En México hay 28.6 millones de personas en situación de “carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad”, y 10.8 millones de mexicanos en extrema pobreza. Será hasta 2030 cuando se podría lograr el objetivo Hambre Cero
Será hasta 2030 cuando se podría lograr el objetivo Hambre Cero en México –campaña promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) desde 2019–, pues hay que revertir los efectos del neoliberalismo en una mala alimentación, señalan autoridades consultadas.
En el contexto del Día Mundial de la Alimentación, se encuentra en puerta Ley Reglamentaria del Derecho a la Alimentación, a una década de haberse elevado a rango constitucional, en el que señala en su artículo 4: “toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará”.
Además, en el artículo 27 se establece: “el desarrollo rural integral y sustentable a que se refiere el párrafo anterior también tendrá entre sus fines que el Estado garantice el abasto suficiente y oportuno de los alimentos básicos que la ley establezca”.
Datos del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) indican que en el país hay 28.6 millones de personas en situación de “carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad”, y que existen 10.8 millones de mexicanos en extrema pobreza.
“Necesitamos un sexenio más, de 2024 a 2030, porque tenemos que revertir décadas de abandono, de desigualdad. El tema de Hambre Cero tenemos que asociarlo a una nutrición adecuada y culturalmente pertinente, porque yo puedo pretender lograr ese objetivo, pero es mínimo cuando necesitamos que el derecho a la alimentación sea un derecho que contemple una alimentación adecuada, nutricionalmente equilibrada, culturalmente apropiada y que responda a las diversas culturas productivas y alimentarias que tiene nuestro país”, exlica a Contralínea el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Suárez Carrera.
“Por supuesto que hay que lograr el Hambre Cero, pero queremos ir más allá: superar el entorno de la mala nutrición que ha prevalecido en México en las dos dimensiones: la desnutrición y anemia; así como la obesidad y sobrepeso. A eso queremos llegar y para eso tenemos que hacer un gran esfuerzo”, señala.
El doctor Ruy López Ridaura, director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), expone a Contralínea que es importante el reconocimiento de este día “para elevar la consciencia del enorme problema que representa la mala alimentación, no sólo a nivel regional sino global”.
Agrega que existe la necesidad de una transformación del sistema agroalimentario, mismo que se ha contemplado en la cumbre que organizó, en septiembre pasado, la Organización de Naciones Unidas y de la que México es partícipe.
Para llevar a cabo estos cambios, el gobierno mexicano ha instalado un Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (GISAMAC) que busca la transformación del sistema agroalimentario para tener un sistema justo, saludable, sustentable.
El doctor López Ridaura relata que cuando se instaló el GISAMAC se identificó la necesidad de ver los dos grandes extremos de la mala nutrición que implica el problema de insuficiencia alimentaria y la desnutrición. “Esto, principalmente en poblaciones más vulnerables, rurales, indígenas, especialmente en pequeños productores que están produciendo alimentos muchas veces de autoconsumo, pero con sistemas que no les permiten tener resiliencia o suficientes capacidades para resistir este tipo de eventos, como fue la pandemia”.
La senadora Ana Lilia Rivera Rivera, del grupo parlamentario de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), comenta que México es uno de los países que más se ha comprometido con la Agenda 2030. El país “ha dedicado muchos esfuerzos desde la sociedad civil para impulsar que sea reconocido el derecho humano a la alimentación adecuada y suficiente en nuestra Constitución. Después de muchos años de lucha se logró en 2011. Ahora, estamos enfrentando las complejidades de hacer realidad este derecho que el Estado está obligado a garantizarlo”.
“Han pasado 10 años sin que haya una ley reglamentaria que haga realidad esta obligación del Estado y esto ha llevado a que atravesemos una pandemia que desnuda otras epidemias que tenemos ocultas: la subalimentación, la desnutrición, la mala alimentación que tenemos los mexicanos”, dice la legisladora morenista.
Leticia López Zepeda, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), comenta que en México estamos en un momento decisivo para el futuro de los sistemas alimentarios. “Hay señales ya muy claras, decretadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, por este cambio de gobierno, muy claras hacia el futuro de la alimentación en México”.
El primer cambio muy importante, dice, “es cuando el presidente decreta el fin del neoliberalismo en el campo”. Agrega que ello está acompañado de acciones muy claras y simbólicas, como el Programa de Precios de Garantía, donde el Estado asume una posición diferente respecto al ingreso que reciben los productores por sus cosechas.
Este cambio no es nada menor, señala, “porque significa que dejemos de ver al alimento como una mercancía codiciada por las grandes trasnacionales para que empiece a verse como lo que realmente es: un bien común. Otro cambio muy importante ha sido el decreto para la prohibición del glifosato, que tiene un significado y simbolismo porque implica cambiar el modelo de producción agroindustrial. Las señales están dadas para un cambio de producción agroalimentaria. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer porque es un cambio profundo”, dice.
Por su parte, el doctor López Ridaura explica que desde la Secretaría de Salud el enfoque ha sido distinguir y eliminar de la dieta los alimentos ultra procesados, de alto contenido energético y con cero valor nutricional. “Creemos que ése es uno de los principales objetivos, y ahí se ha ido tanto la campaña de comunicación, va acompañado del etiquetado frontal de advertencia. Pero, claramente, necesitamos el siguiente paso que es la sustitución: cuáles son estos alimentos que tienen que sustituir, la promoción de alimentos saludables y lograr que sean asequibles, tanto en ingreso como en cercanía, porque ahora es mucho más fácil comprar alimentos ultra procesados, son más cercanos, son más baratos. Lo que se necesita es recortar las cadenas de valor o de producción para que los productos estén más cercanos a los consumidores, menos intermediarios. Sí podemos tener alimentos como verduras frescas”.
El subsecretario Suárez Carrera expone que el primer ámbito del derecho a la alimentación, que es el acceso, está referido a la disponibilidad de ingresos para las poblaciones más vulnerables en términos alimentarios y, en ese sentido, el gobierno del presidente López Obrador ha establecido los programas de Bienestar con carácter de prioritarios.
Entre éstos, agrega, sobresalen los programas de Adultos Mayores, a Personas con Discapacidad, el de Becas para estudiantes de Educación Básica, Media Superior y Superior, la Escuela es Nuestra, Jóvenes Construyendo el Futuro, Tandas para el Bienestar. Ello, porque “en conjunto canalizan más de 400 mil millones de pesos a la población más vulnerable en términos de acceso a la alimentación. Ahora tienen una mayor capacidad de acceso para alimentos para su adecuada nutrición. Estos programas van para las poblaciones más vulnerables, poblaciones rurales de alta y muy alta marginación, población indígena y con alta incidencia de violencia.
A esta población que es más vulnerable en términos de inseguridad alimentaria y de mala nutrición, añade, es a la que ahora, “en estos casi tres años del gobierno de la Cuarta Transformación, se le están canalizando ingresos como nunca”. El subsecretario recuerda que los recursos se otorgan de manera directa, sin intermediarios, a través de un padrón. Por ello considera que “generan una mejor posibilidad de acceso a la alimentación. Para el próximo año, este volumen de apoyos subirá a casi 500 mil millones de pesos en todos esos programas”.
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