inevitable y enorme sismo en esta región puede estar avanzando más rápido de lo que se analiza.
Aunque los sismólogos no han podido predecir cuándo ocurrirá un gran terremoto en la región sur de la Falla de San Andrés, intuyen que tan próximo está. Esta falla en promedio cada 180 años estalla con un terremoto de 7.5 a 8° grados. Yuri Fialko realizó el análisis de diversas fuentes de datos que ayudan a describir los movimientos de San Andrés. Los resultados muestran que la sección sur de la falla ya sobrepasó su periodo intersísmico, o ciclo de actividad sísmica. Una gran ausencia que se vuelve intensamente peligrosa.
El estudio, producto de años de investigación de campo en el área llamada Carrizo, ubicada al Sureste de California, demuestra que los temblores a lo largo de la Falla de San Andrés han ocurrido con mayor frecuencia de lo que se creía. Durante años, los científicos han dicho que los grandes terremotos ocurren cada 250 a 450 años a lo largo de la falla, sin embargo, el nuevo estudio encontró grandes sismos en la falla cada 88 años, en promedio.
“Toda esta información sugiere que la falla San Andrés está lista para el siguiente gran terremoto, pero no se sabe cuándo se desencadenará. Puede ser mañana o antes de diez años, el riesgo es a partir de ahora. Un evento así sería percibido en gran parte del Sur de California, incluyendo a las ciudades densamente pobladas de San Diego y Los Ángeles, San Bernardino, Valle de Coachella y Salton Sea”, asegura el investigador Fialko.
Para avalar esta nueva conclusión, los científicos del Centro de Terremotos del Sur de California cavaron grandes zanjas en la llanura de Carrizo y usaron una avanzada tecnología que combina la extracción de datos por carbono y la visualización de datos geográficos, con un equipo llamado Lidar, para buscar indicios de movimientos de la tierra. Con esta tecnología se logró hasta identificar terremotos ocurridos en el siglo 15, creando un registro más completo.
El sistema de fallas de San Andrés, con desplazamiento derecho entre la Placa Norteamericana y la Placa del Pacífico, es famosa por producir grandes y devastadores terremotos, tiene una longitud de aproximadamente un mil 287 km, nace en la zona de Eureka en California, se desplaza a lo largo de California, Estados Unidos y se extiende a Baja California, está compuesto de numerosas fallas o segmentos que son más notorios en el sur de California, donde se ramifica en las fallas de San Jacinto y Elsinore; de lado mexicano se conecta con las fallas Imperial y Cerro Prieto.
El sistema de fallas de San Andrés continúa conectada con la Falla Indiviso y la falla de Cerro Prieto, hasta cruzar la frontera, desemboca en el Valle de Mexicali y penetra en el Golfo de California hacia el sur, hasta alcanzar el Océano Pacífico. Es ahí donde la placa del Pacífico se desliza lentamente hacia el noroeste a lo largo de la placa continental de América del Norte. Por ello la advertencia científica de que, en los próximos 50.000 años, la Península de Baja California se separará del continente y se convertirá en una isla.
Esta fricción ha sido causa de terremotos como el que sacudió este 21 de octubre la península de Baja California con una magnitud de 6.9 grados, el sismo se registró a las 11:53, se ubicó a 10 kilómetros de profundidad en el mar de Cortés. Su epicentro se situó a 140 km al noreste de la ciudad de La Paz, frente a la región de Guasave y Los Mochis, cerca de Culiacán, Sinaloa, y en medio del Golfo de California que separa la península del resto del país.
“Esa ha sido la historia de Baja California a lo largo de más de 12 millones de años, así es como se está abriendo la península, a través de la rupturas que producen invasiones del agua del golfo, en un momento dado la bocana estaba a la altura de san Felipe, incluso hace poco más de dos millones de años estaba a la altura de los Cabos, Baja California poco a poco se ha ido desprendiendo del macizo rocoso continental, de allá de Sinaloa, Sonora y a producir lo que ahorita conocemos como Golfo de California y eventualmente, Salton Sea que también está en el Condado Imperial, al norte de Mexicali, formará parte del Golfo de California y eso podrá ocurrir en los próximos cientos de miles de años, pero eso será Historia Geológica”. Indica Víctor Wong Ortega, jefe de Sismología en el Centro de Investigación Científica y de Estudio Superiores de Ensenada, CICESE.
Es importante mencionar que esta actividad sísmica inició durante los tres días previos al sismo, al registrarse cuatro movimientos entre rangos de 4 y 5.9 grados en escala de Richter, Minutos antes del sismo se había registrado otro temblor de magnitud 5.8 y unos 45 minutos más tarde, hubo una réplica de magnitud 6.0.
Estos sismos presentan características atípicas, pues su zona de ruptura es perpendicular al sistema de desplazamiento de la falla San Andrés, según establece el doctor Juan Espinosa Luna, responsable de la Red Sísmica Sinaloense, la información que detalla el Centro de Ciencias de Sinaloa afirma que estos eventos se generaron en una zona donde no se había tenido registro alguno en el historial de sismos: en el sistema de falla principal de San Andrés.
Eso originó que acudieran al Centro Sismológico Nacional, donde se analizan estas características para determinar las causas de estos sismos, no hubo reportes de las autoridades de los estados de Baja California, Baja California Sur y Sinaloa sobre heridos ni daños personales materiales. Sin embargo, Autoridades en México y del USGS alertaron sobre el riesgo de un tsunami localizado en el área. “Hemos emitido un alerta de tsunami porque existe un riesgo muy elevado que eso pueda ocurrir”, dijo Alfredo Escobedo, director de Protección Civil de Baja California.
En el Valle denominado Mexicali-Imperial han ocurrido sismos de gran relevancia por su magnitud y efectos en las últimas décadas. Todos ellos en su momento, han causado daños materiales de consideración en la región de su epicentro.
El primer sismo cercano al Municipio de Mexicali, que fue registrado localmente con instrumentación sismológica para su aprovechamiento en el noreste de Baja California, ocurrió el 18 de Mayo de 1949, cuando gran parte de la depresión Salton, ubicada en la región sureste del Sistema de Fallas San Andrés, fue sacudida por varios movimientos telúricos, al mayor de ellos se le estima una magnitud de 7.0° Richter.
Con este sismo se produjo una ruptura del terreno por más de 60 kilómetros de longitud, este rasgo geológico se denomina Falla Imperial y se dividió a partes iguales por la línea internacional que separa al Valle Imperial, en California, del Valle de Mexicali, ubicado en suelo mexicano. Juntos forman parte de una provincia sedimentaria conocida como la cuenca de Salton Sea.
Han transcurrido ya más de 50 años, y ahora existen varias ciudades importantes ubicadas en la proximidad de la Falla Imperial, la población de la ciudad de Mexicali y su Valle, ya cercana al millón de habitantes, (895,277 habitantes, según estimaciones de CONEPO 2008), es 20 veces la población que en 1940. Los mayores sismos ocurridos han sido históricos y los registros se vuelven instrumentos de investigación científica en la materia.
Sobre la Falla de San Jacinto, una rama menos conocida del sistema de San Andrés, el análisis del investigador Yuri Fialko revela sobre esta falla, que atraviesa las ciudades densamente pobladas de San Bernardino, Riverside y Borrego Springs, “San Jacinto se está moviendo al doble de la velocidad estimada en estudios anteriores, mantiene esfuerzos acumulados y por tanto, su propensión a causar terremotos aumenta de modo notable, mientras que la Falla de San Andrés tiene altas probabilidades de generar un gran temblor de magnitud 8 o superior, la Falla de San Jacinto también tiene enormes probabilidades de provocar un terremoto, en su caso de magnitud 7, que, si bien sería de intensidad menor, se observa como potencialmente catastrófico”, afirma.
La Falla Brawley, afecta a las ciudades más cercanas: Brawley e Imperial California, además de Mexicali, su recurrencia de ruptura depende en gran parte de la actividad geológica que se desarrolle en el área de la Falla de Imperial. Magnitud aproximada entre 5º – 6.5º Richter, por si sola; pero puede generar un movimiento de mayor intensidad en conjunto con la Falla de Imperial, como el sismo de 6.7° del 15 de Octubre de 1979.
Falla Imperial: es de tipo lineal recta, con longitud de 69 km., Ciudades cercanas: Brawley, Imperial, El Centro y Caléxico, además de Mexicali, B.C. Ruptura superficial más reciente: el 15 de Octubre de 1979, con magnitud de 6.7° grados; 39 años antes, el 18 de Mayo de 1940, registró un sismo de magnitud 6.9° grados Richter. Investigadores del Cicese aseguran que podría registrar un temblor entre 6 y 6.7° Richter, similar a la ruptura de 1979. Sismos de intensidad como ese, pueden ocurrir entre 30 a 40 años, mientras que los movimientos de intensidad como el de 1940, ocurren cada 400 años.
La Falla Cerro Prieto es de tipo lineal-recta con longitud de 115 km. Comunidades cercanas: Cerro Prieto, Estación Delta, y diversos poblados del Valle de Mexicali, B.C. Su ruptura superficial más reciente fue en 1934, sobre la parte sur del Valle, es difícil determinar su trazo en la zona del Delta del Rio Colorado. Con rango de deslizamiento indeterminado, la magnitud aproximada de sus sismos puede alcanzar los 6.5° y 7.5° grados Richter
El Sistema de Fallas Laguna Salada: es oblicua con deslizamiento lateral derecha, con longitud aproximada de 70 km. Comunidades cercanas: Colonia Progreso, poblados del Valle de Mexicali, B.C. Su ruptura superficial más reciente, el 4 de abril de 2010, al empujar la ruptura de la nueva Falla Cucapá-El Mayor y Pescaderos, con longitud de 120 km, que a su vez detonó las nuevas fallas Indiviso (que desemboca en el Golfo de California) y Yuha, ésta del lado americano. La falla Laguna Salada registró otro sismo histórico el 23 de Febrero de 1892, de magnitud 7° Richter. Su promedio de movimientos es de 6.5° a 7.5° Richter.
El Servicio Geológico de California llamó Falla de Yuha a la nueva falla geológica en la frontera con México, consecuencia del sismo de 7.2 grados Richter del pasado 4 de abril. mide unos seis kilómetros de extensión, está ubicada en el desierto de Yuha en la región fronteriza de Ocotillo, en el Valle Imperial, a ocho kilómetros al norte de la frontera con México y a unos 140 kilómetros al este de San Diego, California.
“Con la información que nos dio en abril el sismo 7.2, de la región que tradicionalmente hemos monitoreado desde 1980, con aquel temblor de 6.4 que ocurrió en la falla de Cerro Prieto, el sismo Victoria, y en 1979, el de 6.7 de la Falla de Imperial, se ha demostrado que los sistemas de fallas están bastante activos y son capaces de generar sismos grandes”. Señala el director de Sismología del Centro de Investigación Científica y de Estudios Superiores de Ensenada (CICESE), Víctor Wong Ortega.
“El grande o Big One, como le llaman los americanos, se daría precisamente en la región extremo sur de la Falla de San Andrés, que afectaría desde Indio, California hasta el área de Caléxico, y obviamente Mexicali desde luego, es ahí donde, en este momento, la parte científica y técnica debe trabajar junto con los gobiernos para que, de acuerdo a la respuesta del suelo, podamos adaptar los reglamentos de construcción y las formas de construir, porque no podemos evitar un sismo, pero si podemos prepararnos para soportar los efectos de un sismo”.
“Los sismos no matan, lo que mata son las construcciones que realiza el hombre, ahora, ¿Qué esperamos en el futuro? Ya sabemos que esta región es capaz de producir terremotos, la preocupación es dónde va a ocurrir el próximo y cuándo, no sabemos si el epicentro va a ser Cerro Prieto, Borrego o Imperial, nos olvidamos que existen también las fallas San Jacinto y Elsinore, del lado norteamericano, que también son capaces por su extensión, de producir sismos de 7 grados Richter; tal vez no sea de 8 grados como el que se espera de la región sur de San Andrés, pero el sistema regional de fallas está activo para producir otros sismos como el del 4 de abril, sólo no sabemos con certeza cuándo van a ocurrir y en cuál falla, pero lo cierto es que ocurrirán, y ya sabemos la magnitud” advierte el director de Sismologia del Cicese, Víctor Wong Ortega.
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