Físicamente dejó de existir quien mejor conoció el pasado con la perspectiva del presente. Eric J Hobsbawm (1917-2012) fue un investigador y pensador inglés de talla universal que sobrevivió a la barbarie nazifascista que desató la violencia del siglo pasado y apuntaló la del siglo XXI, y con su magnífica obra ha dejado un archivo histórico, desde las Revoluciones de 1789 a la de 1917 (de París a Moscú), hasta las luchas obreras que moldearon Estados más o menos democráticos, y más o menos autoritarios que alcanzaron dictaduras y totalitarismos. En Historia del Siglo XX, Hobsbawm dice: “Nuestro siglo demuestra que el triunfo de los ideales de la justicia y la igualdad, siempre es efímero; pero […] si conseguimos preservar la libertad, siempre es posible comenzar de nuevo […]. Es necesario conservar la esperanza incluso en las situaciones más desesperadas”.
Y sostiene en
Los ecos de la Marsellesa que cuando los pueblos conquistan o reconquistan sus libertades, han tenido su 1789. Sin duda, Hobsbawm es el más acabado teórico de las experiencias revolucionarias. Los textos:
Las revoluciones burguesas, Europa: 1789-1848, traducido al español por F Ximénez de Sandoval, e Historia del siglo XX son trabajos para comprender los cortos, medianos y largos plazos, soporte de dos siglos y medio donde la humanidad transformó, para bien y para mal la política, economía, literatura, ciencias de fundamento matemático y ciencias sociales de fundamento jurídico, en continuidad con sus fracturas, evoluciones y violencias.
Cualquiera de sus libros (La era de las revoluciones, La era del capitalismo, El mundo del trabajo, Industria e imperio, Naciones y nacionalismo, Trabajadores, Entrevista sobre el siglo XXI, la brillante introducción al Manifiesto comunista, Guerra y paz en el siglo XXI, Bandidos, Rebeldes primitivos, La invención de la tradición o su autobiografía Años interesantes) es un análisis de la historia moderna del hombre que lucha por sus libertades. En Las revoluciones burguesas dice: “el presente libro estudia la transformación del mundo entre 1789 y 1848, debida a lo que llamamos la doble revolución: la revolución francesa de 1789 y la contemporánea revolución industrial británica”.
Y en Historia del siglo XX: “a una época de catástrofes […], desde 1914 hasta el final de la segunda guerra mundial siguió un periodo de 25 o 30 años de extraordinario crecimiento económico y transformación social […] transformó la sociedad humana más profundamente que cualquier otro periodo similar […]. Puede ser considerado como una especie de edad de oro […], así fue calificado […] a comienzos de los años setenta [sic]. La última parte del siglo fue una nueva era de descomposición, incertidumbre y crisis y, para […] África, la ex Unión Soviética y los antiguos países socialistas de Europa, de catástrofes. Cuando el decenio de 1980 dio paso al de 1990, quienes reflexionaban sobre el pasado y el futuro del siglo lo hacían desde una perspectiva de fin de siécle [final de siglo], cada vez más sombría”.