I. Cuando tras un exitoso hackeo se publicó la investigación sobre el aborto del despacho Monssack Fonseca con domicilio en Panamá, con el título de: Panama Papers, y el periodismo de investigación dio a conocer los nombres de los titulares de cuentas millonarias que salieron de varios países –entre ellos el nuestro– se ratificó que la corrupción política y fiscal permite que los evasores de impuestos y que escondían los orígenes de sus fortunas, acumularan depósitos en varios lugares de la banca mundial, por intermedio de ese despacho. Ex funcionarios, empresarios y políticos en activo están en esas listas de Mossack-Fonseca. Lo único que generó ese descubrimiento con pelos y señales, es que el SAT declarara que se les daba un plazo para regresar su dinero mal o bien habido. Que no era delito haberlo sacado y que pagando sus impuestos, borrón y cuenta nueva. Es la corrupción incluso de los presidentes, pillados desde López Portillo (el del personaje en la obra de teatro: ¡Agarren a López por pillo!) a Peña con su “casa blanca”, de la que se autoperdonó con su pareja, después de haberla recibido de su empresario favorito: Hinojosa Cantú, dueño del Grupo Higa que se ha enriquecido con las obras que le adjudicó Peña desde que era desgobernador del estado de México y luego, en sus primeros años, como inquilino de Los Pinos.
III. Corrupción desglosada con: “El perdón, la Gaviota y Peña”; “La corrupción”; “Duarte, Borge, Medina”; “Las perlas de Aristóteles con los 311 evasores mexicanos”; “Los Escandón-Marzam”; “Los mexicanos millonarios”; “Los paraísos fiscales”; “Los últimos años del salinismo”; “Desglose de las empresas de Hinojosa en los Panama Papers”; “Hinojosa: el presidente y yo”; “Los Panama Papers, los fideicomisos”. En la famosa filtración de los hackers a más de 300 periódicos, aparecieran los nombres de los mexicanos evasores con sus millones en dólares. El periodista Wilbert Torre encontró las “fortunas ocultas, corrupción y evasión de impuestos en el que están implicados un club de ricos privilegiados, empresarios de medio pelo y funcionarios públicos. Este dinero vuela a paraísos fiscales por cuatro razones: anonimato que se traduce en seguridad, facilidad para moverlo, pagar menos impuestos y el costo de las transacciones mexicanas, elevadas por las regulaciones antinarco”. Así entra de lleno a las raíces de esa maniobra de millonarios que tienen mucho que esconder. Y que fueron exhibidos sin mayores consecuencias en un régimen presidencial donde el más tullido corre con su botín, para volver a contarnos el cuento de Las mil y una noches: La cueva de Alí Baba y los 40 ladrones; que en esta ocasión parece que son más de 400, y tal vez unos miles.
Ficha bibliográfica:
Autor: Wilbert Torre
Título: Panama Papers. El expediente mexicano
Editorial: Temas de hoy, 2016
Álvaro Cepeda Neri
[MISCELÁNEO][EX LIBRIS]
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