Apenas unos minutos le tomó llegar al escaño buscado desde hace tres sexenios. Entró por la puerta principal del recinto legislativo de San Lázaro. Sus correligionarios del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) bordeaban el pasillo por el que andaría el ahora presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Entre aplausos y porras caminó el hombre de cabello cano, que recientemente cumplió los 65 años. Los legisladores se arremolinaban a su paso, la algarabía del triunfo lo abrazaba. “¡Presidente, presidente, presidente!”, se escuchaba a coro, para seguir con: “¡Es un honor estar con Obrador!”
Abrazos, saludos de mano, espaldarazos de camaradería. Las miradas y los reflectores estaban puestos en él: celulares, cámaras fotográficas y de video querían captar la imagen de quien llegaba para presidir el Ejecutivo Federal por 6 años. Ascendió.
Las curules habían sido ocupadas en su totalidad. Hombres y mujeres, representantes del Poder Legislativo, que minutos antes habían entrado en acceso exclusivo por la puerta giratoria de cristal, sonreían y retomaban su puesto.
También se apreciaban algunos rostros serios en un costado del recinto, donde se agrupa la bancada del Partido Acción Nacional (PAN). Una manta azul en rechazo a la presencia en el país del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, los flanqueaba.
Los tres palcos del Palacio, repletos de invitados especiales. Presidentes, jeracas, funcionarios y representantes de todo el mundo habían llegado para atestiguar la ceremonia de transmisión del Poder Ejecutivo, entre ellos la hija de Donald Trump, Ivanka Trump; Felipe VI, rey de España; Miguel Díaz Canel Bermúdez, presidente de Cuba, Evo Morales, presidente de Bolivia.
El respaldo de un electorado que rebasó los 32 millones de votantes a su favor, el pasado 1 de julio, hizo que, por fin, López Obrador obtuviera la banda tricolor de manos de Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados, y que le había sido entregada por el ahora exmandatario, Enrique Peña Nieto.
Dos banderas tricolores se alzaban y el lema: “La patria es primero” detrás de él. Con el escudo nacional, bordado en hilo de oro sobre la banda presidencial, y a la altura del pecho, inició su toma de protesta ante el Congreso de la Unión.
El mandatario 65 de México alzaba la mano derecha para exaltar: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República, que el pueblo me ha conferido de manera democrática, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la unión, y si así no lo hiciera que la nación me lo demande”.
Entre vivas y aplausos, López Obrador inició su mensaje a la nación, con el agradecimiento a Enrique Peña Nieto por sus atenciones, pero sobre todo por “no haber intervenido, como lo hicieron otros presidentes, en las pasadas elecciones presidenciales”.
“Hemos padecido ese atropello antidemocrático y valoramos el que el presidente en funciones respete la voluntad del pueblo; por eso, ¡muchas gracias, licenciado Peña Nieto!”, dijo el mandatario. Pero nada más. Lo que siguió fue una disección de los sexenios pasados y de la política económica llevada a cabo por el propio Peña Nieto, Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas de Gortari y Miguel de la Madrid. Todos reprobados y repudiados.
En un claro mensaje antineoliberal, este 1 de diciembre, en el que equiparó al neoliberalismo no sólo con el despojo y la injusticia, sino con la corrupción, López Obrador “ha iniciado la cuarta transformación política del país”. Con este proceso histórico, también inicia un cambio de régimen político: “Una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical porque se acabará con la corrupción y la impunidad que impiden el renacimiento de México”, dijo.
Sostuvo que la crisis en México se originó no sólo por el fracaso del modelo económico neoliberal, aplicado en los últimos 36 años, sino también por el predominio en este periodo de la más “inmunda corrupción pública y privada”. Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentismo”, señaló.
Causa principal de la desigualdad, inseguridad y violencia que padece el pueblo de México, sostuvo el presidente, “la política económica aplicada, en el periodo neoliberal, de 1983 a la fecha, ha sido la más ineficiente en la historia moderna de México…un desastre, una calamidad para la vida política del país”.
La búsqueda de la vida en la informalidad y la migración han sido consecuencias de esta política económica y del enriquecimiento de unos cuantos, aseveró.
Entre los saldos que ha dejado el neoliberalismo en México mencionó el incremento en la importación del maíz, cuando antes de aplicarse este modelo “éramos autosuficientes, como también lo éramos en gasolina, diésel, gas y energía eléctrica”.
El poder adquisitivo se ha deteriorado el 60 por ciento, el doble de enfermos de diabetes, en comparación con América Latina, han emigrado 24 millones de connacionales a Estados Unidos. “Ocupamos el lugar 135 en corrupción, de 176 países evaluados”. Insistió en que el distintivo del neoliberalismo es la corrupción: “privatización ha sido en México sinónimo de corrupción”.
No obstante, y ante estos hechos, prometió “no perseguir a nadie, porque no apostamos al circo ni a la simulación”.
Al término de esta ceremonia solemne, Carlos Slim Helú, el hombre más rico del país comentó ante reporteros que el reto de este gobierno es atender todos los rezagos que tiene. Enfatizó, al igual que el presidente, que la corrupción “ha sido un freno importante para el desarrollo” y, prometió participar con las inversiones en esta cuarta transformación.
Slim Helú rechazó que el discurso antineoliberal pronunciado por el presidente afecte a los empresarios. “Lo que ha fallado, fundamentalmente, es la falta de un plan a largo plazo, una visión de futuro, un gasto corriente en exceso que ha llevado a esos lineamientos y no se ha atendido la generación de empleos, el combate a la pobreza y a la educación”, adujo.
Alfonso Ramírez Cuellar, presidente de la Comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados, comenta en entrevista el mensaje de López Obrador brinda muchas certezas de que habrá una recuperación de la inversión con oportunidades para que la economía crezca y para la generación de empleos, tanto en el sector agrícola, como en los servicios y las manufacturas. “Hay una estrategia importante en el fortalecimiento de los ingresos de las familias”, comentó.
Ramírez Cuellar menciona que entre los principales retos que enfrenta el Gobierno de México es una imperante pobreza y el desmantelamiento de la actividad productiva e instituciones. “El objetivo es reconstruir instituciones, banca de desarrollo, todas las actividades de fomento, hacer que el Estado tenga una fuera mayor para intervenir en la producción de insumos, como fertilizantes y semillas”.
Ante las desalentadoras cifras con que recibe el país, López Obrador propuso un nuevo modelo para impulsar la economía mexicana, entre los que se en encuentran: la construcción del Tren Maya, el Tren Transísmico, la construcción de dos pistas en la base aérea de Santa Lucía. También prometió fortalecer los puertos de Salinas Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos, Veracruz, con el fin de facilitar el comercio con Asia.
El presidente prometió que se rehabilitarán las seis refinerías que funcionan actualmente en México, y se iniciará la construcción de una nueva en Dos Bocas, Tabasco. Con esta decisión, dijo, disminuirán muy pronto los precios de las gasolinas y otros energéticos.
En el marco de la ceremonia protocolaria de transmisión de poder, la oposición legislativa también se manifestó. Pancartas en exigencia de la disminución del IVA y de la reducción en el precio de la gasolina alzaban legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) mientras López Obrador continuaba con su discurso.
Desde la máxima tribuna de San Lázaro, el presidente de México reviraba a los legisladores albiazules que se manifestaban: “Ahora resulta que los que subieron el precio de la gasolina quieren que baje”. Fue la única ironía que se permitió en el discurso. Legisladores de Morena, del Partido del Trabajo y hasta algunos del de la Revolución Democrática aplaudieron y lo arroparon.
Entrevistado en el marco de este evento, Emilio Álvarez Icaza, senador independiente y crítico de López Obrador, no tuvo más que darle el beneficio de la duda y señalar ante el comienzo de la Cuarta Transformación del país: “Vamos a ver si es cierto”.
Entre los grandes retos que enfrenta López Obrador, comentó Icaza Longoria, se encuentran: “Seguridad: veo muy mal que quiera hacer lo mismo que Calderón y Peña con una militarización del país, cuando dijo que no lo haría. Ahora que puede tener un fiscal independiente quiere un ‘fiscal carnal’, y el tema de la inequidad y concentración de la riqueza… ¿cómo construimos un gobierno que sea para todos y no sólo para sus partidarios? Además, no me parece bien que el logotipo del gobierno de la República sea del color del partido que gobierna. Nos dijeron que iba a ser distinto y hacen lo mismo que los otros, mala señal”.
Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León y otrora contrincante presidencial, dijo que “este es un nuevo periodo, una nueva expectativa, hay inquietudes y hoy se puede escuchar. Es urgente que saquemos adelante a México y que el presidente utilice la parte de la colaboración para hacerlo. Él está intentando cumplirles… todos los gobernantes queremos cumplir con lo que ofrecemos, pero cuando llegas y te das cuenta que la caja está vacía muchas de esas cosas no se pueden cumplir”.
Xóchitl Gálvez Ruiz, secretaria de Asuntos Indígenas en el Senado de la República, dijo que López Obrador ha sido congruente con sus propuestas de campaña aunque hay temas que “no va a poder cumplir, como bajar el precio de la gasolina, el IVA en la frontera”.
Pero también dijo: “Hay que desearle éxito. Como oposición estamos obligados a hacer que las promesas de campaña se cumplan y los ofrecimientos al electorado se vuelvan realidad. Habrá que analizar de dónde van a salir los recursos”.
Respecto a los proyectos que atravesarán comunidades indígenas, como el Tren Maya, Gálvez Ruiz criticó que los procesos que se han llevado a cabo, pues estos son sondeos y no consultas. “Estoy de acuerdo con el desarrollo de los pueblos indígenas, siempre y cuando la consulta sea libre, previa e informada”.
Casi solitario y después de aguantar una crítica severa de casi 1 hora con 15 minutos, se retiró Enrique Peña Nieto. El tumulto acompañó después a López Obrador y su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller. Sonrisas, saludos, atropellos, gritos. En tropel salieron después los legisladores. Minutos después, el recinto casi estaba vacío. Pero resonaba entre las curules el eco de una reciente apoteosis: “Por el bien de todos, primero los pobres”.
Érika Ramírez
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