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Reforma educativa, autoría de Mexicanos Primero

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Flor Goche / @flor_contra

La reforma “educativa” aprobada el año pasado resultó ser copia del proyecto que la asociación Mexicanos Primero promovió durante los 2 últimos sexenios. Críticos a la reforma educativa consideran que la organización empresarial se ha inmiscuido en un asunto de Estado: la educación pública. Señalan que el empresariado avanza en su anhelo de controlar el sector educativo

 

En septiembre de 2012, Mexicanos Primero publicó Ahora es cuando, documento que enumera las metas que, a decir de esta organización empresarial, debe lograr el país en un periodo de 12 años (de 2012 a 2024) para alcanzar al mundo desarrollado en cantidad y calidad educativa.

Destaca, en la página 30 del escrito, que “para 2013 debe ya iniciar una reforma del orden jurídico nacional, con cambios a la LGE [Ley General de Educación] y la reglamentación que le siga”.

Tan sólo 3 meses después de que la organización presidida por Claudio X González Guajardo –cofundador y expresidente de Fundación Televisa– hiciera pública su más acabada versión sobre el deber ser de la educación en México, ésta comenzó a trascender el papel.

El 2 de diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto, presidente de la República, y los dirigentes de los principales partidos políticos signaron el Pacto por México, acuerdo que contempla, entre otros objetivos, el impulso de una “reforma legal y administrativa en materia educativa”.

Dicha reforma no tardó en concretarse. Para febrero de 2013, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos había sido ya modificada. Los cambios a los artículos 3 y 73 de la Carta Magna prometían garantizar la “calidad” (concepto de origen mercantil y empresarial) de la enseñanza.

Con el documento Ahora es cuando en mano, Hugo Aboites Aguilar, doctor en educación por la Universidad de Harvard, reflexiona en torno a esta cadena de sucesos. En el contexto del foro La Propuesta Educativa de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, celebrado el 21 de octubre de 2013, advierte que sólo hay dos opciones: “o este documento está hecho por profetas que adivinaron exactamente lo que iba a ocurrir en este año [2013] o por un grupo que tiene el poder necesario para hacer que lo que agenda y calendariza se vuelva realidad”.

¿Es un logro de Mexicanos Primero la aprobación de la reforma educativa y de sus leyes secundarias? Claudio X González no se inmuta ante la pregunta que se le hace durante la conferencia de prensa titulada ¡El mundo no nos va a esperar! Resultados de México PISA 2012. Por el contrario, manifiesta que aunque durante los últimos 7 años la organización que preside ha pugnado por una transformación profunda de la educación y buscado “concientizar y movilizar a la sociedad a favor de una reforma educativa”, el crédito es colectivo.

“Hemos estado constantemente poniendo exigencia y propuesta en la mesa a lo largo de los últimos 7 años. Y esperamos que esto haya contribuido en algo a las reformas legales que se han logrado hasta ahora. Pero apenas estamos comenzando, y el crédito no es de una organización o de una persona en particular. Somos muchos los que hemos buscado esto”, dice el cofundador de la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación.

Para David Calderón Martín del Campo, director general de Mexicanos Primero, es un “mito que la reforma educativa actual es la reforma de Mexicanos Primero”. El exdirector de Proyectos Especiales de Cultura de la Fundación Teletón México, AC, precisa que “en todo caso, [la reforma educativa] está muy por debajo de lo que nosotros planteamos y esperamos”.

“Asalto empresarial” a la educación

El objetivo: alcanzar al mundo desarrollado en cantidad y calidad educativa. La ruta: recuperar la rectoría del Estado mexicano en educación, profesionalizar a los docentes, hacer eficiente y transparentar el gasto, dar autonomía y participación a las escuelas es, en síntesis, el planteamiento de Mexicanos Primero en Ahora es cuando, cuya primera edición data de septiembre de 2012.

A lo largo de 100 páginas, la organización empresarial establece metas muy puntales que considera deben cumplirse de 2012 a 2024 en el ámbito nacional y estatal, así como en los niveles de escolaridad primaria, secundaria y bachillerato.

Muy pronto los sectores críticos de la sociedad mexicana comenzaron a advertir las semejanzas entre los planteamientos de la organización empresarial y lo que 5 meses más tarde se traduciría en el primer fruto legislativo del Pacto por México: la reforma educativa, que apunta a “aumentar la calidad de la educación básica”, a “mejorar la calidad en los sistemas de educación media superior y superior” y a que “el Estado mexicano recupere la rectoría del sistema educativo nacional”. Ya para septiembre de 2013 entrarían en vigor también la Ley General de Educación, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente.

Para Hugo Aboites es clara la injerencia de Mexicanos Primero en la reforma educativa. También la de los organismos financieros internacionales. No obstante, señala que ésta es la primera vez que sus mandatos logran alcanzar el texto constitucional. Lo hacen al incorporar las palabras “calidad” y “evaluación” al Artículo 3, mismas que “no forman parte de la historia conceptual de los propósitos de la educación mexicana”.

En su libro No habrá recreo. Contra-reforma constitucional y desobediencia civil, el periodista Luis Hernández Navarro se refiere a la reforma educativa como “un asalto empresarial a la educación pública”. Y es que, explica, “aunque argumentaron que la reforma era una iniciativa en contra del poder fáctico de Elba Esther Gordillo, en los hechos es promovida por otros poderes fácticos no regulados como la OCDE [Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos] y la asociación empresarial Mexicanos Primero”.

El también fundador de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación detalla que los preparativos de esta reforma datan de 2012, con el lanzamiento por parte de Mexicanos Primero –“que oculta su naturaleza de grupo de presión de la derecha empresarial presentándose como parte de la sociedad civil”– de la película De panzazo, cinta que denigra a los maestros y los responsabiliza del fracaso educativo. “Sin ninguna transparencia, la organización empresarial utilizó el anzuelo del entretenimiento como vía para la presión política y escondió su agenda detrás de una supuesta demanda cívica”, acota.

Respecto de la influencia de organismos financieros internacionales, Hernández Navarro refiere que “no hace falta mucha ciencia” para ver en Mejorar las escuelas. Estrategias para la acción en México, informe que la OCDE dio a conocer en octubre de 2010, “la columna vertebral de la actual reforma educativa”. Entre las recomendaciones hechas en este texto destacan: definir la enseñanza eficaz, atraer mejores candidatos a la docencia, fortalecer la formación inicial docente, mejorar la evaluación inicial docente, abrir todas las plazas docentes a concurso, crear periodos de inducción y prueba, mejorar el desarrollo profesional, evaluar para ayudar a mejorar, incrementar la autonomía escolar y fortalecer la participación social.

Si la reforma educativa es fruto de los planteamientos tanto de la OCDE como de Mexicanos Primero, cabe preguntarse cuál es el vínculo entre éstas. Entonces, Hernández Navarro recuerda que en noviembre de 2011, durante la presentación del reporte Metas: estado de la educación en México 2011 –elaborado por Mexicanos Primero que “copia una tras otras las recomendaciones de la OCDE”–, fue transmitido un video-mensaje de José Ángel Gurría, secretario general de la Organización (también conocida como “el club de los países ricos”), en el que manifiesta: “Quiero felicitar a Mexicanos Primero por este trabajo ejemplar”.

A decir de Hugo Aboites, los planteamientos de una y otra resultan convergentes, es decir, sus “expresiones, manifestaciones, recomendaciones pueden ser distintas, incluso contradictorias en ciertos puntos, pero no se escapan del rumbo general, puesto que ambas son organizaciones financieras, empresariales, que creen tener la misión de dirigir la educación del país”.

Cabe detenerse, finalmente, en la trayectoria de personajes como Alejandro Ramírez Magaña, vicepresidente y fundador de Mexicanos Primero, quien en 2003 fue representante alterno de México ante la OCDE. O en la de Sylvia Schmelkes, quien antes de llegar a la presidencia del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) transitó por los consejos consultivos de la OCDE y de Mexicanos Primero.

Legisladores: “México, soberano en materia educativa”

Consultados por separado, legisladores integrantes de las comisiones de educación de la Cámara de Diputados y del Senado de la República, coinciden en que México conserva su soberanía en materia de educación.

Sólo difiere Víctor Reymundo Nájera Medina, secretario de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, de la Cámara de Diputados. El representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) considera que “ante la ausencia de un modelo educativo propio, se tiende a alinear la educación básica al modelo educativo mundial por competencias, que es el de la OCDE, el de la iniciativa privada”.

Para Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación de la Cámara de Senadores, la reciente reforma educativa –que aclara, no es educativa sino de corte jurídico-administrativo-laboral– no obedece a ningún organismo internacional, simplemente retoma “las mejores prácticas del mundo”. Y es que “la OCDE, que agrupa a 34 países, tiene la recopilación de las mejores prácticas en temas de democracia y economía”.

El militante del Partido Acción Nacional (PAN) comenta que la reforma educativa se deriva, más bien, del diagnóstico que en el periodo de transición presidencial presentaron diversos grupos sociales a Enrique Peña Nieto. “En la transición, me consta que grupos de diferentes orientaciones, no solamente empresariales, se acercaron al equipo del presidente electo para proponerle este tipo de medidas. Éstas se reúnen en una compilación, se mandan y se enriquecen”.

—¿Mexicanos Primero es uno de estos grupos? –se le pregunta.

—Mexicanos Primero fue uno de los grupos que promovieron varias de las cosas, pero en esto no hay originalidad ni autoría exclusiva. Mexicanos Primero tiene algunos años haciendo evaluaciones y un montón de recomendaciones, pero no son los únicos. Están, por ejemplo, Suma por la Educación, el Consejo Mexicano de Investigación Educativa o el Consejo Nacional de Autoridades Educativas. Es decir, no son ideas de la manga, así como para que se les ponga la estampita de “x” grupo o “y” asociación.

El legislador panista considera que es equivocado pensar que Mexicanos Primero esté dictando la política educativa del país.

“Por supuesto que no. Con todo respeto, es darles más peso de lo que tienen”.

—A partir de lo anterior, ¿es posible afirmar que es el Estado quien detenta el mando de la educación?

—Sí. Por mandato constitucional y legal y porque tiene, por fortuna, la voluntad política de hacerlo.

Para Ernesto Alfonso Robledo Leal, secretario de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la Cámara de Diputados, las similitudes entre el documento Ahora es cuando y la reforma educativa se explican porque, en el contexto del pasado periodo electoral, Suma por la Educación (red que agrupa a organizaciones como Mexicanos Primero) hizo que los entonces candidatos a la Presidencia firmaran “ciertas propuestas básicas para mejorar la educación de este país”, mismas que ahora “están reflejadas en la propia ley”.

—¿Considera que los empresarios orientan el rumbo de la educación en el país?

—No creo. Yo creo que [la reforma educativa] sí tiene alguna relación con las grandes empresas. Creo que sí puede haber ese tipo de cosas, por ejemplo, grandes empresas están relacionadas ahora con la reforma en telecomunicaciones o con la reforma energética. Esto siempre ocurre. Pero lo que no creo es que ellos puedan, con ello, apropiarse de la educación de este país.

—¿El país ha perdido soberanía en materia educativa?

—No, por supuesto que no. El país se mide de muchas maneras, con indicadores internacionales, no solamente nacionales. Hay una forma de medir la temperatura en todo el mundo que es el termómetro, y el termómetro es el mismo aquí que en China, África y Oceanía. Lo mismo pasa con una prueba internacional. Las pruebas internacionales a las que se somete México no tienen que ver con su soberanía –responde el también integrante de la bancada del PAN.

José Enrique Doger Guerrero, diputado y también secretario de la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos, asegura no conocer el documento Ahora es cuando. De lo que sí tiene la certeza, dice, es que las propuestas para la reforma educativa surgieron de grupos de trabajo “tanto del gobierno federal de las áreas de educación, así como de la Cámara de Diputados y la de Senadores”.

—¿No hubo línea de organizaciones empresariales como Mexicanos Primero?

—No, por supuesto que no hubo línea. Qué bueno que coincidan éstas y muchas otras organizaciones en las cosas que son necesarias. Ni lo dictó Mexicanos Primero, ni permitiríamos que lo dictara.

—¿Y respecto de organismos internacionales como la OCDE? ¿Sus planteamientos también influyeron?

—No. Por lo menos en lo que a mí corresponde, yo no aceptaría directrices de ningún organismo externo ni financiero. Pero si a lo que se refieren es a que los organismos financieros tienen grupos de investigación y a que en muchos casos sus posturas en términos de la calidad de la educación coinciden no sólo con las de México, sino con las de muchos países, eso sí, porque la calidad es una. No se puede pensar que hay una calidad mexicana, una brasileña y una china. Entonces, es un poco una cuestión bizantina: yo creo que no debe haber directrices externas, pero en términos de calidad y en el marco de la globalización son fronteras muy difuminadas.

México, historia de intervención

El interés del sector empresarial, tanto nacional como internacional, en la educación no es nuevo. Data de décadas atrás, según refiere Hugo Aboites. No obstante, dice que “la presencia de estos organismos es cada vez más fuerte y, al mismo tiempo, más detallada y específica”.

Tal como lo documenta en su libro La medida de una nación. Los primeros años de la evaluación en México: Historia de poder y resistencia (1982-2012), el primer antecedente de dependencia del país en materia educativa data de la década de 1980, luego de la deuda contraída con la banca internacional que provocó, en un primer momento, la reducción del gasto educativo y, en un segundo momento, un cambio radical en la orientación de la educación que se imparte en México.

Ya para finales de la misma década, el Fondo Monetario Internacional presionaba para reformar el manejo del personal público, constituido mayoritariamente por el magisterio, con el fin de hacer más “productivo” su trabajo. Asimismo, el Banco Mundial apuntalaba hacia la construcción de una reforma educativa basada en la mejorar la “eficiencia” (así se entendía entonces a la calidad) de la escuela.

En 1994, en el marco del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, México estrechaba relaciones con la OCDE y, entonces, se sometía a una primera evaluación por parte del organismo, cuya propuesta apuntaba hacia la mercantilización de la educación. La Organización, a su vez, le emite recomendaciones muy específicas de cumplimiento obligatorio, pues “la costumbre es que los países examinados rindan cuentas al Comité de Educación de la OCDE”.

En el ámbito nacional, el doctor Aboites refiere que la primera en poner sus ojos en este ramo fue la Iglesia Católica, allá por el siglo XIX. De la mano de los empresarios de la época, logró la supresión de la palabra “socialista” del Artículo 3 constitucional, situación que a la larga “se traduciría en un progresiva derechización del rumbo de la educación”.

Luego el gobierno de Miguel de la Madrid fue parteaguas del crecimiento de la porción de la riqueza destinada al sector empresarial y, por tanto, de su consolidación. Así, al inicio del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, los puntos de vista de los empresarios sobre la educación y otros terrenos dominaban el horizonte, situación que favoreció el establecimiento de una alianza política gobierno-empresarios con un plan estratégico a mediano plazo.

Dicha alianza tuvo su primer momento en 1988, cuando el Instituto de Proposiciones Estratégicas del sector empresarial presentó al gobierno una voluminosa agenda de cambios contenida en el documento Propuestas del sector privado. Fue también en ese periodo cuando, en formal acuerdo con las cúpulas empresariales, surgió un nuevo modelo de educación superior, el de las universidades tecnológicas.

Hugo Aboites habla del cambio sustancial que se vivió entre 1988 y la época actual. Refiere que antaño las propuestas de los empresarios no tenían el grado de especificidad y poder que ahora han conseguido. “Todavía en 1988, la agenda empresarial era adoptada paulatinamente, con el paso de los años y junto con otros factores. Ahora la situación es diferente: vino la propuesta, la negociación, y de inmediato el cambio, el asalto al Artículo Tercero constitucional”.

 

 

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  Fuente: Contralínea 368 / 12 enero de 2014 

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