Waldo Mendiluza/Prensa Latina
Pese a los esfuerzos de la comunidad internacional, traducidos en apoyo médico y recursos financieros, la enfermedad sigue golpeando al país caribeño, con alrededor de 28 mil nuevos casos el año pasado.
En entrevista con Prensa Latina, el coordinador principal de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Respuesta al Cólera en Haití, Pedro Medrano, advierte que en cualquier parte del planeta esa cifra constituiría una tragedia y movilizaría a toda la sociedad.
“Una de nuestras mayores preocupaciones es que por la cantidad de emergencias existentes en la humanidad en distintas partes del mundo, se pueda relegar la tragedia que significa el cólera para cientos de miles de personas”, precisa.
Al respecto, alerta que por prioridades muy justificadas en muchos lugares, no se esté dando la atención requerida a la cuestión haitiana o “nos acostumbremos de alguna forma a tantos casos, como si fuese algo inevitable”.
Conflictos y crisis humanitarias en Siria, Ucrania, Sudán del Sur, República Centroafricana, Somalia, Libia, Yemen, República Democrática del Congo y Darfur (Sudán), entre otros, generan en la actualidad desvelo.
Según datos de la ONU, hasta el 31 de diciembre de 2014 se reportaron en Haití 725 mil 608 casos de infección por la bacteria Vibrio cholerae, responsable de males intestinales agudos, que sin la debida atención médica pueden llevar a la muerte del paciente en apenas 12 horas.
Para el diplomático chileno, combatir la epidemia representa un imperativo moral, ante el compromiso de no dejar abandonada a la empobrecida nación, la cual sufrió en enero de 2010 un devastador terremoto que multiplicó las dificultades en infraestructura, incluyendo la relacionada con el agua y la sanidad.
Esperamos que el mundo, y en particular América Latina, no olviden al país más pobre de la región, cuyas autoridades realizan un notable esfuerzo para lidiar con la enfermedad pero enfrentan un panorama complejo, expone.
La ONU demanda 35 millones de dólares para mantener la respuesta inmediata a la epidemia en 2015, y casi 3 millones de dólares adicionales dirigidos a ejecutar una campaña de vacunación que beneficiaría a 313 mil personas.
El Estado caribeño sufre una crisis política y enfrenta enormes desafíos económicos. La situación política tiene un impacto negativo en el combate a la enfermedad y en los programas de desarrollo, pero no podemos aceptar que se convierta en una distracción de cara a la obligación moral de ayudar a los seres humanos afectados por el cólera, una enfermedad asociada a la pobreza, subraya.
De acuerdo con el asistente del secretario general de la ONU, tampoco puede perderse de vista que, a diferencia de padecimientos como el ébola, éste es relativamente fácil de curar, sin embargo, la falta de tratamiento conduce a la muerte.
Por tanto, el único camino es fortalecer la cooperación con recursos y apoyo médico; el brote no es un tema resuelto, aunque vemos importantes progresos en el terreno, dice.
Estadísticas oficiales muestran una disminución de los contagios: de más de 100 mil en 2012 a menos de 60 mil en 2013 y por debajo de 30 mil en 2014, con una proyección similar o hasta superior para 2015, “en dependencia de la temporada de lluvias y del apoyo ofrecido”.
El coordinador –designado para el cargo en agosto de 2013– considera además que una respuesta adecuada a la epidemia, en términos de prevención y asistencia a los pacientes, representaría tiempo a favor para mejorar la infraestructura de agua y sanidad.
Por distintas razones, en el pasado no se realizaron las inversiones necesarias en servicios tan importantes para garantizar la salud humana, pero el gobierno haitiano puso en marcha un plan de 10 años para comenzar a revertir la situación, señala.
Sin embargo, agrega, tomará tiempo avanzar en esa dirección; de ahí la urgencia del apoyo en el combate frontal a la epidemia, incluyendo los programas de vacunación.
A propósito de los proyectos de infraestructura, Medrano reclama un impulso en la entrega de recursos financieros por la comunidad de donantes, “porque, al actual ritmo, tomaría varias veces más tiempo materializar el plan nacional”.
El diplomático y especialista en ciencias sociales y jurídicas resalta el respaldo internacional en la lucha contra el cólera, en el cual destaca el aporte de una brigada médica de Cuba, país presente en Haití en los últimos 16 años con diversos programas de colaboración.
“Soy testigo de eso; he visto en el terreno a sus médicos y he quedado impresionado con su forma de trabajar, cómo se organizan para perseguir la enfermedad comunidad por comunidad, previniendo y sensibilizando, pero a la vez tratando a los afectados”, afirma.
El asistente del secretario general de la ONU apela a que de alguna manera la comunidad internacional siga el ejemplo de Cuba, capaz de salvar centenares de miles de vidas pese a sus limitaciones económicas y otras dificultades.
La mayor de las Antillas mantiene en territorio haitiano alrededor de 600 especialistas de la salud.
Según Medrano, su oficina pretende explorar nuevas posibilidades de cooperación con La Habana.
“Seguimos muy de cerca el desarrollo de una vacuna cubana contra el cólera, que tendría un gran valor, dado el déficit de estos productos a nivel mundial”, abunda Medrano.
En febrero, expertos de la isla expusieron en un foro los avances en la búsqueda de una vacuna oral para enfrentar la enfermedad.
Waldo Mendiluza/Prensa Latina
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