Desde hace más de 10 años, el gobierno del Estado de México y la empresa Autopistas de Vanguardia, filial de la Constructora Teya del Grupo Higa, han intentado construir la autopista Toluca-Naucalpan que pretende cruzar y dividir a la comunidad de San Francisco Xochicuautla, en Lerma Estado de México, así como a otras comunidades. El proyecto de la Autopista Toluca-Naucalpan adjudicado a la empresa, implica la separación de la comunidad, de sus bienes naturales y culturales en el tramo correspondiente del kilómetro14 al 18. Es un proyecto que afecta bosques, fauna, lugares sagrados y cultura del pueblo otomí.
Pobladores de San Francisco Xochicuautla han vivido en esta década intimidaciones, hostigamientos, persecuciones y encarcelamientos para obligarlos a aceptar la construcción de la autopista. Hasta el día de hoy, se han realizado 22 encarcelamientos por defender los bosques y lugares sagrados. Las violaciones a derechos humanos e indígenas, así como ilegalidades del proceso han sido ampliamente documentados por su Consejo Supremo Indígena.
Ante el intento de despojo, este pueblo de niños, niñas, mujeres y hombres dignos, propone ahora una forma de mantener y preservar su Bosque Sagrado de Agua, del cual ha sido guardián por cientos de años. Busca defender el patrimonio de muchas y muchos más allá de sólo las comunidades indígenas.
Porque no queremos que nuestro territorio quede confinado, sino que podamos permanecer junto a nuestro bosque y a nuestros lugares sagrados, en la comunidad hemos acordado un proyecto diferente. Un proyecto alternativo de ingeniería ambiental –probado en otros países– basado en túneles y puentes vocero de la comunidad. La propuesta sigue el trazo original de la autopista pero constituye el respeto de escurrimientos naturales subterráneos, que alimentan los ríos y fuentes de agua de la comunidad. Nuestra propuesta respeta el movimiento humano y de fauna, en lugar de cortar el paso.
Si bien están conscientes de las implicaciones de cualquier construcción de autopista, así como del modelo de desarrollo sobre el cual se realiza, dicen aceptar la construcción sólo si se da con las modificaciones técnicas que proponen. La resistencia de San Francisco Xochicuautla mantiene el no a la autopista depredadora impuesta, pero la resistencia va más allá y se compromete con una propuesta que le permita continuar su relación con el bosque y su cultura. Acción aunada a los procesos jurídicos que impulsa, dado que hasta ahora no hay resultado ni respuesta concreta por parte del gobierno del Estado de México.
Resistir por el patrimonio biocultural, porque queremos que nuestros descendientes puedan seguir caminando en nuestros bosques, estar en contacto con la naturaleza, que puedan seguir viendo volar al águila real, ver correr a los conejos, saltar al lince, escuchar aullar al coyote y el canto de los jilgueros.
El medio ambiente no es una mercancía, sino un bien común de todas y todos. El desarrollo no debería atentar contra la vida, sino debería alentar la vida misma.
Hombres y mujeres de la resistencia de San Francisco Xochicuautla exhortan a los gobiernos, a tomadores de decisiones, y a candidatos y candidatas del Estado de México, a aceptar y desarrollar la propuesta –en su conjunto– emanada por esta digna comunidad otomí hñätho.
José Luis Fernández
Armando García
Comunidad otomí de San Francisco Xochicuautla
Consejo Supremo Indígena
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