En América Latina, la pandemia de Covid-19 aceleró dos problemáticas que ya sufría la región: en el plano político, las dictaduras electorales /democráticas; y en el plano económico, el autoritarismo neoliberal, señala el doctor René Ramírez Gallegos, investigador del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la UNAM.
Al respecto, expone que en el contexto de la crisis sanitaria mundial, el neoliberalismo busca recuperar su tasa de ganancia a través de un asedio a las democracias. Éste se articula mediante las nuevas formas de dictaduras democráticas, mismas que se observan en las medidas instauradas para mitigar la pandemia como, por ejemplo, la tendencia de muchos gobiernos a recurrir a la fuerza o a toques de queda para controlar a sus poblaciones, explica en entrevista el académico.
“En América Latina [la pandemia de Covid-19] es más un catalizador de lo que venía sucediendo, y eso que venía sucediendo es justamente una disputa por el sentido de la democracia y por el sentido del cambio en el modo de producción de la mirada más neoliberal”, señala el doctor en sociología de la desigualdad.
Para el co-coordinador del recientemente editado libro Pos-Covid/pos-neoliberalismo: propuestas y alternativas para la transformación social en tiempos de crisis, los efectos de la pandemia de Covid-19 (cuarentenas, caída en la producción y el consumo, cierre de escuelas y colapso de los sistemas de salud, por mencionar algunos) evidencian que existe un problema estructural en los gobiernos, por lo cual es necesario construir un mundo más humano y más justo.
El investigador de la UNAM considera que la mayoría de los países no tuvieron la capacidad de afrontar la emergencia sanitaria, debido al desmantelamiento de los Estados generado por el neoliberalismo, por ejemplo de la infraestructura de salud pública.
Por ello, el doctor René Ramírez observa que se necesita un Estado que garantice los derechos de las personas –como el de la salud–, pero también trabajos no precarizados. También se requiere de ciudadanos capaces de realizar el capital a través del consumo.
“Se vio que no existía la capacidad, en la mayoría de los países, de afrontar problemas estructurales como la pandemia, dentro de sus propios sistemas, justamente por ese desmantelamiento que generó el neoliberalismo; ni siquiera en el ámbito privado se pudo sostener. Esto claramente demuestra que el mercado no es un buen asignador de bienes y servicios cuando de garantía de derechos se trata”, asevera el académico.
En el libro Pos-Covid/pos-neoliberalismo se plantean diversas propuestas y alternativas para la trasformación social, mismas que van desde el inmediatismo hasta temas estructurales. Por ejemplo, en la cuestión inmediata es urgente recuperar la capacidad de trabajo y consumo de las personas, así como fortalecer al sector salud; mientras que en el ámbito estructural se requiere un cambio en la matriz productiva: dejar de tener un modelo primario exportador dependiente y articularnos a los sistemas cognitivos/tecnológicos a nivel mundial.
El capitalismo no sólo extrae la vida de los trabajadores, sino también extrae la vida de la naturaleza, explica el doctor Ramírez Gallegos. Por eso tanto el cambio climático como la pandemia de Covid-19 se deben entender como procesos políticos y no como fenómenos naturales, señala el experto.
Y apunta que los académicos autores del libro demuestran que la pandemia es producto de cómo funciona el sistema, al igual que cómo se generan las prácticas agroindustriales y los procesos de depredación ambiental.
Según el Sexto informe de evaluación sobre cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el calentamiento global actual asciende a 1.1°C respecto a lo registrado en la segunda mitad del Siglo XIX, y se prevé que en los próximos 20 años la temperatura mundial promedio alcance o supere los 1.5°C. Al igual que en el cambio climático, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas son las responsables. La única manera de mitigar las consecuencias de estos, advierte el reporte, es reducir la utilización de combustibles fósiles.
Ante este escenario, el doctor del PUEDJS subraya que para contrarrestar las consecuencias del cambio climático y del calentamiento global es necesario construir una gobernanza mundial diferente en términos de lo que implica su manejo. No obstante, abunda, para lograrlo se requiere voluntad política, pues las condiciones y la tecnología sí existen.
Se requiere descarbonizar la economía mundial para reducir la utilización de combustibles fósiles es posible y urgente, enfatiza el doctor René Ramírez; sin embargo, advierte, “existe una economía política detrás de la economía de los combustibles fósiles que hace inviable que esto se concrete. En este caso, nosotros –tanto a nivel de ciudadanía como de movimiento social, como de Estados– tenemos que buscar alternativas para poder generar una nueva oferta energética limpia”.
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