Hay muchas semejanzas y continuidades entre el foxismo y el calderonismo, como el comportamiento de ese presidencialismo ante los derechos humanos.
El gobierno y la administración federales (puesto que el presidente de la República es jefe de gobierno y jefe de Estado) son un órgano propio de un monarca antidemocrático y antirrepublicano con tendencias despóticas, autocráticas y absolutistas.
Los titulares de las dependencias de la administración pública pisotean constantemente los derechos individuales de los mexicanos como personas y ciudadanos. La Procuraduría General de la República, las secretarías de Gobernación, Reforma Agraria, Medio Ambiente, y Trabajo y Previsión Social son quienes más agreden los derechos humanos.
Y de éstos, los que ejercen los periodistas, especialmente reporteros, y algunas veces editores, sobre todo de la prensa escrita (aunque no se salvan radio y televisión) son los más violentados. Los periodistas son víctimas de inquisiciones administrativas cuando los funcionarios en su calidad de directores de la comunicación oficial, en cada secretaría y empresa pública, niegan publicidad a la prensa que informa veraz y críticamente sin concesiones de ninguna especie. Y de inquisiciones judiciales cuando, por medio de jueces y magistrados de los tribunales federales, del Distrito Federal y del fuero común de las entidades, interpretan a modo de los intereses privados (contra las libertades de prensa) los contenidos o fines de los artículos 6 y 7 de nuestra ley suprema.
Es el caso del grupo empresarial multimillonario Zeta, beneficiario de concesiones gaseras de Petróleos Mexicanos (Pemex), que representa Jesús Alonso Zaragoza López, que logró someter a jueces y magistrados para que sus demandas versus Contralínea –destinadas a perjudicarla tanto como a su director Miguel Badillo y a su reportera Ana Lilia Pérez, por la información pública de esa empresa– prosperen en todas las instancias.
Y llegar al grado de que los jueces, por faltas administrativas, les imputen, también, inquisiciones administrativas y por esto encarcelar al director de la revista y tratar de hacer lo mismo con la reportera.
El prepotente Grupo Zeta (no confundirlo con los Zetas, organización paramilitar del narcotráfico) se da el lujo de publicar desplegados donde insulta y difama (encuadrándose a sí mismo en varios delitos penales) a Contralínea, a Badillo y a quienes, como periodistas, publicamos en la revista (El Universal y otros periódicos, con la firma del representante legal de estos zetas, 20 de enero de 2009).
Los Zeta del gas han logrado, pues, que jueces y magistrados de competencia federal y del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal dicten resoluciones en calidad de inquisiciones judiciales contra las informaciones que exhiben a esos empresarios asociados con intereses de Pemex, para con favoritismos, monopolizar y comercializar ese elemento, negándose a ventilar la relación que la reportera Ana Lilia Pérez y Miguel Badillo rastrearon y publicaron a partir de los contratos obtenidos por la familia Mouriño y la protección de César Nava al amparo de vinculaciones con el señor Calderón.
Esa información ha molestado a los zeta-gaseros-zaragozas y llaman a eso “ataques” porque ignoran cuál es la tarea de la prensa como contrapoder del poder público y contrapoder de los empresarios, para mostrarle a la opinión pública lo que pasa en el escenario y tras bambalinas, en ejercicio del derecho a las libertades de escribir y publicar escritos sobre cualquier materia. Derecho que no tiene garantía para ser ejercido porque el calderonismo así lo ha determinado.
De hecho, el calderonismo ha estado gustoso con imponerle censuras a la prensa que le disgusta por su labor crítica e implacable con la información de los abusos de poder y sus complicidades con empresarios, como los zetas-gaseros con el calderonismo.
Que empresarios de la calaña de los Zeta manipulen a jueces para dar paso a inquisiciones judiciales, con el visto bueno del calderonismo satisfecho con la violación a los derechos humanos, demuestra que tenemos un sexenio de mal gobierno y mala administración, porque a Calderón le da flojera ejercer el cargo debido a su ineptitud política y la inmadurez de su equipo de pago de “cuotas, de cuates y de copas” que han llevado a la Presidencia a la deriva, cuando el Estado desde el timón del doble poder necesita a una cabeza política dotada de anhelo por ser estadista, cualidades que el panista no tiene.
Y en sus dos años de régimen ha hecho caso omiso de los derechos humanos y permitido, desde su ámbito de competencia e influencia, que la prensa sufra en sus periodistas una constante represión que ha llegado hasta los homicidios y diversas agresiones.
La enderezada con inquisiciones judiciales y administrativas para someter a Contralínea, con amenazas cumplidas contra su director y amenazas y amedrentamientos contra Ana Lilia Pérez (la reportera que investigó los contratos de Mouriño-Nava-Calderón y puso a disposición de la opinión pública los hechos), no es un caso aislado.
El anuncio-desplegado del Grupo Zeta, que suscribió el representante legal de los Zaragoza López, es un documento para sentar a éste y sus abogados ante los tribunales como si estos fueran imparciales. Contralínea no tiene el dinero para activar a los jueces y magistrados que interpretan las leyes de prensa conforme a los intereses parciales de los empresarios.
A su vez, la reportera Gloria Leticia Díaz, de la revista hermana Proceso (26 enero de 2009), realizó una sobresaliente crónica del acoso oficial a periodistas, donde la empresa Multigas de los Zeta logró que un juez de Jalisco y otro del Distrito Federal ejecutaran con la policía bancaria, de la cual son jefes Mondragón y Ebrard, un arresto de lo más vil y canalla, que puso en evidencia la corrupción de los poderes Ejecutivo y Judicial para reprimir a los periodistas.
Y en la misma crónica la reportera Ana Lilia Pérez ratifica cómo la PGR (de Eduardo Medina-Mora, Juan de Dios Castro Lozano y Octavio Orellana Wiarco) deja de cumplir con la ley y su obligación, y presionan a los periodistas que denuncian para que retiren sus demandas, pues “nunca van a progresar por el calibre de los demandados, empezando por Calderón quien, de acuerdo con lo que nos han dicho, no nos van a perdonar lo que le hicimos a Juan Camilo: haber difundido sus contratos”. (Ver Contralínea del 16 al 31 de marzo 2008)
cepedaneri@prodigy.net.mx
Durante una sesión privada, y por mayoría de votos, el Pleno de la Suprema Corte…
El Índice de Calidad del Aire (ICA) superó los 1 mil 200 puntos en varios…
El 18 de noviembre, el presidente electo Donald Trump confirmó que tiene la intención de…
La madrugada del 19 de noviembre, Ucrania empleó misiles de largo alcance, proporcionados por el…
En el Estado de México, autoridades federales y estatales realizan la “Operación Enjambre” para cumplimentar…
El director de Seguridad Ciudadana del municipio de Texcaltitlán, Estado de México, Isidro Cortes Jiménez…
Esta web usa cookies.