Me topo con la amplísima nota de Virginia Bautista (Excélsior, 3 de febrero de 2012), que nos recuerda y celebra la vida-obra de Efraín Huerta (1914-1982), al cumplirse 30 años de su muerte biológica. Poeta de un ingenio irónico, punzante y arrebatador, dejó también su obra de periodista leal, comprometido, al cuestionar las injusticias sociales. Sus poemínimos son el hilo conductor para adentrarse rn sus creaciones del sentimiento, mezcla de ideas, conceptos y sarcasmos envueltos en lo bello de las palabras que juegan a ser serias, atrevidas, irónicas… “Primero/ que nada/ me complace/ enormísimamente/ ser/ un buen/ poeta/ de segunda/ del/ tercer/ mundo”. Y para decirnos su estatura física: “Estoy/ exactamente/ a/ un metro/ con 74 centímetros/ sobre/ el/ nivel/ del mal”.
Como otros poetas-escritores manifiesta en su trabajo, no tanto soledad, como el clásico aislamiento para el tú a tú con su inspiración, el otro yo esquizofrénico para escribir: “Me/ gusta/ beber/ dignamente/ acompañado/ es decir/ sólo/ y/ mi alma”. Fue un mexicano dolido por el drama del país tras el largo período de consolidación de la Revolución de 1910-1917. Y en ese contexto político y económico se pronuncia a la izquierda de la democracia, con la sinceridad del auténtico nacionalista de concepción universal. Se ha publicado su Poesía completa que escribió-publicó desde 1935 hasta 1981. Leerlo oxigena lo de que “de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco”, para incendiar el amor-pasión, el amor-sexual, el amor-enamoramiento y el amor-deseo, que brotan de sus poemas vibrantes como pulsaciones del corazón.
Es un poeta, digamos, nerudiano, por su sentimiento amoroso a la vida, la amistad, al eterno femenino, a sus hijos, a su patria… ¡a la poesía! (su poema ¡Mi país, oh mi país!; el otro de erotismo e intenso amor, Envío y su libro Absoluto amor). Poesía completa es el título de cuanto en verso escribió este poeta que nunca ambicionó la notoriedad. Lo hacía para dar rienda suelta a sus musas: una mujer, sus amigos, un amor, su hija, su hijo, su esposa, su patria… versos sencillos, vibrantes que arrancan una sonrisa… ¡esos poemínimos! que en tres, cuatro o cinco versos encierran una completa concepción de la vida y sus manifestaciones. Es un poeta que conmueve. Darse a su lectura es entrar a un caserío de palabras, por cuyas ventanas entran todas las estaciones del vivir y convivir en los años que amontonan la edad y nos consumen.
“Todas/ las mujeres/ que amo, /están casadas/ hasta la mía”. Así fue tejiendo su obra, hasta escribir lo que puede ser su epitafio: “Ahorita/ vengo/ voy a dar/ un paseo/ alrededor/ de mi vida”. Le cantó a las luchas sociales-revolucionarias. Burlón, satírico y del sentir popular, expresó los sentimientos comunes y corrientes de nosotros, los del pueblo. En más de 500 páginas este libro nos ofrece lo que vio, sintió y pensó en sus creaciones musicales y que nos dejan, a través del paladar de nuestros ojos, las emociones de este poeta de gran calidad en el manejo del lenguaje, el mensaje y la belleza dibujada en versos.
Ficha bibliográfica:
Autor: Efraín Huerta
Título: Poesía completa
Editorial: Fondo de Cultura Económica, 1995
*Periodista