Con un pase de lista a varios cientos de miles de mexicanos y el eco de sus voces que retumbó entre los paredones coloniales del centro de la Ciudad de México: “¡Pemex no se vende, México no se vende. Presente, presente, presidente!”, inició la conmemoración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera. A estas voces, el jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador respondió: “estoy convencido que cualquiera de los aspirantes [a la Presidencia] que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación”.
Con un Zócalo abarrotado, mujeres y hombres, niños y ancianos, representantes de los pueblos originarios, ciudadanos de la costa, centro, sureste, norte y sur, fue más allá y, arengó: “aun cuando en política es más peligroso subestimar la fuerza de los adversarios que sobreestimarla, sostengo que hagan lo que hagan, no regresarán al poder los oligarcas; continuará prevaleciendo, en nuestro querido México, una auténtica y verdadera democracia”.
Recordó que el pueblo es cada vez más consciente, ya no hay analfabetismo político. “Conciencia colectiva vamos a seguir contrarrestando la guerra sucia, las campañas de calumnias y los intentos de manipulación que seguirán llevando a cabo, porque no les queda de otra nuestros adversarios y sus medios de información vendidos, alquilados o en manos de los miembros del bloque conservador y corrupto”. Se impondrá, al mismo tiempo, la sabiduría del pueblo. “El pueblo no traiciona”.
El presidente alzó la voz y dijo: desde aquí, desde el Zócalo que se oiga fuerte y que se oiga lejos, “México es un país independiente y libre, no una colonia ni un protectorado de Estados Unidos, y que podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás, jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestra patria”. Tal posición la expresó luego del amago de legisladores republicanos que amenazaron con pedir el ingreso de tropas estadunidenses a México, con el falso pretexto de una lucha deficiente contra el tráfico de fentanilo.
“Ya no es el tiempo de Calderón ni de García Luna, que ya no es el tiempo de los vínculos turbios entre el gobierno de México y las agencias del gobierno de Estados Unidos; ahora no hay simulación, de verdad se combate a la delincuencia organizada y de cuello blanco porque no hay corrupción, no hay impunidad ni existen relaciones de complicidad con nadie.”
Mientras el pueblo coreaba cada uno de sus planteamientos, el presidente fue más contundente y afirmó: “cooperación sí, sometimiento no”. Preguntó a los cientos de miles congregados ¿oligarquía?, y al unísono retumbó la respuesta: ¡No!, ¿corrupción?, ¡no!, ¿clasismo?, ¡no!, ¿racismo?, ¡no!, ¿libertad?, ¡sí!, ¿democracia?, ¡sí!, ¿justicia?, ¡sí!, ¿seguridad?, ¡sí!, ¿igualdad?, ¡sí!, ¿soberanía?, ¡sí!.
Antes, a las 17:30 horas, cuando el presidente salió de Palacio Nacional acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, rememoró la epopeya del general Lázaro Cárdenas del Río, quien nacionalizó la industria petrolera. También recordó que el general realizó tres ajustes fundamentales para la recomposición de México: entregó tierra a campesinos y ayudó a los obreros; impulsó la organización social y, diseñó la base social para la expropiación petrolera y otros bienes de la nación que habían sido entregados a particulares, así como a extranjeros.
Desde el inicio del gobierno del general Lázaro Cárdenas emprendió un reparto agrario, vía expropiación de latifundios y tierras nacionales, al grado de que en los primeros 3 años de su administración repartió 9 millones 764 mil hectáreas a 565 mil 200 campesinos.
El expresidente hizo realidad el artículo 123 constitucional reivindicando el derecho a la huelga, defendió los intereses de los sindicatos, posibilitó la creación de la Confederación de Trabajadores de México y, la Confederación Nacional Campesina.
Destacó que, el general Lázaro Cárdenas evitó una guerra civil en México, al optar por el apoyo a quien después se convirtió en presidente, Manuel Ávila Camacho y no continuar con el general Francisco J Mujica, debido a que sería rechazado por el gobierno de Estados Unidos, y habría la posibilidad de una nueva invasión.
Frente a los mexicanos reunidos en el Zócalo, garantizó que no se aceptará que en México una minoría se imponga a la mayoría a costa del empobrecimiento, motivo por el cual en nuestro movimiento se combate la corrupción, se trabaja con austeridad, sin lujos y ahora se otorga financiamiento a pensiones para adultos mayores, personas con discapacidad, madres solteras, campesinos, estudiantes y productores.
Al mismo tiempo, se reparten fertilizantes, se cuenta con el Banco de Bienestar, se impulsa a la salud y educación gratuitas y se da atención a quienes más lo necesitan.
Entre coros y vitores, el presidente reportó una reducción de la incidencia delictiva del 33 por ciento, en homicidios 10 por ciento, 38 en el robo de vehículos, 20 en robo en general, 92 en huachicol y 28 por ciento en feminicidios.
Celebró que no hay aumento de impuestos, mayor costo en los energéticos, aumentó la inversión extranjera, crecieron las reservas del Banco de México y se realizan obras prioritarias y de gran calado como: rehabilitación de líneas del Metro, Tren Maya, Tren del Istmo, carreteras, presas, además de que se recupera la industria eléctrica, energética y se nacionalizo el litio.
Antes del mensaje presidencial, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, hizo un balance de los trabajos de rescate del sector energético y de la forma en que se evitó que el neoliberalismo entregara esta industria estratégica a particulares.
También el director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, indicó que la petrolera mexicana fue recibida al inicio del gobierno en condiciones críticas, endeudamiento y con una baja en la producción de apenas 580 mil barriles diarios. A la fecha, ya se producen 1 millón 700 mil barriles, y para finales de año se llegará a 1 millón 921 mil, con lo que se alcanzará la autosuficiencia de combustibles y se cancelarán las importaciones.
En los primeros minutos de la concentración se rindió un minuto de silencio a Carlos Payán Velver, fundador del periódico La Jornada.
Desde temprana hora, arribaron por todos los puntos de acceso a la ciudad cientos de camiones, con miles de personas de las 32 entidades del país, para participar en la celebración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, encuentro masivo que transcurrió de manera pacífica.
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