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Francia por un nuevo régimen

Francia por un nuevo régimen

La izquierda francesa podría derrotar al régimen de Nicolas Sarkozy y, en términos generales, colocarse como la primera fuerza política de ese país. El partido socialista (izquierda moderada) podría hacerse de la presidencia y dejar en segundo lugar al partido político que actualmente gobierna. Pero la verdadera sorpresa la daría el movimiento de izquierda anticapitalista, que figura ya en el tercer lugar de las preferencias

 
Amílcar Morales/Prensa Latina
 
París, Francia. Los candidatos a la presidencia de Francia aprovechan los últimos días de la campaña en promover sus proyectos de gobierno y atraer a los indiferentes para evitar la abultada abstención que ronda sobre el proceso electoral.
 
Son 10 aspirantes, tres mujeres y siete hombres, representantes de un amplio abanico de fuerzas políticas, quienes optan por alcanzar el Palacio del Elíseo durante el próximo quinquenio.
 
De acuerdo con todas las encuestas publicadas hasta ahora, sólo dos de ellos tienen mayores posibilidades de conseguir la victoria: se trata del actual presidente Nicolas Sarkozy, quien busca la reelección al frente de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), y François Hollande, nominado por el Partido Socialista (PS).
 
Los sondeos más recientes coinciden en colocar al candidato socialista a la cabeza en la primera vuelta, aunque su diferencia con Sarkozy no rebasa los márgenes de error de las encuestas, de entre tres y cinco puntos, por lo que se considera que están en un empate técnico. En la ronda definitiva del 6 de mayo, Hollande vencería con una cómoda ventaja de hasta 13 puntos, de acuerdo con los pronósticos.
 
Ambas agrupaciones, sin embargo, son conscientes de que lograr el primer lugar en la etapa inicial representa una importante ventaja sicológica en el ánimo de los votantes y por eso no escatiman esfuerzos en su campaña proselitista.
 
Los analistas destacan la diferencia de más de 10 puntos que Hollande y Sarkozy tienen entre ellos y sus inmediatos seguidores, Marine Le Pen, del ultraderechista Frente Nacional, y Jean-Luc Mélenchon, del Frente de Izquierda: “Es una diferencia grande, muy difícil de remontar en tan poco tiempo”, señaló Christophe Barbier, director de la redacción del diario L’Express.
 
Existe, no obstante, un factor que debe tomarse en cuenta a la hora de hacer los cálculos porque su comportamiento suele ser imprevisible.
 
Se trata de la tasa de abstención que será, según todo indica, del 25 al 30 por ciento de los 45 millones de franceses habilitados para ejercer el sufragio. Es un número casi tan elevado como el potencial de voto de que disfrutan los candidatos a la cabeza de la contienda y por eso los actos de campaña están dirigidos precisamente a movilizar a esa amplia masa de electores.
 
Sobre las causas de esta apatía, los criterios coinciden en que es un reflejo de la pobreza en el debate político sobre los problemas más urgentes para la mayoría de la población.
 
Un extenso trabajo de campo hecho por el periódico Le Monde indica que quienes se abstendrán de ir a las urnas lo harán porque no sienten reflejadas sus necesidades en los discursos de campaña. De hecho, una de las explicaciones al repunte de Jean-Luc Mélenchon en los sondeos radica en el tratamiento que da a cuestiones como el desempleo, la pérdida del poder de compra familiar y la disminución de servicios públicos esenciales. El caudal de votos del candidato del Frente de Izquierda ha sido el más dinámico durante la contienda y se triplicó desde el 18 de marzo cuando reunió a más de 120 mil simpatizantes en la emblemática Plaza de la Bastilla. Se trata sin duda alguna de uno de los acontecimientos más comentados por los medios en el último trayecto hacia el Elíseo y, si bien es poco probable que entre directamente en la disputa por el cargo, la importancia de sus propuestas ya es innegable.
 
Esto le permitiría al Frente de Izquierda convertirse en una de las fuerzas a considerar a la hora de negociar alianzas y compromisos de cara a la segunda vuelta de los comicios.
 
Respecto a los otros candidatos, su participación ha sido más bien modesta con la excepción, quizás, de François Bayrou, del Movimiento Demócrata. Bayrou entró en la lid acreditado por el 18.57 por ciento de votos obtenidos en 2007, cuando fue el tercer nominado con más apoyo en la primera vuelta. Esta vez su tendencia fue más complicada y no logró rebasar los 13 puntos conseguidos pocos días después de anunciar su candidatura, hasta estabilizarse en el 11 por ciento actual.
 
Eva Joly, de Europa Ecología-Los Verdes, no pudo despegar en la campaña y finaliza en los últimos días con 2 o 3 por ciento de simpatías.
 
Nathalie Arthaud, de Fuerza Obrera; Philippe Poutou, del Nuevo Partido Anticapitalista; Nicolas Dupont-Aignan, propuesto por Primero la República, y Jacques Cheminade, el candidato sorpresa de Solidaridad y Progreso, oscilan entre 0.5 y 1 punto cada uno.
 
Para la mayoría de estos aspirantes el camino termina 22 de abril y sólo dos de ellos, presumiblemente François Hollande y Nicolas Sarkozy, disputarán el 6 de mayo la silla presidencial francesa.
 
Una vez conocido al futuro gobernante, se abrirá otra página electoral en la nación gala, cuando comience la contienda para renovar los escaños de la Asamblea Nacional, lo que significará una nueva cita de los ciudadanos con las urnas en el mes de junio.
 
 
 
 
 
 

FUENTE: Revista Contralínea 281 /
22 de abril de 2012
Contralínea 281