A un año de la siembra de Beatriz Cariño, cosechemos esperanza
A la sociedad civil organizada a nivel nacional e internacional, A todas las mujeres y los hombres de abajo que luchan en sus territorios por una vida digna, Al EZLN, La Otra Campaña y La Zezta Internacional.
Hemos vuelto sobre Ti, Hermana Sobre tus dioses Sobre tu tiempo A veces, con el sabor amargo de la derrota Pero allá donde se mira el horizonte Y las aves despliegan las alas Sobre las alturas Allá tu nombre figura entre los más Los que han silenciado Los que guardan tu memoria como un tesoro Cuando vinieron por Ti Se olvidaron de Nosotros Que ni llevándote al rincón Más íntimo del infierno Tu palabra será borrada Tu corazón olvidado Tu patria abandonada Ante la muerte cotidiana, producto de la violencia de Estado y que está marcando nuestro presente, ante el asesinato de nuestra hermana Bety Cariño, nos hacemos múltiples cuestionamientos que seguirán marcando nuestro camino. En esta confusión que se vive, difícil es encontrar respuestas si no sentimos y compartimos el dolor del otro y de la otra.
Si no vemos y entendemos quién está muriendo y por qué está muriendo, no encontraremos nuevos horizontes y seguiremos preguntando la cifra y los números de esta guerra falsa contra el “crimen organizado”. ¿Hacia dónde caminar con tanta rabia? ¿Hacia dónde gritar con tanto dolor? Preguntas que van retumbando en cada rincón de este país. Pero mientras el tiempo y el desprecio del arriba avancen, abajo se generan nuevas respuestas gracias a los ecos que se intercambian en cada punto cardinal. Respuestas que nos avisan que el camino es abajo y la rabia y la organización deben estar contra el arriba. Los políticos y su aparato estatal son el rostro público de esta guerra. No hay duda que su crisis y el desmoronamiento que se vive ahí, es síndrome de lo que nos pasa aquí abajo. Hoy más que nunca, el discurso y la palabrería de los gobiernos se convierten en algo opuesto a la necesidad de nosotr@s, así sus planes de seguridad y sus estrategias sociales son incompatibles con lo que nosotr@s tejemos a diario, en silencio. Nuestras muertas, nuestros muertos, han dejado claro que en esta guerra abierta contra la población, hay quien gana y quien pierde. Tal vez se podría pensar que ellos ganan al imponer el miedo, pero no es así, ese miedo se está venciendo.
Los daños colaterales no existen: son nuestras hermanas, hermanos, padres, hijos, los que día a día están siendo asesinados; en ciudad Juárez, Oaxaca, Chiapas, Monterrey, Tamaulipas, Morelos, donde el dolor y la rabia, nos llaman a gritar: ¡Estamos hasta la Madre! Nuestro “¡ya basta!” crece y nuestros muertos, nuestras muertas, dejan de ser números para volverse rostro, rostros de la digna rabia. El poder pensó ganar cuando la represión se hizo presente en 2006, en Oaxaca, en Atenco y en Pasta de Conchos… ¡No!, ahora vemos cómo éstos sólo fueron procesos de gran aprendizaje para el pueblo, que cada día se organiza, lucha y resiste para poder construir otras formas de vida y lograr que la solidaridad se manifieste como principio. Del proceso de 2006, nació una propuesta que vio la luz en enero de 2007: el Municipio Autónomo de San Juan Copala, en la región Triqui de Oaxaca. Ahí se fue desarrollando el trabajo de los compañeros triquis ante las diferentes problemáticas que vivían en su territorio. También ahí se hizo presente la solidaridad con el Municipio: Cactus fue partícipe de lo que ahí se generaba y fue conociendo la propuesta de los compañeros. Sin embargo, frente a esa propuesta no se hizo esperar la represión, el asesinato de Teresa y Felícitas (locutoras de la radio comunitaria La voz que rompe el silencio), era un inicio, una muestra de lo que venía. A pesar de los intentos de paz, hacia finales de 2009, el acoso y la represión contra la población de San Juan Copala aumentaron. Para romper el silencio surgió una iniciativa que se llamó Caravana Humanitaria, el 27 de abril de 2010. Partió de Huajuapan de León, con la esperanza de visibilizar la situación tan grave que se vivía en San Juan Copala. Ahora se cumple un año de esta acción donde fueron asesinados Bety Cariño y Jyry Jaakkola. El conflicto en la región triqui no es nuevo, sin embargo los gobiernos estatal y federal nunca garantizaron las condiciones para que se pudieran desarrollar diálogos que permitieran un proceso de paz, buscando sólo administrar el conflicto y mantener intacto su poder.
Por eso propiciaron la estrategia paramilitar, que permite responsabilizar a los habitantes de sus propias muertes. Su política nunca buscó resolver el conflicto, sino controlar a la población. Así lo vemos en Oaxaca, así lo vemos en Chiapas. La caravana humanitaria fue un acto de solidaridad ante la muerte, ante el desprecio por el otro, pero lo que logró, no sólo fue visibilizar el conflicto, sino que además mostró el nivel tan alto de impunidad que padecemos, la ausencia total del estado de derecho que tanto pregonan los gobiernos federal y estatal, y su responsabilidad directa en las muertes que desde el 2009 provocó el cerco paramilitar, incluyendo las de Bety y Jyri. Matar a una luchadora social y a un compañero solidario internacionalista, se convierte en una herramienta para profundizar el miedo a quienes protestan por un mundo con dignidad y justicia. Los malos gobiernos dicen que buscan la paz, pero ya nadie cree, ya nadie quiere seguir escuchando. Sabemos que ellos son los responsables, sabemos que ellos profundizan la impunidad y se esconden tras sus falsos argumentos. Sabemos que junto a los autores materiales de los asesinatos y atropellos, sus órdenes están presentes. ¿Así pueden administrar un conflicto? ¿No tienen vergüenza? Cosecha de la esperanza Ante este panorama, para nosotr@s el horizonte es claro. No hay duda que lo que tenemos que hacer ya se dijo y en esta época de incertidumbre lo estamos escribiendo a diario. Ante el dolor y la rabia, aparecen mujeres como tú que deciden caminar contra el opresor, mujeres que están dispuestas a permanecer protestando fuera de un palacio de gobierno y no tener miedo, porque primero están sus hijos, sus hijas.
Hombres como ese padre poeta que nos llama a trastocar los débiles cimientos de las estructuras que promueven la muerte para seguir operando. Compañer@s que están escribiendo la historia sin quererlo y que nos guían en esta insurrección por la vida, ante ustedes nuestro más profundo respeto y solidaridad. Para ti Pitaya Roja Recordamos, Bety, que nos decías que había que sembrar sueños en donde pudiéramos, que sembráramos semillas de rebeldía y que las esperanzas brotarían como flores. Su cosecha representaba el mañana, la posibilidad de construir nuestro propio camino.
Cosechamos la esperanza, hermana, cosechamos con los pies descalzos para oír el vibrar de tu tierra y así avanzar contra quien nos desprecia y nos humilla. En este ciclo del sol que se cumple este 27 de abril, te decimos con la cabeza en alto, que aquí estamos, que eres raíz de nuestra rebeldía. Que tu muerte no fue en vano y que tu ejemplo da fuerza a tu pueblo ñuu savi y a otr@s a las que tu palabra ha llegado. Como se dijo en tu siembra, no moriste, no te fuiste, no te olvidamos, aquí más que nunca sigues presente. Tus herman@s de lucha, tus compañer@s de vida, tus hij@s te recordamos con el corazón ardiendo, contigo y con nuestr@s muert@s cosechamos la esperanza, fruto para la vida y la historia por venir. Gracias, Bety Cariño; gracias por la enseñanza profunda. Gracias, Bety Cariño; gracias por trotar el mundo rebelde. Gracias, Bety Cariño; gracias por luchar y defender tu pueblo. Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos, Cactus Mixteca oaxaqueña, 2011 Invitación al encuentro político-cultural, a un año de la siembra de Bety Cariño y Jyri Jaakkola: “La cosecha de la esperanza” [en el marco de la Acción Comunitaria-Global por la Justicia y la Dignidad] http://tiempodelospueblos.saltoscuanticos.org/es/node/41
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“Guerra” contra el narcotráfico, guerra de expansión capitalista, dice La descomposición social en México es directamente proporcional al número de muertos en esta “guerra”. A menor integración social, corresponde un mayor número de caídos por esta causa. Esta “guerra”, como todos sabemos, no toca siquiera los pilares del libre mercado. Es decir, haciendo la “guerra”, el Estado asume su papel definido en la biblia del capitalismo: hands out of the market. Ismael Chávez
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La Iniciativa México es sólo una cortina que oculta la incapacidad del gobierno federal para hacerse cargo del país. Y, claro, Televisa aprovecha para ofrecer sus “buenos servicios”, sacar su tajada y seguir dañando a la población con su negocio de información. Víctor Martínez
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El reportaje sobre los cobros del secretario de Agricultura, Francisco Mayorga, en el Programa de Apoyos Directos al Campo, me lleva a hacer una propuesta: la Auditoría Superior de la Federación debe desarrollar un programa de cómputo aplicable a los sistemas informáticos de los estados para el cruce de información relativo a la aplicación de recursos de los diferentes ramos federales. El objetivo: detectar inmediatamente a los funcionarios que ostenten una doble personalidad jurídica (como servidores públicos estatales y/o federales y como beneficiarios de programas de asistencia). Así se daría seguimiento a la correcta aplicación de los recursos fiscales en sus asignaciones a los diferentes capítulos del gasto público. José Luis Avendaño _______________________________________
Es muy cierto lo que dicen acerca del fracaso de la figura del testigo social. Sería el momento de proponer modificaciones regulatorias a la participación y contratación de estas personas en los procesos de licitación y contratación. De lo contrario, seguirá siendo una farsa eso de la “transparencia”. Manuel Bernal Abarca _______________________________________
Don Aurelio Morales, interesantísimo su artículo sobre un tema que ahora estoy formulando. Disculpe, las Ciudades Rurales son la versión mexicana actual de las reservaciones indias en Estados Unidos. Es la novedosa forma que adopta el despojo de los recursos naturales de las comunidades. Creo que esta valiosa revista debe profundizar sobre cómo las Ciudades Rurales, oxímoron actual, sólo empobrecen más a los pobres de Chiapas y serán copiadas en el resto del país por un neoliberalismo saqueador. Rubén Mújica _______________________________________
Muy bueno el artículo de Pablo Moctezuma acerca de los proyectos de Marcelo Ebrard en la ciudad de México. Hay que desenmascarar a los neoliberales de “izquierda” que le hacen el trabajo sucio a la derecha. Jaime Uranga _______________________________________
Muy interesante el reportaje sobre los parquímetros en el Distrito Federal ¿Por qué debemos pagarlos? ¿Cuál es la razón de ser? ¿Para qué usan ese dinero? Los contribuyentes pagamos un sinnúmero de impuestos y todavía debemos pagar por utilizar la calle. Necesitamos hacer cambios urgentes. Óscar Javier Millán C _______________________________________
Agradezco a Contralínea la publicación de la información “dura” de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) en cuanto a las quejas que hemos metido los usuarios. Es muy probable que las quejas de los miembros de la Asamblea Nacional en Defensa del Usuario de Energía Eléctrica (ANDUEE) no estén contabilizadas en el corte que hace la Profeco. Las quejas que hemos interpuesto contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en el caso de la ANDUEE, aluden a varias causas y no únicamente a los cobros indebidos; se trata de que la CFE responda por los daños en aparatos electrodomésticos por variaciones de voltaje. Los usuarios de energía eléctrica no tenemos por qué padecer estas variaciones de voltaje ni suspensiones de luz con una empresa de “clase mundial”, como reza el discurso de Felipe de Jesús. Se trata de que los habitantes de la zona centro de este país no tenemos por qué padecer estragos en nuestra calidad de vida, provocados por el pésimo servicio que presta la CFE. Se trata de quejas que van mucho más allá de las tarifas excesivas en el cobro de luz. Irisela Sánchez Pérez Coordinación Nacional de la Asamblea Nacional en Defensa del Usuario de Energía Eléctrica www.defensadelusuariodeenergiaelectrica.blogspot.com _______________________________________
Conociendo la calidad moral y ética de nuestros políticos, no dudo que este programa de pueblos rurales sea una mala copia de sus pares guatemaltecos, donde, para controlar la guerrilla, inventaron eso de “pueblos modelo”. El verdadero objetivo es controlar a la población, no para que viva mejor. David Mondragón _______________________________________
El colmo de la estupidez, la falta de argumentos y elementos de prueba durante la comparecencia de la representación de la Presidencia de la República. Ésta entrega un escrito firmado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia donde se afirma que la tribu yaqui no existe y, por lo tanto, no tiene validez el juicio por restitución de aguas que promovemos. No existimos porque no hay un peritaje antropológico que así lo afirme. Además, se acude a un catálogo de autoridades y tribus indígenas que tiene el gobierno federal y estatal para validar a las autoridades acreditadas para representar a sus pueblos. Calderón y Padrés [gobernador de Sonora] aseguran que no existimos; ratifican la política genocida y el exterminio de la tribu yaqui. Mientras continúan robando y despojando los recursos naturales, algunos les aplauden o callan sospechosamente. Compañeros, en estos últimos días hemos recibido información que nos mantiene en alerta; les pedimos estén pendientes de lo que pase acá, y si consideran necesario compartir esta información adjunta, lo vamos agradecer mucho. Mario Luna, secretario de la tribu yaqui de Vícam, Sonora. _______________________________________
Es para nosotros, nuestro pueblo, un gran honor el expresar la palabra verdadera, de los hombres verdaderos, de los que somos originarios de estas tierras áridas, donde el sol curte nuestra piel y descansa sobre nuestros hombros, los anhelos de justicia, de la lucha de nuestros ancestros y nuestros mayores. En estos días de celebraciones del nuevo año de nuestro pueblo, donde el sincretismo de la cultura de misioneros y los principales, mayores y temastianes amalgamaron el nacimiento, vida, pasión y muerte del creador, con el concepto de renovación espiritual, que equivale el fin de año e inicio de uno nuevo, con el broto de nuevas hojas, florecimiento de nuestra madre naturaleza, el orkon del medio de las relaciones de nuestra flora y de nuestra fauna. Con base en nuestras facultades, leyes y usos normativos internos, nos permitimos expresar lo siguiente: La región que conforma nuestro territorio tradicional se localiza en el cuadro formado por los paralelos 27o 10” y 27o 50”, latitud Norte y los meridianos 109o 55” y 110 o 36”, longitud Oeste de Greenwich. Según nuestra ascendencia como grupo étnico, se dice que formamos parte de la migración nahua, establecida en el Río Gila en el siglo III y en el siglo V, parte de la migración Tolteca; aunque algunos investigadores dicen que cuando pasó la migración Tolteca, ya nos encontrábamos aquí, en nuestra “Tosa”. Nuestro lenguaje proviene del tronco común yuto-azteca, y nuestra lengua es el cahita. Nuestro nombre proviene del sonido que hacían nuestras aguas cuando bajaban de las montañas, por los zanjones que nuestra madre tierra abrió por nuestras tierras, hiriéndose a sí mismo para sus hijos; así nos llamó u´u jia´me (el que habla fuerte). Nosotros nos consideramos hechos de tierra y agua, de barro, y así cumplimos las profecías de Yaitowi (varón justo y perfecto), otorgándonos el nombre del río que cruza, y ése es el derecho que tenemos a la tierra y el agua, cumpliendo las categorías universales de esencia y fenómeno-tiempo y forma. Tierra y agua, elementos vitales para nuestro pueblo, con el tiempo se convirtieron en un asunto conflictivo entre extraños y yaquis debido a la codicia que despierta su situación geográfica y topográfica. Desde tiempo inmemorial, nuestra tribu yaqui ha defendido su patrimonio, y la guerra ha sido una grave vía y última salida para defender nuestro patrimonio natural desde Aniabalutec en 1593 –quien trazó una raya con el arco y la flecha al conquistador Nuño de Guzmán para advertirle que, si cruzaba esa línea, sería hombre muerto–, Juan Banderas, en 1825; Cajeme y Tetabiate a finales del siglo XIX hasta el alzamiento masivo de 1926-1927, y miles de héroes anónimos nacidos y no nacidos, quienes yacen bajo el manto de piedras, espinas, arcilla y sangre de hermanos. En 1937, 20 años después de la instauración del régimen constitucionalista y después de muchas promesas incumplidas por el gobierno, reinician las exigencias ante el presidente Lázaro Cárdenas para recuperar las tierras y aguas que nos fueron arrebatadas por la acción genocida del gobierno. El común denominador en México desde la guerra de conquista, el periodo de la Independencia-Reforma, fue el enfrentamiento con los blancos, los criollos, al no corresponder a las demandas de nuestro pueblo, el reconocimiento a nuestro territorio, a nuestro gobierno, nuestra forma de gobernarnos y la concepción del universo y la vida. Indudablemente fue una etapa muy crítica para nuestro pueblo. Fue en el periodo de gobierno de Porfirio Díaz cuando el enfrentamiento adquirió carácter de genocidio: al impulsar la política de apropiarse de nuestro patrimonio de origen tierra y agua, al concesionar a extranjeros e inversionistas privados el derecho a la explotación y disfrute de nuestros recursos naturales. Para alcanzar esos objetivos, se impulsó la política de aniquilamiento, destierro, deportación y venta como esclavos. Muchas generaciones de nuestro pueblo truncaron su futuro, se acabó en derramamiento de sangre. El dolor fue la respuesta por defender nuestra nación, donde las fuerzas armadas, los abuelos de los actuales neoliberales mexicanos, llegaron a estrellar niños contra las rocas o arrojarlos al vacío en nuestras montañas. Muchos de nuestros mayores y guerreros participaron en la Revolución Mexicana con Madero, Carranza, Obregón; su esperanza era lograr y hacer realidad el reconocimiento de nuestras tierras y nuestras aguas. Así construimos Sonora, así construimos México, así nos quieren destruir quitándonos nuestro patrimonio. El régimen del dictador Porfirio Díaz entregó nuestras tierras y aguas a empresas estadunidenses para su fraccionamiento y venta a particulares, atrayendo a colonizadores de distintas nacionalidades, despojando así a nuestro pueblo, sumiéndolo en la más espantosa miseria. El presidente Cárdenas contesta el 26 de septiembre del mismo año, y considerando justa la demanda, resolvió restituir a los yaquis 485 mil hectáreas aproximadamente (un tercio de nuestro territorio). Es así que el 22 de octubre de 1940 se publica en el Diario Oficial de la Federación la resolución del presidente de la República por la que se restituye y titula definidamente el territorio de la tribu yaqui de Sonora, quedando claramente definidos los derechos de nuestra tribu a la tierra y el agua, que en sus puntos resolutivos dice: “La comunidad indígena yaqui podrá disponer cada año agrícola hasta la mitad del caudal que se almacenara en la Presa de la Angostura, para fines de riego de sus propias tierras. “Las extracciones deberán corresponder a las necesidades agrícolas de su zona irrigable en la margen derecha del citado Río, independientemente del aprovechamiento de las aguas no controladas en la presa La Angostura. “El derecho que se otorga a la comunidad indígena yaqui de dichas aguas autoriza a los núcleos de poblaciones de la misma comunidad a disponer de las aguas que les corresponden a medida que las tierras de su propiedad que vayan abriendo al cultivo lo requieran.” El decreto presidencial de 1940 reconoce como propiedad del pueblo yaqui la opción Norte del valle del mismo nombre, la Sierra del Bacatete (brazo de la sierra Madre Occidental) y el valle de Agua Caliente. El Río Yaqui, que nace en la sierra Madre Occidental en Chihuahua y se alimenta con numerosos arroyos que se forman en la parte baja de la Sierra, atraviesa el valle para desembocar en el Golfo de California a la mitad del territorio yaqui. Hasta 1950, antes de la construcción de las grandes presas El Oviachic y El novillo, las aguas del Río se desbordaban en verano e invierno, regaban y fertilizaban las tierras de cultivo a lo largo de su cauce, permitiendo el desarrollo de la agricultura y la ganadería, actividades económicas fundamentales de nuestra tribu. Actualmente, el cauce se encuentra seco, ya que sus aguas han sido represadas para alimentar el amplio sistema de irrigación del Valle del Yaqui, que debería sumar al menos 50 mil hectáreas de tierras aptas al cultivo en el territorio de nuestra tribu para satisfacer las necesidades de sobrevivencia de nuestra comunidad indígena. Pero no es así. Lo que ha traído como consecuencia que miles de familias de nuestros hermanos indígenas yaquis se encuentren en una situación de pobreza tal, que somos una de las comunidades más pobres del país. A pesar de que durante 1970-1976 dicha superficie fue desmontada y preparada para su explotación agrícola, en forma por demás ilegal e inmoral el gobierno de la República ordenó la ampliación del distrito del Río Yaqui para desviar agua hacia el Valle del Mayo, abandonándonos a nuestra suerte con la tierra desmontada y lista. Por nuestras tierras, no ha pasado el tiempo. La pobreza y la marginación laceran nuestra comunidad indígena tal como ha sucedido durante más de 500 años a partir de la colonización. La política económica que privilegia el capital sobre la fuerza de trabajo y las acciones de gobierno de los tres niveles en nuestro país, estado y municipio han originado niveles de miseria extrema. A pesar de que Lázaro Cárdenas ordenó, hace más de 70 años, la restitución de la tierra a nuestra tribu y dispuso que se entregara la mitad del agua que se almacena en La Angostura, más las aguas no controladas por dicha presa, dicho ordenamiento no se ha cumplido a cabalidad y sólo se nos sirve menos del 10 por ciento, dejando sin explotar más de 50 mil hectáreas que mucho ayudarían a mejorar los niveles de bienestar de nuestros hermanos indígenas yaquis. Considerando que, en la fecha en que se expidió el decreto de Lázaro Cárdenas, la presa La Angostura era la única presa que existía sobre el cauce del Río Yaqui, las aguas no controladas a que se refiere dicho ordenamiento se embalsan ahora en las presas El Novillo y El Oviachic, lo que nos hace propietarios de la mitad de las aguas de la cuenca. A pesar de todo lo anterior, el actual gobierno de Sonora pretende sustraer y transferir importantes caudales de la cuenca con la proyectada construcción de un acueducto de la presa El Novillo, aguas almacenadas en la cuenca del Río Yaqui, a la cuenca del Río Sonora, con la débil argumentación de que se satisfarán necesidades de agua de Hermosillo. Hemos planteado a Guillermo Padrés Elías, gobernador de Sonora, alternativas: reparación de la red agua potable en Hermosillo, plantas de tratamiento, cultura del agua, rescate de posos explotados por acaparadores, rescate de caudales embalsados ilegalmente sobre el Río Sonora o construir una desalinizadora en el Golfo de California, con lo que se tendría un abasto permanente de agua para las ciudades de Empalme, Guaymas, San Carlos y Hermosillo, sin necesidad de tocar la cuenca y afectar sin remedio la producción de alimentos y todas las actividades económicas y de reproducción biológica que se generan en su entorno. Con el fin de no ser despojados una vez más del agua que nos pertenece, promovimos ante el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 35, con sede en Ciudad Obregón, un juicio agrario de restitución de aguas contra el presidente de la República, el gobernador del Estado, el director General de la Comisión Nacional del Agua y el vocal ejecutivo de la Comisión Estatal del Agua de Sonora, y como tercero interesado, el organismo de usuarios del Distrito de Riego del Río Yaqui por conducto de su representante legal; por el que reclamamos, entre otras prestaciones, el cumplimiento del mandato presidencial por el que se otorga a nuestra tribu la mitad del caudal del Río Yaqui. Solicitamos y el Tribunal nos concedió medida precautoria cautelar urgente: los demandados como el tercero interesado se abstengan de efectuar cualquier acción de hecho o derecho que modifique el estado actual que guarda la cuenca hasta en tanto se resuelva en definitiva el juicio. Acción de restitución de aguas y medida cautelar que haremos valer hasta sus últimas consecuencias para evitar ser despojados por enésima vez de nuestro patrimonio. Anunciamos, una vez más, que aun cuando el empecinamiento, la sordera, el autoritarismo y la soberbia llevaran a su conclusión el acueducto Independencia, nuestro pueblo, en defensa del derecho legítimo que le asiste, jamás permitirá que se le despoje de ni un solo metro cúbico del agua que le pertenece. Para nuestra tribu, la sustracción de agua de la cuenca del Río Yaqui no sólo representa un peligro real de disminución de la escasa superficie en aprovechamiento por virtud de la parcial entrega del agua para nuestras necesidades agrícolas, sino la imposibilidad de dar cumplimiento a lo ordenado por Lázaro Cárdenas: recibir el 50 por ciento del caudal para ampliar la superficie agrícola en beneficio de nuestras familias indígenas y la garantía de flujos de agua que revitalicen nuestro Río. Hemos reiterado al Ejecutivo del estado que la problemática del agua no se resolverá con el reparto voraz con fines de especulación comercial del escaso recurso. De los planteamientos, sólo hemos recibido indiferencia. El 20 y 21 de noviembre de 2010, se llevó a cabo en Vícam, primera cabecera de los ocho pueblos de la tribu yaqui, por convocatoria del Congreso Nacional Indígena, el Primer Foro en Defensa del Agua. Participaron representantes de los pueblos, tribus y naciones purépecha, nahua, wixárika, coca, odham, yaqui, mayo-yoreme, mixteco, triqui, tzotzil y otomí, junto con integrantes de la sociedad civil mexicana y observadores de diversos países de América, Asia y Europa, del que surgió la siguiente declaración: Se reconoce: 1. El agua, nuestra madre y nuestro padre, es el fundamento, junto con la tierra, el calor y el aire, de nuestras vidas y de la existencia de todo lo que se nace y lo que se vive; y, por lo tanto, no es una cosa que se pueda vender y comprar como lo pretende el brutal capitalismo que asesina a la madre tierra. 2. La tierra, el agua y todo lo que en ellas se nace integran los territorios inmemoriales de nuestros pueblos, siendo inseparables entre sí, aun cuando el neoliberalismo, en su afán de ganancias, busca romper la tierra para facilitar la apropiación privada de cada uno de sus elementos, convirtiéndolos en simples mercancías. Por lo tanto, se hizo el siguiente pronunciamiento: Nos oponemos a la construcción del acueducto de la presa el Novillo por parte del gobierno federal, el gobierno del estado y empresarios, como Carlos Slim ?que pretende llevar casi la totalidad de las aguas del Río Yaqui a Hermosillo para favorecer los intereses inmobiliarios, turísticos e industriales?, toda vez que la ejecución de dicho proyecto despojará de sus aguas, sin consulta previa a la tribu yaqui, anulando su autonomía y su derecho histórico sobre la cuenca del Río Yaqui, provocando la destrucción de su territorio y el exterminio definitivo de la tribu, así como la afectación profunda del equilibrio ecológico en el Sur de Sonora y la ruina de los agricultores del Valle del Yaqui. Rechazamos enérgicamente que en la Manifestación de Impacto Ambiental, modalidad regional del proyecto Acueducto Independencia ?que tramita el gobierno del estado por conducto del Fondo de Operación de Obras Sonora ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, bajo un ropaje supuestamente legal y técnico?, se pretenda engañar al pueblo sonorense al decir que la solución al problema del agua en Sonora es repartir la poca que hay, quitándosela a unos para dársela a otros, incurriendo en el grave ocultamiento de que en el Plan Estatal de Desarrollo 2006-2012 de Sonora, de observancia obligatoria para el Ejecutivo del estado, quedó claramente estipulado que, para resolver el problema de escasez de agua en la ciudad, se construiría una planta desalinizadora en la localización que más conviniera para su operación. Pero lo más grave es que se cuiden aspectos de Impacto Ambiental como la conservación de flora y fauna silvestre y se trate con desprecio a las comunidades indígenas que tenemos la necesidad de subsistir con el aprovechamiento de nuestros recursos y se ponga en peligro nuestra sobrevivencia, por lo que lo consideramos éste como un asunto de seguridad para nuestra nación yaqui. Dentro de los aspectos del Impacto Ambiental, es muy importante que se considere que los seres vivos no únicamente son los vegetales y los animales, sino también los seres humanos que cohabitamos y existimos en cualquier medio natural. Por ello, es importante considerar el impacto que tienen obras de esta magnitud, no solamente en el daño directo que causarían en las áreas por donde se construirían, sino los daños que también se causan en nuestra comunidad, porque ésta se localiza directamente aguas debajo de la cuenca donde se pretende construir el acueducto, porque afectaría a grandes sectores y masas sociales y, dentro de ellas, a nuestro pueblo indígena. Es necesario recordar que somos los pueblos indígenas quienes durante miles de años hemos mantenido el equilibrio natural de nuestra madre tierra y hemos obedecido las leyes naturales para mantener el equilibrio y el medio ambiente sano de este planeta. Por eso y más en este oasis de solidaridad, que irriga a todos los rincones del mundo, decimos que el agua ha sido un recurso de dominio público en más de 2 mil años. Cederla a entidades privadas nos parece moralmente incorrecto, como peligrosamente criminal poner a disposición del mercado la molécula, que es patrimonio de la humanidad, en manos de los especuladores de ese mercado que no les preocupan los derechos humanos, no les preocupa el medio ambiente; lo único que les preocupa son las ganancias. Reciban un saludo fraternal y caluroso de los gobernadores yaquis, los pueblos mayores, los pueblos basarios, los capitanes los comandantes, los sargentos, los cabos, los alfereses, los tampareos y la fe incansable de su pueblo, la tropa yoremia. Ahora y siempre. La lucha por la autonomía y la autodeterminación es un principio irrenunciable de la tribu yaqui. ¡Nunca más un México sin nosotros! Pueblo de Vícam, Sonora.
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