“Los pesticidas naturales –bioinsumos– son la solución para acabar con el uso de los agroquímicos altamente tóxicos como el glifosato”, aseveró Mercedes López Martínez, directora de la Asociación de Consumidores Orgánicos (ACO). “La agricultura regenerativa orgánica en químicos secuestra el carbono y lo regresa a la tierra. La humedece, la enriquece y enfría el planeta”. Lo que provoca un efecto contrario a la agricultura industrial que ha contribuido a la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.
Estas declaraciones se realizaron luego de la conferencia de prensa “Una década resistiendo a Monsanto: en defensa de la milpa y los maíces nativos mexicanos”. La doctora de biorganica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló a Contralínea que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) –designado por el gobierno para realizar investigaciones científicas sobre los efectos del glifosato y los bioinsumos– ha convocado a diferentes foros y recopilado una amplia investigación sobre los daños del glifosato y sus posibles alternativas.
Lamentablemente, López Martínez informó que la propuesta de legislar sobre los bioinsumos en el Congreso se ha visto obstaculizada por legisladores cercanos a la industria, quienes desean continuar utilizando los pesticidas altamente tóxicos.
En ese sentido, explicó que Conacyt ha convocado a foros y mesas de trabajo con organizaciones campesinas para recabar información y realizar un mapeo a nivel nacional.
“Nos han buscado como campaña maíz, o como Biorgánica, que es la organización para la que yo trabajo. Hemos sido parte de estas investigaciones y mucha gente de las comunidades campesinas, pueblos originarios de este país, para documentar esta parte”.
En el marco del décimo aniversario de la Demanda de Acción Colectiva contra la siembra de maíz transgénico en México, la directora de la ACO también mencionó que se están buscando fábricas que produzcan bioinsumos como alternativas agroecológicas a gran escala. Ésto con el objetivo de reducir la dependencia de los fertilizantes químicos “que tanto dañan a la población”.
López Martínez destacó el respaldo de diversas personas y grupos que respaldan esta investigación como aquellos que cultivan productos orgánicos, por ejemplo, aguacate, tabaco y vainilla. Asimismo, están los grupos del Bajío con un proyecto que se llama “El billón de agaves” para restaurar los pasajes y capturar el carbono. “Están las comunidades como la de Vicente Guerrero de donde viene Alicia [Sarmiento] que llevan más de 20 años con ferias. O sea, hay toda una serie de sustento y trabajo muy importante que documenta todas estas propuestas y alternativas”.
A ello se añade “el uso de los bioinsumos naturales sin químicos, sin fertilizantes de las siembras orgánicas regenerativas. No estoy hablando de la certificación, sino de la manera de producir que están documentadas”.
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