En su informe anual, correspondiente a 2023, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) constató que el tráfico de drogas en línea ha aumentado la disponibilidad de drogas en el mercado ilícito.
Las farmacias ilegales en internet ponen en riesgo la seguridad de los pacientes, al vender fármacos directamente al consumidor sin exigir prescripción médica, advirtió la JIFE, y urgió a las fuerzas del orden a vigilar y perseguir las actividades relacionadas con las drogas que se realizan en línea.
El informe de la JIFE señaló que el cambiante panorama del tráfico de drogas en línea entraña nuevos retos para la fiscalización de drogas. También reconoció que hay oportunidades de utilizar internet para la prevención y el tratamiento del consumo de drogas con el fin de proteger la salud y el bienestar de las personas.
El aumento de la disponibilidad de drogas ilícitas en internet, la explotación de las plataformas en línea, incluidos los medios sociales, por grupos delictivos, y el mayor riesgo de muerte por sobredosis debido a la presencia en línea de fentanilo y otros opioides sintéticos, son algunos de los principales retos para la fiscalización de drogas en la era de internet, advirtió.
La JIFE observó que el tráfico de drogas no sólo se lleva a cabo en la web oscura. “Los delincuentes también se aprovechan de las plataformas legítimas de comercio electrónico. Alentamos a los Gobiernos a que colaboren con el sector privado y los proyectos de la JIFE para prevenir y detectar el tráfico de drogas y otras sustancias peligrosas en línea” (sic).
Indicó que el uso de los medios sociales y otras plataformas en línea permite a los traficantes de drogas publicitar sus productos a un gran público global. Varias plataformas de medios sociales convencionales están siendo utilizadas como mercados locales, y niños y adolescentes tienen amplio acceso a contenido inapropiado.
Los métodos de cifrado, la navegación anónima en la red oscura y las criptomonedas se utilizan habitualmente para evitar la detección, lo que plantea dificultades para perseguir los delitos de tráfico en línea. Los delincuentes pueden trasladar sus actividades a territorios donde la actuación de las fuerzas del orden es menos intensa o las sanciones son más leves, o establecerse en países donde puedan eludir la extradición. La mera magnitud de la actividad en línea es una complicación añadida, explicó.
Las farmacias ilegales en internet ponen en riesgo la seguridad de los pacientes al vender fármacos directamente al consumidor sin exigir prescripción médica. A los consumidores les resulta imposible determinar si esos medicamentos son falsos, no están autorizados o incluso son ilegales. Se calcula que el valor del comercio mundial de productos farmacéuticos ilícitos asciende a 4 mil 400 millones de dólares estadunidenses.
Los sectores de la fabricación, la comercialización, la circulación y la monetización son especialmente vulnerables a ser utilizados por quienes trafican con sustancias peligrosas, señaló.
Persisten las desigualdades en cuanto al acceso a medicamentos para el tratamiento del dolor. En muchas partes del mundo no hay suficiente morfina asequible para atender las necesidades médicas. Ese persistente desequilibrio entre regiones en cuanto a la utilización de analgésicos opioides para el tratamiento del dolor no se debe a una carencia de materias primas de opiáceos, sino en parte a unas estimaciones inexactas de las necesidades médicas reales de sus poblaciones.
Los niveles de consumo de analgésicos siguen siendo más elevados en Europa y Estados Unidos y Canadá.
En 2023, los desastres naturales y las emergencias relacionadas con el cambio climático y los conflictos trajeron consigo acuciantes necesidades humanitarias de medicamentos que contienen sustancias sujetas a fiscalización internacional. La JIFE insta a los gobiernos a que utilicen procedimientos de fiscalización simplificados en esas situaciones para garantizar la disponibilidad sin trabas de esos medicamentos.
La crisis de los opioides sigue teniendo graves consecuencias en América del Norte, donde el número de muertes relacionadas con opioides sintéticos distintos de la metadona sigue aumentando y superó las 70 mil en 2021.
Como parte de los esfuerzos internacionales para impedir que los fabricantes de drogas ilícitas sustituyan determinadas sustancias químicas fiscalizadas por otras estrechamente relacionadas con ellas, la Junta recomienda que se sometan a fiscalización internacional 16 precursores de estimulantes de tipo anfetamínico (dos series de sustancias químicas estrechamente relacionadas).
La JIFE también ha evaluado dos precursores del fentanilo y ha recomendado que se sometan a fiscalización internacional, a raíz de una solicitud presentada por Estados Unidos. El informe sobre precursores también indica que en 2023 hubo un aumento notable de los precursores de fentanilo no fiscalizados en América del Norte.
En su periodo de sesiones de marzo, la Comisión de Estupefacientes pondrá a votación las propuestas de someter esas 18 sustancias a fiscalización internacional mediante su inclusión en el Cuadro I de la Convención de 1988.
La JIFE observó con preocupación la falta de auditorías e inspecciones en determinadas zonas francas, que son susceptibles de ser utilizadas indebidamente para actividades ilícitas. La Junta pide a los gobiernos que garanticen una supervisión adecuada de esas zonas para evitar que sean explotadas para el tráfico de precursores.
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