Los hechos históricos de los kurdos han despertado durante siglos asombro y perplejidad y han sido rara vez objeto de comentarios en los medios de comunicación de Occidente hasta recientemente. Desde la invasión de Irak y el conflicto abierto en Siria, tanto los medios de comunicación mainstream como los políticos estadunidenses han dado un halo romántico a los kurdos para justificar la narrativa intervencionista occidental en estos países. Desde que Estados Unidos invadió Siria, Estados Unidos e Israel han sostenido el Kurdistán semiautónomo, comprándoles Israel por valor de 3 mil 840 millones de dólares en petróleo, un movimiento que podía tener ramificaciones geopolíticas y económicas para las dos partes.
En 2015, el Financial Times informó de que Israel había importado tanto como el 77 por ciento de su reserva en petróleo del Kurdistán en meses anteriores, adquiriendo unos 19 millones de barriles entre principios de mayo y el 11 de agosto. Durante ese período, más de un tercio de todas las exportaciones del norte de Irak, embarcadas por el puerto turco de Ceyhan, fueron a parar a Israel, sumando transacciones del orden de casi 1 mil millones de dólares, según el informe que se apoyaba en “datos de embarque, fuentes comerciales y rastreo de petroleros por satélite”.
Las ventas son una muestra de la creciente asertividad del Kurdistán iraquí y de la consiguiente erosión de los lazos entre Erbil y Bagdad que desde hace tiempo alberga temores de que el objetivo último de los kurdos sea independizarse totalmente de Irak.
En 1966, el ministro de Defensa iraquí Abd al-Aziz al-Uqayli acusó los kurdos de Irak de querer establecer un “segundo Israel” en Oriente Medio. También declaró que Occidente y Oriente están dando apoyo a los rebeldes para crear un nuevo Estado de Israel en el norte de su territorio, tal como lo hicieron en 1948 cuando fundaron Israel. Sorprendentemente, la historia se repite en su relación actual –cuya existencia sólo se menciona de pasada por ambas partes por miedo a represalias.
Durante una gran parte del conflicto de Siria, varias milicias kurdas han llegado a contar entre los aliados más cercanos de la coalición estadunidense en el país, recibiendo cantidades masivas de armas y cargamentos de armas pesadas, así como entrenamiento por parte de miembros de la coalición. Las milicias kurdas dominan también las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el grupo con respaldo estadunidense mejor conocido por liderar la ofensiva patrocinada por la coalición sobre Raqqa, la fortaleza del Emirato Islámico (Daesh). Las armas que Estados Unidos ha proporcionado a los combatientes kurdos y árabes de la coalición contra el Emirato Islámico incluyen artillería pesada, morteros, armas antitanques, vehículos blindados y equipamiento de ingeniería.
En mayo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aprobó armar a las milicias kurdas en Siria con armamento pesado, incluyendo morteros y ametralladoras. Al mes de la aprobación de Trump, 348 camiones con asistencia militar fueron entregados al grupo, añadió Anadolu. Según los datos de esa agencia de prensa, la lista de armas que el Pentágono entregará al grupo incluye 12 mil rifles Kalashnikov, 6 mil ametralladoras, 3 mil lanzagranadas y aproximadamente 1 mil armas antitanques de procedencia rusa o estadunidense.
Los envíos estadunidenses incluían 130 camiones, con 60 vehículos pasando el 5 de junio y otros 20 el 12 de junio, según Sputnik News.
El 17 de junio, Sputnik News informó que Estados Unidos sigue proveyendo el Partido de Unión Democrática (PYD) en Siria con munición para combatir Daesh y que había entregado 50 camiones cargados en un sólo día, según informes de prensa turcos. Un poco antes, los camiones habían alcanzado la ciudad de Hasakeh, en el noroeste de Siria.
Los lazos, tanto los históricos como los actuales, que unen a los kurdos y los israelíes han reportado beneficios a ambas partes. En el pasado, Israel obtuvo servicios de inteligencia y apoyo para miles de judíos que huían del Irak baazista. Los kurdos recibieron seguridad y ayuda humanitaria, así como vínculos con el mundo exterior, especialmente con Estados Unidos. El primer reconocimiento oficial de que Jerusalén ha proporcionado ayuda a los kurdos data del 29 de septiembre de 1980, cuando el primer ministro Menahem Begin hizo saber que Israel había dado apoyo a los kurdos “durante su levantamiento contra los iraquíes, de 1965 a 1975” y que Estados Unidos estaba al corriente de ese hecho. Begin añadió que Israel había enviado instructores y armas, pero no unidades militares.
Los kurdos son el mayor grupo nómada del mundo que ha permanecido sin Estado. Este hecho ha permitido a los poderes occidentales utilizar el desarraigo de los kurdos como herramienta para dividir, desestabilizar y conquistar Irak y Siria, donde los intereses coloniales apuestan fuerte por el petróleo y el gas.
La coalición de criminales de guerra dirigida por Estados Unidos está usando elementos de la población kurda de Siria para lograr su objetivo de destruir el Estado democrático no beligerante de Siria, dirigido por su presidente popular y democráticamente elegido, Bachar al-Assad. Washington busca crear divisiones sectarias y étnicas en un país que, antes de la guerra iniciada por Occidente, no las tenía.
Sin embargo, los estudiosos del pueblo kurdo rechazan esta caracterización porque no encaja en su relato de los acontecimientos históricos, relato que les atribuye un Estado en un punto concreto del tiempo. La mayoría de las fuentes demográficas estiman su población en 30 millones. Rechazan asimismo la idea de que son usados como peones.
Respondiendo a la pregunta de dónde la administración autonómica “trazaría la línea” sobre el apoyo de Estados Unidos y de otras superpotencias, el colíder del Partido de Unión Democrática de los Kurdos Sirios (PYD), Salim Muslim Muhammad, afirmó “nuestra garantía es nuestra mentalidad. Depende de cuánto eduquemos y organicemos a nuestro pueblo. Si defendemos nuestros valores y nuestra ideología, las grandes potencias no nos pueden usar como peones”.
Tal vez ningún grupo humano de los tiempos modernos ha sido tan idealizado como los kurdos por la consciencia occidental. Retratados de manera consistente como “luchadores por la libertad” eternamente peleando por una tierra que les es negada, los kurdos han sido frecuentemente utilizados durante la historia por otros países e imperios como flecha sin llegar nunca a ser arco.
En el caso presente, los kurdos son utilizados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) e Israel para cumplir el propósito colonialista moderno de dividir grandes Estados como Irak en pequeños Estados para lograr metas geopolíticas. Cuando las naciones están divididas en pequeños Estados, son fáciles de conquistar por entidades extranjeras. Es una jugada característica que las naciones imperialistas poderosas usan con el fin de colonizar naciones más pequeñas y menos influyentes. Los kurdos han sido manipulados a lo largo de la historia como títeres en esta estrategia de “divide y conquista” y se siguen dejando utilizar por poderes coloniales.
¿Oportunistas de extrema izquierda o auténticos revolucionarios?
En un artículo escrito en 2007, el analista de prensa senior del NPR Daniel Schorr afirmó que los kurdos de Irak tienen una larga historia de ser utilizados como títeres en luchas de poder regionales. En este momento se encuentran en medio de una disputa entre Estados Unidos e Irán por el dominio del Oriente Medio.
En 1973, el presidente Richard Nixon y el secretario de Estado Henry Kissinger hicieron que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) instigara un levantamiento en el norte de Irak contra Sadam Hussein. Estados Unidos se retiró de la rebelión cuando Sadam y el Sah de Irán zanjaron sus diferencias, abandonando los kurdos a su suerte. Sorprendentemente, los kurdos parecen sufrir de amnesia al elegir cooperar una vez más con Washington, que les ha utilizado recurrentemente para su provecho.
Durante la guerra del Golfo posterior a la toma de Kuwait por Irak en 1990, el presidente George HW Bush instó a los kurdos y a los chiítas del sur a rebelarse contra Sadam.
Tras la victoria, el ejército estadunidense permitió a Sadam conservar sus helicópteros de combate y éste los usó para castigar a centenares de kurdos y chiítas. La opinión pública estadunidense forzó finalmente la administración a establecer zonas de exclusión aérea en el norte y en el sur para proteger ambas poblaciones.
La lealtad kurda a Estados Unidos le ha costado al pueblo kurdo un alto precio y no sin cierto narcisismo la administración Bush presumía de decir a los kurdos supuestamente autónomos qué relaciones podían mantener con otros países de la región, incluido Irán, el rival de Estados Unidos. Pero en realidad los kurdos se encuentran una vez más en medio de una disputa entre Estados Unidos e Irán por el domino del Oriente Medio.
Andrew Exum, un exalto funcionario del Pentágono para la política del Medio Este, que sirvió como ranger del ejército, dijo “…esta decisión –armar un grupo estrechamente unido a una organización terrorista extranjera, que ha librado una década de insurgencia contra el Estado turco– probablemente repercutirá en las relaciones de Estados Unidos con Turquía durante las próximas décadas”. El gobierno turco ha insistido mucho sobre el hecho de que la milicia kurda está estrechamente vinculada con el Partido de los Trabajadores Kurdos, grupo separatista conocido como PKK. Este grupo está listado por Turquía, Estados Unidos y Europa como organización terrorista.
El libro mundial de datos de la CIA cifra la población kurda, a grandes rasgos, en 14.5 millones en Turquía, 6 millones en Irán, de 5 a 6 millones en Irak y menos de 2 millones en Siria, lo que suma cerca de 28 millones de kurdos en lo que llaman el “Kurdistan” y las regiones limítrofes.
Sin embargo, otras fuentes afirman que en Siria sólo quedan 1.2 millones de kurdos a causa de la guerra –cuidadosamente planificada y calculada– impuesta por la OTAN y sus aliados del Golfo. Aproximadamente el mismo número migró a Alemania durante los últimos 6 años.
Es importante diferenciar a los kurdos que se han integrado en sus países de residencia actual y descartan la idea de fundar un “Kurdistán” de los que, hambrientos de poder, se permiten formar equipo con Occidente e Israel para ayudar a desestabilizar la región. Algunos kurdos de Siria, especialmente los que residen en zonas no controladas por los kurdos, como Damasco, son leales al gobierno sirio y declararon haber votado por Assad en 2014.
Assad ganó esas elecciones libres y democráticas con 88.7 por ciento del voto popular sobre los otros dos candidatos. Al principio de la guerra en Siria, había kurdos combatiendo en el Ejército Árabe Sirio, que recibían armas y sueldos igual que sus homólogos sirios. Aún quedan unos pocos en el Ejército Árabe Sirio en el sur de Siria.
Pero en el nordeste de Siria muchos kurdos han desertado para unirse a las fuerzas lideradas por Estados Unidos, donde las armas, los salarios y el entrenamiento los proporciona Estados Unidos.
Los sirios consideran a los kurdos que han permanecido leales a Siria como sus hermanas y hermanos sirios y la traición kurda que describe este artículo no se aplica a ellos. La coalición flexible de grupos rebeldes sirios conocida como las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), es armada, entrenada y respaldada por Estados Unidos. El grupo está actualmente implicado en las primeras etapas de la batalla contra la fortaleza de Daesh en Raqqa, Siria.
Una cuestión que es importante recordar es que el marcador étnico “kurdo” se refiere a hablantes de varias lenguas, relacionadas entre sí, pero distintas. Las dos más importantes son el sorani, en Irak e Irán, y el kurmanji en Siria, Turquía y regiones limítrofes más pequeñas en Irak e Irán. El sorani tiende a usar el alfabeto árabe mientras que el kurmanji usa el alfabeto latino, lo que muestra lo diferentes que pueden ser una de otra.
El gobierno regional del Kurdistán iraquí (KRG) está predominantemente constituido por hablantes de sorani, mientras el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el PYD y otros grupos nacionalistas en Siria y Turquía hablan kurmanji. Esta división ubica de manera natural estas expresiones políticas divergentes en el territorio. No es tan simple como superponer las fronteras del KRG sobre las de los territorios controlados por el PYD y el PKK.
Por otro lado, Turquía no combate las aspiraciones de los hablantes de sorani en el mismo grado en que combate las de los hablantes de kurmanji. Alentar la autonomía de los kurdos iraquíes no debería entrañar los mismos problemas para la alianza turco-estadunidense como lo haría alentar el nacionalismo kurdo sirio-turco.
La búsqueda de la independencia es intrínseca de la identidad kurda. Sin embargo, no todos los kurdos desean un Kurdistán unificado que reuniría las regiones kurdas de 4 países soberanos diferentes. La mayoría de los movimientos y partidos políticos kurdos se centran en los problemas y la autonomía de los kurdos dentro de sus países respectivos. Dentro de cada país, hay kurdos que se han asimilado y cuyas aspiraciones pueden limitarse a mayores libertades culturales y reconocimiento político.
En todo el Oriente Medio, los kurdos han perseguido sus metas con vigor a través de múltiples grupos. Mientras algunos kurdos fundaron organizaciones y partidos políticos legítimos, esforzándose en promover los derechos y libertades de los kurdos, otros han librado conflictos armados. Algunos, como el PKK turco, han usado tácticas de guerrilla y ataques terroristas contra civiles, incluso contra sus conciudadanos kurdos.
El amplio conjunto de partidos políticos y grupos kurdos refleja la división interna de los kurdos, división que a menudo sigue las líneas divisorias tribales, lingüísticas y nacionales, tan pronto como es modelada por rivalidades y desacuerdos políticos. Las tensiones entre los dos partidos políticos kurdos iraquíes dominantes, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP) y la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) escalaron hasta desembocar en una guerra civil que mató a más de 2 000 kurdos a mediados de los años 1990.
La desunión política se extiende también allende las fronteras, mediante partidos y organizaciones kurdas que se ramifican al exterior o que forjan alianzas con países vecinos. Hoy, los desacuerdos sobre las expectativas de autonomía en Siria o las relaciones de los kurdos iraquíes con el gobierno turco, han generado tensiones que han enfrentado el KDP iraquí y su organización siria hermana, el KDP-S, con el PKK y su rama siria, el PYD. Aun así, grupos adversarios kurdos han trabajado juntos cuando ha sido mostrado conveniente. La amenaza que representada Daesh ha llevado el Peshmerga afiliado al KDP a luchar junto a las fuerzas sirias del PYD.
Determinados grupos kurdos han negociado, en ocasiones, no solamente con sus propios gobiernos sino también con los de países vecinos –en algunos casos a expensas de sus relaciones con sus hermanos kurdos–. Las complejas relaciones entre los grupos kurdos y entre los kurdos y los gobiernos de la región han fluctuado y se han formado y desdibujado alianzas al ritmo en que han ido cambiando las condiciones políticas. Los expertos citan la desunión de los kurdos como la causa primaria de su incapacidad para formar un Estado propio.
Occidente declara que los kurdos son una de las fuerzas más morales y dignificadas que luchan contra Daesh en el Oriente Medio. Pero si su meta es vencer a Daesh, como afirman, ¿por qué cometen genocidio contra los sirios en el proceso? Tomando esto en consideración, es difícil justificar la afirmación recurrente de Occidente de que los grupos terroristas armados kurdos están tratando de ayudar a Siria. La realidad del terreno contradice esos elogios vacíos que Occidente usa para blanquear el apoyo que está brindando a esas organizaciones terroristas. Esa narrativa falsa se usó de hecho para armar a los kurdos en Siria con el fin de crear inestabilidad y división.
Es extraño que los kurdos sean tan antagonistas de los sirios, dado que Siria ha sido ampliamente acogedora para ellos. Por ejemplo, se hicieron reformas en Siria en 2012 para beneficiar a los kurdos. “El presidente Assad emitió un decreto otorgando la ciudadanía siria árabe a las personas registradas como extranjeras en la provincia de Hassake”, según la agencia de noticias SANA. La medida, que benefició a unos 300 mil kurdos, llegó una semana después de que Assad encargara a un comité “resolver el problema del censo de 1962 en la provincia de Hassake”.
En enero 2015, la agencia de noticias SANA reportó que el entonces primer ministro, Wael al-Halqi, había dicho “los kurdos son un componente profundamente arraigado en la sociedad siria y Ain al-Arab es una parte de Siria cercana al corazón de todos los sirios”. Al-Halqi pronunció su declaración durante un encuentro con una delegación kurda que incluía personalidades kurdas. También instó a todos que descartaran la violencia y extendieran la amistad, reiterando que se podía lograr una solución a la crisis siria “a través del diálogo nacional y consolidando las reconciliaciones nacionales”, indicando que el diálogo tenía que situarse, sin lugar a dudas, bajo el paraguas nacional, lejos de los dictados extranjeros”.
En 2014, la Agrupación Democrática Civil de Kurdos Sirios dijo que la firmeza del pueblo de Ain al-Arab frente a los terroristas expresaba el compromiso de los kurdos sirios con su afiliación a su patria siria. El alto consejo de secretarías de la agrupación dijo que la firmeza de Ain al-Arab era digna de admiración y que las tentativas de transgresión contra la integridad del territorio de Siria formaban parte de un complot destinado a crear el caos y la división y de dinamitar el eje de la resistencia.
Son sólo unos ejemplos de los esfuerzos del gobierno sirio para unir a todos los que viven dentro de las fronteras del país. Pero aún con estas acciones de buena fe, las FDS han elegido ponerse del lado de los enemigos de Siria en vez de trabajar con el ejército sirio.
Un acuerdo reciente, iniciado y negociado por Estados Unidos entre una facción del Ejército Sirio Libre (ESL) y las FDS lideradas por los kurdos, establece condiciones por las cuales las negociaciones iniciadas por Estados Unidos permitirían a una facción del ESL, la brigada al-Muatasim, hacerse pacíficamente con 11 pueblos del norte de Siria controlados por las FDS. Las líneas generales de este acuerdo sin precedente se anunciaron el 10 de mayo, haciendo saber que la coalición liderada por Estados Unidos ha delegado en al-Muatasim la tarea de hacerse cargo y administrar los pueblos designados.
Al-Muatasim es conocido por ser un fuerte aliado de Estados Unidos, razón por la cual fue elegido para hacerse cargo de los pueblos designados. Esto prueba con más fuerza el hecho de que Estados Unidos, las FDS y el ESL continúan trabajando juntos. Su cooperación forma parte de un esfuerzo para oponerse al progreso realizado por el ejército árabe sirio y sus aliados.
Sarah Abed/Red Voltaire
[BLOQUE: ANÁLISIS][SECCIÓN: INTERNACIONAL]
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