Por órdenes de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la extinción de las filiales privadas que aún posee Petróleos Mexicanos en el país y el extranjero –algunas de ellas, en paraísos fiscales– se acelerará en los próximos meses, hasta lograr desaparecer a más de 40. Ello, luego de que –en el sexenio de Enrique Peña Nieto– Pemex llegó a tener participación accionaria en 93 compañías privadas, de las cuales 61 eran ciento por ciento de su propiedad, pero constituidas bajo el derecho privado mexicano, o bajo leyes extranjeras que al ser extraterritoriales las dejaban a salvo de la rendición de cuentas en México.
De esas 40 compañías destaca el llamado Grupo PMI, controlado por la filial privada PMI Comercio Internacional –y que está dedicado a la comercialización de hidrocarburos (compra y venta en mercados internacionales); a la tenencia de acciones de otras filiales, también propiedad de Pemex o en sociedad con privadas; y la operación de negocios, como la refinería Deer Park, el Grupo Fertinal y la planta de Agro Nitrogenados, dedicadas a la producción de fertilizantes.
También sobresale el llamado Grupo Mex Gas, constituido para comercializar gas en mercados internacionales; la reaseguradora de la petrolera Kot Insurance (Suiza) y el fideicomiso Pemex Finance (Islas Caimán).
Muchas de esas empresas no tienen oficinas ni empleados, por lo que han sido calificadas por la Auditoría Superior de la Federación –en múltiples revisiones y al menos desde 2004– como empresas unimembres que Pemex utiliza para evitar la doble tributación, o para operar negocios al margen de la fiscalización mexicana. Y es que todas han sido constituidas bajo el derecho privado y no bajo el derecho público; además de que varias están radicadas en el extranjero, algunas en paraísos fiscales, como Islas Caimán, Delaware (Estados Unidos), Países Bajos, Suiza, Irlanda y España (en ese último país, bajo el laxo esquema fiscal ETVE).
El plan de reingeniería de la petrolera para desaparecer esas filiales privadas y reducir su participación accionaria en compañías de terceros inició en los últimos dos años del sexenio peñanietista (y logró la liquidación de 28 de éstas), y continuó en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (con la extinción de 20, y otras 12, en proceso). Por lo que estarían vigentes aún 49.
Ahora que Pemex volvió a ser una empresa paraestatal, la presidenta Claudia Sheinbaum ordenó liquidar de forma acelerada la mayoría de esas filiales, gracias a la reforma energética constitucional que le devuelve al Estado la rectoría del sector.
El pasado 13 de noviembre, en su conferencia matutina, la primera mandataria señaló que Petróleos Mexicanos ejecutará un programa todavía más fuerte de austeridad republicana, que no impactará en su operación, sino en gastos asociados. Entre ellos, señaló los originados por las más de 40 filiales que van a desaparecer.
“Ahora, la reforma constitucional va a permitir disminuir esta característica que tiene hoy Pemex de tantas, tantas filiales, [para] ser mucho más transparente, reducir sus mecanismos de gasto, porque ahora tienen que pasar por un montón de Consejos de Administración, lo que vuelve muy complicada la operación. Entonces, la integración de Pemex con transparencia en su contabilidad, en sus distintas áreas, se presenta en las leyes secundarias en febrero del próximo año. Y eso va a ayudar todavía más a Petróleos Mexicanos”, indicó la titular del Ejecutivo federal.
Al respecto, la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, expuso que, “con el decreto constitucional firmado por la presidenta Sheinbaum, se logró devolver a Pemex al pueblo de México. Al regresar su carácter de empresa pública, Pemex recupera su vocación social: podrá integrarse vertical y horizontalmente; reducir el número de filiales, que hoy son más de 40, lo que permitirá reducir costos y aumentar su eficiencia operativa”.
Y el director de la petrolera, Víctor Rodríguez Padilla, agregó: “vamos a reducir el número de filiales, que tenemos más de 40 filiales, para dejar solamente las estrictamente necesarias”.
De acuerdo con lo discutido en la sesión ordinaria 021 del Comité de Negocios Externos del Consejo de Administración de Pemex, del 20 de junio de 2024, el gobierno de López Obrador dejó avanzado el proceso de extinción de 12 de esas filiales, además de que logró liquidar a otras 20.
Ese día, la entonces gerente de Planeación y Seguimiento a Empresas Filiales de la Dirección Corporativa de Planeación, Coordinación y Desempeño, Raquel Morón, dio a conocer los avances del programa de reingeniería, la reducción de empresas y las empresas filiales y participadas en proceso de reducción.
Al respecto, recordó que en el sexenio de Peña Nieto y “derivado del gran número de empresas en las que participaban tanto Pemex como sus empresas productivas subsidiarias, se decidió analizar la situación operativa, legal, fiscal y financiera de la totalidad de las empresas, con el propósito de optimizar su estructura corporativa tomando en consideración los criterios de desempeño y estratégicos referentes a: desempeño financiero, duplicidad de actividades y sin operaciones; alineación con el Plan de Negocio de Pemex, actividad que pueden desarrollar terceros y nuevo esquema fiscal de Pemex y análisis regulatorio.
El acta de esa sesión apunta que la licenciada Morón “señaló que, con base en esos criterios, de 2016 a 2018, la pasada administración [peñanietista] propuso al Consejo de Administración la reingeniería, siendo que originalmente se contaba con 90 empresas más 3 que fueron creadas en dicho periodo. Resaltó que después de las disminuciones aplicadas, al final de la administración anterior, el número total de empresas, se redujo a 65, dando la Dirección Corporativa de Planeación, Coordinación y Desempeño la continuación de los trabajos, a partir de 2019.
“Agregó que en 2019 se redujeron cinco empresas filiales; en 2020 se redujeron seis; en 2021, cuatro; en 2022 se crearon dos empresas filiales que fueron Gasolinas Bienestar y Gas Bienestar; y en 2023 se redujo una empresa filial; para finalmente, a junio de 2024, quedar en 51 empresas filiales y participadas.
“Explicó que de esas 51 empresas, se tiene pendiente la reducción de 16 de ellas para terminar en 35 empresas que pueden ir modificando con el tiempo, pueden ser un poco más o un poco menos dependiendo de la situación legal, financiera y operativa de cada una de ellas. De esas 16 empresas, explicó que se espera concluir cuatro empresas durante el tercer trimestre de 2024, y continuando en proceso 12 por la participación de terceros”.
En esa misma sesión se ventilaron algunos problemas para lograr liquidar las filiales o cancelar las participaciones accionarias, que –aunque no se detallan en el acta– se desprenden de algunos de los apuntes, como por ejemplo falta de información de las propias empresas, retrasos burocráticos o incluso de carácter jurídico.
Por ejemplo, se indica que “el consejero presidente, ingeniero José Eduardo Beltrán, de igual manera felicitó la amplia presentación y la manera en que se ha trabajado y lograr el avance detallado, pese a los obstáculos que se precisó en temas jurídicos y burocráticos”.
Además, se indica que “la licenciada Raquel Morón hizo un especial reconocimiento a todo el equipo de trabajo en todo Petróleos Mexicanos que han atendido con mucho ímpetu y poder llegar a esta reducción señalada pese a los obstáculos señalados y falta de información de algunas empresas”.
En la lista de las más de 40 filiales que Pemex podría desaparecer en los próximos meses están las que integran el Grupo PMI. No obstante, estas son las que tienen participación activa en la operatividad de la petrolera, sobre todo por la comercialización de hidrocarburos en mercados internacionales y la operación directa de negocios; además de que algunas de ellas también manejas cuentas por cobrar y créditos a largo plazo a nombre de la petrolera.
El grupo está integrado de la siguiente manera:
Otras filiales relevantes para Pemex
El resto de filiales
Filiales no consolidadas
Además de esas filiales, el Informe anual 2023 de Pemex –presentado en abril de 2024– reporta otras filiales no consolidadas, que son de su propiedad:
PONER AQUÍ PÁGINAS 4-7 DEL PDF
La revisión de la estructura empresarial paralela de Pemex fue ordenada en la época de Emilio Lozoya Austin: el 26 de octubre de 2015. Entonces, el Consejo de Administración de la petrolera –en su 900 sesión extraordinaria– obligó a la Dirección Corporativa de Alianzas y Nuevos Negocios a realizar “un análisis con base en los indicadores operativos y financieros, así como en la integración del capital de las empresas filiales, a efecto de proponer en su caso, la fusión, escisión, transformación o modificación, enajenación o disolución y liquidación”.
Éste concluyó que se debería reducir su número y de “alinear algunos activos en las líneas de negocio apropiadas”, como parte de la reorganización corporativa de Petróleos Mexicanos, revela el libro blanco. Por ello se inició un proyecto de reingeniería que “se concibió para permitir optimizar la estructura corporativa de las empresas filiales, empresas participadas y empresas productivas subsidiarias, así como disminuir sus costos operativos, gestiones administrativas y cargas del personal en sus roles de representantes y consejeros”.
Las empresas se habían creado o comprado desde la época de Ernesto Zedillo y, hasta el gobierno de Peña continuaron en ascenso. Según Pemex, tanto en México como en los distintos países en donde tiene radicadas sus empresas, el entorno normativo, competitivo y de negocio es dinámico y se modifica constantemente.
Tan dinámico que las empresas se esparcieron como un cáncer, al grado de que, “al mes de julio de 2016, Pemex y sus subsidiarias participaban, de forma directa o indirecta, en el capital social de 90 empresas; de las cuales, en 61 mantenían una participación accionaria mayor al 50 por ciento de su capital social, y por lo tanto se consideran empresas filiales, y en las 29 empresas participadas restantes no rebasaban dicho porcentaje”, admite en su memoria documental Reingeniería corporativa de las empresas filiales de Petróleos Mexicanos y de sus empresas productivas subsidiarias. Periodo 2012-2018.
De las 61 mayoritarias, siete las poseía en forma directa y 54 en forma triangulada; mientras que de las participadas, sólo dos eran inversiones directas y el resto, 27, indirectas.
Según su actividad, en Upstream participaban tres; en Downstream, una; en logística, 22; 10 en comercialización; en producción y venta de petroquímicos, dos; en cogeneración, una; astilleros, una; procura, una; financiera, tres; administración inmobiliaria, tres; servicios portuarios, tres; servicios, 19; tenedoras de acciones, 18; producción y venta de fertilizantes, dos [las dos quebradas: Fertinal y Agro Nitrogenados]; y en Fibra E, una.
Según el libro blanco, “derivado del gran número de empresas en las que participaban tanto Pemex como sus subsidiarias, se decidió analizar la situación operativa, legal, fiscal y financiera de la totalidad de las empresas, con el propósito de optimizar su estructura corporativa y disminuir los costos operativos”.
El resultado fue desastroso: 14 se encontraban en proceso de liquidación y venta y 63 presentaban entre uno y tres problemas (como duplicidad de funciones, mal desempeño financiero o de plano se encontraban sin operar).
El esquema empresarial que Pemex constituyó a lo largo de los años es tan complejo que los resultados de la reingeniería al primer año fueron mínimos: y es que para julio de 2017 apenas había logrado vender 11 empresas, liquidar tres y fusionar una.
Se inició entonces una segunda etapa, que tampoco fue exitosa. Su evaluación, realizada en abril de 2018, arrojó que se tenían 12 empresas vendidas, siete liquidadas y cuatro fusionadas. En estas cifras se incluían los resultados de la primera etapa.
Pese al supuesto esfuerzo por reducir estas empresas offshore, Pemex reincidió en su actuar: creó otras dos empresas privadas a pesar del proceso de reingeniería que estaba impulsando.
A septiembre de 2018, ya cuando se sabía que Andrés Manuel López Obrador asumiría la Presidencia, el resultado no fue mejor: su proceso de tres etapas y un ajuste consiguió vender 17 empresas y/o participaciones accionarias; liquidar siete, y fusionar cuatro.
De esta manera, la gestión del ingeniero Carlos Treviño heredó a la pasada administración del ingeniero Octavio Romero un total de 62 empresas de su propiedad y participadas. Y es que, con el programa de reingeniería, solamente pudieron impactarse 28 compañías, además de que en el proceso se crearon otras dos. Así, en el sexenio de Peña, 17 empresas y/o participaciones accionarias fueron vendidas; se liquidaron otras siete, y se fusionaron cuatro.
Hasta la fecha, Pemex no ha transparentado los procesos de extinción de empresas ocurrido en los sexenios de Peña Nieto y López Obrador, por lo que no es posible conocer los términos en los que sucedieron y si la petrolera pudo recuperar recursos invertidos en esas compañías, o por el contrario, si tuvo que pagar por el proceso de extinción.
Te puede interesar: Las 90 empresas privadas de Pemex
Ultraprocesados, fraude alimentario causante de cáncer Darren García, diciembre 21, 2024 Casi una tercera parte…
Casi una tercera parte de las calorías ingeridas por la población mexicana es de productos…
El 3 de diciembre, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, declaró la ley marcial de…
La Habana, Cuba. El año 2024 concluye para Alemania con muchas oportunidades perdidas: desde la…
Ciudad de Panamá, Panamá. El 5 de mayo de 2024, se realizaron en Panamá comicios…
Puerto Príncipe, Haití. La próxima Cumbre India-Comunidad del Caribe (Caricom) será celebrada en 2025 en…
Esta web usa cookies.