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Ni con capital extranjero levantará la producción aceitera de México

Publicado por
Fabio Barbosa *
Ni con reformas constitucionales que accedan a las exigencias de los inversionistas extranjeros se podrá revertir, en el próximo sexenio, la caída de la producción de hidrocarburos. Es la traducción, que propongo, del diagnóstico sobre México formulado por el italiano Leonardo Maugeri en su último estudio “Oil: the next revolution”, difundido por la Harvard Kennedy School, de Estados Unidos (en la gráfica incorporamos los datos para quien desee bajarlo de internet).
En este artículo no pretendemos reseñar ese trabajo, solamente dar a conocer algunos de los planteamientos del autor tomados de su folleto, pero también de otras de sus publicaciones.
La producción mundial de petróleo crudo es actualmente de alrededor de 90 millones de barriles diarios. El doctor Maugeri concluye que existe el potencial para elevarla en otros 45 mil barriles diarios; seleccionó 23 países, los principales productores, y concluye que todos tendrán incrementos en la próxima década. Los mayores logros serán en Estados Unidos, cuya extracción se duplicará. Arabia podría aportar 13 millones de barriles diarios. Brasil, cuyos descubrimientos recientes son conocidos, estaría en capacidad de producir 4 millones al día (nos parece que es el único caso sobre el que esas posibilidades son indudables). Reproducimos la gráfica que resume lo anterior.
En ese nuevo mundo feliz que regresará a la abundancia de hidrocarburos, sólo tres países no podrán participar de “la fiesta”: 1) México, que podría perder hasta 700 mil barriles diarios para situarse al final de la década en 2 millones 200 mil barriles; 2) Noruega, que pasaría de 2 millones 200 mil a 1 millón 900, y 3) Reino Unido, que descenderá de 1 millón en 2011, a escasos 700 mil en 2020 (cifra equivalente a la producción de Ku-Zaap-Maloob).
Maugeri es una figura importante del mundo petrolero. Es autor del libro The age of oil: the mythology, history and future of the world’s most controversial resource (Nueva York, Praeger Publishers, 2006) y fue vicepresidente ejecutivo de la petrolera italiana Ente Nazionale Idrocarburi.
Maugeri ya había planteado en The Wall Sreet Journal sus ocurrencias: para lograr que este siglo XXI se convierta en “rebosante” de petróleo, sólo se requieren dos medidas: 1) aplicar nuevas tecnologías y 2) más privatización. Según el italiano, solamente un tercio del planeta ha sido suficientemente explorado y hay factores que limitan a las compañías “occidentales” (Western oil companies) el acceso a los recursos petroleros. Más del 90 por ciento de las reservas están bajo el control directo de compañías estatales (las llama national oil companies) y la actual ola de nacionalismo no puede sino empeorar esa situación” (publicado en The Wall Sreet Journal, “The crude truth about oil reserves. The coming century will overflow with petroleum” (http://online.wsj.com/article/SB10001424052748704107204574470700973579402.html).
En otras palabras, los nativos están impidiendo el progreso. Como puede verse por esas citas, estamos frente a un discípulo de Mussolini, justificando las nuevas guerras por el petróleo.
Sin el acento belicista, planteamientos parecidos se han repetido en México para preparar la “segunda reforma energética”.
Una reciente nota en un periódico de México cabecea: “Pemex, con mala puntería en exploraciones”, es decir, el petróleo está en el subsuelo y Pemex no lo descubre porque no le atina, perfora en el lugar equivocado. Buena puntería sólo la tienen las grandes petroleras “occidentales”.
Hemos sostenido que los problemas de la caída de la producción mexicana obedecen fundamentalmente a que en el subsuelo de este país ya sólo se encuentran yacimientos pequeños. Finalizaremos utilizando los resultados de la exploración en México del año pasado para demostrarlo.
En 2011 se descubrieron 16 yacimientos, pero sólo siete resultaron aceiteros: seis en aguas someras del Golfo de México y uno terrestre. Este último, llamado Pareto (curiosa coincidencia: es el nombre de un economista italiano), fue objeto de propaganda exagerando su importancia, pero sus reservas probadas son apenas de 18 millones de barriles, es decir que, al ritmo actual de producción de 2.5 millones al día, el petróleo de Pareto apenas sería suficiente para siete días; si consideramos las probadas más probables, esas reservas ascenderían a 44 millones de barriles: es un campo clase C; ni siquiera alcanza el rango de campo “importante” (los de más de 100 millones).
Peor aún: en aguas someras frente al Puerto de Frontera, Tabasco, la búsqueda de extensiones de campo Tsmin resultó decepcionante: no tiene reservas ni probadas ni probables, sólo “posibles”.
En 2011 el descubrimiento más importante se realizó en Cantarell en un nuevo estrato que aportó 57 millones de reservas probadas, insuficientes para evitar que la producción del complejo siga cayendo. Las últimas cifras que tenemos de Akal es que ya descendió debajo de la línea de 300 mil barriles diarios y sigue declinando.
En aguas profundas se descubrieron dos nuevos campos gaseros: Piklis, considerado por el aún senador Juan Bueno Torio como la confirmación de la existencia de “un tesoro”, y Kunha, curiosamente también calificado como una “supermaravilla”.
Después de que se han esfumado las esperanzas de alta producción en aguas profundas, en Chicontepec y en los campos maduros, las ilusiones ahora se depositan en shale gas, pero los resultados hasta ahora tampoco son muy prometedores. Pemex ha ocultado que los pozos perforados en 2011 fracasaron. La noticia fue ofrecida por el ingeniero Francisco Garaicochea, en un programa de Radio Universidad Nacional Autónoma de México del jueves 21 de junio (disponible en http://ru.iiec.unam.mx/1407/).
Conclusiones
Todavía tenemos petróleo, pero en este punto coincidimos con el italiano Maugeri: el caso de México ya no permite regresar a la abundancia de décadas anteriores; eso lo está indicando la Geología, que, en esta materia tiene la última palabra.
La segunda reforma energética, que ahora sólo puede ser la modificación de la Constitución para acatar las condiciones que exigen las “petroleras occidentales”, lo más que puede lograr es acelerar el agotamiento de los escasos recursos que aún quedan.
Fuente: Maugeri, Leonardo. “Oil: The Next Revolution.” Discussion Paper 2012-10, Belfer Center for Science and International Affairs, Harvard Kennedy School, June 2012. (http://belfercenter.ksg.harvard.edu/publication/22144/oil.html)
*Investigador en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
Fuente: Contralínea 296

 

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