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En marcha, golpe de Estado blando contra AMLO: Galindo Ledesma

En marcha, golpe de Estado blando contra AMLO: Galindo Ledesma

El golpe blando contra el presidente López Obrador está en marcha y son las cúpulas empresariales como el CCE y la Coparmex las que lo impulsan, asegura en entrevista la investigadora Magdalena Galindo Ledesma. La estrategia emplea armas psicológicas, económicas, sociales y políticas para desestabilizar el gobierno y sus instituciones, corroer las bases sociales y la credibilidad del primer mandatario. En entrevista, señala que entre los actores principales están el empresario Claudio X González Guajardo y los intelectuales Aguilar Camín y Enrique Krauze

“El golpe blando está en marcha”, en realidad, desde el inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, asegura la economista Magdalena Galindo Ledesma, profesora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social (CACEPS), Galindo Ledesma ha estudiado las fases de lo que el politólogo estadunidense Gene Sharp denomina golpe de Estado blando. Al respecto, dice que éste emplea armas psicológicas, económicas, sociales y políticas en contra del gobierno en turno para desestabilizarlo, corroer las bases sociales y la credibilidad del primer mandatario y sus funcionarios.

La catedrática universitaria considera que desde un principio “fue la burguesía, fundamentalmente, quien se colocó a la vanguardia de esa estrategia. O sea, los grupos empresariales”.

En su análisis, expone que durante los primeros dos años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, PRI, PAN y PRD “estuvieron muy a la retaguardia de esta estrategia del golpe blando, pero ahora, justo por los procesos electorales han recobrado protagonismo y la táctica (en este momento) sería apoderarse del Congreso de la Unión de modo que pudieran avanzar en obstaculizar todas las determinaciones del Ejecutivo”.

Las fases golpistas

El politólogo estadunidense Gene Sharp identifica cinco fases en el llamado golpe de Estado blando:

Primera: se llevan a cabo acciones para generar y promocionar un clima de malestar, como “denuncias de corrupción” y “promoción de intrigas”.

Segunda: se procede a desarrollar intensas campañas en defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.

Tercera: esta fase se centra en la lucha activa por reivindicaciones políticas y sociales y en la promoción de manifestaciones y protestas violentas, que amenacen a las instituciones.

Cuarta: en este punto se llevan a cabo operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de “ingobernabilidad”.

Quinta: la fase final tiene por objeto forzar la renuncia del presidente mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en las calles; paralelamente se va preparando el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país.

Ante estos pasos, la economista Galindo Ledesma identifica a la cúpula empresarial como la estratega principal para asestar este golpe al Ejecutivo. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) – presidido por Carlos Salazar–, la Coparmex [Confederación Patronal de la República Mexicana, a cargo de José Medina Mora Icaza], serían los principales, dice, “pero hay actores secundarios que han estado activos todo el tiempo como el empresario Claudio X González. Hay otros grupos, señala, fundamentalmente ligados a la UNAM, como el del exrector José Narro Robles, “que tiene una relación conflictiva con el PRI, y quien salió del partido porque no lo consideraron para hacerlo presidente del CEN [Comité Ejecutivo Nacional], pero que es de los principales promotores de esta alianza PRI, PAN y PRD”.

Otros, dice, serían los grupos de los llamados intelectuales orgánicos como: el periodista Héctor Aguilar Camín, el historiador Enrique Krauze, el exdiplomático foxista Jorge Castañeda Gutman, etcétera. Hay dos mensajes que son los que intentan colocar en la población, no sólo de los intelectuales sino que en general, dentro de la estrategia del golpe blando, serían: “uno, que López Obrador pretende permanecer en el cargo después de que termine su sexenio y que tiene actitudes dictatoriales. El otro es que no hay respeto a las leyes”.

Ejemplifica, el caso de la Suprema Corte de Justicia donde se acaban de aprobar “cambios fundamentales en el Poder Judicial y eso no se menciona. En cambio, se hace un escándalo, verdaderamente, alrededor de la extensión del periodo del presidente de la Suprema Corte [Arturo Zaldívar Lelo de Larrea]. El PAN ha estado en todo este proceso y, desde luego, muy virulentos, justamente en este tipo de mensajes”.

Hay otro asunto mencionado por Gene Sharp, expone la académica, que ha jugado un papel fundamental en América Latina: en los golpes blandos que se han escenificado, ha habido acusaciones de orden jurídico, en Brasil, Bolivia y Venezuela. En el caso de México, ejemplifica, “los amparos contra las determinaciones del presidente, se iniciaron prácticamente desde el principio del mandato y en contra de la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, que era una verdadera aberración en todos sentidos. No sólo en costo sino también en las posibilidades de operación del propio aeropuerto, está en un terreno fangoso, todavía no empezaban a construir las pistas y ya había que reparar el relleno porque no funcionaba”.

Otro de los puntos fundamentales que señala Galindo Ledesma es la idea que se expresa a través de algunos personajes de que no hay libertad de expresión. “Realmente es increíble la libertad de expresión que hay hoy. Los distintos periodistas y conductores de radio y de televisión, no sólo critican al presidente abiertamente en todas las medidas que toma el gobierno sino lo insultan, le dicen groserías, como con Aguilar Camín. ¡No sé cómo se atreven a decir que no hay libertad de expresión! Es una afirmación, pero hay que recordar que esa es una de las vías que plantea Gene Sharp y que se ha utilizado en el caso de Venezuela, prácticamente en todos los casos de golpe blando en América Latina”.

El golpe blando, explica, es un golpe de Estado por la vía pacífica, “pero en el caso de Bolivia y Venezuela se ha combinado con el golpe militar tradicional. En América Latina ha estado hegemonizada por las políticas de Estados Unidos, o sea, ha participado abiertamente en esta estrategia. El caso de Venezuela fue una amenaza mucho más concreta”.

Y en el caso mexicano aprovecha también la coyuntura de la pandemia para esparcir rumores, noticias falsas y acusaciones para desprestigiar. Al respecto, la catedrática indica que “es una coyuntura muy difícil. En efecto, creo que no les han resultado estas críticas, ataques virulentos contra [el doctor Hugo] López-Gatell [subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud]. Efectivamente, se inscribe en esa estrategia del golpe blando porque esa es una de las recomendaciones de Sharp: desprestigiar al Ejecutivo en todos sus aspectos”.

Agrega que no les ha resultado sobre todo por la llegada de las vacunas. “Desde mi punto de vista el tratamiento a la pandemia en México ha sido muy eficaz en el sentido de que se consiguió que nunca se saturaran los hospitales, que como vemos es un fenómeno que ocurrió en todo el mundo, en países desarrollados y subdesarrollados, en Estados Unidos, hubo una saturación en Nueva York, realmente impresionante; en Perú e India, prácticamente en muchísimos países hubo una saturación y en el caso de México no la hubo, incluso en la Ciudad de México se llegó a una alta ocupación, pero en ningún momento se llegó a la saturación. A fin de cuentas, sí han llegado las vacunas a México y se ha avanzado rápidamente en la vacunación y esa realidad no ha sido posible debatirla con las campañas mediáticas”.

No obstante, indica que el hecho de que aún no hayan tenido éxito no le resta peligrosidad a la estrategia del golpe blando, porque tienen muchos instrumentos para llevarlo adelante: “esa es una acción tan permanente y tan extendida que sí tiene una gran peligrosidad porque no es fácil contrarrestar esas campañas”.

Para la investigadora de la UNAM, la figura de López Obrador es realmente muy fuerte y en él se deposita la confianza de la gente. “No sólo simpatía, sino la confianza en que se trata de una gente honesta y que no va a caer en la corrupción, que dice lo que piensa, tiene un compromiso con la verdad, es fundamental”.

Otras estrategias

El politólogo estadunidense Gene Sharp da cuenta de que el golpe blando echa mano de lo que se conoce como el “calentamiento de calle”, es decir la  organización de manifestaciones o su azuzamiento con demandas que son legítimas. Él menciona que hay que poner el acento en temas que ofrecen muchas posibilidades, como el movimiento feminista y el movimiento ecologista, advierte la académica. Ello, porque esos dos movimientos incorporan a todas las clases sociales independientemente de su condición. “Justamente ha habido en México un gran impulso al movimiento feminista con un carácter airado y violento. También al movimiento ecologista, por su puesto que se trata y ese es su filo peligroso de demandas absolutamente legítimas y sentidas por la población… Es muy significativo que el propio Gene Sharp recomienda poner atención en esos dos tipos de movimientos”.

En este mismo calentamiento de calle se ha tratado de generar descontento en la sociedad bajo el argumento del autoritarismo y de que el presidente buscará permanecer en el cargo por muchos años.

Al respecto, Galindo Ledesma señala que de eso acusan permanentemente a López Obrador, a pesar de que éste ya firmó una carta ante notario de que no se va a quedar ningún día más después de que acabe su mandato. “Pero eso lo ignoran, lo pasan por alto la oposición, la derecha del país”.

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