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Lo que el agua también se llevó

Lo que el agua también se llevó

Las pérdidas incalculables por el cierre de puentes y carreteras durante la contingencia del huracán “álex” demuestran la trascendencia de Nuevo Laredo en el scenario económico de México y el apoyo de Reynosa para evitar el colapso de la industria nacional

Redacción

Nuevo Laredo, Tamaulipas

Al impacto del cierre por casi 6 días de los puentes que comunican a Nuevo Laredo con Estados Unidos por “álex”, le siguió un impacto económico que superó los 800 millones de dólares.  No hay cifras definitivas, pero son escalofriantes.

El paso de “álex” a principios de julio en el  Estado de Tamaulipas, al que pertenece Nuevo Laredo, provocó el desbordamiento de presas y de los ríos Salado y Bravo.  Con este cierre bastó para confirmar a todos el valor crucial que para la economía nacional representa Nuevo Laredo.

Por su posición geográfica, Nuevo Laredo  tiene acceso en el noreste al 75 por ciento de la población activa de los Estados Unidos y monopoliza el 40 por ciento de la actividad aduanera del país. Todo quedó paralizado por el cierre en el que mercancías por más de un millón de toneladas estuvieron a la espera en miles de camiones cargueros en aduanas y carreteras que convergen a la ciudad fronteriza y también unos dos mil vagones de ferrocarril;  fue el caos económico del que pocos hablan y cuantifican.

Uno de ellos es Daniel Covarrubias, director del Instituto para la Competitividad del Comercio Exterior, quien se atrevió a señalar que sólo por IVA se dejaron de recaudar

en Nuevo Laredo casi 400 millones de pesos, indicó.

Según informes, la aduana de esta ciudad representa el 10 por ciento de todo lo recaudado por ese impuesto en el país.

Además, en este punto fronterizo se vio afectado el 45% del comercio exterior entre México y Estados Unidos, que representa el 40% del intercambio comercial total entre estos dos países.

El puente “Comercio Mundial”, exclusivo para el tráfico de camiones cargueros, dejó de percibir las cuotas de peaje de al menos unos 12 mil vehículos por día. “Por peaje se dejó de recibir alrededor de 700 mil pesos”, agregó Covarrubias.

El secretario de la Asociación de Agentes Aduanales de Nuevo Laredo, Ricardo Zaragoza, entrevistado durante los días del cierre de puentes  dijo que  hubo “un caos impresionante en todas las agencias, estamos desesperados y no podemos hablar todavía de los daños”.

Todo quedó inmovilizado: maquiladoras, empresas exportadoras e importadoras, agencias aduanales, transportistas.

De acuerdo con estimaciones de la aduana local, más de un millón de  toneladas de mercancías permanecieron varadas en la Carretera Nacional durante los días en que duró el cierre, cantidad que se acumuló ante la inundación del tramo conocido por El Oasis, un paraje que se localiza a unos 70 kilómetros de Nuevo Laredo.

Por las operaciones de exportaciones e importaciones de mercancías que cruzan por el Puente Internacional III y garita del Kilómetro 26, Nuevo Laredo aporta al gobierno federal el 10% de todo el IVA que se recauda en el país. De ese fue el tamaño de la tragedia.

“Nuevo Laredo ha sido y seguirá siendo la principal aduana, porque tiene a los mejores agentes aduanales, a los mejores transportistas, al mejor recurso humano para ofrecer el servicio de exportación e importación. Queremos que después de lo sucedido (el desbordamiento y el cierre de la Carretera Nacional), se reconozca que el gobierno federal se fije en Nuevo Laredo y valore su papel”, enfatizó el presidente de la Central de Servicios de Carga de Nuevo Laredo,  Luis Moreno Sesma.

Negligencia millonaria

Errores humanos, fallas técnicas y poca importancia a la prevenciones meteorológicas  dejaron como consecuencia el desbordamiento del río Bravo y el cierre de los puentes. Fue documentada la trayectoria de “álex” por el Centro de Huracanes de Miami y el índice de peligrosidad con el que venía a territorio nacional.

El 30 de junio, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que depende de la Conagua, emitió una alerta por el huracán “álex” con “índice de peligrosidad fuerte”, que afectaría esos territorios.

Pero los desfogues de las presas, dos de las cuales al menos tenían su capacidad a más del 90 por ciento al momento del impacto del huracán, ocurrieron hasta el 5 de julio, 9 días después de la alerta de Miami.

La operación de desfogue tuvo, además, sus inconvenientes. Por ejemplo, en la presa Venustiano Carranza en Coahuila, construida en 1930, se presentó una avería en un transformador eléctrico que impidió la apertura de 26 compuertas, por lo que se hizo manualmente con apoyo del ejército.

En Tamaulipas, el presidente Felipe Calderón escuchó reclamos por el manejo de las presas por parte de la Conagua.

El gobernador Eugenio Hernández comentó que la dependencia sabía, desde antes de la llegada del huracán, que al menos las presas Venustiano Carranza y Cerro Prieto registraban niveles preocupantes de almacenamiento; sin embargo, no se ordenó realizar desfogues. El resultado fue el cierre de los puentes y el caos en Nuevo Laredo y casi toda la frontera de Tamaulipas.

Quienes operaron los cierres y no previnieron la catástrofe fueron los funcionarios de la CNA, que abrieron “la llave” de las presas y provocaron pérdidas económicas millonarias en los sectores agropecuario, industrial y de comercio.

Caminos y Puentes Federales, Capufe, soltó durante los cierres sus cifras. La dependencia estimó las pérdidas en más de 800 millones de dólares por el cierre de los puentes.  Más tarde la cifra sería confirmada por la Secretaría de Desarrollo Económico de Tamaulipas

En Nuevo Laredo hay movilización de aproximadamente 175 millones de dólares diariamente, con el cruce de al menos 4 mil camiones de transporte de carga y otros mil 500 a través del ferrocarril.

El cierre de los puentes repercutió en 4 mil empresas que dan empleo a 72 mil personas vinculadas a esta actividad.  Anualmente pasan más de 100 millones de personas y por la Aduana de Nuevo Laredo se mueve 40% del comercio exterior del país. En un año llegan a cruzar más de un millón y medio de camiones a Estados Unidos.

El año pasado la Aduana de Nuevo Laredo recaudaba mensualmente 41 mil millones 840 mil pesos de impuestos al comercio exterior, de los que 4 mil millones mensuales fueron por concepto de IVA.

Gracias Reynosa

Para Marco Vinicio Morales, un experto en sistemas aduanales, las pérdidas por 800 millones de dólares provocadas por la contingencia se quedan cortas, “definitivamente son mayores, se queda corta esa cifra”.

Señala que no era posible internarse a territorio nacional porque además las carreteras estaban inundadas, “apenas pasaban unos diez vehículos por razones de seguridad y se cerró el Puente Internacional I Las Américas porque era muy peligroso”.

Morales es claro al señalar que el apoyo de la Aduana de Reynosa permitió que los daños económicos no fueran mayores.

“Las dos carreteras se inundaron en una forma nunca antes vista, no podían pasar autos, tampoco el ferrocarril y durante una semana se propició que todo se desviara a Reynosa, que le dio un apoyo fantástico a Nuevo Laredo, gracias a Reynosa no se dañó la industria nacional”.

Agrega que la industria más perjudicada fue la de comestibles y la automotriz que opera 364 días al año, “el único día que no está importando es el primero de enero”, dice.

El especialista aduanero dice que hay costos que son imposibles de cuantificar globalmente, “el promedio de cruces diario es de 5 mil vehículos, imagínese nada más lo que representa la desviación a Reynosa, porque no es lo mismo una mercancía que viene por la carretera 35 y a 220 kilómetros está Monterrey, que desviarse a Reynosa para luego ir a  esa ciudad”.

Rechaza buscar culpables por las pérdidas generadas en Nuevo Laredo,  “se trata mejor de  unir esfuerzos, es el caso de Reynosa que apoyó a Nuevo Laredo, se portó como una aduana hermana al nivel que todos conocemos y gracias a Reynosa muchas empresas no pararon en su producción”.

Afirmó que el gobierno federal sí volteó a ver a Nuevo Laredo, con la inmediata reconstrucción de las carreteras y lo hizo en el momento justo porque también era un afectado por la falta de recaudación en las aduanas.

“El comercio internacional genera la mayor cantidad de dinero por concepto de Impuesto al Valor Agregado en el país; y el que no llegara oportunamente ese dinero a las arcas del país, también les perjudicó”.