Brasilia, Brasil. No le bastó su manifiesto racismo y defensa del régimen dictatorial y la tortura, ahora el presidente electo Jair Bolsonaro disparó y causó, con otros dislates y bravatas, el cese de la participación de profesionales cubanos en el programa Más Médicos de Brasil.
Cual cazador imprudente y retorcido, Bolsonaro asestó el tiro de gracia a una víctima herida mortalmente, pero en camino de la recuperación, pues, según estadísticas del Ministerio de Salud brasileño, unos 113 millones de pacientes, la mayoría de nulos o bajos recursos, recibieron atención del programa durante cinco años en más de 3 mil municipios.
Sin prever consecuencias, el exmilitar condicionó la estancia de los médicos cubanos y los invitó a que revalidasen sus títulos y recibieran el salario directamente del gobierno brasileño.
Desinformado o tal vez olvidadizo por conveniencia, Bolsonaro nunca quiso referirse al arreglo entre la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Brasil y Cuba, que hizo aflorar el programa Más Médicos.
Al respecto, la expresidenta Dilma Rousseff dijo que ese proyecto sanitario fue creado durante su gobierno (2011-2016) y ofreció hasta ese último año “atención médica a 63 millones de brasileños y brasileñas, muchos de los cuales jamás habían tenido acceso a un profesional de salud”.
En un extenso artículo, Rousseff fustigó las declaraciones intempestivas del político de extrema derecha, quien ignora la dimensión diplomática que rodea la relación entre países.
“Para nuestra gente más humilde, la extinción del programa será una pérdida irreparable a corto y medio plazo”, recalcó la exgobernante, quien consideró gravísimas las consecuencias de la ruptura.
También apreció de “unilateral e irrespetuosa la decisión de Bolsonaro al criticar por Twitter los términos del convenio firmado en mi gobierno, y renovado, sin modificaciones, hasta el gobierno de (Michel) Temer”.
Alertó que las manifestaciones leves y autoritarias pueden incluso alejar a médicos de otros países que participan minoritariamente del programa Más Médicos.
En sus infelices aserciones, a Bolsonaro tampoco le dio por comentar que los colaboradores reciben en Cuba el ciento por ciento de sus salarios y aunque no estén en la isla preservan sus plazas y garantías laborales y sociales, de las cuales son merecedores como trabajadores del sistema de salud de la nación caribeña.
De acuerdo con autoridades de la isla, en Brasil los cooperantes no reciben salarios porque no son empleados del sistema de salud local, sino becarios que prestan asistencias y se especializan en servicios primarios, lo permitido por la Ley Federal del programa Más Médicos.
El gobierno de La Habana reiteró que conserva a cada uno de sus profesionales el puesto de trabajo y salario en su tierra, y dedica el resto de los recursos al presupuesto estatal, sobre todo al sostenimiento de un sistema de salud gratuito y universal para sus ciudadanos.
Para la OPS la iniciativa Más Médicos es un ejemplo de cooperación por los beneficios en la atención primaria en localidades pobres que nunca vieron a un médico.
Los números no mienten. En Brasil viven en hogares pobres 40 por ciento de los niños y adolescentes de hasta 14 años de edad, lo que representa una población de 17 millones 300 mil personas.
De ellos 6 millones 800 mil, 13.5 por ciento, están en situación de pobreza extrema. A casi todos atendieron los profesionales cubanos, quienes “brindaron humanidad” donde otros no quieren ir.
Brasil, país continental, octava economía del mundo, aparece en el ranking mundial de la salud en el lugar 125. Formados de universidades federales y estatales, médicos brasileños se niegan a atender fuera de los grandes centros urbanos.
Ante la negligente postura del mandatario electo, la Red Internacional de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad-Capitulo Brasil, alerta que unos 44 millones de brasileños de bajos ingresos quedarán sin atención médica a partir de 2019, en más de 2 mil municipios del interior del país.
En un comunicado, al que tuvo acceso Prensa Latina, la organización denuncia que el futuro gobierno de Bolsonaro, que “se autoproclama sin sesgo ideológico, perderá a 9 mil médicos cubanos por cuestiones ideológicas y, también, por ignorancia”.
Se pregunta: ¿Cómo explicar un proyecto humanitario a los desprovistos de humanidad? ¿Cómo explicar un proyecto social a los que giran en torno al capital?
Ante la tragedia sanitaria que se avecina responderá Bolsonaro “por desconocer la historia de las misiones médicas de Cuba alrededor del mundo”, señala la red.
Explica que “la primera misión médica cubana humanitaria fue en 1963, en Argelia. Cuba, en nombre de la defensa de la humanidad, se comprometió a cuidar de las poblaciones pobres del planeta. Nació la solidaridad internacionalista”.
Las misiones humanitarias cubanas se extendieron por los cuatro continentes, con características propias, únicas, basadas en el entendimiento de las necesidades de cada pueblo, refiere el mensaje.
En este Estado de miseria, remarca el texto, “Brasil necesitaba un proyecto de salud que, si no abarcaba a los más de 200 millones de brasileños, por lo menos disminuyera esta diferencia.
“Acabar con un programa de 55 años de experiencia, de competencia, solidaridad es al menos falta total de humanidad. Dejar a la población sin esta asistencia vital es condenarla a la muerte prematura”, alerta la organización internacional.
En esa misma arista, el político Guillermo Boulos, expretendiente presidencial y coordinador nacional del Movimiento Sin Tierra (MST), expresó que siguen las declaraciones irresponsables de Bolsonaro, quien “cada vez que abre la boca… causa un incidente internacional.
“Esta vez, subrayó Boulos, quien va a pagar el precio es el pueblo más pobre que se benefició con Más Médicos“.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, denunció que por las amenazas del presidente electo Brasil pierde acceso a la medicina cubana, reconocida por la Organización Mundial de la Salud.
“Me siento triste por el pueblo brasileño que es tan bien asistido por ellos (los médicos cubanos). Vi ese programa nacer y ayudé a implementarlo”, dijo Hoffmann en su cuenta de la red social Twitter.
Con verbo solidario, María do Socorro Gomes, presidenta del Consejo Mundial por la Paz, posteó además en una red social que “apoya a los médicos cubanos, al pueblo y gobierno de Cuba, ofendidos por un presidente estúpido y sin la mínima preocupación por las necesidades del pueblo brasileño”.
La labor de los profesionales cubanos en lugares de pobreza extrema, en favelas de Río de Janeiro, Sao Paulo, Salvador de Bahía, en los 34 Distritos Especiales Indígenas, sobre todo en la Amazonia, fue ampliamente reconocida por los gobiernos federal, estatales y municipales, y por su población brasileña.
Desde el 22 de noviembre y de forma ordenada empezaron a salir hacia Cuba, por grupos de 200, los más de 8 mil 300 profesionales de la isla que participaron en Más Médicos. A su llegada a La Habana, según sus coterráneos, la patria os contempla orgullosa.
Osvaldo Cardosa/Prensa Latina
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