FOTO: 123RF

Luego de que el próximo titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Juan Ramón de la Fuente, invitó al presidente de Rusia, Vladímir Putin, a la toma de posesión de la virtual presidenta electa el próximo 1 de octubre, la doctora Claudia Sheinbaum indicó que es un asunto protocolario.

“Son notas diplomáticas que se envían normalmente cuando hay tomas de posesión, y se envían a todos los países en donde hay relaciones”.

De igual manera, De la Fuente precisó que “se trata de una práctica protocolaria que consiste, fundamentalmente, en que se envía una nota diplomática a todos los países con los que México tiene relación, sin hacer exclusiones”.

Sin embargo, aclaró que cada país decide si aceptar o no las invitaciones. “Lo que México hace es informar al mundo que el primero de octubre hay una ceremonia que consiste en el cambio de mando del Poder Ejecutivo del país y que lo asume la doctora Claudia Sheinbaum Pardo”, explicó. “La verdad es que los grandes titulares de los periódicos de todo el mundo celebraron con mucho entusiasmo y otros con asombro, el triunfo arrollador que tuvo la doctora Sheinbaum”.

A pesar de que no existe una fecha exacta para que los gobiernos emitan su respuesta, el doctor De la Fuente puntualizó que se encuentran a la espera de más información. “Estamos en espera de la respuesta que nos manden cada uno de ellos, y cuando las tengamos, por supuesto que lo informaremos”.

Debido a la tensión existente entre Estados Unidos y Rusia, se le consultó a la doctora Sheinbaum si esto podría generar una reacción negativa por parte del gobierno estadunidense.

“Nosotros somos un país libre, soberano, independiente y, obviamente, tenemos muy buena relación con todos los países del mundo, y también con Estados Unidos. Es algo que se ha hecho en otras ocasiones, no es algo extraordinario. Entonces, se hizo esta nota diplomática, que lo hizo en su momento el presidente López Obrador, y lo hicieron otros presidentes cuando entraron al gobierno”, respondió.

Te puede interesar

El desgaste político de la antidemocrática oposición venezolana en un mundo multipolar