Quinta parte. En la estrategia empresarial que busca debilitar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador –y que investigadores y académicos consultados por Contralínea identifican como un intento de golpe de Estado blando–, los medios de comunicación –dueños, comunicadores, opinadores e intelectuales– juegan un papel activo a través de la constante propagación de noticias falsas, mentiras, rumores y ofensas; pero también del llamado calentamiento de calle.
Por ello, atizan movimientos legítimos –como el feminista, que en el fondo no les importa pues no exigen una legislación nacional que garantice el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo– y otros creados ex profeso –como el plantón del Frente Nacional anti-AMLO, el decálogo del BOA (bloque opositor amplio) y las protestas de automóviles en caravanas que exigían la renuncia del presidente.
Por momentos, también magnifican algunas problemáticas sociales –como la falta de medicamentos para niños con cáncer, el cambio de subsidio a estancias infantiles por apoyos directos a las familias, las muertes provocadas por la pandemia e incluso la falta de vacunas al inicio de la inoculación contra la Covid-19–, sin explicar o siquiera referenciar el fondo de esos problemas. Por ejemplo, los medios han omitido sistemáticamente abordar la corrupción de las grandes farmacéuticas y de los intermediarios y su relación financiera con asociaciones civiles como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad; así como, en el caso de las estancias infantiles, los padrones inflados con “niños fantasma” o los negocios de políticos en esos rubros –como el caso de los familiares de Margarita Zavala.
En el caso de la mortandad por la pandemia, se les “olvidó” exponer que México es uno de los países con más obesidad, hipertensión y diabetes entre su población, por la mala alimentación que se generó con políticas laxas hacia los productos industrializados (por la falta de regulación en el etiquetado, en la publicidad engañosa y la permisiva venta de productos chatarra en escuelas); tampoco les gusta comparar las tendencias mundiales de defunciones por cada 100 mil habitantes, porque eso desmiente su forma amarillista de abordar este tema. Y en el caso de las vacunas, omitían informar que estaban acaparadas por las potencias económicas mundiales.
Aunado a ello, generan sus propias campañas de desprestigio con acusaciones insostenibles –como que en México no hay libertad de expresión y se censura a la prensa y a los críticos, cuando en realidad supuestos “intelectuales” como Héctor Aguilar Camín hasta insultan al primer mandatario sin enfrentar ninguna consecuencia por ello; también afirman que se vive una dictadura o que López Obrador no es un demócrata, cuando más de 30 millones de ciudadanos votaron por él en 2018 y fue él mismo quien propuso un referéndum para revocación del mandato para 2022, además de haber promovido nuevas leyes para no tener fuero.
Otra forma en la que buscan incidir y hasta manipular es con la cobertura excesiva que le dan a la oposición política y empresarial, para desacreditar y deslegitimar al gobierno. Y lejos de buscar equilibrio informativo, cierran espacios a informaciones positivas a la imagen pública del presidente, a opiniones afines al gobierno o a las que simpatizan con la lucha anticorrupción que encabeza López Obrador. Ello va homogeneizando el discurso conservador y de derecha.
El objetivo de todas estas estrategias mediáticas que interactúan entre sí es generar tal desesperanza en la población que votó por el cambio de régimen, y generalizar lo más posible el descontento social para que, llegado el momento, se facilite el derrocamiento del presidente de la República legítimamente electo, y sin que los promotores del golpe enfrenten grandes protestas.
Al teorizar las fases del golpe de Estado blando, el politólogo estadunidense Gene Sharp apunta que esta estrategia emplea técnicas no frontales ni violentas para desestabilizar a los países en los ámbitos económico, político y social, y que los medios de comunicación son esenciales para ello.
De acuerdo con esas fases, se comienza por ablandar a la sociedad a través del malestar y la desesperanza; deslegitimar las acciones gubernamentales por medio de la difusión de mensajes adversos, ofensas y noticias falsas; luego se promueven constantes movilizaciones de protesta; se emplean rumores para generar escenarios de falsa carestía y, con ello, señalar la incompetencia del gobierno e iniciar juicios injustos contra los gobernantes; finalmente viene la fractura institucional, donde los procesos judiciales avanzan, los medios de comunicación los apoyan y los gobiernos finalmente caen.
La oposición de los medios al gobierno federal se da en conjunto, observa el doctor en filosofía política José Gandarilla Salgado. El investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM explica: “esto consiste en señalar siempre lo que está muy de moda de las fake news o lanzar mensajes que no son acertados sino políticamente intencionados”.
El también director de Memoria, revista de crítica militante, señala que “el grupo de opinión que ha sido evidenciado por ser afín al anterior régimen, y a las tropelías que en esa estructura se consolidó con el Pacto por México, son las plumas y las voces que no dejan pasar ninguna situación al Ejecutivo o al partido por el cual llegó al gobierno”.
En México, los medios han difundido campañas de desprestigio contra prácticamente todas las políticas gubernamentales por medio de mensajes adversos, mentiras, ofensas y fake news (como la noticia falsa de la primera muerte por Covid-19 del empresario José Kuri, que se publicó el 15 de marzo de 2020, cuando falleció hasta el 26 de julio). Tal como lo enuncia Sharp, han promovido constantes movilizaciones de protesta y emplean rumores para generar escenarios de falsa carestía y, con ello, señalar la incompetencia del gobierno (como con las vacunas contra la Covid-19).
La doctora en economía Patricia Pozos Rivera, profesora-investigadora de la Facultad de Economía de la UNAM, observa que una de las estrategias del poder económico opositor es financiar las campañas mediáticas en contra del gobierno y no sólo a través de los medios convencionales. “Así como lo maneja Sharp, tienen que ser difundidos rumores, intrigas o generar ciertas fake news o algunos comentarios que no son reales, los cuales son difundidos a través de Facebook, a través de las redes. Creo que estos empresarios dan dinero para que empiecen a correrse este tipo de rumores. También para las campañas directas”.
Los medios y los empresarios van más allá. Otra académica de la Facultad de Economía de la UNAM, la economista Magdalena Galindo Ledesma, observa que “cuando el propio Gene Sharp habla del calentamiento de calle y la organización de manifestaciones, propone poner el acento en el movimiento feminista y el movimiento ecologista”. Ello, porque ambos incorporan a todas las clases sociales, independientemente de su condición, entonces “es muy significativo que el propio Sharp recomiende poner atención en esos dos movimientos”.
Agrega que “en México justamente ha habido un gran impulso al movimiento feminista con un carácter airado y violento, y también al ecologista; por supuesto que se trata, y ése es su filo peligroso, de demandas absolutamente legítimas y sentidas por la población. El pasado 8 de marzo hubo anuncios de BBVA, de Televisa y de gente que no se había manifestado antes, pero en este caso impulsaron con todo una campaña en favor del movimiento feminista y acusaron a López Obrador de no pronunciarse y de no favorecerlo”.
Esas acusaciones, considera la académica universitaria, son infundadas, pues éste es el primer gobierno “en que el gabinete es igualitario: hay muchas mujeres y la jefa del gabinete es la secretaria de Gobernación [Olga Sánchez Cordero]; y la Secretaría de Seguridad está en manos de una mujer [Rosa Icela Rodríguez], la del Trabajo [Luisa María Alcalde], la de la Función Pública [Irma Eréndira Sandoval]… Hay una participación realmente importante de la mujer en los puestos clave del régimen de López Obrador y se le dice que tiene una actitud en contra de las mujeres. Y lo que pasa es que [el presidente] está en contra de las manifestaciones violentas que están dirigidas contra el gobierno y no realmente con las demandas del feminismo”.
Entrevistada por separado, la doctora Patricia Pozos coincide en que buscan manipular “el movimiento de las mujeres: las protestas feministas que son denuncias legítimas y que sí se debe alzar la voz en contra de los abusos, pero es muy curioso que el año pasado el propio [BBVA] Bancomer estuviera a favor del paro de las mujeres el 9 de marzo. ¿De cuando acá un banco se ha puesto a promover un paro de labores cuando nunca están a favor de fomentar esa organización de los trabajadores? Creo que estas empresas o grupos se montan en demandas que son totalmente legítimas para tratar de decir que el Estado, el gobierno no las está atendiendo y por lo tanto desestabilizarlo”.
La doctora agrega que “el asunto es complejo porque cuando uno dice: ‘es que se manipula a las mujeres y se utilizan los movimientos’, pareciera que dice ‘es que las mujeres son tontas, no saben y se dejan manipular’. Y no. No es así”. La investigadora del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social de la UNAM, Patricia Pozos, aclara que se refiere a la intervención de la derecha en movimientos muy progresistas, pues “hasta integrantes del PAN y algunos empresarios declararon estar a favor de las mujeres, cuando las empresas siempre han explotado tanto a hombres como mujeres, y los panistas han estado en contra del aborto, que es una de las demandas feministas por excelencia y pues ahí es donde uno ve la contradicción”.
Los grupos de poder económico y político no sólo alentaron el paro de labores y las protestas en las calles con uso de bombas molotov, sopletes y marros, sino que llegaron a financiar acciones más agresivas. Ejemplo de ello es que el gobierno de la Ciudad de México documentó que una de las principales patrocinadoras de la toma de las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos –en septiembre de 2020,en donde se saqueron y quemaron recursos– fue Beatriz Gasca Acevedo, entonces alta ejecutiva de GinGroup, la principal empresa de outsourcing en el país y cuyo dueño, Raúl Beyruti, está actualmente prófugo acusado de fraude fiscal y lavado de dinero.
Azuzar la inconformidad social no se limita al tema del feminismo. Medios y empresarios han incitado las protestas del personal médico en el contexto de la pandemia de Covid-19, y a últimas fechas hasta de los padres de niños con cáncer que ya no exigen medicinas, porque ya las recibieron, sino vacunas.
Para la doctora en lingüística y académica de El Colegio de México, Violeta Vázquez-Rojas, “toda la campaña de falsas noticias o falsas estimaciones de la estrategia contra la pandemia tiene, sin duda, el objetivo de generar en la gente esta desesperanza de que no vamos a salir de esto, que está mal manejado, que se pudo evitar”.
La investigadora señala como ejemplo el manejo informativo que los medios –incluidos algunos supuestamente alternativos– dieron al informe sobre la pandemia del Institute for Global Health Science el 13 de abril pasado, cuyos titulares aseguraban que México pudo evitar 190 mil muertes por Covid-19, “cuando el reporte ni siquiera decía eso. Entonces, ése es el tipo de pequeñas tácticas para deslegitimar toda una estrategia e inocular el sentimiento de que las cosas se hacen mal, de que otros países lo hacen muy bien. Esto es la gran mediática que hemos estado sufriendo durante todo este año: qué duro vivir una pandemia y encima de eso vivir todo este bombardeo de noticias y estimaciones, algunas hiperbólicas, algunas francamente falsas”.
Por ello, la doctora Vázquez-Rojas sostiene que “en ese punto sí podemos ver cómo se está implementando en México la fase del malestar y la desesperanza. Y entonces [los promotores del golpe blando] tienen un problema con la vacunación, porque es precisamente lo que le da a la gente mucha esperanza; y entonces todas las energías están enfiladas hacia deslegitimar la estrategia de vacunación. ¿Cómo? Haz el escándalo de que los médicos no han recibido su vacuna, cuando lo que tenemos es un problema enorme en el censo de los médicos privados porque ni siquiera están contratados, ni siquiera tienen base en los hospitales y no puedes saber exactamente a quién vas a vacunar, pero eso no lo mencionan, nada más mencionan que el gobierno no quiere vacunar a los médicos de hospitales privados y crear otra vez deslegitimación de la estrategia de vacunación, cuando desde que empezó ha imbuido mucha esperanza en la gente”.
Y agrega: “eso que llaman golpe blando sí pasa por arrebatarle a la gente la felicidad o la confianza en su gobierno, en el gobierno que eligió democráticamente, porque eso es importante: no es un gobierno que impuso el poder económico, es una lucha democrática de 18 años y que está ahorita enfrentando el golpe contramayoritario, tanto de los medios como de los jueces, que esa es otra parte también muy característica de los golpes blandos”.
Para la economista Magdalena Galindo, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de por sí entraña una coyuntura muy difícil para el país. Aún así, indica que tanto a los empresarios como a los medios no les han resultado las críticas, los ataques virulentos contra el doctor Hugo López-Gatell, “que efectivamente se inscriben en esa estrategia del golpe blando porque ésa es una de las recomendaciones de Sharp: desprestigiar al Ejecutivo en todos sus aspectos”.
Al respecto, considera que esa estrategia “no les ha resultado del todo bien, sobre todo por la llegada de las vacunas. Desde mi punto de vista, el tratamiento a la pandemia en México ha sido muy eficaz en el sentido de que se consiguió que nunca se saturaran los hospitales, como ocurrió en todo el mundo, en Estados Unidos, Perú, India, en muchísimos países y en el caso de México no la hubo, en ningún momento, incluso en la Ciudad de México se llegó a una alta ocupación, pero en ningún momento se llegó a la saturación. Y con la llegada de las vacunas, que además se contrataron con muchísima anticipación y, aunque ha habido el acaparamiento de parte de los países hegemónicos –Estados Unidos y Europa–, a fin de cuentas sí han llegado las vacunas a México y se ha avanzado rápidamente en la vacunación y esa realidad no ha sido posible debatirla con las campañas mediáticas”.
La académica no descarta que exista un gran flujo de dinero “para estos conductores y periodistas que participan en la campaña del golpe blando: esa es una acción tan permanente y tan extendida que sí tiene una gran peligrosidad, porque no es fácil contrarrestar esas campañas”.
La estrategia de desprestigio incluye la generación de campañas propias, como los señalamientos de que en el país se vive una dictadura, que el gobierno censura la crítica y que no hay libertad de expresión. Para la académica de El Colegio de México, Violeta Vázquez-Rojas, la defensa que hacen medios, comunicadores, opinadores e “intelectuales” de la libertad de expresión, “como si estuviera bajo amenaza, coincide con la definición de golpe blando. Cuando no ha habido, en ningún momento que yo recuerde, un régimen político en el que hubiera tanta libertad de expresión como ahora; lo que sí hay es un tú por tú en la discusión política, porque la libertad de expresión no es la libertad de permanecer incontestado: es libertad para unos y para otros. Es libertad de decir y libertad de contestar, y libertad de replicar. Entonces, ése es el ambiente que tenemos ahora”.
La investigadora observa que otra señal del golpe blando “es el uso de términos sumamente beligerantes para describir el estado actual de la libertad de expresión. ‘El presidente ataca’, ‘los ataques del presidente’, ‘el linchamiento del presidente’, cuando el linchamiento es una cosa horrible, es atentar contra la integridad física de una persona, una turba y sin un juicio de por medio, o sea es un fenómeno muy específico, muy dramático, y decir que si el presidente contesta una crítica es un linchamiento, o que llame conservador a un periodista es un linchamiento, me parece que son hipérboles que se utilizan para normalizar un ambiente… no quiero usar la palabra polarización porque esa también se usa para todo, un ambiente de fricción en el que se representa al gobierno como autoritario, como un gobierno intolerante, etcétera. Entonces creo que eso también parece coincidir con esa definición de Gene Sharp que la estrategia de defender la libertad de expresión que se encuentra bajo una supuesta amenaza, pero es una amenaza solamente en la retórica de los adversarios del presidente”.
Por su parte la economista Magdalena Galindo, académica de la Facultad de Economía de la UNAM, coincide en que esa acusación contra el gobierno es injustificada. “Realmente es increíble la libertad de expresión que hay hoy: los distintos periodistas y conductores de radio y de televisión no sólo critican al presidente abiertamente en todas las medidas que toma el gobierno, sino que lo insultan, le dicen groserías, como con Aguilar Camín. No sé cómo se atreven a decir que no hay libertad de expresión, pero hay que recordar que ésa es una de las vías que plantea Gene Sharp y que se ha utilizado en el caso de Venezuela, prácticamente en todos los casos de golpe blando en América Latina”.
El espectro de medios que participan en la estrategia de debilitamiento es cada vez más amplio e incluye a revistas y diarios extranjeros. Al respecto, el doctor en ciencias políticas y sociales Mario Alberto Zaragoza Ramírez identifica desde el portal LatinUs hasta el periódico español El País con su edición de México, “pensándolos como dos grandes extremos donde LatinUs es la parte más deteriorada del ejercicio periodístico, por supuesto. Y están, por supuesto, otros impresos como el Reforma que han jugado un papel fundamental para hacer una suerte de voceros o hacer una suerte de vocería de este movimiento que está articulado”.
El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM advierte que el problema no es que haya un grupo opositor al gobierno de López Obrador que se junte, “el problema es que se asume y se presenta como imparcial, y los medios como Reforma nos han presumido su imparcialidad, que no están comprometidos políticamente, y sin embargo si uno lee los titulares, bueno, se sabe que Reforma, LatinUs están jugando un papel en este mismo entramado. No necesariamente está mal que exista esta alianza de medios, políticos, asociaciones civiles, sino que se haga pasar por imparcial. Que se hagan pasar por asociaciones neutrales que no quieren incidir en la agenda pública cuando su discurso público tiene una posición tan firme frente a las políticas del gobierno actual”.
Respecto del daño que esta estrategia pueda generar al gobierno federal, el académico y exdirector de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional, Jorge Retana Yarto, considera que sería fundamentalmente a la credibilidad de López Obrador como gobernante, a su legitimidad, pues encabeza un proyecto de transformación social.
Por eso, indica, en el periodo electoral “le atribuyeron que defendía a un violador, porque lo que tratan de atacar es la credibilidad política, la legitimidad. Para un gobierno como el de Andrés Manuel es más importante la parte de la legitimidad que cualquier otra cuestión. ¿Le pueden llegar a hacer mucho daño? Claro que sí, porque si logran generar este vacío o este debilitamiento en su legitimidad, debilitan todo el proyecto”.
Otro ejemplo, observa, es el de las trampas que hicieron con las vacunas “de aire”, cuyos videos los reproducían insistentemente en la televisión: “son ensayos para tratar de generar debilitamiento. Si estas cosas les hubieran salido bien, hubieran empezado a proliferar por toda la República decenas y cientos de casos [de personas que no recibían la inoculación]. ¿Y que era lo que atacaban fundamentalmente? La credibilidad”.
Para el doctor Mario Alberto Zaragoza Ramírez, en México no se había vivido algo así porque “no habían tenido necesidad: estaban muy cómodos con las condiciones históricas de los gobiernos anteriores, entonces no había necesidad de presentarse de esa manera, aunque cuando llegara el momento de las elecciones (pensemos en 2012, en 2018), pues todos hacían un poco eso, en términos coloquiales todos hacían su luchita para que López Obrador no alcanzara el triunfo electoral que eventualmente consigue en 2018”.
El enojo de los medios se debe, en parte, a los privilegios que han perdido: entre 2019 y 2021, el recorte presupuestal de la publicidad oficial supera el 60 por ciento. Asimismo, los columnista ya no son contratados por el gobierno para anunciarse en sus páginas personales y, actualmente, todos tienen que pagar sus impuestos y ya no hay créditos de la banca de desarrollo para salvarlos de la quiebra.
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