Luego de la propuesta para modificar la explotación de Petróleos Mexicanos (Pemex) hecha por el Partido Acción Nacional (PAN), en voz de Gustavo Madero, las compuertas se agrietaron y empezaron las discrepancias de los aliados del Pacto por México, el cual está a punto de naufragar. Además, en la Cámara de Diputados hubo un cisma por una encuesta que muestra el rechazo de abrir esa paraestatal a la iniciativa privada.
Frente a la pretensión de los albiazules por modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el siempre dócil aliado de la derecha política y el gobierno en turno, Jesús Zambrano, rechazó la pretensión. Dijo que a muchos les falta un tornillo refiriéndose a quienes buscan la privatización, cerró filas con diversos sectores del perredismo y hasta, sin quererlo, del morenismo. Es decir, nuevamente se puso en entredicho el ya fracturado Pacto, el cual también encontrará resistencias con una reforma política que no estaba contemplada en sus inicios.
Pero además, por si algo faltara, en los medios informativos empezaron a darse a conocer una serie de notas que hablan de una complicada situación de la empresa que aporta el 40 por ciento al presupuesto federal.
Por ejemplo, el hecho de que se dispare el costo de las pensiones en los empleados de la petrolera (Excélsior, 22 de julio de 2013); o el acuerdo en lo oscurito entre el sindicato y la empresa, ya que el contrato colectivo de trabajo se renovó el 31 de julio y la opacidad es total (Reforma, 22 de julio de 2013).
Además supimos de una explosión en Tonantitla, Estado de México (Reforma, 22 de julio 2013), debido a la extracción irregular de gasolina. Y la baja en la producción de crudo en Latinoamérica de manera constante.
Por otro lado, tanto Manuel Camacho (El Universal, 22 de julio de 2013) como Alberto Aziz Nacif (El Universal, 23 de julio de 2013) piden que haya un referéndum vinculatorio de si debe admitirse inversión extranjera en Pemex. Y hasta Miguel Barbosa, el mesurado líder perredista, tronó contra Madero por la iniciativa panista. Amén que en Youtube, Andrés Manuel López Obrador subió un mensaje, obviamente, oponiéndose a lo que llama la privatización del crudo, y llamando a movilizarse el 8 de septiembre para evitar dicha medida.
Bueno, hasta algunas filtraciones en la prensa hablan de que, debido a no meter en cintura a sus compañeros del Senado que lideran otras agrupaciones, Emilio Gamboa podría dejar la coordinación priísta de esa Cámara, lo que muestra una desesperante situación en muchos frentes, especialmente en el de Enrique Peña Nieto, quien no ha dado a conocer hasta ahora su propuesta, algo que sí han hecho, como dijimos, el PAN y antes Cuauhtémoc Cárdenas a nombre de la izquierda, que en este caso, pareciera, cerrará filas, ya que cualquier apoyo al gobierno los dejaría fuera de un posterior juego político de mediano alcance.
¿Por qué decimos lo anterior? Debido a que una encuesta realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados, a cargo de Rafael Aréstegui, señala que el 54 por ciento de los consultados está en contra de la participación de la inversión privada en la industria petrolera y 36 por ciento a favor.
Estos números coinciden con muestreos anteriores, donde una mayoría se opone a que la principal industria nacional posibilite que compañías de otros países vengan a extraer ganancias en un asunto prioritario desde todos los puntos de vista para el interés nacional.
Haber revelado la investigación trajo el enojo de Francisco Arroyo Vieira, el líder tricolor de los diputados, quien dijo que el CESOP “se fue por la libre”, ya que no se ha presentado aún iniciativa oficial. Añadió que los estudiosos andan “muy sacalepunta”. Pero olvida el señor Arroyo que los legisladores viven de nuestros impuestos y, por lo tanto, debemos conocer sus análisis y eso no es ser muy filosos, es decir, sacalepunta, sino dar a conocer la realidad actual.
Gamboa, por cierto, dijo que la iniciativa del actual gobierno llegará al Senado para su discusión, que su compañero David Penchyna tenía copia de la propuesta del PAN y que estaban abiertos a lo que contemplara el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Otras cifras importantes de la investigación del CESOP son que el 73 por ciento dijo que es mejor que Pemex desarrolle tecnología para la explotación de pozos de aguas profundas, 65 por ciento indicó que la forma de usar los recursos petroleros es poco transparente, 88 por ciento señaló que hay mucha o algo de corrupción en Pemex, 80 por ciento que el sindicato beneficia en sus acciones únicamente a sus líderes, el 55 por ciento está de acuerdo con la frase: “la inversión extranjera es un ataque a la soberanía nacional”, el 53 por ciento considera que la administración de este consorcio es mala y el 39 por ciento tiene una buena opinión de la petrolera contra 32 por ciento que la ve con malos ojos.
En síntesis, que realmente enviar una iniciativa que abra de manera clara o hasta sutil las puertas a los extranjeros del oro negro es muy riesgosa para quien se aviente el tiro. Eso lo han entendido hasta los Chuchos en el PRD. Otra cosa es Peña Nieto. Al gobernante le urge que haya mayor inversión extranjera en el país, ya que según estimaciones, llegarán cerca de 55 mil millones de dólares para apropiarse de nuestros recursos.
Sólo de esa manera, el exgobernador mexiquense podrá sacar adelante su proyecto en muchos aspectos, de otra forma no le alcanza el dinero ni para la Cruzada Nacional Contra el Hambre, ni para mayor empleo, ni para las obras sociales y los apoyos a los ciudadanos. Obvio, a su grupo y a otros economistas que ven en los negocios la salvación de la patria, algo que no ha sucedido en ningún lugar del orbe, no les interesa el futuro, sino el negocio de hoy y las cuentas alegres para unos cuantos años.
El inmediatismo como fórmula para la derrota.
*Periodista
Fuente: Contralínea 346 / agosto 2013