FOTO: CUARTOSCURO.COM
El director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, José Antonio Hernández Espriú, rechazó llevar ante el Consejo Universitario el reclamo de sus estudiantes, quienes comenzaron un paro de actividades el pasado 7 de abril. La inconformidad de los alumnos se debe a las reformas que se habían aprobado, y luego echado abajo, al artículo 15 del Estatuto del Tribunal Universitario a finales de marzo.
Al mediodía de este viernes, al momento de entregar las instalaciones a las y los directivos de dicha Facultad, la comunidad estudiantil brindó a Hernández Espriú el pliego petitorio que habían elaborado en asambleas previas, pero éste se mostró indiferente a la solicitud de los jóvenes.
Las tensiones aumentaron cuando el director de la Facultad, acompañado de unas 30 personas del plantel universitario, rechazó firmar un compromiso por escrito de que no habría represalias contra los estudiantes que tomaron las instalaciones.
“Respecto a la carta de no represalias, la oficina jurídica de la Facultad de Ingeniería tiene un formato que es el que vamos a poner a disposición de ustedes”, comentó el director durante el diálogocon los alumnos. Estos la rechazaron.
Hernández Espriú enfatizó que, por parte de las y los directivos, nunca se ha tomado ninguna represalia contra las formas de protesta estudiantil, y agregó que en esta situación sería igual. “No va a haber ninguna represalia y aquí estamos grabados”.
Carlos Luján, estudiante de ingeniería y quien encabezó el diálogo entre las partes, explicó a Contralínea que “en anteriores veces ya se había firmado una carta de no represalias escrita por nosotros, pero en esta ocasión” el director no aceptó.
La misiva redactada por estudiantes, continuó, “tiene de diferente que constata la evidencia videográfica como prueba legítima” de que los estudiantes no irrumpieron en lugares con sellos colocados por las autoridades al momento de comenzar el paro, sellos que fueron dañados, aseguró, por inclemencias del tiempo, como el viento que los tiraba o rompía.
“Su carta [elaborada por el director] en específico no considera estos actos como inclemencias del tiempo, entre otros, por eso obligamos a que la abogada de rectoría sí o sí nos firmara la carta de no represalias”, agregó el estudiante.
Cuando el director Hernández Espriú presentó su propía propuesta de carta, los ánimos se calentaron.Una estudiante tomó la palabra para rechazar la redacción de dicha carta, y el personal de la Facultad simplemente se retiró, bajo el argumentode “falta de condiciones” para llevar el diálogo. Ellodebido a que la persona que habló no formaba parte de la comunidad de Ingeniería, según las propias autoridades.
“Ese ha sido siempre el pretexto, […] cosa que no vulnera ningún principio de derecho ni ningún diálogo, no les faltan al respeto; sin embargo, como siempre hay alguien que les dice sus verdades, ellos ya tomaron la postura de agarrar sus cosas e irse. Es algo recurrente, no es la primera vez que lo hacen y ese fue el primer pretexto”, acusó Carlos Luján.
Previo a ello, las y los estudiantes le aclararon a Hernández Espriú que su firma en el pliego petitorio tenía, también, el sentido de comprometerse a llevar ante el Consejo Universitario las quejas y posicionamiento en contra de los estatutos que se buscaban aprobar, lo que el director rechazó. “No, yo no estoy diciendo ‘mando a Consejo Universitario’, yo estoy diciendo ‘recibo el documento para su análisis’”.
Luego de los desacuerdos, el director y sus acompañantes rompieron el diálogo y se fueron, mientras las y los estudiantes le reclamaban. Luego de que se fuera, las y los alumnos acordaron con el personal jurídico y de Rectoría la firma de la carta de no represalias. En general, para Carlos Luján, el punto más importante a resaltar es que el director Espriú “haya querido irse por la tangente de decir:‘firmo de recibido, pero no me comprometo a llevarlo ante Consejo Universitario’”.
No obstante, dijo, “lo que vamos a hacer es acudir con abogados, además de Rectoría, que obliguen a que esta firma sea no solo un acuse de recibido, sino un compromiso legal, formal”, ya que, dentro del documento que el director firmó, estaba escrito: “demandamos como estudiantes de ingeniería que se lleve ante el pleno del Consejo Universitario”.
El cambio al artículo 15 del Estatuto del Tribunal Universitario y los artículos 93, 95, 97, 98 y 100 del Título Sexto del Estatuto General de la UNAM establecen la figura de “vandalismo”, lo cual ha sido rechazado por la comunidad universitaria, por considerarlo violatorio al derecho de libertad de expresión, la libre manifestación y la protesta, pues quienes se considere que participen en esto podían ser suspendidos o expulsados. Esta semana, por los múltiples reclamos, el Consejo Universitario echó abajo estos cambios.
Previamente a iniciar una marcha hacia Rectoría, a fin de llevar sus reclamos a la asamblea desarrollada en ese lugar, Carlos Luján comentó que las y los alumnos de Ingeniería deberían resolver “si queremos todavía seguir soportando las características de este director, represivas, que se aíslan del diálogo como se pudieron ver”.
Y agregó, “la segunda es llevar este pliego petitorio ante Rectoría, que en estos momentos ya nos firmaron y ya nos recibieron; sin embargo, queremos que esto se lleve ante Consejo Universitario, […] y la tercera, y yo creo que la más importante, es unirnos como comunidad”.
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