La pandemia de Covid-19 exacerbó viejas desigualdades, como por ejemplo el hecho de que reactivó la xenofobia institucional y de los Estados frente a la migración, pues los cercos sanitarios de los países más desarrollados justificaron políticas públicas para impedir aún más el libre tránsito a los migrantes, señaló la socióloga ecuatoriana Gioconda Herrera. Por ello, consideró que el fenómeno migratorio no es un problema, sino que lo es la xenofobia institucional.
Al participar en la conferencia “Migraciones y movilidad humana”, como parte de la novena Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales (CLACSO), al referirse a la colonización de los Estados latinoamericanos, la investigadora destacó el papel que juega la militarización de las fronteras.
Al respecto, señaló que “la militarización es un viejo fantasma que trajo la pandemia” como parte de esas políticas para impedir la migración. Estas prácticas de control buscan disuadir a los migrantes de su objetivo, lo cual “es atentar contra el derecho a migrar”, señaló la socióloga Herrera.
Agregó que las migraciones actuales y antiguas tienen múltiples causas y provienen de una crisis multidimensional. Como ejemplo citó el problema de la reproducción de la vida en sus países natales, la cual no está garantizada.
Por su parte, la investigadora Silvia Giorgulli enfatizó la necesidad de que en el Continente Americano se dé un “diálogo común internacional”, que sí o sí, incluya a Estados Unidos y Canadá, por ser los países de mayor recepción.
La socióloga y demógrafa mexicana consideró que estos países deben comprometerse a una responsabilidad compartida, que implique desarrollo de políticas comunes, integración de los migrantes, acabar con los discursos de xenofobia provenientes de los propios Estados.
Asimismo, la académica dijo que es necesario dejar de pensar en la migración como un problema, menos un problema coyuntural, sino que se le debe atender como lo que es: un fenómeno histórico estructural que no dejará de suceder.
Durante su exposición, la socióloga y escritora neerlandesa Saskia Sassen puntualizó la gran diferencia que existe entre los términos de “movilidad humana” y de “migración”, ya que el primero es más ambiguo, mientras que el segundo contempla a los sujetos que viajan no para visitar, sino para “buscar un futuro y una vida mejor”.
En ese contexto, consideró que la migración responde a necesidades económicas, políticas, sociales, de género, que empujan a la gente a salir de su país por desesperación.
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