Casi 4 millones de litros de petróleo crudo se fugaron de un oleoducto de Pemex en San Martín Texmelucan, Puebla, la madrugada del 19 de diciembre de 2010. Cuando el río de combustible encontró una flama, se desató un descomunal incendio que cobró la vida de 30 personas. La entonces PGR se comprometió a encontrar a los responsables y entregó un pedazo del ducto al IMP para un minucioso análisis de falla. No se supo más. Tanto sobrevivientes como familiares de las víctimas se resisten a enterrar el pasado y rendirse a otro caso de impunidad