En el operativo Código Negro –que el gobierno de México lanzó en contra del Cártel Jalisco Nueva Generación– participan directamente agentes de Estados Unidos, señala el doctor Jorge Retana Yarto, exdirector de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional, que depende del Centro Nacional de Inteligencia (CNI, antes Cisen). Explica que el Código Negro es un acuerdo entre ambos países, en el cual “las fuerzas federales y los organismos de inteligencia dejan de operar cada quien en su ámbito territorial, y empiezan a operar de manera conjunta tanto las fuerzas como los organismos de inteligencia”.
La cooperación bilateral, expone el experto en seguridad nacional, no sólo es para el intercambio de información: se empiezan a hacer operaciones conjuntas. “El Código Negro implica que las fuerzas federales empiezan a actuar conjuntamente con las organizaciones armadas de Estados Unidos y con los organismos de autoridad. Es decir, se diseña una estrategia, se empieza a generar un cuarto de operaciones y se empieza a actuar conjuntamente”.
Como ejemplo, cita la detención del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera: cuando “se detiene al Chapo, los helicópteros que estaban dirigiendo la operación de la [Secretaría de] Marina y de las fuerzas terrestres de la DEA [Agencia Antidrogas estadunidense] estaban tripulados por gente del Departamento de Justicia, por los marshall”.
—El presidente Andrés Manuel López Obrador ha venido diciendo que los agentes de Estados Unidos iban a limitar su actuación en México, ¿con el Código Negro esto cambia?
—Sí. Precisamente las visitas seguidas que estuvimos viendo de los funcionarios de Estados Unidos eran, precisamente, para ponerse de acuerdo en este asunto. Nunca habíamos tenido tres visitas en dos meses y medio del más alto nivel, porque vienen [funcionarios] del más alto nivel. Entonces, precisamente la urgencia de ellos era lograr la colaboración. Acuérdense que el presidente López Obrador estuvo hablando con la vicepresidenta [Kamala Harris] y estuvo hablando con Joe Biden. Para ellos era fundamental que México activara el Código Negro, pero además que pasara a una actitud de ofensiva con relación a esta organización.
El exfuncionario del CNI indica que, por ello, las fuerzas federales prácticamente están combatiendo diario contra el CJNG. “Tenemos alrededor de un mes aproximadamente en donde los combates se suceden a diario, es decir, las fuerzas federales pasaron de una actitud de presencia disuasiva, de una actitud de cuidar los territorios para darle seguridad a la población, hacia un planteamiento táctico de carácter ofensivo”.
Agrega que el cerco que tratan de tender para capturar al líder “de la organización de las cuatro letras” comprende cuatro estados de la República: se trata de una operación de carácter regional, dirigida por la información de los servicios de inteligencia de Estados Unidos y México. “Los servicios mexicanos estuvieron en la captura de la esposa [Rosalinda González Valencia], tuvo una participación muy activa el CNI: estuvieron cuidando la escena del crimen, estuvieron particionado de una manera directa”.
—¿Directamente, o sea, los agentes del CNI?
—Directamente con los agentes de la inteligencia militar.
—La Secretaría de la Defensa Nacional dijo en su comunicado que había una participación conjunta, en efecto, con el CNI y con la Fiscalía General de la República, pero que habían sido elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional quienes habían llevado a cabo el operativo. Se entendía que solamente la participación del Centro Nacional de Inteligencia había sido en términos de generar la inteligencia que posibilitara la ubicación, y que esta ubicación permitiera que se diera la detención. Pero, ¿entonces hubo personal del Centro Nacional de Inteligencia en la escena?
—Muy cercanos a la escena, porque la operación táctica de captura la tienen que hacer militares, porque puede haber una respuesta armada. Ahí los agentes del CNI no iban armados. Muy cercanos, digámoslo así, a la escena. Pero, lo que trato de destacar es que en otras operaciones el papel de los organismos como la DEA, los Marshall, etcétera, había sido determinante. En este caso es importante resaltar que la inteligencia civil y militar de México hizo posible esta captura. Ya tenemos un primer resultado tangible.
No obstante, esta detención desató la furia del CJNG que desapareció y asesinó a dos marinos como venganza, y ejecutó a civiles para mandar un mensaje al gobierno federal. Al respecto, el doctor Retana Yarto advierte que la respuesta del Cártel Jalisco seguirá siendo violenta. “No estamos hablando de personas de cualquier nivel, estamos hablando del más alto nivel de una organización poderosísima a nivel internacional: Estados Unidos lo sitúa junto con la mafia roja y las triadas chinas; entonces, cuidado con la respuesta. Tenemos que estar previendo que el operativo militar tenga efectividad, pero también la protección a las comunidades cercanas, porque no sabemos la dimensión de la respuesta”.
Para el experto en seguridad nacional, era mejor cercar a Nemesio Oseguera y lograr una entrega negociada para evitar el baño de sangre, “porque ellos tienen capacidad militar para reaccionar de una manera bastante violenta”.
El 10 de octubre pasado, Contralínea reveló que los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden acordaron aplicar un Código Negro contra el Cártel Jalisco Nueva Generación, para reducir la violencia en el territorio nacional y frenar el flujo de fentanilo al vecino país del norte. En éste se emplean elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, con el objetivo de desmantelar totalmente al grupo criminal del Mencho.
Datos de la Unidad de Inteligencia Financiera apuntan que el CJNG opera en 28 entidades federativas, de las cuales en 17 –incluidas Jalisco y Sinaloa– se disputa el control territorial con su principal enemigo: el Cártel de Sinaloa. Los otros 15 estados en guerra son: Baja California, Baja California Sur, Sonora (donde también opera el cártel de Los Beltrán Leyva), Chihuahua, Coahuila, Zacatecas (estos dos últimos, con presencia del Cártel del Noreste), Colima, Estado de México (también bajo el asedio de La Familia, Guerreros Unidos y Los Zetas), Guerrero (que también es territorio de Guerreros Unidos y La Familia), Oaxaca (con presencia de Los Beltrán Leyva), Chiapas, Aguascalientes (en estos dos últimos también opera el Cártel del Golfo), Tabasco, Quintana Roo (bajo disputa, además, de los Zetas y el Golfo), y Querétaro.
Las otras entidades donde el Cártel Jalisco se ha asentado son: Tamaulipas, Nayarit, San Luis Potosí, Michoacán, Ciudad de México, Guanajuato, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Veracruz y Morelos. Al respecto, la Fiscalía General de la República indica que este grupo criminal sólo tendría presencia en: Jalisco, Nayarit, Colima, Michoacán, Guanajuato, Guerrero, Morelos y Veracruz.
No obstante, el operativo Código Negro se concentra en Jalisco y Nayarit (en específico en Bahía de Banderas. La estructura criminal que está bajo la mira de las autoridades de los dos países incluye a otros cabecillas de este grupo criminal trasnacional.
De acuerdo con información del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, además de Nemesio Oseguera Cervantes, otros líderes de la organización son: Julio Alberto Castillo Rodríguez, jefe de la plaza en el Puerto de Manzanillo, Colima, y quien es yerno del Mencho; y Gonzalo Mendoza Gaytán, alias Sapo, jefe de la plaza de Puerto Vallarta, Jalisco.
Bajo el liderazgo de Castillo Rodríguez se han identificado a los hermanos Aldrin Miguel –alias Chaparrito– y José Jesús Jarquín Jarquín –el R32–; además de César Enrique Díaz de León Sauceda, alias Lobito; y Fernando Zagal Anton. Mientras que bajo el mando de Mendoza Gaytán están: Carlos Andrés Rivera Varela, alias La Firma y de nacionalidad colombiana, y Francisco Javier Gudiño Haro, apodado Gallina, a quienes las autoridades estadunidenses ubican como “los actores más violentos del CJNG basados en Puerto Vallarta”.
Otro aliado de Nemesio Oseguera fichado por las autoridades de Estados Unidos, por brindar apoyo material a las actividades del narcotráfico del Cártel Jalisco, es Juan Manuel Abouzaid el Bayeh.
El Departamento del Tesoro también ha alertado del fuerte nexo entre el Cártel Jalisco y el grupo criminal Los Cuinis, alianza que se deriva del matrimonio entre el Mencho y Rosalinda González: sus hermanos de esta última son los líderes de Los Cuinis.
Por ello, en el operativo Código Negro participan decenas de miles de militares, indica el doctor Retana Yarto, llevan armamento sofisticado, apoyo aéreo. “Es la planeación que se está desarrollando para lograr una captura con el menor costo posible, pero obviamente estamos hablando de decenas de miles de militares, no estamos hablando de 30, ni de 100 ni de 200. Estamos hablando de varios miles”.
En entrevista con Contralínea, Jorge Retana Yarto –doctor en gerencia pública y política social, maestro en administración pública, licenciado en economía con especialidad en inteligencia para la seguridad nacional– observa que “el tema del Cártel Jalisco Nueva Generación es el tema del gran líder de la organización criminal en nuestro país. En Estados Unidos existe una crisis sanitaria severa, por las decenas de miles de muertes que hay cada año [por el uso de opioides], y esto naturalmente ha generado una enorme presión social y política sobre el gobierno del presidente Joe Biden”.
El problema de la llamada crisis de los opioides, en especial del fentanilo, no es nuevo. No obstante, el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México detalla que se ha agudizado, pues al año ocurren cien mil muertes por estas adicciones. “Naturalmente a Estados Unidos le falta la complementariedad que le puede prestar el gobierno de México” para combatir el tráfico de fentanilo.
En ese contexto, el doctor Retana Yarto indica que, por el enorme costo social que tienen los enfrentamientos armados, especialmente las bajas directas de los cuerpos armados de México y las bajas colaterales, el presidente López Obrador dio la orden a las Fuerzas Armadas de no responder a ningún tipo de hostigamiento de carácter armado de la delincuencia, a rehuir los combates.
“Sin embargo, podemos apreciar que en muy poco tiempo, en alrededor de tres meses, quizás un poco menos, se produjeron tres reuniones en México con los encargados de este tema de los Estados Unidos. Esto significa que Estados Unidos ha estado haciendo una labor de presión –no necesariamente es un estigma eso– con el gobierno mexicano para obligarlo a asumir un mayor compromiso con el tema del cartel Jalisco Nueva Generación.”
El exdirector de la Escuela de Inteligencia del CNI señala que por ello “se activó el Código Negro, que esto es la actuación conjunta de las fuerzas regulares, tanto en Estados Unidos como en México. En Estados Unidos hace dos años que vienen deteniendo. Aquí la estrategia es muy clara, desarticular la organización en Estados Unidos que permite que todos los productos que comercializa el Cártel Jalisco lleguen a cualquiera. Están en 52 ciudades ya de Estados Unidos, entonces, desarticular toda esa organización, pero además, generar, a través del gobierno mexicano, con la asesoría, la información de inteligencia del gobierno mexicano, generar una enorme presión militar en toda la región”.
El doctor Retana Yarto señala que la captura de la esposa de Nemesio Oseguera, Rosalinda González Valencia, es producto de esa campaña: un resultado tangible. “Estamos hablando, de probablemente la segunda jerarquía dentro del Cártel, y no solamente la segunda jerarquía, sino la primera jerarquía en cuanto al manejo financiero, que son recursos descomunales”. Ello, porque a la mujer se le atribuye precisamente orquestar el lavado de dinero de la organización.
El académico de la UNAM indica que una de las características del CJNG es que producen todo el blanqueo de su capital fuera de México. “Esto los ha abstraído de una, probablemente no la totalidad, pero una parte muy grande, los ha abstraído de la posibilidad de que la Unidad de Inteligencia Financiera que ya había, hace un año aproximadamente, bloqueado alrededor de 500 o 1 mil cuentas, se abstraen de esta posibilidad de represión. Estamos hablando de una organización, verdaderamente, que tiene un nivel de operación cualitativamente superior. No estamos hablando de cualquier tipo de organización”.
—¿Es decir que el Cártel Jalisco Nueva Generación tendría una capacidad de estrategia mucho mayor que lo que veníamos viendo de otros cárteles del narcotráfico?
—Absolutamente sí. En términos organizativos, en términos operativos, ellos han generado un cuadro muy amplio de alianzas a nivel regional y subregional, y han extendido su organización y su capacidad de operación. De tal manera que, y esto es muy importante, sin perder la centralización del mando que está básicamente entre Oseguera y sus cuñados de la organización de Los Cuinis, que son hermanos de su esposa.
Para el doctor Retana Yarto, se trata de una organización muy poderosa que ha logrado posicionarse, no sólo territorialmente en México y en Estados Unidos, sino en términos organizativos, de una manera muy sincronizada con mandos muy centralizados y con un conjunto de operaciones muy claras que los han convertido en el enemigo número uno de Estados Unidos, por la crisis sanitaria y sociopolítica que se ha generado por el enorme abastecimiento de los productos relacionados con el fentalino, con los opiáceos: en los mercados se venden, en muchos casos, combinados con otras sustancias.
—Se le conoce ya como “la muerte”.
—La muerte” le dicen en las calles porque son altamente letales, y tienen un poder psicoactivo muy alto, incluso se llegan a combinar con otros productos también, como, puede ser la cocaína. La letalidad de este tipo de drogas compuestas es tremenda, es verdaderamente espeluznante la forma en que se ha estado muriendo la gente con este tipo de productos.
—En Estados Unidos ¿qué pasa? Siempre se le atribuye a los cárteles mexicanos, en su momento a los cárteles colombianos, que son los que tenían el control del mercado estadunidense, sin embargo, no se habla de las bandas que existen allá. ¿Ahí faltaría labor de las propias autoridades, de la DEA, del FBI, para mapear justamente cómo están allá? ¿Son cárteles?
—Es crimen organizado el que existe también.
—¿De estadunidenses?
—Estadunidenses. Es crimen organizado. Mira, ellos no dan muchos datos sobre esto. El último dato que yo tuve, de hace aproximadamente unos seis o siete años, es que existían 1 mil 200 organizaciones dedicadas a llevar a todos los rincones del territorio estadunidense distintos tipos de drogas, y este fue un dato que dio la Oficina de Naciones Unidas para el Combate a las Drogas. Mil doscientas organizaciones; desde luego, como aquí, ha de haber una cierta jerarquía, organizaciones más pequeñas, organizaciones más grandes; pero, lo fundamental es entender que los grupos que operan el mercado estadunidense, en el caso por ejemplo, del cartel del Pacifico, o de “las cuatro letras”, o como dicen “de la última letra”, no pueden actuar sobre un terreno en donde nadie participe en esto, de ninguna manera. Lo que pasa es que esas organizaciones son de estadunidenses.
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