El terrorismo doméstico en Estados Unidos podría acrecentarse como resultado de la crisis postelectoral –luego de que el presidente Donald Trump alegara fraude–, así como por las secuelas de la pandemia del coronavirus, con más de 240 mil muertos, alertan analistas, agencias de seguridad nacional y académicos.
“La amenaza más significativa de terrorismo doméstico podría venir de los supremacistas blancos, aunque anarquistas y extremistas religiosos inspirados en el Estado Islámico y Al Qaeda también podrían representar una amenaza potencial”, advierte el Center for Estrategic & International Estudies, CSIS (Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales).
La amenaza terrorista en el vecino país aumentará en función de factores como el resultado de las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre y la pandemia de Covid-19, señala el CSIS en su análisis El problema del terrorismo en aumento en Estados Unidos.
El terrorismo de extrema derecha ha superado significativamente al terrorismo de otros tipos de perpetradores, incluso de redes de extrema izquierda e individuos inspirados por el Estado Islámico y Al Qaeda, subraya el documento, de la autoría de Seth G Jones, Catrina Doxsee y Nicholas Harrington.
“El terrorismo en Estados Unidos aumentará durante 2021 en respuesta al resultado de las elecciones presidenciales y los extremistas podrían recurrir a la violencia, como ocurrió en el periodo electoral”, aseguran los analistas del CSIS, organización no gubernamental sin fines de lucro con sede en Washington.
El CSIS pronosticó desde junio pasado que las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 sería una fuente significativa de ira y polarización que aumentaría la posibilidad de terrorismo, ya que algunos extremistas de derecha, que se asocian con el presidente Trump, podrían recurrir a la violencia.
Algunos extremistas de derecha se han referido a sí mismos como “Trumpenkriegers”, o “luchadores de Trump“, quienes amenazaron que si Trump perdía las elecciones, podrían usar la violencia bajo el argumento de que hubo fraude o que la elección del candidato demócrata Joe Biden socavará sus objetivos extremistas.
En ese sentido, la principal amenaza terrorista dentro de Estados Unidos provendrá de delincuentes solitarios y pequeñas células de individuos, incluidos extremistas violentos domésticos y extremistas violentos locales inspirados por terroristas extranjeros, refiere el informe Evaluación de la Amenaza Nacional, del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (octubre 2020).
Explica que algunos extremistas violentos con sede en Estados Unidos han capitalizado el aumento de las tensiones sociales y políticas en 2020, lo que generará un entorno de amenazas elevadas, al menos durante los primeras meses de 2021, refiere el informe.
“Los extremistas violentos seguirán atacando a personas o instituciones que representen símbolos de sus quejas, así como a las quejas basadas en afiliación política o posiciones políticas”, enfatiza el documento.
El informe señala que la situación doméstica que rodea a la pandemia de Covid-19 crea un entorno que podría acelerar la movilización de algunas personas hacia la violencia selectiva o la radicalización al terrorismo.
“Los extremistas violentos continuarán sus esfuerzos para explotar los temores públicos asociados con Covid-19 y las quejas sociales que impulsan protestas legales a incitar a la violencia, intimidar a los objetivos y promover sus ideologías extremistas violentas, indica la Evaluación de la Amenaza Nacional, publicado a escasos días de las elecciones presidenciales.
Apunta que las tácticas simples, como embestir a personas con vehículos, armas pequeñas, armas blancas, incendios provocados y artefactos explosivos improvisados rudimentarios, podrán ser las más comunes.
Sin embargo, los delincuentes solitarios podrían emplear medios más sofisticados, como artefactos explosivos improvisados avanzados y/o de alto impacto o utilizar materiales químicos, biológicos y radiológicos, agrega.
Mientras que ISIS y otras organizaciones terroristas extranjeras han promovido ataques en Occidente utilizando “todos los medios disponibles”, los intentos centrados en la biología probablemente involucrarían toxinas y venenos. De manera similar, durante el brote de Covid-19, los extremistas nacionales de Estados Unidos pidieron la propagación del virus SARS-CoV-2 por medios poco sofisticados.
El informe del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense apunta que, si bien la experiencia y la infraestructura de seguridad limitan la amenaza de los actores de bajo nivel, incluso las acciones rudimentarias pueden resultar en costos económicamente significativos e incitar al miedo con el correspondiente riesgo para la salud.
Fenómenos asociados con Covid-19, como el desempleo prolongado o los intentos del gobierno de cerrar negocios esenciales en respuesta a una segunda o tercera ola podrían aumentar la posibilidad de terrorismo por seguidores del presidente Trump, indica la Evaluación de la Amenaza Nacional.
Algunos extremistas farright, por ejemplo, han amenazado con violencia y han criticado los esfuerzos federales, estatales y locales para quitarles sus libertades al exigir que se cubran la cara en entornos públicos cerrados, cerrar negocios y prohibir grandes reuniones para frenar la propagación del virus.
El informe confirma el análisis del CSIS, que sugiere que extremistas de derecha representan la amenaza terrorista más significativa para Estados Unidos, según los eventos perpetrados y las muertes anuales registradas, aunado a eventuales casos durante el periodo postelectoral y la respuesta a la crisis de Covid-19.
“Estos factores no son la causa del terrorismo, pero son acontecimientos y acontecimientos que pueden alimentar la ira y ser cooptados por una pequeña minoría de extremistas como pretexto para la violencia”, apunta el diagnóstico del CSIS.
Refiere que es probable que los extremistas violentos se sientan envalentonados por un éxito percibido al explotar movimientos de protesta pacíficos y ocultar tácticas violentas. Estos extremistas son cada vez más violentos aprovechando las grandes multitudes de protesta para llevar a cabo actos de violencia contra funcionarios, instalaciones y manifestantes.
El terrorismo se volvió en todas las vertientes un tema fundamental a raíz del atentado a las Torres Gemelas, para manejar recursos, recrear estructuras, modificar procesos y, lo más importante, tener resultados, considera en entrevista el doctor en ciencias políticas por la UNAM y experto en seguridad nacional, Emilio Vizarretea Rosales.
Precisa que tema del terrorismo tiene una alta dosis de manipulación por agencias de seguridad de Estados Unidos, tienen que solventar resultados y procesos de análisis e investigación para mantener sus estructuras.
“Algunas investigaciones indicaban que todo era terrorista, por ejemplo, entre los migrantes podían aparecer terroristas; el narcotráfico daba lugar al narcoterrorismo; y cualquier religioso era candidato a ser considerado terrorista”, destaca.
Sin embargo, afirma que en el contexto actual existen muchas manifestaciones, pero no necesariamente todas son terroristas. “Existen conflictos entre supremacistas blancos y los defensores de los negros, que divide a la sociedad y en la que los mismos gobiernos pueden tener participación”.
También hay grupos religiosos con un tinte contrario a las otras religiones, que no necesariamente son terroristas, pero que sí defienden sus posiciones y sus intereses, como hizo Trump cuando nombró a una ministra de la Suprema Corte para los protestantes y así cumplirles y que ellos le cumplieran a él.
“La pluralidad religiosa, étnica en Estados Unidos, si todos los miembros que conforman esa pluralidad son tenidos por terroristas, pues tenemos un problema muy fuerte y más si recordamos que el país se formó por migrantes”, apunta el catedrático.
Para evaluar la amenaza que representa el terrorismo doméstico en la Unión Americana, los analistas del CSIS compilaron un conjunto de datos de 893 incidentes que ocurrieron entre enero de 1994 y el 8 de mayo de 2020, incluyeron ataques como complots frustrados, perpetrados por radicales de derecha, de izquierda, de orientación religiosa y etnonacionalista.
Los extremistas de derecha perpetraron dos tercios de los ataques y complots en Estados Unidos en 2019 y más del 90 por ciento entre el 1 de enero y el 8 de mayo de 2020 .
“Todos los ataques y complots religiosos fueron cometidos por terroristas que se adscribieron a una ideología salafista-yihadista”, refiere el documento.
Los datos evidencian tendencias notables: los ataques y complots de la derecha representaron la mayoría de todos los incidentes terroristas en porcentaje de los incidentes de las décadas de 1990 y 2010; el número total de incidentes de la derecha ha aumentado sustancialmente durante los últimos seis años (2015-2019).
En 2019, por ejemplo,los extremistas de derecha perpetraron casi dos tercios de los ataques terroristas y complots en Estados Unidos, y cometieron más del 90 por ciento de los incidentes entre el 1 de enero y el 8 de mayo de 2020. Y, aunque los extremistas religiosos fueron responsables de la mayoría de las muertes debido a los ataques del 11 de septiembre, entre 1994 y 2020 hubo 893 ataques terroristas y complots atribuidos a la derecha.
“En general, los terroristas de derecha perpetraron la mayoría (57 por ciento) de todos los ataques y complots durante este período, en comparación con el 25 por ciento cometidos por terroristas de izquierda, el 15 por ciento por terroristas religiosos, el 3 por ciento por etnonacionalistas y el 0.7 por ciento por terroristas con otros motivos”.
La mayoría de los ataques de la derecha desde 2014 se centraron en personas (a menudo dirigidas por motivos de religión, raza o etnia e instituciones religiosas). Las instalaciones y personas relacionadas con el gobierno y la policía también han sido objetivos constantes de la derecha durante todo el período, en particular de los ataques de milicias y grupos de ciudadanos soberanos.
Al analizar las muertes por ataques terroristas, los analistas concluyen que el terrorismo religioso ha matado a la mayor cantidad de personas (3 mil 86), principalmente, debido a los ataques del 11 de septiembre de 2001, que causaron 2 mil 977 muertes, magnitud que moldeó fundamentalmente la política antiterrorista de Estados Unidos durante las últimas dos décadas.
En comparación, los ataques terroristas de derecha causaron 335 muertes, los ataques de izquierda causaron 22 muertes y los terroristas etnonacionalistas causaron 5 muertes.
Sin embargo, para evaluar la amenaza actual de diferentes tipos de terroristas, consideran la proporción de muertes atribuidas a cada tipo de perpetrador anualmente. Así, señalan que en 14 de los 21 años, entre 1994 y 2019 en los que ocurrieron ataques terroristas mortales, la mayoría de las muertes se debieron a ataques de la derecha.
En ocho de estos años, los atacantes de derecha causaron todas las muertes, y en tres más, incluidos 2018 y 2019, fueron responsables de más del 90 por ciento de las muertes anuales. Por lo tanto, mientras que los terroristas religiosos causaron el mayor número total de muertes, los atacantes de derecha tenían más probabilidades de causar más muertes en un año determinado.
Para el doctor Emilio Vizaretea Rosales, hay riesgo de que la situación en Estado Unidos empeore debido a la curva de aprendizaje, aunque considera que Joe Biden tiene experiencia desde la vicepresidencia con Obama, requiere de afinar los mecanismos para ajustarlos a los intereses de Estados Unidos.
“No sabemos qué es lo que vaya a pasar, lo cierto es que el presidente Trump ha traído un discurso de odio, de confrontación. En este momento está quedando ya en el sótano de las antigüedades, no sabemos qué locuras pasen por su cabeza”, señala.
Estima que el gobierno demócrata va a tener más cuidado de llevar al extremo las contradicciones de clase para evitar que revienten y así se instale el modelo socialista. “El tema es la prudencia, que no tuvo Trump, en algunas áreas de la administración de políticas que no beneficiaban en nada a los más pobres”.
“La lectura de todo esto es que el modelo capitalista tiene que hacer cambios, una mayor apertura, inversión, mayor uso de la política y no de decisiones autoritarias. Una mirada bien precisa de donde están los puntos, capital general, tensión, riesgos y amenazas”.
Estados Unidos está dividido, estamos hablando de terrorismo doméstico, no de terrorismo internacional. El país está bastante dividido y no sabemos cómo vayan a reaccionar estos grupos una vez que Donald Trump acepte su derrota, afirma la doctora en Ciencias Políticas por la New School for Social Research de Nueva York, Guadalupe Correa-Cabrera.
“Estamos en una época en la que Estados Unidos está inmerso con muchas divisiones, probablemente más que antes, con tensiones religiosas, raciales, las relativas a la identidad sexual, de clase, etc., y donde tanto un grupo político como otro [demócratas y republicanos] han ayudado a alentar estas divisiones”, subraya la académica vía telefónica.
Profesora de la George Mason University (Universidad de George Mason, en Virginia), la catedrática asegura que “Trump se va, pero se queda” porque los grupos que lo apoyan, los supremacistas blancos, pues tienen mucho odio contra las minorías, y podrían desencadenar actos de violencia.
Considera que la percepción de que Biden es socialista y que las minorías van a dominar, no es del todo realista, aunque estima que hay una mayor atención hacia las minorías de parte del partido demócrata cuya ala progresista está ganando muchos espacios.
Por ejemplo, indica que seguidores de los demócratas Bernie Sanders y Alexandro Cortés no proponen un cambio a las estructuras económicas, sino mejoras al sistema democrático del país, lo cual enoja bastante a los grupos de ultraderecha que se han enfrentado a los grupos de Black Lives Matter en los últimos meses.
Por otro lado, están grupos radicales de izquierda, muy vinculados a Black Lives Matter, pero que tienen vida propia en el norte de Dakota, son anarquistas y están en contra del sistema.
Correa-Cabrera coincide con los reportes del CSIS y la Amenaza Nacional, y señala que confirman eventos violentos. “Cualquiera que haya llegado a la Casa Blanca corre el riesgo de dejar descontento en un grupo de la sociedad estadounidense auspiciando las confrontaciones violentas porque el país está muy polarizado”, acota.
Bajo estas circunstancias de violencia, en las que estos grupos, tanto de izquierda como de derecha, son capaces de dañar a la sociedad civil, la catedrática estima que podría acrecentar el terrorismo doméstico. Ello, en virtud de que con Donald Trump se elevaron las tensiones con su discurso incendiario y muchos de los grupos que lo apoyan están muy enojados con su derrota.
La elección de Donald Trump en su momento es síntoma de la polarización que se ha venido desarrollando en los últimos años y que las élites de Estados Unidos no han hecho nada para que la sociedad se mantenga cohesionada.
[fullwidth style=”default” fullwidth=”NO” background_color=”#f2f2f2″ background_image=”” background_repeat=”no-repeat” background_position=”left top” mesh_overlay=”no” border_width=”0px” border_color=”grey” padding_top=”20″ padding_bottom=”20″ padding_left=”20″ padding_right=”20″ text_align=”” text_color=”#1D1E1B”]
El CSIS clasifica en tres tipos amplios de individuos y redes terroristas de derecha en Estados Unidos: supremacistas blancos, extremistas antigubernamentales e incels (“célibe involuntario”).
Existen numerosas diferencias entre (e incluso dentro de) estos tipos, como la ideología, capacidades, tácticas y nivel de amenaza. Los adherentes también tienden a combinar elementos de cada categoría, pero hay algunos puntos en común, como el hecho de que operan bajo un modelo descentralizado.
Las amenazas de estas redes provienen de individuos, no de grupos. Por ejemplo, el activista antigubernamental y supremacista blanco Louis Beam abogó por una estructura organizativa que denominó “resistencia sin líderes” para atacar al gobierno de Estados Unidos.
En segundo lugar, estas redes operan y se organizan en gran medida en línea, desafiando los esfuerzos de aplicación de la ley para identificar atacantes potenciales.
Los terroristas de derecha han utilizado varias combinaciones de Facebook, Twitter, YouTube, Gab, Reddit, 4Chan, 8kun (antes 8Chan), Endchan, Telegram, Vkontakte, MeWe, Discord, Wire, Twitch y otras plataformas de comunicación en línea para perpetrar sus ataques.
Terrorismo de derecha se refiere al uso o amenaza de violencia por parte de entidades subnacionales o no estatales cuyos objetivos pueden incluir la supremacía racial o étnica; oposición a la autoridad gubernamental; ira hacia las mujeres, incluso del movimiento incel (“célibe involuntario”); e indignación contra determinadas políticas, como el aborto.
Hay tres tipos amplios de individuos y redes terroristas de derecha en Estados Unidos: supremacistas blancos, extremistas antigubernamentales e incels. Existen numerosas diferencias entre (e incluso dentro de) estos tipos, como la ideología, las capacidades, las tácticas y el nivel de amenaza. Los adherentes también tienden a combinar elementos de cada categoría.
Pero hay algunos puntos en común. Los terroristas en todas estas categorías operan bajo un modelo descentralizado. Las amenazas de estas redes provienen de individuos, no de grupos. Por ejemplo, el activista antigubernamental y supremacista blanco Louis Beam abogó por una estructura organizativa que denominó “resistencia sin líderes” para atacar al gobierno de Estados Unidos.
Terrorismo de izquierda implica el uso o la amenaza de violencia por parte de entidades subnacionales o no estatales que se oponen al capitalismo, imperialismo y colonialismo; perseguir cuestiones ambientales o de derechos de los animales; abrazar creencias pro-comunistas o pro-socialistas; o apoyar un sistema social y político descentralizado como el anarquismo.
La extrema izquierda incluye una mezcla descentralizada de actores. Los anarquistas se oponen a un gobierno centralizado y al capitalismo, y han organizado complots y ataques contra objetivos gubernamentales, capitalistas y de la globalización. Los grupos ambientalistas y de derechos de los animales, como el Frente de Liberación de la Tierra y el Frente de Liberación Animal, han llevado a cabo ataques a pequeña escala contra empresas que perciben como explotadoras del medio ambiente.
Terrorismo religioso incluye violencia en apoyo de un sistema de creencias basado en la fe, como el islam, el judaísmo, el cristianismo y el hinduismo, la principal amenaza de los terroristas religiosos proviene de los yihadistas salafistas inspirados en el Estado Islámico y Al Qaeda.
Si bien el terrorismo religioso es preocupante, Estados Unidos no enfrenta hoy el mismo nivel de amenaza por parte de extremistas religiosos, particularmente aquellos inspirados por grupos salafistas yihadistas como el Estado Islámico y Al Qaeda, como en algunos países europeos.
Finalmente, terrorismo etnonacionalista se refiere a la violencia en apoyo de objetivos étnicos o nacionalistas, a menudo luchas de autodeterminación y separatismo a lo largo de líneas étnicas o nacionalistas.
Al entregar el Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal 2025 a la Mesa de la…
En diferentes medios de comunicación, nacionales e internacionales, se ha estado diciendo que en México…
El Paquete Económico 2025, el cual fue presentado por el secretario de Hacienda (SHCP), Rogelio…
En el foro de cooperación intergubernamental del G20, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo propondrá reducir…
https://youtu.be/UNWebrZ3S6o
El vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Vedant Patel, no se manifestó a…
Esta web usa cookies.