Las subastas se efectúan desde tiempos de la esclavitud. Con el paso de los siglos, han sufrido muchos cambios y han definido varios “modelos”, como el holandés o el inglés, que hemos descrito en números anteriores de esta revista.
Seguramente en estos eventos siempre han ocurrido trampas y engaños. En las licitaciones de contratos de servicios, quizá, han ocurrido acuerdos previos y las subastas han sido simuladas. En este texto, ofreceremos informaciones recientes publicadas en una llamada cumbre de negocios, celebrada en Estados Unidos, que hacen parecer que en las licitaciones de los bloques petroleros en México por lo menos una de las empresas estadunidenses está haciendo una interpretación abusiva de sus atribuciones y ofreciendo más de lo que la legislación le permite; pero, tal vez, sólo nos exhibe cómo funcionan las subastas en México.
Algunos creen que en la industria petrolera de México este mecanismo de asignación comenzó con la reforma de Enrique Peña Nieto, pero en realidad no es así, porque los contratos de servicios se otorgaban mediante subastas.
Como resultado de la reforma energética de 2008 surgió un nuevo tipo de contrato: el integral de exploración y producción (CIEP). Éstas contrataciones fueron otorgadas mediante subastaa, aunque también podían ser asignadas directamente por el gobierno.
Pero en México todos los mencionados y otros llamados “concursos”, relativos a compras, siempre estuvieron rodeados de sospechas; en algunos casos, las evidencias de colusión entre los funcionarios y los contratistas fueron tan abundantes que ha sido objeto de litigios en tribunales. Desde luego no es un problema exclusivo de México: en Estados Unidos los grandes contratistas petroleros y de otras industrias estratégicas son parte del mismo gobierno.
Precisamente ante tantas suspicacias, cuando comenzaron las subastas de bloques, el gobierno explicó que en México se aplicaría una serie de “candados” y se ensayaría una serie de nuevas medidas.
Pero no, estamos en México, y entre las promesas, las disposiciones legales, el discurso y la realidad hay muchas diferencias.
En esa ciudad, que presume ser “la capital petrolera del mundo”, en la Avenida de las Américas funciona el Centro de Convenciones George R Brown, en el que cada año se celebra la North American Prospect Expo, NAPE por su sigla, que con los años dejó de ser un evento en el que se exponen y negocian proyectos sólo de Estados Unidos y ahora se comercializan prospectos de todo el mundo.
En la convención de este año, llamada “The 2017 NAPE Summit business”, entre los conferencistas participó Brian Link, jefe de geofísica de una empresa gringa llamada Global Shale Plays, proveedora de equipos de producción y servicios de ingeniería e inscrita en un programa de la Sener, llamado ARES, mismo que la autoriza a realizar un tipo limitado de exploración petrolera en territorio mexicano.
En su breve ponencia hizo algunas revelaciones: “La Comisión Nacional de Hidrocarburos de México otorgó a Global Shale Plays un área de prospección de 16 mil 100 kilómetros cuadrados, entregando a dicha compañía permiso para realizar estudios geológicos y geofísicos y ayudar a negociar directamente con varias autoridades mexicanas acuerdos de operación conjunta en bloques de exploración y explotación (Mexico’s National Hydrocarbon Commission awarded GSP a 16,100 sq-km prospect area, giving the company permission to conduct geological and geophysical (G&G) studies and assist in the joint operating agreement –JOA– process …).
En otras palabras, los contratistas (o algunos de ellos) ya tienen información geológica y geofísica realizada recientemente por empresas gringas y es la texana Global Shale Plays la que ofrece ayudar a los inversionistas en los trámites de un acuerdo de operación petrolera en México.
Pero no solamente ofrecen ayudar a los contratistas en un acuerdo de operación conjunta, JOA, también para que inicie un nuevo bloque de exploración.
¿Una sucursal de la CNH en Texas?
Los texanos de Global Shale Plays se presentan casi como una sucursal del gobierno mexicano: transcribimos nuevamente los ofrecimientos que se hicieron en la cumbre de negocios 2017. Dirigiéndose a los potenciales contratistas, el texano afirmó:
“Podemos hacer un estudio de Geología y Geofísica para usted y usted puede elegir sus propios bloques, podemos negociar directamente con Pemex y varias autoridades gubernamentales para obtener su propio acuerdo de operación conjunta o para que comience en un bloque de exploración” (“We can do a Geological & Geophysical for you and you can pick your own blocks and we can negotiate directly with Pemex and various government authorities to obtain your own Joint Operation Agreement or get started in an exploration block,” Link told a crowd that included potential investors”).
Los párrafos citados se tomaron de un artículo de una publicación del grupo Hart Energy, cuyo link transcribimos a continuación: Velda Addison, Senior Editor, “NAPE: Mexican Shale Prospects take spotlight (http://www.epmag.com/nape-mexican-shale-prospects-take-spotlight-1467751#p=full)
Si ofrecen al contratista que puede elegir sus propios bloques implica que pueden solicitar a la CNH que los licite, esta posibilidad existe en la legislación secundaria, se le llama “nominación”, pero ni es vinculante ni tiene el carácter abusivo con la que se presentó esa flexibilización de la legislación mexicana en Houston.
Cabe aclarar que desde que se aprobó la legislación secundaria y luego, en 2015, se publicó el llamado Plan Quinquenal de Licitaciones, se publicaron algunas breves líneas sobre qué se permitiría a empresas privadas para participar en el plan llamado “Autorizaciones de Reconocimiento y Exploración Superficial”, ARES, en el que además de los texanos de Global Shale Plays están inscritas otras 52 empresas nacionales y extranjeras. Lo que es una cuestión por definir es si tienen las facultades que pregonan en el extranjero.
Como ya adelantamos, desde la Legislación Secundaria existe la posibilidad de que cualquier compañía interesada en explorar o desarrollar un bloque proponga a Sener que éste sea incorporado al programa de licitaciones. Las revelaciones en Houston parecen confirmar que toda la cuadrícula terrestre y marina, así como el 100 por ciento de los bloques han sido abiertos a la nominación, con lo cual surgen nuevas duda de si en la práctica los bloques de las subastas mexicanas se diseñan, o comienzan a diseñarse, en el extranjero.
Si como se ofreció en Texas, la selección de los bloques que se van a subastar en México comienza allá mismo, y es el comisionista o coyote quien solicita que se licite el bloque que le interesa a su cliente, necesariamente hay un proceso de negociaciones previas. Supuestamente se trata de información reservada o confidencial, de tal manera que solo cuando ya ocurrieron las negociaciones los afectados se enteran de casos como el del bloque Amatitlán, que ha cambiado de manos cuatro veces.
Las revelaciones de la petrolera de servicios Global Shale Play reforzó la conjetura de que ya cambiaron las reglas y que ahora se permiten plazos más largos para el “estudio” de los bloques, así como mayor tolerancia a la ausencia de inversiones para esperar que el mercado se recupere, sea porque la demanda China levante o porque la OPEP decida disminuir su parte del mercado. Se abrió al sistema de “nominación” el 100 por ciento de las áreas y en una de las jornadas del 12 de julio se repitió la hazaña de licitar el 100 por ciento de lo ofrecido y aún más sorprendente, los bloques de gas en Burgos que fueron ofrecidos contra toda lógica económica, ya se encuentran entregados a contratistas privados.
¿Cómo se explica si cualquier método de evaluación de proyectos indica la imposibilidad de extraer gas con ganancias, ante la sobreoferta de los shales?
¿Se licitan para reservarlos al futuro?, ¿esos bloques serán perforados cuando la producción gringa de gas decline?, ¿quizá cuando levante la demanda o cuando mejoren los precios y se haga rentable la extracción shale en este país?
El modelo México de licitaciones, en el que sólo se formaliza una “nominación” y que ha sido festinado por el gobierno al celebrar que hubo cuatro, cinco o seis desempates y ha ganado 88 millones de dólares, podría reventar abruptamente e incluso ser la última de las subastas en este sexenio.
En otras palabras, podrán ganar muchas ocho columnas y ocupar mucho tiempo en las principales noticias de la televisión, pero la producción de gas seguirá cayendo, ya importamos más del 80 por ciento y de aceite aún más pronunciadamente. Los contratistas que licitaron el 100 por ciento de los bloques de la 2.3 o más del 80 por ciento de la 2.2, seguirán sin producción incremental. Podrán cambiar las reglas de las subastas y las bases y condiciones de los contratos, pero no pueden modificar la geología.
Este modelo de subasta que obedece a la ansiedad de apresurar el tránsito a manos privadas -un mecanismo de asignación que tal vez funcione en otros países-, fue convertido por Sener y CNH en una herramienta con un objetivo político, apoyados en una sobrevaloración del potencial y una incomprensión de las realidades y perspectivas del mercado, es sólo un capítulo más del fracaso de la reforma de Peña Nieto. Por su cercanía con disposiciones quizá ilegales, a lo mejor hasta deja en posición vulnerable e inseguridad jurídica a muchos contratistas que, con una leve modificación de la correlación de fuerzas con la misma legislación vigente, podrían ver anulados sus contratos.
Convendría también que gobierno, contratistas y pueblo estén atentos, pues conforme los agravios y abusos se exaltan, la gente parece dispuesta a resistir.
En este 2017 una de las movilizaciones más importantes fue el repudio al gasolinazo, aunque, a fin de cuentas, la población urbana se replegó sacrificando otros consumos; lo mismo hicieron los agricultores con el uso creciente de la gasolina popular y el huachicol; otra, la movilización que estalló en febrero de este 2017, en Tecpatán, un pequeño poblado al norte de Chiapas.
La población sorprendió a sus llamadas “autoridades” al realizar una simulación de la llamada “consulta popular” sobre la reforma energética, y el mismo día una multitud incendió el palacio municipal, desde luego el gobierno detuvo a varios manifestantes y una de las lideresas fue trasladada a la cárcel.
Acostumbrados a la derrota, se creía que sería un estallido efímero, que se apagaría a los pocos días, pero sorprendentemente ha sido el inicio de una movilización a lo largo de todo el curso de este año y se ha extendido a más de 10 municipios.
El resultado de la movilización fue la liberación de la líder y el gobierno dio marcha atrás al retirar una de las subastas el pasado 12 de julio, precisamente en Chiapas. Es un primer golpe serio a la Reforma Energética de Peña Nieto.
Fabio Barbosa
[ANÁLISIS PETROLERO]
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