El ventilador mexicano para la asistencia respiratoria Ehécatl 4T 2.0 tiene la ventaja de ser controlado desde una pantalla y tener sus procesos automatizados, una mejora respecto a la primera versión, que funcionaba manualmente. También “migramos a plástico para estar más acorde al sector médico” y se hizo con un peso más ligero, detalló el doctor Noé Amir Rodríguez, director de ingeniería eléctrica y electrónica del El Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (CIDESI), parte de los centros públicos de Conahcyt.
El primer desarrollo de Ehécatl (dios del viento en la cultura mexica) se presentó el 14 de julio de 2020 en la conferencia de prensa matutina del presidente López Obrador, bajo la urgencia de equipo médico por la situación pandémica de la COVID-19, junto con “Gätsi”, fabricado por una empresa privada, con la inversión anunciada de 259 millones 891 mil 592 pesos para la elaboración de de cada tipo de ventilador.
Se desarrolló en ocho meses. Su función es “hacer ventilación invasiva de cuidados intensivos, y permite la recuperación de un paciente con una patología”, explicó Fernando Fonseca Navarro, gerente de instrumentación y control de CIDESI en la presentación de equipos tecnológicos médicos, llevada a cabo en el edificio central del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
Con la primera versión de Ehécatl 4T y Gätsi “han sido atendidos más de 15 mil pacientes, con más de un millón de horas de uso”, informó el instituto en un comunicado de febrero de 2022. Sin embargo, por la rapidez con la que se elaboró el ventilador, hubo aspectos perfectibles, en los cuales han trabajado para implementar en la figura actualizada.
Este nuevo desarrollo, aún en maduración, puede atender a personas en etapas tempranas de enfermedad. El primero “era para pacientes totalmente sedados”, puntualizó el doctor Amir Rodríguez. Añadió que van a cumplir con los tiempos que el proceso demande, sin las prisas de una pandemia, para la posterior autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), en un lapso de entre seis a 18 meses. No precisó el costo que este ventilador tendrá.
Más soberanía tecnológica
Además de los ventiladores, prioritarios por lo que significó la pandemia de la COVID-19, en CIDESI se trabaja, con diferentes niveles de maduración, en otros prototipos tecnológicos de asistencia médica. Ejemplo de ello es la “plataforma multi espectral” para la detección de la enfermedad producida por SARS-COV-2, pero que ahora también podrá detectar dengue, incluso plaguicidas. De igual manera se desarrolla un medidor de temperatura para el monitoreo a distancia; tiras reactivas y agujas para la detección y monitoreo de glucosa.
Por su parte, algunos que ya se comienzan a producir a baja escala son el electrocardiógrafo inalámbrico “Kardia”, que puede monitorear 12 señales eléctricas del corazón en rehabilitación post-infarto y puede atender cuatro pacientes de forma simultánea; y el monitor de signos vitales “Evexia”, para monitorear presión arterial no invasiva, temperatura, electrocardiografía y oximetría, así como 12 derivaciones del corazón.
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