En plena pandemia de Covid-19, Petróleos Mexicanos (Pemex) se deshizo de un pésimo negocio que hizo el panista Felipe Calderón y concretado en la administración del ahora caído en desgracia Emilio Lozoya Austin: su participación mayoritaria en el astillero español Hijos de J Barreras.
Fue en mayo pasado cuando, por fin, PMI Holdings, BV –una de sus filiales privadas radicada en Países Bajos y accionista mayoritario en el astillero– transfirió los derechos corporativos y económicos derivados del 51 por ciento de su participación en el capital social de Hijos de J Barreras a la empresa Cruise Yacht Yard Co, Ltd –filial de Ritz Carlton–, a cambio de un importe neto de 5.1 millones de euros (unos 125.5 millones de pesos). La cifra, sin duda, contrasta con las pérdidas que la propia Pemex ha estimado en 50 millones de euros.
Encabezados por la secretaria de Energía, Rocío Nahle, los integrantes del Consejo de Administración de la petrolera conocieron los detalles de esta venta un mes después: fue el pasado 23 de junio, durante la 957 sesión ordinaria, cuando la administración del ingeniero Octavio Romero Oropeza rindió un “informe sobre la operación de salida de PMI Holdings, BV, del astillero Hijos de J Barreras, SA”.
Así, el Consejo “tomó conocimiento de los antecedentes, acciones y negociaciones realizadas por las administraciones de Petróleos Mexicanos –a través de la Dirección Jurídica y de la Dirección Corporativa de Planeación, Coordinación y Desempeño, y de PMI Comercio Internacional, SA de CV– para resolver la problemática corporativa existente en la empresa filial Hijos de J Barreras”.
Además, “tomó conocimiento del diseño, estructura, negociación y ejecución de la operación de salida que le permitirá a Petróleos Mexicanos –a través de su empresa filial PMI Holding, BV– realizar la transmisión onerosa del porcentaje accionario que mantiene en Hijos de J Barreras, SA, así como de los beneficios, alcances e implicaciones legales y financieras de la misma, en los términos presentados”, se lee en el Acuerdo CA-048/2020, firmado por los integrantes del Consejo de Administración de Pemex.
Según Petróleos Mexicanos, hasta el 30 de abril de 2020, los activos totales de Hijos de J Barreras ascendían a 1 mil 558 millones de pesos, mientras que los pasivos totales sumaban 2 mil 945.3 millones de pesos; y el capital negativo (del cual 49 por ciento correspondía a su participación no controladora) ascendía a 1 mil 387.3 millones de pesos.
Al cierre de abril pasado, en ese monto de capital negativo se incluía 224.5 millones de pesos por pérdidas generadas durante el periodo del 1 de enero al 30 de abril de 2020 (del cual 49 por ciento correspondía a su participación no controladora).
Por ello, según la petrolera mexicana, la venta total del capital accionario que poseía (51 por ciento) le resultó en una utilidad de 833 millones de pesos en el estado de resultados consolidado de Pemex, que informó a la Bolsa Mexicana de Valores en el segundo trimestre de este año. También indicó a ese órgano regulador que, “a partir del mes de mayo de 2020, PMI Holdings, BV, no mantiene el control sobre Hijos de J Barreras, y Petróleos Mexicanos no consolida la información financiera de Hijos de J Barreras en sus estados financieros”.
De acuerdo con la información que la propia petrolera mexicana compartió a la BMV, la cesión del 51 por ciento del capital social del astillero a favor de Cruise Yacht Yard Co, Ltd –una compañía perteneciente al adquirente [Ritz Carlton] del navío [crucero de lujo Azora] que se tenía en construcción por parte de Hijos de J Barreras–, se hizo “a través de la celebración de diversos contratos de usufructo de acciones, y de opciones de compra y venta de las acciones, a cambio de los 5.1 millones de euros.
Aunado a ello, indicó que “para asegurar que PMI Holdings no pagara la penalidad derivada de una garantía otorgada por los accionistas de Hijos de J Barreras, Cruise Yacht Yard Co asumió el pago de ésta y formó parte del precio de los activos (importes adelantados) por un monto de 8.4 millones de euros”.
Al respecto, agregó que “el pago por parte de PMI Holdings de la garantía, daba un derecho de recobro que se convierte en un préstamo participativo para Hijos de J Barreras. A partir del pago, el plazo de vencimiento de las opciones de compra y venta de las acciones entre ambas partes puede darse el 1 de enero de 2022, o antes si se termina la construcción de dicho navío”.
No obstante, reconoció que al 30 de junio de 2020 y al 31 de diciembre de 2019, la participación no controladora en el patrimonio del astillero español presentó pérdidas de 426 mil 477 pesos y 141 mil 793 pesos, respectivamente. Nada informó de las pérdidas por 50 millones de euros que le causó esta inversión a lo largo de los años (de 2014 a 2020).
Como lo ha informado Contralínea, desde el 26 de noviembre de 2013 –cuando se realizó la compra de las 510 acciones del astillero por parte de la administración de Lozoya Austin–, Pemex fue marginada de las decisiones de Hijos de J Barreras a pesar de que la había rescatado de la quiebra.
Fue gracias a los contratos que Pemex le asignó para construir dos floteles como ese astillero salió de su crisis económica. En febrero de 2014 inició la construcción –en los astilleros Navantía y Barreras, localizados en las ciudades de Ferrol y Vigo (en Galicia, España)– de las dos unidades flotantes de alojamiento para trabajadores de las plataformas marinas.
No obstante, esa compra era innecesaria. El 29 de enero pasado, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, explicó que esas plataformas habitacionales –o floteles– Cerro de la Pez y Reforma Pemex funcionan al 70 por ciento de su capacidad.
Consultado por Contralínea en la conferencia presidencial de aquel día, el funcionario dijo que éstos no se pudieron vender porque costaron mucho más caros del precio fijado por el avalúo. Tan sólo el que construyó Hijos de J Barreras tuvo un costo para Pemex de 145 millones de euros, informó el director de la petrolera. Romero Oropeza también reconoció que el astillero presentaba pérdidas para Pemex por 50 millones de euros.
La inversión en Hijos de J Barreras nunca fue un buen negocio para México: en 2014, la petrolera rescató de la quiebra a esa empresa a pesar de que aquí enfrentaba presiones financieras.
Al respecto, el ingeniero Romero Oropeza criticó que “Pemex, a partir de que compró la mayoría de las acciones [en abril de 2014], nunca se involucró en el negocio: compró y dejó en manos de los anteriores propietarios todas las decisiones de la empresa, nunca hubo una participación de Pemex, no participó en su administración”.
Sin decir sus nombres, indicó que las otras administraciones –de Lozoya Austin, José Antonio González Anaya y Carlos Alberto Treviño Medina– nunca se preocuparon por enviar personal de la petrolera a supervisar los intereses de México. Por ello, los españoles “hacían lo que querían y llegamos al punto de intervenir la administración de los astilleros”, una vez que el gobierno de López Obrador tomó el control de Pemex.
La historia de la participación de la empresa estatal en el astillero se remonta al gobierno de Calderón, cuando el ya fallecido Juan Camilo Mouriño era secretario de Energía y prometió a la industria española rescatarla de la crisis.
Sin embargo, fue hasta el sexenio de Peña cuando se concretó la adquisición de acciones: entre abril y noviembre de 2013, el Consejo de Administración de PMI Comercio internacional, a propuesta del entonces director general Emilio Lozoya, aprobó la compra de acciones en el astillero español.
De acuerdo con Pemex, la compra se dio “en un escenario en donde estaba por iniciar proceso de quiebra”. Fue entre noviembre y diciembre de 2013 cuando PMI celebró un contrato de inversión con el que adquirió el 51 por ciento de las acciones de dicho astillero; “sin embargo, PMI no participó en su administración, quedó en los demás accionistas, quienes no sólo tomaron las decisiones importantes, sino el control de la empresa”.
Para febrero de 2014, PMI contrató al astillero para la construcción de una de las dos unidades habitacionales flotantes (floteles) que adquirió en España, para dar servicio al personal de Pemex Exploración y Producción que trabaja en instalaciones costa afuera. “El flotel nunca ha sido utilizado a su máxima capacidad, costó 145 millones de euros y no se ha podido vender porque el avalúo arroja cantidades menores”.
De acuerdo con la ruta del tiempo que hizo Pemex, desde entonces el astillero no construyó ninguna otra embarcación y en 2016 registró pérdidas de 5.5 millones de euros.
Hijos de J Barreras fue una de las inversiones más importantes de la petrolera en el extranjero, que involucró su esquema de inversiones trianguladas a través del Grupo PMI; sin embargo, nunca resultó en ganancias.
El 29 de enero pasado, Romero Oropeza aseguró a Contralínea: “Nuestra posición siempre ha sido clara en ese sentido: ¿qué pide Pemex? No más, pero tampoco menos del valor de las acciones y lo que se invirtió en las acciones y la devolución de los 8 millones de euros de las garantías” de los contratos firmados con Ritz Carlton.
Y es que entre 2017 y 2018, el astillero español firmó cuatro contratos para la construcción de buques, de los cuales uno fue el del crucero de lujo Azora, para esa trasnacional (mismo que no se ha terminado y arrastra sobrecostos). Derivado de estas contrataciones, Hijos de J Barreras cubrió una garantía por 16 millones de euros, de los cuales Pemex pagó el 50 por ciento.
Para fines de octubre de 2019, estallaba la crisis en el astillero, luego de que Pemex había tomado el control y cesado a José García Costas de la dirección, tras incumplir el contrato con la trasnacional Ritz Carlton. Desde entonces, la petrolera mexicana enfrentó presiones para ceder el 51 por ciento de sus acciones o ceder el control a la minoría, e incluso se hablaba de un proceso de venta a favor del fondo Oaktree.
La condición de la petrolera mexicana para ceder su participación era recuperar lo invertido. Supuestamente sólo así se retiraría de ese negocio para que el astillero continuara con una nueva administración. Ahora sabemos que en mayo pasado concluyó su salida a cambio de sólo 5.1 millones de euros, el mismo monto que pagó en 2014 por las acciones y que representa apenas el 10 por ciento de las pérdidas que esa sociedad le causó. Queda claro que en Hijos de J Barreras la Hacienda Pública de México siempre perdió.
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