Tan sólo en Yucatán, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene registro de 2 mil zonas arqueológicas, entre ellas Chichén Itzá, una de las 16 áreas abiertas al público en la entidad. Edificada en medio de la selva, la ciudad sagrada de la civilización maya sobrevive al paso del tiempo. La acción del hombre y la omisión de las autoridades encargadas de su resguardo y conservación la colocan, al igual que los 2 mil sitios arqueológicos registrados por el INAH en Yucatán, como uno de los casos más graves de devastación arqueológica en el país. Declarada Zona de Monumentos Arqueológicos en 1986, mediante decreto presidencial, Chichén Itzá es el único sitio que cuenta con dicho estatus, el resto está a merced de los especuladores, en absoluto desamparo. De acuerdo con Iván Franco, investigador del Centro INAH Yucatán, el llamado “turismo cultural y arqueológico” –que impulsa el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa en el Programa Nacional de Cultura 2007-2012, el Programa Mundo Maya, y la actual gobernadora Ivonne Ortega– es uno de los sectores más rentables en la economía global actual. El experto plantea que las empresas multinacionales y trasnacionales que invierten en la península están orientadas a la adquisición, compra y despojo de grandes superficies de tierras privadas, comunales, ejidales, con legados naturales, culturales, históricos y arqueológicos, cuyo destino es el desarrollo de proyectos dirigidos al turismo de elite, por sus altos costos. Tal como sucede con Flamingo Lakes Resort, Golf y Country Club Resort, ubicado en Costa Flamingo de Yucatán, a media hora de Mérida, el desarrollo residencial de 900 hectáreas ofrece entre sus atractivos un “área de Conservación” de 340 hectáreas con plantas exóticas, antiguas ruinas y un cenote, campo de golf, academia de tenis, centro ecuestre, gimnasio, spa, alberca y costa: “Una excelente oportunidad en el México de verdad y al bajo costo de vida de la región”, reza la publicidad. También Yucatán Country Club es un desarrollo inmobiliario de 330 hectáreas con campo de golf, que “incorpora a su trazo milenarios vestigios arqueológicos y misteriosos cenotes sagrados de la cultura maya”, según consta en su portal de internet. Franco refiere que un ejemplo de la venta y privatización de recursos naturales y arqueológicos propiedad de la nación en Quintana Roo es el desarrollo del grupo de inversionistas Maya Zama, SA de CV, que construyen un proyecto inmobiliario y de esparcimiento cercano a la zona arqueológica de Tulum. El corporativo inmobiliario conformado por grupo Dicas, de Emilio Díaz Castellanos, y Grupo Plan, del que Roberto Hernández (miembro de los consejos de administración de Citigroup, Televisa y Maseca) es accionista, ofrece entre sus atractivos Tulum y la riqueza natural de la región. Para Franco, la prioridad para el gobierno de Yucatán y el gobierno federal es la incursión de capitales estadunidenses y europeos en el desarrollo del “ecoturismo”, “turismo cultural” o “arqueoturismo”, en los municipios con monumentos arqueológicos como Chichén Itzá, Uxmal y la Ruta Pucc. En junio pasado, en conferencia de prensa, Felipe Calderón anunció el lanzamiento de la iniciativa turística Programa Mundo Maya, cuyo objetivo es “promover los centros turísticos cercanos a zonas arqueológicas” para convertir a México en uno de los cinco destinos turísticos del mundo. El programa incluye Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Chiapas, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador, herederos del legado de la civilización maya. “Vamos a dejar el terreno listo para ser una de las 10 potencias turísticas del país”, dijo la gobernadora Ivonne Ortega, el pasado primero de agosto, en el marco de su cuarto informe de gobierno, y destacó que las acciones para consolidarlo son los conciertos a nivel internacional que se han realizado en Chichén Itzá, además de la conclusión en 2012 del Museo Maya de Mérida y el Palacio de la Civilización Maya, proyectos que han sido cuestionados por expertos.
Iván Franco indica que a partir de la década de 1980 existe una tendencia de compra de grandes extensiones de tierras y sitios en la península. Refiere que en el centro de Mérida, Yucatán, millonarios y jubilados estadunidenses han comprado alrededor de 300 casonas en el Centro Histórico, y el banquero Roberto Hernández ha adquirido 20 exhaciendas henequeneras que hoy son atractivos turísticos, además de que en la localidad de Xul, situada en el municipio de Oxkutzcab, Yucatán, una comunidad de 22 familias ítalo-mexicanas de chefs compraron 819 hectáreas con vestigios arqueológicos. Para Franco, el interés de los capitales extranjeros en la Riviera Maya se finca, además del turismo, en la riqueza que genera el impacto en la zona del meteorito en Chicxulub Puerto, que hace 66 millones de años probablemente extinguió a los dinosaurios y trajo al territorio iridio, metano (elementos altamente comercializables), diamantes, rodio y petróleo. “Están desplazando gente, no es un desplazamiento forzado, sino invisible pero igual de sanguinario, mata lo poco que queda de la cultura maya. Es la concesión que está haciendo el Estado mexicano a las grandes trasnacionales; les da la tierra y se está llevando entre las patas tanto al patrimonio cultural como al natural”, reflexiona Franco.
Fuente: Revista Contralínea 246 / 14 de agosto de 2011
La época del boom petrolero no fue con el expresidente José López Portillo, “su máxima…
Con el propósito de fortalecer la educación media superior, se ampliará el número de espacios…
El 29 de marzo entrarán en vigor las nuevas disposiciones que prohíben la promoción y…
Con el objetivo de fortalecer la educación media superior, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó…
En medio de reclamos y reproches, en la Cámara de Diputados –por mayoría– se aprobó…
Cada año, las temperaturas alcanzan niveles históricos. Los pronósticos advierten que, de continuar con el…
Esta web usa cookies.