La noche se le vino al Ejército. Nerviosismo, preocupación, intriga y miedo privan en las Fuerzas Armadas. Todos desconfían de todos. Nadie está seguro. Cualquier general de división y otros de menor rango pueden ser acusados de vínculos con el narcotráfico, señalado por algún testigo protegido y capturado para ser sometido a proceso penal por delincuencia organizada. Nadie está seguro, ni siquiera el secretario de la Defensa Nacional.
Física y biológicamente en decadencia, la “maestra” Gordillo –golpista de la mano de Salinas y Manuel Camacho, para deshacerse de su protector Carlos Jonguitud Barrios, quitarlo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y perpetuarse como su dueña–, se puso dramática, buscó compasión y contó sus desgracias que esta vez no la llevaron a la enésima cirugía de su rostro: la mil caras hasta en la politiquería (¡ella se cree política!), sino al hospital privado que acostumbra, pues le sobra dinero para pagar atención médica del primer mundo. Las cuotas del magisterio, como un botín de los gordillistas, son de millones de pesos mensuales sin rendición de cuentas. Salinas, Zedillo, Fox y Calderón han sido sus mosqueteros.
Promotor de la calumnia como arma política, el publicista de nacionalidad española Antonio Solá fue artífice de la guerra sucia en las elecciones presidenciales de 2006 en México, estrategia que el Partido Acción Nacional (PAN) está retomando en las campañas de 2012.
En 2008 se publicó en el Diario Oficial de la Federación una reforma constitucional que tendría por objeto cambiar el sistema inquisitorio por el acusatorio en la justicia penal mexicana. Esa reforma incluye varias consideraciones de la continua y progresiva lucha social por defender y proteger los derechos humanos en México.
Y si es necesario, hay que ir hasta Finlandia, hasta el fin de la Tierra, si se precisa justicia. Reconocemos el esfuerzo incansable de los familiares de Jiry Jakkola y Betty Cariño, así como de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos y todas las organizaciones que en este caso se suman en la lucha contra la impunidad. Hablamos el mismo idioma, el de la justicia en México y en Finlandia. En México, ellos, los del poder federal y los amigos de Ulises Ruiz, hablan el idioma de la “legalidad”, léase, el idioma de la impunidad. Esperemos que un día no tengamos que ir a buscar la justicia a otro lugar. Esta posibilidad se abre con la Ley General de Víctimas aprobada en el Congreso, el 30 de abril de 2012
En este texto se reproduce lo que escribió Charles-Louis de Secondat, Barón de Montesquieu (1689-1755), citado clásico, poco leído y mucho menos estudiado, sobre el amor en la política, o que –dice– el amor a la república es el amor a la democracia.
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