Uruguay: los trabajadores no permitirán el retroceso

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Prensa Latina

La izquierda formalmente sigue gobernando en Uruguay, pero los trabajadores no se confían e inmediatamente se movilizan –incluso con paros generales– ante las indecisiones del gobierno de Tabaré Vázquez. A la fecha van seis manifestaciones

Juan Carlos Díaz Guerrero/Prensa Latina

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Montevideo, Uruguay. El más reciente paro general parcial convocado por la única central sindical uruguaya Plenaria Intersindical de Trabajadores-Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT) expresó el sentir de una organización obrera que busca profundizar los cambios en el actual escenario político.

Desde la asunción en marzo pasado de Tabaré Vázquez a la Presidencia, suman seis las movilizaciones que enfrentó el Ejecutivo –una de ellas general–, lo cual pudiera parecer una contradicción entre la masa trabajadora y la coalición de gobierno encabezada por el Frente Amplio.

Este paro no es en contra del gobierno, sino para empujar que los cambios propuestos en 2004 y 2005 se sigan profundizando en el actual escenario político, dice en entrevista con Prensa Latina Daniel Diverio, secretario general de la Construcción del Uruguay.

En la masiva huelga del 12 de noviembre, bajo la consigna “si a los trabajadores les va bien, le va bien al país”, los sindicalistas uruguayos demandaron un aumento del salario real, mayor y mejor inversión pública, y alcanzar un presupuesto en la educación acorde a las necesidades del pueblo.

Otros reclamos están asociados a la aprobación de leyes que aseguren a los trabajadores poder cobrar si la empresa cierra, empleo para personas con discapacidad y aprobar una legislación que contemple modificaciones tributarias.

Diverio apunta que el paro se enmarcó en un plan de acción generado desde principios de año por la central obrera en defensa de fuentes de trabajo y en rechazo, fundamentalmente, a las pautas salariales de los consejos de salario. Esas pautas sólo pueden entenderse en un escenario de retroceso económico, y “ésa no es la situación que estamos viviendo hoy en el país”, comenta el también integrante del secretariado ejecutivo del PIT-CNT.

“Es verdad que en Uruguay tenemos un enlentecimiento de la economía, pero no estamos en retroceso”, remarca.

Abunda que los criterios salariales impuestos hoy por el Ejecutivo “nosotros los rechazamos contundentemente”.

“No hay mejor forma de profundizar los cambios si no es con los pueblos movilizados en la calle”, asevera.

El dirigente sindical uruguayo reconoce que los avances más importantes alcanzados por los obreros en las últimas décadas “han sido en este escenario político, conquistado por nosotros”.

“En 2004 –dice– cuando logramos revertir y poner un gobierno de izquierda en Uruguay, presidido por el Frente Amplio, fue también por el rol primordial que desempeñamos los trabajadores para avanzar.”

Diverio acentúa que como “este escenario político es nuestro”, entendemos la necesidad de “seguir peleando y movilizándonos para profundizar los cambios”.

Recalca que está claro que los trabajadores “tenemos memoria y conocemos las situaciones que teníamos antes”.

Hoy en Uruguay, y gracias a la solidaridad del hermano pueblo cubano, hemos logrado que más de 50 mil personas que “iban a morir ciegos puedan recuperar su vista”.

Consejos de salarios

Los consejos de salarios fijan el monto mínimo de los sueldos que deben percibir los trabajadores, empleados u obreros del comercio, la industria, oficinas y escritorios de propiedad privada, y los servicios públicos no atendidos por el Estado.

Y en cualquier época del año el Poder Ejecutivo podrá solicitar de oficio o por intermedio del ministro competente la constitución de los consejos de salarios, paso éste que tiene lugar en noviembre en el país suramericano.

Milton Castellano, director del Instituto Cuesta Duarte, del PIT-CNT, dijo a periodistas que las negociaciones salariales “están extremadamente estancadas en algunos casos”, y es la primera vez en los últimos 10 años que se da la posibilidad de que el trabajador pierda salario.

“Antes se discutía cuánto iba a ganar, pero nunca perder”, afirmó Castellano.

Valoró la posibilidad que el gobierno termine decretando en varios de los grupos. “Yo desearía que no, sería un retroceso en la negociación colectiva. Es el peor escenario”, consideró.

Para el presidente de la central sindical uruguaya PIT-CNT, Fernando Pereira, éste es un asunto que no debe tocarse; y “si se toca tendrán a todo el movimiento sindical, enfrentando cualquier modificación que se quiera hacer”.

“Nosotros no hacemos lobby, como dicen algunos; nosotros luchamos para conquistar cosas para los más débiles”, manifestó el líder obrero ante los cientos de miles de trabajadores de diversos sectores de la sociedad que desfilaron el 12 de noviembre por la Avenida 18 de Julio de Montevideo.

La marcha multicolor con carteles y enormes telas con reclamos abarcó varias cuadras de la principal arteria capitalina hasta llegar a la Cámara de Comercio, donde Pereira expresó su desacuerdo con recientes declaraciones del vicepresidente de esa institución, Gustavo Licandro.

Días atrás, Licandro dijo que en Uruguay lo mejor sería que no existieran los consejos de salarios. “Quien dijo que los consejos de salarios deberían desaparecer –aseveró el dirigente sindical–, estamos acá para decir con claridad que la negociación colectiva no se toca”, apostilló.

“Si sabremos nosotros –subrayó Pereira– lo que pasó entre 1990 y 2005 cuando no fueron convocados los consejos de salarios.”

Recordó que durante esos años era común que los empresarios despidieran a los trabajadores de un supermercado por participar en un acto del 1 de mayo en su día libre.

“Toda una política discriminatoria que instrumentaron los gobiernos sucesivos de Luis Alberto Lacalle, Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle, que destrozó al Uruguay”, remarcó.

Marcelo Abdala, secretario general del PIC-CNT, explicó que el acto organizado frente a la Cámara de Comercio fue para ratificar la firmeza, defensa de intereses y principios, y “por el respeto a este movimiento sindical democrático, clasista y de masas”.

Subrayó que seguirán polemizando con “la utopía reaccionaria” del gran capital por ese sueño de “liquidar las conquistas, aumentar la plusvalía y promover la desregulación de los trabajadores”.

“La bestia parda enemiga de la humanidad, el imperialismo estadunidense, tratará de frenar y hacer retroceder los avances de las luchas de nuestros pueblos”, advirtió Abdala.

El dirigente reconoció que “los puentes no están rotos” con el gobierno y hay “múltiples espacios de diálogo, hay acuerdos y desacuerdos, pero de ninguna manera están rotos los puentes, ni institucional ni personalmente con sus distintos integrantes”.

Intentos divisionistas

La central PIT-CNT resume la existencia de más de 100 años de lucha del sindicalismo uruguayo y debe su nombre a la fusión el 1 de mayo de 1983 del Plenario Intersindical de Trabajadores y la Convención Nacional Trabajadores.

Esta fuerza de más de 400 mil afiliados se constituye, según su historia, “en el referente indiscutible de las distintas luchas, experiencias de clase y corrientes del movimiento sindical uruguayo y de su proceso de unificación en torno a un programa y una organización”.

Por eso llamó la atención, en el orden mediático, que un grupo de 11 sindicatos con unos 500 afiliados anunciaran días atrás la conformación de una nueva central sindical paralela al PIT-CNT.

Estaría integrada por sindicatos de los ministerios de Industria y Transporte, y corrientes gremiales del correo, la enseñanza, la Cooperativa Magisterial, seguridad privada e industria mecánica, entre otros.

A este intento divisionista salió al paso Pereira, quien catalogó de “rupturistas” a los que intentan impulsar la creación de una nueva central sindical.

“Ésta es la única central sindical, la que se forjó en la lucha de la década de 1960, la que resistió un golpe de Estado en la clandestinidad, en el exilio, en la prisión y en la calle”, sentenció.

Por su parte, Abdala admitió la existencia de opiniones diversas “dentro de nuestras filas, todas válidas porque forman parte del crisol de la democracia”.

Esos “intentos divisionistas de las patronales y el imperialismo una vez más se romperán los dientes contra la férrea unidad de nuestra clase”, afirmó.

Juan Carlos Díaz Guerrero/Prensa Latina

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