La Habana, Cuba. Estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reflejan que el desempleo a nivel global afectó a más de 201 millones de personas en 2017, un aumento de 3.4 millones en comparación a 2016.
En su análisis, el organismo aseveró que esa tendencia se mantendrá y precisó que más de 1 mil 400 millones de empleados en todo el mundo tienen ocupaciones vulnerables, de ellos, unos 780 millones son residentes en los países emergentes y en desarrollo y viven en condiciones de pobreza extrema o moderada.
Destacó la OIT que anualmente existe un crecimiento de 11 millones de trabajadores con empleos vulnerables, los cuales tienen menos probabilidades de encontrar puestos seguros con ingresos regulares y acceso a la protección social.
Un estudio regional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la OIT publicado este año, muestra que ante el bajo crecimiento económico del área las condiciones laborales también se deterioraron.
En su análisis, considera que esa zona geográfica al concluir 2017 tendrá una débil expansión de 1.2 por ciento, cifra revisada al alza frente a la pronosticada en julio.
La investigación de los organismos precisa que la tasa de desocupación urbana regional subió 0.5 por ciento y podría registrar 9.4 por ciento al concluir el año, frente al 8.9 de 2016.
Ambas entidades insisten en que la debilidad de los mercados laborales de la región se refleja en la calidad del empleo, aunque reconocieron que los salarios reales del trabajo formal aumentaron en Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y Uruguay, al tiempo que disminuyeron en México y Perú.
Además, refieren que existe un estancamiento en la creación de empleo en Argentina, Chile, Perú y Uruguay, mientras que, en América Central y México, esta variable mostró mayor dinamismo.
Con respecto a los jóvenes, apuntan que persisten los problemas estructurales de inserción al trabajo productivo y decente. En cuanto al perfil de la juventud que estudia y trabaja, se aprecian diferencias significativas.
Entre los adolescentes de 15 a 19 años hay una gran proporción de jóvenes estudiantes que trabajan para aportar a la economía de su hogar.
Mientras, en los subgrupos de 20 a 24 y de 25 a 29 años, predominan los ya insertados plenamente al mercado de trabajo que realizan estudios a nivel pos secundario como clave para una trayectoria laboral ascendente.
Asegura la OIT que en el actual contexto global constituye una prioridad para muchos países el mercado del trabajo debido al lento avance económico, las limitaciones comerciales en las cadenas mundiales de suministro y las preocupaciones por la cantidad y calidad del empleo.
El organismo alerta, además, sobre nuevas tendencias en este entorno como los cambios tecnológicos y la innovación a través de las cuales surgen novedosas y diferentes formas al mundo del trabajo y generan un ambiente complicado.
Algunos analistas estiman que los avances tecnológicos y la innovación son un importante impulsor del crecimiento y el desarrollo sostenidos de la calidad de los empleos, sin embargo, otros opinan que contribuyen a la destrucción de algunos puestos de trabajo y el riesgo de que alteren los medios de producción.
En medio del aumento de la desocupación a nivel mundial en 2017, sobresale además el fenómeno de la esclavitud moderna que aqueja a unos 40 millones de personas. De ellas, 25 millones son víctimas del trabajo forzoso y 15 millones obligadas a matrimonios sin consentimiento.
De los 25 millones de personas sometidas al trabajo forzoso en 2016, unos 16 millones laboraban en el sector privado, fundamentalmente en tareas domésticas, la construcción y la agricultura.
Pero la esclavitud moderna no es la única forma de explotación hacia los seres humanos, el trabajo infantil es otra de sus modalidades más inhumanas y frecuentes.
La OIT confirma que en el orbe alrededor de 152 millones de niños, entre 5 y 17 años, son sometidos al trabajo infantil. Este mal se concentra fundamentalmente en la agricultura con un 70.9 por ciento, en el sector de los servicios un 17.1 y en la industria, donde labora un 11.9 por ciento.
De los de niños explotados, 64 millones son hembras y 88 millones varones, dato que según la OIT representa la dolorosa cifra de uno de cada 10 infantes del orbe.
Esta forma de explotación es una violación del derecho internacional y de las Convenciones de las Naciones Unidas, donde se incluyen los Convenios de la OIT sobre el tema y la Convención sobre los Derechos de los Niños.
Además, su erradicación está contemplada dentro de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se pretende para 2025 eliminar la explotación infantil en todas sus formas.
Teyuné Díaz Díaz/Prensa Latina
[OPINIÓN]
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