Síguenos en redes

Mujeres embarazadas detenidas-desparecidas por el Ejército y la DFS

Mujeres embarazadas detenidas-desparecidas por el Ejército y la DFS

¿Qué tienen en común estas mujeres? Que fueron detenidas y desaparecidas por agentes del Estado junto con sus hijos. Toda la información contenida en el presente texto proviene de documentos bajo resguardo de la CNDH y el Archivo General de la Nación y de los testimonios de sobrevivientes del terrorismo gubernamental

Lourdes Martínez Huerta

Enfermera de profesión y militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Fue detenida por la Dirección Federal de Seguridad (DFS) entre el 10 y el 15 de mayo de 1974. Según los testimonios recabados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), cuando fue capturada cumplía 4 meses de embarazo.

Violeta Tecla Parra

El 3 de junio de 1975 a las 6 de la tarde, Violeta, de 18 años de edad, fue detenida junto con su hermano Adolfo, quien contaba con 14 años de edad. Fueron detenidos frente al jardín de Clavería, en Azcapotzalco, Ciudad de México. Los “antecedentes” que la DFS había detectado de Adolfo Tecla Parra eran que visitaba regularmente a su madre Ana María Parra de Tecla, quien estaba recluida por motivos políticos en la cárcel de mujeres. De Adolfo no se supo más desde ese momento. Al momento de su detención Violeta llevaba consigo a Lucio Antonio Gallangos Vargas, de 3 años de edad. Tiempo después Violeta fue puesta en libertad y de nuevo detenida el 4 de abril de 1978. De Lucio Antonio no se volvió a saber nada durante 23 años.

Lucio Antonio era hijo de Roberto Antonio Gallangos Cruz y de Carmen Vargas Pérez, compañeros de lucha de Violeta con quien compartían el mismo domicilio.

El 19 de junio de 1975, el director Federal de Seguridad, informó al presidente de la república Luis Echeverría Álvarez lo siguiente:

“A las 15.00 horas del día de la fecha cuando circulaba un individuo por Calzada de Guadalupe y Fray Juan de Zumárraga, el Sargento de la Policía Preventiva Placa 1499 […] observó que éste llevaba oculta en la cintura una pistola, por lo que al requerirlo para que se identificara, el mencionado individuo sacó el arma e hizo fuego en contra del policía lesionándolo en un brazo, motivando con ello que otros policías que se encontraban cerca de los hechos lograran la detención del sujeto […] al tenerse conocimiento de esto, agentes de esta Dirección y de la DIPD, procedieron a interrogarlo, resultando ser Roberto Antonio Gallangos Cruz (a) ‘Simón’, quien ya era buscado por las autoridades por sus participaciones delictuosas dentro de la ‘Brigada Roja’ de la Liga Comunista 23 de Septiembre” (sic).

Un documento del 20 de junio de 1975, relativo al interrogatorio de Roberto Antonio Gallangos Cruz, dirigido al entonces director Federal de Seguridad, señala:

“El día de ayer agentes de esta Dirección interrogaron a Roberto Antonio Gallangos Cruz (a) ‘Simón’, quien manifestó […] que en 1967 fue reclutado para el Partido Comunista por David López […] el declarante también manifestó haber participado en el asalto realizado al Banco de Londres y México sucursal Amecameca, México […]” (sic).

En los archivos del otrora Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) se encuentra la ficha de identificación personal de Roberto Antonio Gallangos Cruz, que dice así:

“[…] miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Miembro de la Brigada Emiliano Zapata, dependiente de la Liga Comunista 23 de Septiembre […] fue detenido por elementos de la Dirección de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia (DIPD).”

El 30 de junio de 1975, Roberto Antonio Gallangos Cruz, declaró ante la Oficina Jurídica de la Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal:

“[…] que el de la voz está legalmente casado con Carmen Vargas Pérez, con la que ha procreado dos hijos de nombres Antonio y Aleida Gallangos Vargas, que cuentan con tres años y medio y dos años cuatro meses de edad, respectivamente […]. el primero de los cuales fue recogido por las autoridades al ser detenida Violeta Tecla Parra y la segunda está al lado de su madre, la que se incorporó hace tres meses a la Brigada Roja y usa el seudónimo de ‘Sofía’ […]” (sic).

Carmen Vargas Pérez

El 26 de julio de 1975, el entonces director Federal de Seguridad informó al presidente Luis Echeverría lo siguiente:

“De acuerdo a las instrucciones que fueron dadas a la Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal, por la Dirección Federal de Seguridad, el día de hoy se estableció especial vigilancia en las 10 salas cinematográficas que exhibieron el film cubano denominado ‘Girón’, para conmemorar el 22 Aniversario del asalto al Cuartel Moncada en Cuba. Las órdenes fueron en el sentido de observar a los asistentes que llevaran bultos o que presentaran actitud sospechosa, ya que se supuso que elementos pertenecientes a grupos subversivos tuvieran interés en asistir a la exhibición y llevar a cabo alguna actividad terrorista […] se presentaron 2 mujeres y un sujeto, los cuales se hicieron sospechosos en virtud de que llevaban un paquete como de 50 centímetros aproximadamente, el cual era sostenido por una de las mujeres dando la impresión de contener algún objeto pesado. Por lo anterior uno de los agentes de vigilancia interceptó a las 3 personas, solicitando que las mujeres mostraran el contenido de sus bolsos de mano, a lo cual se negaron y el hombre que las acompañaba sacó una pistola disparando en contra del sargento Benito Morales Pérez a quien lesionó en el dedo meñique y en la axila izquierda, pretendiendo posteriormente huir del lugar […] el sujeto de referencia en unión de una de las mujeres logró escapar, pero fue detenida la otra que resultó ser Carmen Vargas Pérez (a) ‘Sofía’ o ‘La Morena’, miembro de la ‘Brigada Roja’ de la Liga Comunista 23 de Septiembre y esposa de Roberto Antonio Gallangos Cruz (a) ‘Simón’ en igual forma integrante del grupo subversivo de referencia […]” (sic).

El primero de agosto de 1975, Carmen Vargas Pérez declaró ante la Oficina Jurídica de la Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal lo siguiente:

“La que dijo llamarse Carmen Vargas Pérez (a) ‘Sofía’ o ‘La Morena’, contrajo matrimonio civil con Roberto Antonio Gallangos Cruz […] el día diez y ocho de junio de mil novecientos setenta y uno en la Población de Zacatecas Morelos, con el que ha procreado dos hijos de nombres Lucio Antonio y Aleida Gallangos Vargas que a la fecha cuentan con tres y dos años de edad, respectivamente” (sic).

Un día de junio de 1975 Carlos Gorostiola Torís se presentó en la casa de su hermano Alejandro. Llevaba una niña de 2 años. “Toma –le dijo Carlos, mientras depositaba en sus brazos a una niña de 2 años a su cuñada–. Sé que contigo va a estar segura y no le va a faltar nada”.

Tiempo después Carlos sería muerto en combate. Así lo dice el informe suscrito por el entonces director Federal de Seguridad, del 31 de agosto de 1976: “Carlos Gorostiola Toriz (a) ‘El Clásico’, dirigente de la Liga Comunista ‘23 de Septiembre’, quien resultó muerto después de que atacó a elementos de la Brigada Especial el 7 de agosto del presente año en la Col. Casas Alemán del D.F.” (sic).

Araceli Ramos Watanabe

El 26 de julio de 1975 Leonardo Jiménez Alvarado junto con su esposa Araceli Ramos Watanabe y Carmen Vargas Pérez, militantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre, decidieron ir al cine Cuitláhuac a ver la película Girón. Al llegar la Policía trató de detener a Carmen Vargas, suscitándose un enfrentamiento. Leonardo disparó su arma con el objeto de proteger a Carmen. De esa forma lograron  huir por separado, sin embargo Leonardo y su esposa Araceli, no se percataron que Carmen Vargas había sido detenida por agentes de la Dirección Federal de Seguridad en las inmediaciones del lugar. Al día siguiente Leonardo y Araceli tenían una cita con la Carmen Vargas en la Avenida Vallejo cerca del Monumento a la Raza. Al llegar fueron detenidos por elementos de la DFS.

El primero de agosto de 1975 miembros de la DFS allanaron la casa de la familia de Jesús Alberto Ochoa Ortiz, llevándose al señor Jesús Ochoa Rodríguez, a su hija Mariza Ochoa Ortiz y a su yerno Francisco Maya, los cuales vieron vivos a Araceli Ramos Watanabe, Leonardo Jiménez Alvarado y a Benito. Incluso Mariza Ochoa Ortiz tuvo contacto directo con Leonardo, pues la llevaron con él a hacer un recorrido por varias partes de la ciudad. Ella se percató que Leonardo se encontraba en muy mal estado de salud ya que lo vio “hinchado”. Al preguntarle qué le habían hecho, Leonardo contestó que le habían aplicado Pentotal (tiopentato de sodio) y se les había pasado la mano y que también tenía las costillas rotas. Mariza y el resto de la familia posteriormente fueron puestos en libertad.

En septiembre y octubre de 1975 fueron detenidos por la DFS los integrantes de la familia de Juan Fernando Reyes Peláez, los cuales vieron en una ocasión a Leonardo al cruzar frente a la celda donde ellos estaban. Como todavía lo iban golpeando se le había caído una capucha que le cubría la cara.

Araceli vivía junto con Leonardo desde el 18 de abril de 1975. La última vez que se le vio tenía al menos 4 meses de embarazo.

María Teresa Torres Ramírez de Mena

Había sido identificada por el gobierno mexicano como miembro del Comando Femenil de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El 29 de enero de 1976, a las 16:30 horas en la localidad de El Aguacatillo, Guerrero, eella y su esposo Guillermo Mena Rivera –de la misma organización– se enfrentaron contra los agentes gubernamentales que los perseguían.

El 3 de febrero de 1976, el director Federal de Seguridad informa al presidente Luis Echeverría Álvarez lo siguiente:

“En relación con las detenciones que efectuó la Policía Militar en este Puerto […] se encuentran en Acapulco […] María [Teresa] Torres Ramírez (a) ‘Diana’” (sic).

En un reporte posterior, la DFS daría una versión diferente:

“Murió en enfrentamiento armado contra miembros de la autoridad, su cuerpo fue inhumado en ese sitio, en virtud de la hora y de la dificultad que existe para el ascenso a ese lugar” (sic).

Teresa Torres estaba embarazada al momento de su detención.

Rebeca Padilla Rivera

El 11 de abril de 1976 el director Federal de Seguridad informó al presidente Luís Echeverría Álvarez:

“En el transcurso del día de ayer y la madrugada de hoy, fueron detenidos 5 individuos de este grupo por elementos de la División de Investigaciones para la Prevención de la Delincuencia y de esta Dirección Federal de Seguridad, cuyos nombres son: […] REBECA PADILLA RIVERA (a) ‘Gema’ […]” (sic).

Rebeca, quien había nacido el 29 de diciembre de 1956 en Chilapa y en ese momento contaba con 19 años de edad, se había trasladado junto con su esposo a vivir al Distrito Federal, donde fue detenida en el interior de su domicilio, junto con otras cuatro personas, las cuales “quedaron a disposición de los elementos de la DIPD comisionados en el 21o. Batallón de Granaderos del D.F.” (sic), según consta en el mismo informe de la DFS. Una de esas personas era su esposo Edilberto Sánchez. Otra persona era su bebé de 1 año de edad.

Cristina Rocha Manzanares

A las 5 y media de la mañana del primero de julio de 1976, la casa de la señora Elena Sánchez Herrera –ubicada en la calle de Kansas, 46, del poblado de San Blas, Sinaloa– fue tomada por asalto por soldados del 23 Regimiento de Caballería, de los Mochis, Sinaloa, comandados por el coronel Jorge Arroyo Hurtado. Los soldados iban acompañados por agentes de la DFS que respondían a las órdenes de Miguel Nasar Haro y por policías judiciales del estado de Sinaloa.

En la casa de Elena Sánchez detuvieron a su hijo Ignacio Tranquilino Herrera Sánchez, de 23 años, y a la esposa de éste, Cristina Rocha Manzanares, de la misma edad, quien tenía en ese momento un embarazo de 3 meses. También sacaron de la casa a Juan de Dios Herrera Sánchez, de 18 años, hermano de Ignacio Tranquilino. Los tres, semidesnudos, fueron subidos a una camioneta pick up. Ignacio y Juan de Dios, en la parte trasera. Cristina Rocha, en la cabina.

Juan de Dios se negaba a subir. Los agentes de la DFS lo golpearon y lo subieron a la fuerza a la camioneta. Trasladaron a todos a la Comandancia de la Novena Zona Militar.

Ese día era jueves y faltaban 3 para las elecciones federales, en las que el único candidato registrado “legalmente”, José López Portillo, resultaría ganador.

Cuando la señora Elena preguntó por sus hijos y nuera en la Comandancia de la Novena Zona Militar, le dijeron que se los acababan de llevar con rumbo desconocido. Mientras a ella le negaban toda información, el mismo día de los hechos el director Federal de Seguridad informó al presidente de la República Luis Echeverría Álvarez lo siguiente:

“Culiacán.- El Retén Militar destacamentado en Estación San Blas, Municipio de El Fuerte, detuvo a Ignacio Tranquilino Sánchez Juárez (a) ‘El Kilo’ y a su amasia Cristina Rocha; así como al hermano del primero cuyo nombre se desconoce […] al revisar las pertenencias de los elementos citados, los militares encontraron propaganda de la Liga Comunista 23 de Septiembre y 3 cartuchos de dinamita, solicitándose instrucciones a la Comandancia de la 9/a Zona Militar. Dichas autoridades guardan hermetismo sobre estas detenciones pero posiblemente las personas de referencia sean trasladadas a México” (sic).

Al siguiente día, el 2 de julio de 1976, el titular de la DFS, informa al presidente Luis Echeverría Álvarez:

“El día de hoy a las 18.30 horas, fueron sometidos a interrogatorio tres miembros de la ‘Liga Comunista 23 de Septiembre’, que fueron detenidos el día de ayer en la población de San Blas, Sinaloa, por elementos del Ejército, quienes encontraron en su domicilio tres cartuchos de dinamita, estopines, mecha y un ejemplar del periódico denominado Madera [periódico de la Liga Comunista 23 de Septiembre] los detenidos son Ignacio Tranquilino Herrera Sánchez (a) ‘Kilo’ o ‘Tin Tan’, su amante Cristina Rocha Manzanares y un hermano del primero de los mencionados de nombre Juan de Dios de los mismos apellidos […]. Ignacio Tranquilino Herrera Sánchez, de 24 años de edad unido libremente a Cristina Rocha Manzanares con la que procreó un hijo de nombre Carlos Ignacio de un año de edad” (sic).

Desde entonces el Estado mexicano que los secuestró se ha negado a dar cualquier información sobre ellos.

Esa madrugada del primero de julio no solo una madre perdió a sus hijos y a su nuera, también un bebé de 1 año de edad, perdió a su madre y a su padre. Ahora Carlos Ignacio Herrera Rocha, el hijo de ambos desaparecidos, tiene 34 años y sigue buscando a sus padres y a su tío, pero busca sobre todo a su hermano o hermana nacida en cautiverio. Él sabe que su madre pudo haber dado a luz en la reclusión clandestina a la que fue sometida en enero de 1977, por lo que ahora su hermano o hermana debe tener 32 años.

Emma Cabrera Arenas

El 31 de agosto de 1976 el director Federal de Seguridad, informa al presidente Luís Echeverría Álvarez lo siguiente:

“El día de hoy a las 14:20 horas se logró establecer la identidad del individuo que el 28 de los corrientes, acompañado de una mujer se enfrentó a dos agentes de la Policía Judicial del D. F., en la Col. Clavería de esta ciudad, en el que ambos resultaron heridos, llevando el nombre de Francisco Gorostiola Toriz […] lo anterior, se obtuvo por medio del interrogatorio que llevaron a cabo agentes de esta Dirección Federal de Seguridad, quienes, haciéndose pasar como trabajadores sociales y aprovechando un momento de lucidez del lesionado, le pidieron su nombre y datos respectivos”.

Tres días después, el 3 de septiembre de 1976, el Director Federal de Seguridad, informa al presidente Luís Echeverría Álvarez lo siguiente:

“El día de hoy agentes de esta Dirección Federal de Seguridad, interrogaron en el Hospital Central Militar a Francisco Gorostiola, (a ) ‘Arturo Jiménez Terán’, miembro de la ‘Brigada Roja’, de la Liga Comunista ‘23 de septiembre’, que se encuentra herido después de sostener un enfrentamiento con Agentes Policiacos […] manifestó pertenecer al Comité Militar de la ‘Brigada Roja’ de la Liga Comunista 23 de Septiembre” (sic).

El 6 de septiembre de 1976, el titular de la DFS informa al presidente Luís Echeverría Álvarez:

“El motivo por el que no se ha podido interrogar a este elemento [Francisco Gorostiola Toriz] en la forma adecuada y obtener la información acostumbrada, es producto de las múltiples dificultades que se han presentado para interrogarlo en el interior del Hospital Central Militar, en donde es asistido en forma permanente por doctores y enfermeras que están presentes durante los interrogatorios […]” (sic).

La mujer que se menciona en el primer informe era Emma Cabrera Arenas, pareja de Francisco Gorostiola, quien tenía 6 meses de embarazo al momento de su detención.

Violeta Tecla Parra, detenida-desaparecida por segunda vez

El 4 de abril de 1978, un oficio fechado en Monterrey y dirigido al entonces director Federal de Seguridad,  informa lo siguiente:

“Monterrey. Como complemento al informe sobre la detención de Violeta Tecla Parra (a) Cristina […] a las 01:05 horas de este día, se aclara que inicialmente se llevaba como ubicación el departamento número 3 y que al hacer los dispositivos y tocar en el departamento número 3, también Violeta Tecla Parra abrió su departamento, teniendo oculta la pistola en su pantalón y cuando ella preguntaba que qué pasaba, un elemento de la Brigada Blanca la reconoció, por lo que tomándola por sorpresa y ella ya con el arma empuñada, pudo abrazarla y al tratar de inmovilizarla, ‘Cristina’ disparó su arma, haciendo 4 disparos, uno de los cuales le pegó a un elemento de la Policía Judicial del Estado […], sin lesionarlo en virtud de que traía puesto un chaleco contra balas […] al someter a ‘Cristina’, se le desarmó del arma que empuñaba, siendo ésta una Colt 38 Súper con 4 cartuchos quemados y 3 útiles, haciéndose notar que dicha persona no portaba chaleco contra balas” (sic).

Según la Dirección Federal de Seguridad, Violeta Tecla Parra habría arribado a la ciudad de Monterrey en junio de 1977 para hacer contacto con Pedro Lozano Cantú y José Pilar Terrazas Sansabaz, instalándose en el domicilio de las calles Simón Bolívar y Grijalva en la colonia Central de esa ciudad. Posteriormente se cambió al domicilio en donde sería detenida el 4 de abril de 1978.

Los días 7, 8 y 10 de abril de 1978, los agentes de la DFS en Monterrey informan al Director Federal de Seguridad, de las notas periodísticas publicadas en los diarios El Norte y El Porvenir, mismas que mencionaban la detención de que fue objeto Violeta Tecla Parra y de su traslado a la Ciudad de México por elementos de dicha corporación.

La detención de Violeta Tecla Parra fue realizada por un grupo especial creado en 1976 encabezado por Ricardo Condell Gómez, delegado de la DFS en Nuevo León. Dicho grupo estaba formado por Pedro Canizalez; Alfredo Enriquez Belmares; Cesar Cortez Vázquez, el Campeón; Juan Gilberto López, la Larga; Gener Álvarez de León; Raúl Romero Cisneros, el Tiburón I; Benjamín Maya, y Nicolás de Jesús González Vallejo, el Chilango, entre otros.

El 3 de abril de 1978, se había logrado la captura de José Pedro Lozano Cantú. Al día siguiente fue la detención de María Violeta Tecla Parra. Guillermo Lira, el Perro, estuvo al frente de ese operativo y él trasladó a Violeta  a la ciudad de México, por órdenes de Miguel Nassar Haro, director Federal de Seguridad, según confesó el mismo Perro. Al momento de su última detención, Violeta Tecla Parra se encontraba embarazada.

Elvira Armida Miranda Verdugo

El 20 de noviembre de 1981 fue detenida la maestra Elvira Armida Miranda Verdugo, militante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, en su domicilio de la calle de Felicitas Zermeño, esquina con San Luis, colonia 5 de Mayo, de la ciudad de Hermosillo. Fue subida a una camioneta pick-up amarilla con placas de Jalisco por agentes de la DFS quienes se la llevaron a la oficina de esa corporación en Hermosillo.

En el operativo participaron los agentes del grupo Guadalajara de la DFS, el grupo Jaguar comandado por Francisco Sahagún Baca, la policía Judicial del estado de Sonora y fue supervisado personalmente por Arturo Durazo Moreno. En el mismo lugar fue secuestrado Juan Enrique Barreras Valenzuela.

Carlos Ramón Cota Vega encargado de la Policía Judicial de Sonora. No quiso firmar de recibido la denuncia que ese mismo día presentaron los familiares. En todas las demás ocasiones en que los familiares acudieron para solicitar información, se le informó que seguían “investigando”. Hasta la fecha no se sabe nada de Armida Miranda, quien estaba embarazada al momento de su detención.

La lucha hoy

Se antoja imposible la tarea de encontrar en su momento niños desaparecidos por el terrorismo de Estado, pero en realidad no lo es si todas las personas conscientes hacen algo.

Podemos hacerlo. No obstante la pesada conspiración del silencio impuesta por el gobierno, en México ya se han encontrado niños desaparecidos por el terrorismo de Estado. El primer caso es el de Aleida Gallangos Vargas, quien fue restituida con su familia biológica luego de 23 años de desaparecida. Y el segundo, verdaderamente alentador, es el de Lucio Antonio Gallangos Vargas que fue localizado en una lucha conmovedoramente heroica dada por su hermana Aleida.

Si tú hubieras perdió a tu madre, a tu padre y a tu hermano, no aceptarías un “no se puede encontrarlos”. Pero encontrarlos pasa necesariamente por que todos nos sumemos a esta lucha. Y todos, somos todos: tú también, el que está leyendo este escrito. Únete a la campaña por rescatar a los hijos de desparecidos políticos nacidos en cautiverio por el terrorismo de Estado.

Los hijos de los desaparecidos necesitan muchas manos, mucha fuerza, muchos ojos… Y los tenemos. El pueblo de México aspira a cambiar las cosas y construir un mundo mejor. Algo podrás hacer por esta causa justa. Aquí se vale desde una palabra de aliento.

David Cilia Olmos*

*Maestro en desarrollo social; investigador en la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco; exintegrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre