Categorías: Opinión

Panistas y similares: antiabortismo en el DF

Publicado por
Edgar González Ruiz *

A  más de 6 años de la despenalización del aborto en el Distrito Federal, los panistas luchan al lado del clero y de grupos conservadores para encarcelar a las mujeres que recurren a esa práctica.
Entre esos militantes antiabortistas se cuentan extranjeros, como una colombiana, empeñada en promover el antiabortismo en nuestro país, al igual que conocidos dirigentes de organizaciones ultraderechistas.
Por su parte, algunos panistas reconocen con orgullo los vínculos de su partido con ese sector extremista, si bien durante las campañas electorales suelen alegar, falsamente, que el Partido Acción Nacional “no es de derecha” y que el catolicismo conservador no predomina en ese partido.

Unión de Voluntades

El pasado 23 de abril un pequeño contingente de antiabortistas encabezado por Guillermo Bustamante Manilla, quien funge como dirigente del grupo Unión de Voluntades, protestó ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Dicha organización fue creada en junio de 2006 bajo los auspicios del millonario Patricio Slim Domit, hijo de Carlos Slim.
Devoto de la Virgen de Guadalupe, Patricio Slim pretende que ésta le habla, y que lo ha instruido para que apoye a los grupos extremistas, por lo que en 2008 el hijo del magnate junto con otros empresarios alentaron la idea de fundar un nuevo partido político de inspiración sinarquista, proyecto que, al menos hasta ahora, no ha tenido éxito.
Bustamante Manilla, quien arengaba a los asistentes enarbolando una imagen de la Virgen de Guadalupe, tiene un historial de décadas en los grupos de la extrema derecha, donde ha sido presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia y de la Unión Iberoamericana de Padres de Familia.
La Unión Nacional de Padres de Familia fue creada en 1917 para oponerse a la educación laica y fue uno de los principales grupos de la ultraderecha católica, al que se le considera un membrete de la organización del Yunque.
Durante los dos sexenios panistas, dicha Unión jugó un papel de comparsa del gobierno derechista, cuyos proyectos apoyó (véase “Oficialismo derechista: la Unión Nacional de Padres de Familia”, Contralínea, 2 de mayo de 2010).
En la protesta de abril de 2013, a falta del ciudadano común, del hombre de la calle, participaron monjas de congregaciones como las Siervas Guadalupanas de Cristo Sacerdote, con sede en Tulpetlac, Estado de México, y de las agrupaciones Preciosísima Sangre de Cristo y la Cofradía Nacional del Santo Rosario, así como de activistas colombianas, como María Eugenia Rodríguez de Olarte.
Afuera de la Asamblea Legislativa, los congregantes rezaron un rosario para invocar una contrarreforma a la ley que permite la interrupción legal del embarazo en el Distrito Federal.
Por su parte, con motivo de la protesta antiabortista, algunos panistas se jactaron de las coincidencias de su partido con los grupos Provida.
Por ejemplo, interrogado sobre los comentarios de algunos de los manifestantes en el sentido de que la senadora Mariana Gómez del Campo impulsa esa contrarreforma en la agenda legislativa, el diputado panista Orlando Anaya dijo: “Yo desconozco si ella impulsa esa propuesta, pero lo que sí me queda claro es que es una persona comprometida con la agenda de vida y que sin duda desde la cancha del Senado de la República sí existe la posibilidad de promover este esfuerzo para blindar a la vida, seguramente lo podría estar haciendo”.
Sobre las organizaciones que se manifestaron en contra de la interrupción legal del embarazo dijo que “el Partido Acción Nacional tiene una afinidad muy clara: la causa que nos une es la de la vida y yo te lo puedo decir sin ningún empacho”.
Añadió que organizaciones como la Red Familia y la Unión Nacional de Padres de Familia “buscan incidir en proteger la vida desde la concepción hasta la muerte natural y traen una agenda en defensa de la familia” (www.jornada.unam.mx/2013/04/29/capital/040n2cap).
La también diputada panista Priscila Vera apoya igualmente a los grupos antiabortistas.

Consoladores de la Virgen

Consoladores de la Guadalupana no es un nuevo modelo de vibradores de los que se encuentran en las sexshops, sino el membrete con que Rodríguez de Olarte promueve su activismo religioso o “apostolado” contra el aborto, que según ella “…puede llevar a la perdición eterna a quienes lo practican y participan en él”.
Su iniciativa se ha difundido en medios clericales como Eco Semanal, de la Arquidiócesis Primada de México, que el pasado 14 de abril señaló: “En marzo de este año, María Eugenia llegó a nuestro país para pasar unos días con su hermana: ‘Lo primero que hicimos fue ir a la Basílica de Guadalupe, y entonces pude comprender que es en México donde este apostolado puede iniciar y difundirse por todo el mundo, pues este país reúne las condiciones para ello, sobre todo porque aquí tiene su casa la Virgen de Guadalupe’, asegura” (www.desdelafe.mx/apps/article/templates/?a=4187&z=3).
Con la celebración de misas, la llamada “hora santa” y el rezo del rosario los días 12 de cada mes, Rodríguez de Olarte y sus amigos pretenden fortalecer su cruzada “contra el aborto y las leyes que lo amparan y lo promueven”.
En su discurso, como otros antiabortistas, Rodríguez de Olarte presenta a la Virgen de Guadalupe, emblema de la devoción popular en México, como partidaria de la penalización del aborto, pues según ella, la Virgen “sufre como madre con cada acto de barbarie cometido contra sus hijos indefensos”.
Desde la óptica de la activista colombiana, a la mencionada Virgen le son indiferentes los sufrimientos de las que en muchos estados del país son encarceladas si se atreven a abortar cuando su embarazo es resultado de una violación o que atraviesan por otras situaciones igualmente graves.
En suma, con apoyo de jerarcas católicos, panistas y grupos de la ultraderecha, una extranjera se dedica a promover, lo mismo con protestas que mediante rezos, que sean castigadas las mujeres que abortan, pues esto es a lo que el catolicismo conservador llama “el derecho a la vida desde la concepción”.
Por su parte, el presidente de la Comisión de Administración de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Eduardo Santillán, hizo un llamado a la Arquidiócesis para que no avale la intervención de activistas extranjeros en contra de la despenalización del aborto, pues sólo los mexicanos pueden participar en reuniones de carácter político en nuestro país (www.jornada.unam.mx/2013/04/29/capital/040n2-cap).
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
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Fuente: Contralínea 336 / mayo 2013

 

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