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Caracas, Venezuela. En su segundo mandato, el ya fallecido Hugo Chávez propuso un “golpe de timón”, una ruta para construir el socialismo del Siglo XXI reorientando el rumbo de la revolución venezolana. Con ello, sembró la idea del poder popular y la construcción de una democracia participativa anclada en el territorio mediante comunas.
Las comunas son definidas por el Ministerio del Poder popular para las Comunas, Movimientos Sociales y Agricultura Urbana como un espacio socialista que, “como entidad local, es definida por la integración de comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con un régimen de producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable, contemplado en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación”.
Desde aquel golpe de timón delineado hace 13 años, el poder popular y las comunas han sido el proyecto revolucionario y se enfrentan a las distintas presiones estadunidenses, como las sanciones económicas –que pretenden como con Salvador Allende “hacer chillar la economía”–; y ahora el cerco militar en el Caribe que ha sumado poder militar violando el derecho internacional. Desde 2006 se creó la Ley de Consejos Comunales, tres años después se creó el Ministerio de las Comunas.
En Caracas, como en otros estados de Venezuela hay un proceso de construcción del poder popular expresado en las comunas. En entrevista para Contralínea en Caracas, Judith Guerra, integrante del consejo comunal de Santa Rosa mencionó que frente a los embates del imperialismo –en tiempos en que en el Caribe se quiebra día con día el derecho internacional por la administración de Donald Trump– “lo estratégico es la comuna, es con lo que vamos a mantener la revolución bolivariana, nosotros creemos que es la comuna”.
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Judith, quien a su vez es militante del Partido Socialista Único de Venezuela (PSUV), entiende a partir de su práctica cotidiana que la comuna es la trinchera de lucha. Reconoce también que hay problemas, no es un proceso exento de conflicto, “porque nuevamente nosotros decidimos una vía pacífica política, la más difícil. Y en esa vía hay todavía fuerzas de la burguesía que están contraponiéndose, hay fuerzas de la revolución que creen en que es otro modelo, que la comuna tal vez no es el proyecto porque, no vamos a la comuna solamente como un espacio territorial y no como un modelo político, es mucho más amplio que eso”.
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La consulta popular del pasado 23 de noviembre en Venezuela se desarrolló en medio de tensiones geopolíticas en donde Estados Unidos ataca lanchas en aguas internacionales, amenaza no sólo a Venezuela sino a toda la región. En este contexto, Judith Guerra propone ver al proceso político venezolano como la conformación de “unas instancias de poder donde hay varias fuerzas, movimientos sociales y populares
movimientos políticos, partidos, instituciones que normalmente no generan una sola vía, un solo camino recto”.
Agrega que “eso es lo ideal, pero en la realidad política va a haber mucho más que eso porque hay disputa de poder realmente. Entonces, la gente aquí está disputando poder con alcaldías, pero también están compartiendo el poder con esa misma alcaldía, o sea, no es un proceso único lineal, es complejo, creo que hay que estudiarlo muy con esa complejidad”.
Ésta es precisamente una de las complejidades para quienes no están relacionados con la realidad política, social y cultural venezolana, pues la diversidad de proyectos sociales, movimientos, disputas, hacen difícil entender cómo es que se desarrolla la vida política y social, cómo se construye un estado comunal bajo la persistencia de estructuras económicas y sociales y culturales capitalistas.
Judith Guerra, quien habita en la comuna Santa Rosa, es también militante del partido. Y además del partido y de la comuna, hay casos, como es la Comuna el Panal, en la que se encuentra también el Movimiento Alexis Vive, otro movimiento social con presencia territorial que es resultado de todo un trabajo de décadas.
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Para Cira, habitante de la Comuna el Panal, la comuna “debe ser el espacio sobre el cual se pare el socialismo. El socialismo no se decreta, se crea popularmente desde las bases. Es parir la historia de la creación de un nuevo espacio que arranca desde lo pequeño”, menciona a Contralínea.
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En el discurso popularmente conocido como Golpe de Timón, el expresidente de Venezuela Hugo Chávez planteó que la construcción del socialismo “requería la revolución política, con una construcción de hegemonía democrática, que obligara a convencer, no a obligar. Convencer en lo mediático comunicacional, en los argumentos. En suma, en el cambio cultural”.
En dicho discurso además de establecer una fuerte crítica a la URSS, también esclarece que, desde su visión, la revolución política es previa a la económica, pero además es permanente, así como la batalla cultural y la social. Es en ese discurso en donde le “encomienda con su vida”, al ahora presidente Nicolás Maduro, la construcción de las comunas como proyecto, el “Estado social de derecho y justicia”.
Sin embargo, también en ese mismo discurso, Chávez tenía claro que la construcción del poder popular no se decreta, “mucho menos surge desde Miraflores, Palacio de Gobierno, no”. La Comuna exige desde luego una multiplicidad de procesos y es en donde se encuentran actualmente tanto la población venezolana como el gobierno, en sus distintos ordenes administrativos.
En esa multiplicidad de procesos, la creación del poder popular no es único, ni exclusivo del Ministerio de las Comunas, es creación conjunta entre gobierno y sociedad. En otro discurso fundamental para entender el complejo proceso revolucionario venezolano, Aló Presidente teórico no. 1, Chávez planteo que, en efecto, “El Ministerio impulsa, define, se interconecta; pero, señores alcaldes, gobernadores, todos, el pueblo todo, comunidades todas, vamos a hacer un esfuerzo mayor para que se multipliquen las comunas. Es un llamado a la reflexión”.
Chávez entonces presidente de Venezuela, invitó además a la reflexión de no dividir la realidad, sino de buscar integrarla, combatir la división cartesiana de ésta y buscar soluciones de carácter holístico que potenciara el proceso político.
En la Comuna el Panal, además de establecer su propio destino, llevar un censo poblacional para lograr atender las necesidades de sus habitantes, cuentan con procesos productivos asociados.
En su discurso Golpe de Timón, Hugo Chávez decía que “un sistema productivo que quiere activar la participación plena de los productores asociados, los trabajadores, requiere de una multiplicidad de procesos ‘paralelos’, coordinados de la manera adecuada, así como de un correspondiente sistema operativo que sea radicalmente diferente a la alternativa operada de manera central, trátese de la economía dirigida capitalista o de sus bien conocidas variedades poscapitalistas presentadas engañosamente como “planificación”.
En entrevista para Contralínea, José Lugo –uno de los integrantes de la Comuna el Panal y del proyecto productivo textil de la comuna– reconoce que es verdad que son “un peligro extraordinario e inusual para Estados Unidos”, como los ha definido el propio gobierno estadunidense. Aclara que es así porque “tenemos un nivel de conciencia que se ha ido elevando a las necesidades del pueblo”.
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José Lugo, recargado sobre uniformes escolares creados por él y otros compañeros y compañeras, recuerda con viveza y agudeza que, frente a los embates del imperialismo, la creatividad del pueblo venezolano ha servido para responder a los ataques, como fue el caso de la fuga de papel moneda.
Relata a Contralínea que hace más de una década se estaba desapareciendo el papel moneda en Venezuela. “Se lo llevaban para Colombia cuando estaba Álvaro Uribe como presidente [de Colombia]. No voy a decir más nombres porque siento que la boca se me ensucia. Cuando estaban esos presidentes allá, ellos permitían que llegaran góndolas, góndolas cargadas con el papel moneda venezolano y allá los quemaban, allá los enterraban. Entonces nosotros tuvimos la oportunidad de crear un papel moneda que se llamaba el panalito”.
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En la Comuna el Panal, los habitantes comenzaron un proyecto productivo textil. En el año 2012 en asamblea decidieron comenzar con dicho proceso, en gran medida –relata Lugo– porque la fuerza productiva de la comuna tenía conocimiento textil.
El proyecto consiste en adquirir materia prima y elaborar uniformes para niños y niñas. José Lugo quien integra el proceso productivo textil en la comuna El Panal, orgulloso del proyecto, relató que los uniformes elaborados los distribuyen también con ayuda del Ministerio de Comercio y van directamente a la infancia necesitada.
Cuidan, además, que los uniformes no se vendan a empresas privadas o alguien que los revenda. “Nosotros mismos los entregamos en las escuelas de nuestra comuna, de nuestra comunidad, de nuestra parroquia [colonia] a los niños y niñas. El año antepasado tuvimos la oportunidad de atender a 5 mil 200 niños con uniformes escolares”.
La posesión de los medios de producción implica modificar las relaciones sociales de producción en la comuna. Ello recae en revisar y valorar la calidad y cantidad del trabajo de una manera diferente a la de una empresa. José Lugo entrevistado por Contralínea mencionó que actualmente tienen 15 productoras y productoras, “no hay empleado porque no hay jefe. ¿Por qué no hay jefe?, porque es una organización completamente horizontal. Yo soy vocero, vocero de formación”. Los productores que hacen parte del proyecto textil ganan más que la media en Venezuela. El recurso va para “costear sus necesidades”. Pero no sólo es un recurso por arriba de la media sino la administración de otros fondos. “El fondo del pago de los productores y productoras, el fondo de mantenimiento productivo, que es el que nos permite a nosotros comprar materia prima, reparar una máquina, comprar máquinas nuevas. Ese es el fondo de mantenimiento productivo, el fondo de ahorro de productores y productoras en donde si a una productora o un productor se le presenta una emergencia, obtenemos parte de ese fondo para solventar esa emergencia”.
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Tienen además otro fondo que es el de reinversión social y es otra característica que los diferencia de una empresa privada. José Lugo menciona que la conformación de cooperativas tampoco tuvo buen resultado en varias experiencias en Venezuela. Con el fondo de reinversión social han decidido financiar a otros medios socio-productivos. Un ejemplo de ello, es una lavandería en la misma comuna, en la que se compraron las lavadoras y maquinaria para fortalecer otros procesos dentro de la misma Comuna El Panal.
Parir la historia –la lucha de clases para el marxismo– es en Venezuela desde las bases, desde el mismo proceso social de la comuna en donde se enfrentan diariamente a pensar y crear una economía que rompa con las relaciones sociales de producción capitalista, modificando la relación capital-trabajo, ganancia y plusvalor y, desde luego sin patrón. Respecto a ese tema de la inexistencia de la figura patronal José Lugo relató que es extraño incluso para medios de comunicación internacionales que han ido a entrevistarlos y sacan notas periodísticas con titulares en donde se centran en que no trabajan porque no hay patrón.
Como vocero del proyecto productivo textil de la comuna el Panal, como productor, José Lugo tiene claro desde su praxis cotidiana que lo que hacen es cambiar el modelo económico: “a nosotros nos parece, de acuerdo con esta experiencia que hemos venido desarrollando, que si nosotros logramos cambiar lo que es el medio productivo desde la base, no ese proyecto mercantilista donde el dueño de la empresa es quien se queda con el recurso económico, sino que nosotros vamos con esa parte de recursos económicos con los excedentes de recursos económicos, manteniendo la organización socio-productiva, pero a la vez generando otros medios productivos, podemos cambiar el modelo económico del país”.
En entrevista para Contralínea, José Lugo comenta que el pueblo venezolano es como el cuero seco. “¿Qué pasa con el cuero seco? Si lo pisas por un lado o por el otro se levanta. Así es el pueblo venezolano. Y nosotros hemos tenido la fortaleza para eso. ¿Somos un peligro? Claro que somos un peligro. ¿Sabes por qué somos un peligro? Porque tiene armas de construcción masiva”.
Frente a los asedios de Estados Unidos, Lugo menciona que han sabido reponerse, así como cuando fugaban papel moneda, sucedió también cuando las empresas privadas se fueron y aprendieron como pueblo distintos procesos productivos y de administración.
En momentos de presión imperialista, pero también de fortalecimiento social y económico venezolano, José Lugo tiene claro que “el gobierno norteamericano cree que cada vez que ellos nos ponen una tranca, nosotros vamos a llorar. Compañero, ojalá se lleven a todas sus empresas extranjeras de aquí de Venezuela y permitieran que nosotros sigamos desarrollando nuestra economía”.
El llamado de Lugo además fue a conocer su historia, su proceso revolucionario, con las distintas problemáticas que viven diario, pero finaliza: “los que quieran venir en paz, bienvenido sea. Pero tengan la seguridad que nosotros estamos dispuestos a morir por nuestra patria. Nosotros vamos a morir por patria”.
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