Un informe del Congreso estadunidense reconoce lo bien que los gobiernos federales de México, priístas y panistas, se han acoplado a los intereses de Estados Unidos. Ahora los gringos están a la expectativa de saber qué faceta adoptará Andrés Manuel López Obrador, de llegar a la Presidencia de México: ¿cuestionará sus “amistosas” inversiones o será pragmático en su política exterior?
El documento se titula Mexico: Background and US Relations (que podría traducirse como México: antecedentes y relaciones con Estados Unidos). Está fechado el 29 de enero pasado y fue elaborado por la especialista en asuntos latinoamericanos Clare Ribando Seelke, del Servicio de Investigación del Congreso estadunidense.
En el informe se destaca el nivel de interés de Estados Unidos por lo que ocurre en México: “un aliado y principal socio comercial”. Señala que en las últimas décadas, las relaciones entre ese país y México “se han fortalecido” con la “gestión cooperativa” de una Frontera común de más de 3 mil kilómetros, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la cooperación de seguridad bajo la Iniciativa Mérida.
Acepta que la fortaleza de esta relación hoy está “a prueba” y no a causa de los mexicanos, sino “por los cambios del presidente [estadunidense] Donald J Trump en las políticas de inmigración y comercio de Estados Unidos”. El documento no lo dice pero habría que destacar que estos cambios afectan particularmente a México como a ninguna otra nación, particularmente en lo que se refiere a la construcción de un muro fronterizo y la deportación masiva de personas que, incluso, crecieron en ese país.
De las “importantes reformas estructurales” realizadas por México durante el gobierno saliente de Enrique Peña Nieto, los estadunidenses destacan la “histórica reforma energética que abrió el mercado energético [de este país] a la inversión extranjera”.
Sin embargo, aceptan que durante este sexenio los homicidios superaron los niveles históricos, lo que terminó por perjudicar “las ya relativamente bajas calificaciones de aprobación de Peña Nieto”. Además, “la posibilidad de que Estados Unidos se retire del TLCAN puede haber obstaculizado la inversión, el crecimiento y la confianza del consumidor”.
La atención política en México se centra cada vez más en las elecciones presidenciales y legislativas del próximo 1 de julio. Se refiere a Andrés Manuel López Obrador como “el líder populista de izquierda del partido Movimiento Nacional de Regeneración (Morena)”, que “lidera” las preferencias de los electores. “Algunos observadores están preocupados de que una victoria de López Obrador pueda representar un cambio significativo en las históricas políticas amistosas de México hacia los inversionistas y causar fricciones con Estados Unidos; pero otros predicen que él gobernaría de manera pragmática”.
El documento señala que hoy, y pesar de las acciones de Trump, las relaciones entre Estados Unidos y México “siguen siendo relativamente fuertes, pero las tensiones periódicas han surgido desde enero de 2017”.
Explica que, en los últimos años, ambos países han priorizado el fortalecimiento a través de tres ejes que, como podemos ver, son del interés de Estados Unidos: 1) la “cooperación energética”; 2) la “prohibición” de la migración ilegal desde América Central; 3) la lucha contra el tráfico de drogas, incluida la heroína y el fentanilo.
Con respecto del último inciso, resalta la cooperación de seguridad bajo la Iniciativa Mérida, una asociación de seguridad para la cual el Congreso de ese país ha aprobado a México alrededor de 2 mil 700 millones desde el año fiscal 2008.
En enero de 2017, la afirmación del presidente Trump de que México debería pagar por un muro fronterizo, y al que se han opuesto consistentemente los mexicanos, llevó a Peña Nieto a cancelar una visita oficial a la Casa Blanca. Pero de ahí no ha pasado.
“Aunque el gobierno mexicano continúa oponiéndose al pago del muro fronterizo y está preocupado por el futuro de la iniciativa de Acción Diferida para Arribos en la Infancia [DACA, por su sigla en inglés], que ha protegido a unos 550 mil mexicanos de la deportación, los esfuerzos bilaterales de seguridad y gestión de la migración continúan.”
Señala que la Administración de Donld Trump solicitó para 2018 poco más de 85 millones para la Iniciativa Mérida. Se trató de una disminución del 35 por ciento con respecto de 2017.
“Los líderes mexicanos se están preparando para una posible retirada estadounidense del TLCAN, lo que podría afectar gravemente a la economía mexicana, aunque las renegociaciones continúan.”
Para atemperar las acciones del Poder Ejecutivo estadunidense, la Cámara Alta aprobó una resolución bipartidista que reitera la importancia de la cooperación bilateral.
En Estados Unidos no dan paso sin huarache. En los anteriores procesos electorales mexicanos han votado a favor de los candidatos que finalmente se quedan en la silla presidencial mexicana. Esta vez tampoco estarán al margen.
Faltan algunas semanas para las votaciones, en las que se recrudecerán los ataques entre los equipos de los candidatos y se agudizará la violencia en todo el proceso. Estados Unidos no se va a cruzar de brazos.
Zósimo Camacho
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