Antes del brote epidemiológico de influenza A/H1N1, la ASF encontró que los sistemas de control interno establecidos por la Secretaría de Salud no garantizan que la operación se ajuste a las normas aplicables en materia de vigilancia y control epidemiológico; además, reveló que no se cuenta con indicadores que permitan medir los avances en la materia. En 2007 murieron 14 mil 575 personas por infecciones respiratorias agudas, reconoce la Ssa
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) concluye que en 2007 el sistema de planeación y programación de la Secretaría Salud (Ssa) mostró deficiencias en el diseño de las actividades institucionales, como la de realizar acciones de promoción de la salud y prevención de enfermedades, llevar a cabo la vigilancia y el control epidemiológico y operar el Sistema Federal Sanitario.
La ASF señala que el conjunto de indicadores de las tres actividades incorporados en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2007 fueron insuficientes para evaluar la cobertura, la calidad, la equidad y el impacto social de la prestación de los servicios de salud del primer nivel a la comunidad, así como la eficiencia y la economía con que se aplicaron los recursos financieros aprobados para tal efecto.
Se determinó que la Ssa actualizó los lineamientos técnicos y metodológicos requeridos para el monitoreo de 11 (7 por ciento) de los 41 padecimientos que constituyen riesgos potenciales a la salud de la población del país. Además, en el Sistema Federal Sanitario, 38 (33 por ciento) de 113 normas oficiales mexicanas no fueron revisadas ni actualizadas por la dependencia, en los términos que señala la Ley Federal sobre Metrología y Normalización.
En la Ley General de Salud se establece que el Sistema Nacional de Salud tiene por objetivo proporcionar servicios de salud a toda la población y mejorar la calidad de los mismos, atendiendo los problemas sanitarios prioritarios y los factores que condicionen y causen daños a la misma, con especial interés en las acciones preventivas. La ley especifica que los servicios de salud son “todos aquellos programas realizados en beneficio del individuo y de la sociedad en general, dirigidas a proteger, promover y restaurar la salud de la persona y de la colectividad”.
El 24 de junio de 1994 se publicó la Norma Oficial Mexicana NOM- 012-SSA2-1994, que señala que para la vigilancia epidemiológica, de acuerdo con la situación epidémica local, regional y nacional se establecerán subsistemas especiales de vigilancia para padecimientos, eventos o emergencias y riesgos potenciales a la salud, que por su importancia y trascendencia requieren de información adicional y la aplicación de mecanismos específicos para la disponibilidad de información integral en apoyo a las acciones de prevención y control.
De acuerdo con la ASF, la norma establece los 41 padecimientos que son objetivo de aplicación de dichos subsistemas, de los cuales, 11 no tuvieron su respectivo manual. Destacan las enfermedades por infección respiratoria aguda y diarreica en menores de cinco años, la hipertensión arterial, los problemas de salud asociados con el embarazo, parto y puerperio, así como los riesgos nutricionales en grupos vulnerables que se encuentran actualmente entre las principales causas de morbimortalidad de la población mexicana.
Datos del Sistema Nacional de Información de Salud indican que en 2007 murieron 14 mil 575 personas por infecciones respiratorias agudas, mismas que se colocan como la octava causa de mortalidad en hombres y la séptima en mujeres; en niños menores de un año es la tercera causa (1 mil 969 casos); en menores de entre uno y cuatro años es la segunda causa en hombres (239 casos) y la primera en mujeres (232 casos).
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2005 en México fallecieron 43 mil 361 personas por enfermedades relacionadas con las vías respiratorias. En el Estado de México se registraron 5 mil 896 decesos; en el Distrito Federal, 4 mil 86; en Jalisco, 3 mil 741; en Veracruz, 3 mil 100, y en Guanajuato, 2 mil 368 casos.
En 2008, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estimó que las infecciones respiratorias ocuparon el primer lugar de los padecimientos a nivel nacional; pero ya no registran cifras elevadas de muertes de niños y ancianos.
Entre enero y febrero de 2009 fallecieron 38 niños menores de cinco años por dicha causa.
La auditoría solicitó a la Ssa, mediante el oficio DGADDS/152/08, las evaluaciones en materia de diseño de los programas a su cargo, correspondientes a las actividades institucionales: realizar acciones de promoción y prevención de enfermedades; vigilancia y control epidemiológico, y operar el Sistema Federal Sanitario. Al cierre de la revisión (octubre de 2008) la dependencia no presentó dicho informe.
La ASF concluyó que la secretaría no estableció las metas de mediano plazo relacionadas con la vigilancia epidemiológica de las enfermedades transmisibles, no transmisibles, de las adicciones y de mortalidad, tampoco contó con un referente anual que permita medir los avances en materia de vigilancia y control epidemiológico.
En materia de vigilancia y control epidemiológico se señala que las siete acciones se enfocan a dictar las normas oficiales mexicanas; establecer y operar el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica; elaborar los programas y actividades necesarios y promover la colaboración de las instituciones de los sectores público, social y privado, para su óptimo desarrollo.
La auditoría observó que la Ssa no determinó las metas de mediano plazo e indicadores de 17 acciones en materia de fomento sanitario ni tampoco los parámetros anuales que permitan contar con un referente para medir los avances de la regulación y el control sanitarios, así como la factibilidad del cumplimiento de las metas establecidas para 2012.
En el Programa Sectorial de Salud 2007-2012, la dependencia estableció la meta de fortalecer los programas de prevención contra riesgos sanitarios. Con el oficio DGADDS/119/08 del 3 de octubre de 2008, la auditoría solicitó a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) copia del catálogo de productos y servicios sujetos a control, así como la relación de indicadores, variables y parámetros con los que se evalúa la productividad, eficiencia y desempeño en materia de prevención.
La dependencia proporcionó a la ASF el documento Programa de supervisión 2007 del Sistema Federal Sanitario. En él se detallan los objetivos, estrategias, líneas de acción y programas de control sanitario. Con el análisis de éste se constató que la Cofepris no dispuso de información que permita verificar las acciones de fomento sanitario en cuanto a los programas prioritarios de agua (calidad fisicoquímica del agua, agua de contacto), alimentos (zoonosis, marea roja, moluscos bivalvos, rastros), medicamentos (tecnovigilancia), salud ocupacional (plomo en loza vidriada, uso de plaguicidas y protección radiológica), contaminantes (humo de tabaco, exposición intradomiciliaria a humo de leña y residuos sólidos hospitalarios) y actividades transversales (red nacional de laboratorios y terceros autorizados).
La auditoría señala que, si bien la comisión contó en 2007 con programas de prevención contra riesgos sanitarios, no dispuso de información que permita verificar las acciones de fomento sanitario en cuanto a los programas prioritarios de agua, alimentos, medicamentos, salud ocupacional, contaminantes y actividades transversales, que contribuya a la toma de decisiones, la transparencia, la evaluación de las actividades efectuadas y la rendición de cuentas.
Con la revisión de la información del concentrado de cuentas por liquidar certificadas enero-diciembre de 2007, así como en el estado del ejercicio del presupuesto al 31 de diciembre de 2007, la ASF verificó que el gasto ejercido en las actividades institucionales relacionadas con la prestación de los servicios de salud del primer nivel de atención fue de 3 mil 152 millones 555 mil pesos, monto inferior en 16 millones 37 mil pesos reportado en la cuenta pública.
La auditoría constató que en la actividad institucional “acciones de promoción de la salud y prevención de enfermedades” se erogaron 2 mil 71 millones 815 mil pesos, cifra inferior en 16 millones 37 mil pesos a la reportada en la cuenta pública (2 mil 87 millones 853 mil pesos), debido a que en ese documento se contabilizaron como devengada dicha cantidad con cargo al Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, sin que se acreditara si efectivamente el centro recibió los recursos, si fueron reintegrados a la Tesorería de la Federación o cuál fue su destino.
Mediante el oficio DGPOP/ 05/06153 del 20 de noviembre de 2008, la Ssa remitió a la ASF las metas presupuestarias 2007 y las normas y lineamientos para las actividades del proceso de programación presupuestación 2005; sin embargo, se determinó que la dependencia no estableció metas ni indicadores de eficiencia e impacto económico en el presupuesto de egresos para medir y valorar los resultados obtenidos en términos de la eficiencia y la economía con que se aplicaron los recursos financieros aprobados para la prestación de los servicios de salud del primer nivel de atención.
La auditoría señala que en el Proyecto de Calidad Microbiológica de Alimentos Potencialmente Peligrosos, vigente en 2007, la Cofepris estableció el indicador de porcentaje de cumplimiento de buenas prácticas de higiene y sanidad en los establecimientos procesadores y expendedores de alimentos. Sin embargo, la dependencia no contó con un parámetro que sirviera de referente para evaluar el número de locales alimentarios visitados, para la prevención de infecciones e intoxicaciones alimentarias bacterianas.
Con el análisis de los datos contenidos en el Anuario estadístico y del Informe de avance de 2007, la ASF observó que la comisión verificó las condiciones sanitarias de 120 mil 318 establecimientos fijos dedicados a la preparación de alimentos (30.5 por ciento de las 393 mil 739 empresas del sector en el país). El 80.5 por ciento de éstos (96 mil 856) cumplieron con las buenas prácticas de higiene y sanidad; en tanto que el 19.5 por ciento (23 por ciento 462) fue advertido, multado y, en su caso, clausurado por incumplir con la normatividad sanitaria vigente en 2007.
En la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SSA1-1993, buenas prácticas de fabricación para establecimientos de la industria químico farmacéutica, dedicados a la fabricación de medicamentos, se dispone que la Cofepris vigile el cumplimiento de sus disposiciones, por medio de su personal, que realizará los trabajos de verificación de elaboración de fármacos.
El padrón de establecimientos que fabrican medicamentos se compone de 21 laboratorios que elaboran los fármacos y de 255 que producen medicamentos; sin embargo, la auditoría detectó que la dependencia no estableció un indicador que sirviera de referente para medir el avance en el número de establecimientos visitados respecto del total.
En el Proyecto de Prevención de Muerte Materna se establece que la Ssa dirigirá la vigilancia sanitaria especialmente en los establecimientos de atención médica en donde se presentó alguna muerte materna; sin embargo, la ASF detectó que la Cofepris no determinó una meta o un valor estándar que sirviera de referente para evaluar el número de establecimientos médicos verificados en los cuales se reportó al menos una muerte materna.
De acuerdo con la auditoría, la comisión verificó 250 hospitales (6.6 por ciento respecto de los 3 mil 812 establecimientos hospitalarios en el país) en donde se registró al menos una muerte materna; 175 fueron nosocomios públicos y 75 privados.
La Cofepris aplicó 89 medidas de seguridad en los hospitales, en 36 nosocomios se observaron inadecuada delimitación de las áreas quirúrgicas; en 25, falta de observancia de la normatividad relativa a la limpieza, mantenimiento y conservación de las áreas quirúrgicas; en 17, mal manejo del expediente clínico; en cinco, falta de registros de pacientes atendidos; en tres, carencia de abasto de sangre, y tres más que carecen de licencias sanitarias.
De acuerdo con datos del IMSS, de enero a febrero de 2009 se registraron 15 muertes maternas en el país. Según datos del Inegi, en 2005 fallecieron 1 mil 270 mujeres por esta causa.
El documento Reto mundial en pro de la seguridad del paciente 2005-2006, editado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que en México se producen anualmente 450 mil casos de infecciones nosocomiales, causantes de 32 defunciones por cada 100 mil habitantes.
La OMS estima que en Inglaterra las infecciones hospitalarias cuestan 1 mil millones de libras esterlinas anuales; en Estados Unidos oscila entre 4 mil 500 millones y 5 mil 700 millones de dólares; en México, el costo anual se acerca a 1 mil 500 millones de dólares.
Eric Flores, jefe de Infectología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, considera que las infecciones hospitalarias son una realidad en México; pero hay indicadores para medir si se está dentro de los rangos permitidos. En los hospitales regionales los niveles están entre un 5 y 7 por ciento, en el caso de los de alta especialidad se pueden presentar hasta en un 15 por ciento.
Flores explica que una de las medidas preventivas más representativa es el lavado de manos, que por sí sola tiene mayor impacto en la transmisión; sin embargo, hay algunas encuestas que arrojan que máximo un 60 por ciento se asea las manos, es decir que un 40 por ciento del personal, que llega a tocar un paciente, no lo hace.
De acuerdo con el Programa Sectorial 2007- 2012 de la Secretaría de Salud, la dependencia ubicó las infecciones nosocomiales como uno de los problemas prioritarios en materia de calidad en el servicio médico que intenta combatir. En el documento se plantea reducir su incidencia a 6 por ciento para el final del sexenio, es decir que por cada 100 pacientes que ingresen a hospitales, sólo 6 de ellos adquieran alguna infección.
Según datos de la secretaría, en 2007 se reportaron 35 mil casos de infecciones hospitalarias en todo el país; sin embargo, reconoce que puede haber un subregistro de alrededor de 700 mil casos.
El 50 por ciento de éstos son por bacteriemia (infección generalizada por bacterias en la sangre), neumonías e infecciones urinarias.
Daniel Dehesa Mora, integrante de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, considera que las infecciones nosocomiales constituyen un grave problema de salud en México, no sólo para los pacientes, también para el Estado. Un enfermo con una infección alarga la estancia en el hospital y los costos.
A decir del legislador, entre un 5 y 10 por ciento de los pacientes que ingresan a un hospital adquieren una infección que no estaba presente al momento de su ingreso. El sobrecupo de enfermos, mal manejo del instrumental, médicos y enfermeras que no siempre se lavan las manos antes de atender son factores de riesgo. “A veces se olvidan estas medidas.
Hay cierta indisciplina en los hospitales”. (YT)
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