En el 137 aniversario del natalicio de Zapata, miles de campesinos colmaron el zócalo capitalino. Provenientes de todo el país, exigieron proyectos para el campo, redistribución de los recursos y la renegociación del TLCAN
Es el primer llamado de atención a las autoridades mexicanas para que miren a los campesinos; en el siguiente paso, “vamos a decirles a los que hoy venimos en su representación, y dejamos en sus comunidades, que tendrán que salir de donde estemos: a burro, a caballo, con tractores a exigir”, advirtió Marco Antonio Ortiz Salas, dirigente nacional de la Coalición de Organizaciones Democráticas, Urbanas y Campesinas (CODUC), en la conmemoración 137 del nacimiento del general Emiliano Zapata.
El líder de la CODUC exclamó: “¡Ya basta!, de políticas que sigan favoreciendo a los grandotes [agroempresarios], a los Bimbo, a los Cargill, a los Masecos, Monsanto y Sukarne,… viviendo a costa de nuestro presupuesto, sudor y trabajo”.
Desde las nueve de la mañana habían comenzado a salir de distintos puntos de la Ciudad de México los contingentes del Frente Auténtico del Campo (FAC), conformado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), el Movimiento Social por la Tierra (MST) y la CODUC.
A la una de la tarde, ya en el templete montado a espaldas a la Catedral Metropolitana, comenzó el acto en el que los líderes del FAC dieran lectura a sus demandas y reclamos, pero no habían dejado de entrar los contingentes. Todavía, integrantes de la UNTA marchaban a la altura de la Torre del Caballito, sobre avenida Reforma.
A los campesinos los acompañaron los representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes se encuentran en disputa con el gobierno federal desde que se aprobó la llamada reforma educativa, y en paro de labores desde el 15 de mayo pasado.
En el lugar se presentó el secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), José Calzada Rovirosa. Fue abucheado, pero en su participación ante el micrófono prometió mejoras para el sector que “no le ha fallado al país”.
En casi 3 minutos agradeció a los dirigentes de las organizaciones la convocatoria a más de 120 mil campesinos, “porque nos da la oportunidad de conocer, de viva voz, qué es lo que necesita el campo mexicano para continuar con esta grandeza, que significa nuestro origen”.
El natalicio de Zapata, agregó, “significa abrir las cicatrices de la historia, que nos da el origen como mexicanos. Un hombre que le dio, en buena medida, la identidad social a la lucha armada de nuestra Revolución… sabemos perfectamente bien que el origen de tantas demandas y mensajes, a lo largo y ancho del país, tiene que ver con apoyar a los pequeños y medianos productores, con ayudar a las mujeres y a los jóvenes para que se arraiguen al campo mexicano”.
Mientras manifestaba su solidaridad Ramón Cardona, secretario de la Federación Sindical Mundial, invitado al evento, arribó el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Una rechifla se escuchó entre los presentes.
Del monumento a la Revolución salió el contingente de la CODUC, con campesinos provenientes de Guanajuato, Zacatecas, Estado de México, Sinaloa, Baja California, Zacatecas, y más estados. El avance comenzó con la vanguardia de sus dirigentes y un grupo de mexiquenses que, vestidos de trajes regionales, mostraban algarabía y tradición.
Detrás de ellos, la exigencia de “¡No al despojo!”. Con ellos, Juan Loreto González Arrieta, habitante de Chimalhuacán, Estado de México, quien dice que su gente está “en pie de lucha porque Peña Nieto hizo el decreto 297 en 2014, donde declara que esas tierras las desincorpora del dominio público, sin tomar en cuenta que nosotros somos los dueños, que nuestros antepasados compraron con el gobierno federal”.
En su pecho trae un recibo que comprueba el pago de esas tierras y en la espalda el título donde les fue otorgado un contrato de compra-venta a los que las pagaron. “Tenemos 22 amparos, de los cuales ya se ganaron dos; 170 denuncias ante la Procuraduría General de la República, y están pendientes las inspecciones judiciales; 22 juicios de nulidad, para invalidar los convenios que firmaron algunos de los nuestros a través de la presión y el chantaje”.
Los miles de campesinos vestían de huaraches, sombrero y camisas a cuadros; otros, ataviados con trajes de sus pueblos; mujeres en vestido y mandil, muchos más con cachuchas, playeras y pantalón de mezclilla, que enarbolaban banderas de sus organizaciones.
Ahí, se encontraba Gabriel Ramírez, originario de Ocotlán, Jalisco, e integrante de CIOAC. Él es un productor de maíz al que no le ha ido muy bien en los últimos años, y ha venido a la ciudad a exigir mayores apoyos para los suyos. Él, al igual que sus padres, hermanos, esposa e hijos, viven al día.
Está a expensas del pago de los acaparadores de maíz, quienes, dice, “compran mucho y venden más caro”. También, sujeto a los precios de los insumos y tarifas eléctricas, que “cada año suben; mientras la cosecha se paga igual o a menor precio”.
Para sobrellevar la vida, comenta, “uno tiene que trabajar de peón, con los que tienen más tierra o vacas; por eso, es necesario que ayuden más para el campo, que quiten a los acaparadores y paguen mejor la cosechas porque cada año van para abajo”.
El hombre escuchaba atento el manifiesto que leía Federico Ovalle Vaquera, secretario general de la CIOAC, que en su discurso pronunciaba que, a más de 30 años de vigencia del modelo neoliberal, “es evidente que México atraviesa por uno de sus peores momentos”.
También andaba, entre los miles, Manuel Vaquero Castellanos, originario de Zacatecas. Dice que el campo está muy abandonado porque seguimos con el mismo método de hace 50 años. No hay un avance en la tecnificación, no hay perforaciones de riego. Zacatecas es uno de los estados con poca agua y hay lugares donde no llueve y no hay apoyo del gobierno.
“Pensamos que si se deja de apoyar al campo, todo el país se va a sacar de la alimentación, va a ser más dependiente. Él tiene 68 años y desde chico, dice, ha defendido la lucha por la tierra porque el gobierno no está dispuesto”, comenta.
Al Zócalo también llegaron los maestros, inconformes con las reformas estructurales que se han llevado a cabo en los últimos años. A la voz, Víctor Manuel Zavala Hurtado, secretario general de la sección XVII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), dijo que en la conmemoración del 137 aniversario del natalicio del general Emiliano Zapata, se vive “en medio de una condición social muy alejada de los ideales por los que luchó el caudillo y su ejército de libertadores.
“El pueblo de México enfrenta un régimen de explotación de personas, de saqueo de los recursos naturales, comparables con la época de la Revolución mexicana, por la desmedida ambición de los más ricos y el sometimiento del grupo de gobernantes a intereses de los dueños del dinero.
“El gobierno ha hecho recortes a los presupuestos de educación y del campo, entre otros, que afectan a la población, en general, y en especial a los productores mexicanos y a la educación. Eso, muestra el desprecio de los gobernantes por la tierra y la cultura para todos los mexicanos”, dijo.
Propuestas del Frente Auténtico del Campo a los tres Poderes de la Unión
1. Una nueva relación del Estado y del gobierno con el movimiento campesino, en la que haya: transparencia, eficacia y rendición de cuentas.
2. El establecimiento de un nuevo pacto social, entre gobernantes y gobernados: que le dé viabilidad a México como un país libre, independiente y soberano, cuyo objetivo central sea un Estado y democrático de derechos.
3. Un nuevo pacto rural, que tenga como objetivo central la autosuficiencia y soberanía alimentaria, en el que los hombres y mujeres del campo mexicano sean el sujeto principal del desarrollo rural.
4. Impulsar la autosuficiencia alimentaria y nutricional, prioritariamente sustentada en la producción nacional de los alimentos socialmente necesarios, de calidad, suficientes, para poder cumplir con el mandato constitucional del derecho a la alimentación.
5. La atención y eliminación de grandes desigualdades, el hambre y la pobreza rural; la reducción de la alarmante dependencia alimentaria; la protección a la preservación de los recursos naturales y transformación de las pequeñas unidades productivas, en entes que garanticen la soberanía alimentaria.
6. La protección de la propiedad social de la tierra, ejidos y comunidades, donde la actividad se encuentre enfocada a la producción de alimentos u otras actividades, tendientes a elevar el nivel de vida de sus habitantes.
7. Reorientación del gasto público, que deje el asistencialismo y privilegie a la producción, se transforme el Programa Especial Concurrente del Sector Rural, en una instancia de coordinación de gobiernos y concentración con productores. Por un presupuesto rural creciente, multianual y con metas precisas en su realización, principalmente, en la reducción de la dependencia alimentaria.
8. Un desarrollo regional más equitativo y justo en la distribución del presupuesto hacia diferentes regiones del país y el apoyo hacia zonas más marginadas; es decir, ampliar las Zonas Económicas Especiales, con presupuesto suficiente.
9. Por la eliminación de los subsidios y beneficios a las grandes empresas nacionales, trasnacionales y monopolios, que concentran la producción y comercialización en el mercado, acumulando grandes ganancias, con la especulación de alimentos y su encarecimiento.
10. Por el fomento a la organización rural, la generación de apoyos a la organización productiva, programas de capacitación y asistencia técnica, rescatando el extensionismo rural como práctica del desarrollo rural.
11. Crear la Banca de Desarrollo. Convertir el crédito rural en una verdadera palanca de desarrollo, a partir de la fusión de FIRA, Financiera de Desarrollo Rural y FOCIR.
12. Demandamos la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, donde se garantice la protección de los derechos de los trabajadores rurales, la promoción de la producción campesina y familiar y los recursos naturales de los mexicanos.
13. Impulsar la agricultura y economía familiar, campesina indígena, reconociendo, como lo he hecho el mundo, que esta es la verdadera alternativa de solución al problema alimentario. La agricultura orgánica, la producción sustentable, la economía cooperativa, deben apoyarse dentro de un esquema de agricultura familiar, sin el uso de transgénicos.
14. La reivindicación y el respeto de los derechos y cultura de los pueblos y comunidades indígenas, en defensa de sus territorios culturales que en ellos se encuentran, gravemente dañados por las grandes empresas mineras nacionales y extranjeras. Asimismo, nos pronunciamos por la armonización de la legislación nacional con la declaración de la ONU y los tratados internacionales, en materia de derechos indígenas.
15. Fortalecer el sistema educativo rural, rescatando el sistema de internados desde nivel básico, medio y superior. Y un respaldo total al movimiento magisterial democrático que lucha por derogar la mal llamada reforma educativa.
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