Recientemente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) confirmó que Jorge Serrano Limón, dirigente histórico del antiabortista Comité Nacional Provida, debe pagar la multa de 13 millones de pesos que le fue impuesta en 2005, por haber destinado recursos públicos otorgados por la Secretaría de Salud para apoyar a los llamados Centros de Ayuda para la Mujer, creados por Provida.
Hace 4 años, en febrero de 2011, algunos medios anunciaron la inminente aprehensión de Jorge Serrano Limón, dirigente del antiabortista Comité Nacional Provida, quien trató de esquivar la acción penal mediante un recurso de amparo (véase “Serrano Limón: la doble moral de la ultaderecha”, Contralínea, 21 de marzo de 2011).
Sin embargo, hoy el personaje se enfrenta a un fallo definitivo, por lo que sólo está por verse si las autoridades le aplicarán la sanción correspondiente, o bien si pesarán más las influencias que a favor de Serrano Limón puedan ejercer jerarcas católicos, políticos derechistas y empresarios conservadores.
La derrota legal de Serrano Limón tiene lugar en momentos en que el antiabortismo que él encabezó en México durante muchos años se enfrenta también a una verdadera derrota en el plano ideológico y social.
Hoy el aborto está despenalizado en la capital del país, la derecha católica ha dejado el poder y con ello se ha desvanecido su agenda político-religiosa que contemplaba el total apoyo a la jerarquía católica y, por ende, al antiabortismo.
En el ámbito internacional, también en Estados Unidos terminaron los tiempos de George Bush, genocida y fundamentalista, en cuyo gobierno tuvo gran influencia la ultraderecha religiosa; en El Vaticano también se fueron para siempre los del papa Wojtyla, quien todos los días de su pontificado predicó contra el aborto, los anticonceptivos y las libertades sexuales y otorgó un total apoyo a los grupos “provida”. Hoy ocupa la silla de San Pedro un pontífice de incierta ideología, pero que en todo caso no se ha mostrado dispuesto a jugar el mismo papel que Wojtyla.
Fundado a finales de la década de 1970 por el panista Jaime Aviña Zepeda y dirigido luego por el también panista Alfonso Bravo Mier y por Jorge Serrano Limón, Provida fue un grupo vinculado al clero católico, al Partido Acción Nacional (PAN) y al Yunque, y conoció su auge con la llegada del panismo al poder, cuando tanto el gobierno federal como algunos gobiernos estatales se apresuraron a respaldar sus proyectos, y por mediación del entonces legislador Luis Pazos (otro personaje emblemático de la extrema derecha) se le otorgaron recursos que abusivamente fueron desviados hacia otros fines.
En las décadas de 1980 y 1990 la sociedad mexicana era mucho más conservadora que actualmente, y las acciones de Provida –que incluyeron lo mismo denuncias legales y protestas contra clínicas que practicaban abortos, que el cierre, en 1988, de una exposición en el Museo de Arte Moderno por considerarla “sacrílega”– todavía encontraban eco en algunos sectores de la sociedad.
Provida, junto con la jerarquía católica, se oponía no sólo al aborto, sino a todo tipo de anticonceptivos y al condón, y promovía la censura de expresiones contrarias a las doctrinas católicas.
En 1989 se fundó el Centro de Ayuda para la Mujer, organización gemela de Provida, dedicada a tratar de evitar que las mujeres abortaran, para lo que publicaba anuncios engañosos en los periódicos y fomentaba sentimientos de culpa entre las mujeres atraídas de esa manera, a quienes les inculcaba que deberían considerarse como “asesinas” a quienes abortaran.
En 2014, el ultraderechista portal en internet yoinfluyo.com, entrevistó a Serrano Limón con motivo del aniversario de la creación de los mencionados Centros de Ayuda para la Mujer, que se celebró el 15 de agosto nada menos que en Casa Lago, sede de la Conferencia Episcopal de México (http://www.yoinfluyo.com/mexico/11-familia/9201-explica-jorge-serrano-limon-como-surgieron-los-cam ).
En esa ocasión, Serrano Limón “agradeció a Dios” y afirmó que esos centros conforman una Red de Ayuda para la Mujer que “ha crecido en México y se ha expandido en Latinoamérica”; afirmó que “ahorita hay 60 centros […] Estamos en 19 países y tenemos 146 centros de ayuda, todos teniendo a Cristo como centro…” Es decir, según las propias palabras de Serrano, se trata de un proyecto religioso, contrariamente a lo que a veces señalan los integrantes o dirigentes del grupo antiabortista.
Si el apogeo de Provida, como era natural, coincidió con el del PAN y con el pontificado del sexofóbico y ultraconservador Juan Pablo II, su decadencia ha seguido a la de las fuerzas derechistas y conservadoras y en términos globales ha sido fruto de un nuevo estilo de vida marcado por una mayor libertad de información (pues los medios de comunicación convencionales están siempre acotados por el poder económico y político) y por un mayor escepticismo acerca de los dogmas religiosos y de la autoridad moral del clero.
Aunque el Comité Nacional Provida sigue existiendo (www. comiteprovida.org), es notorio su descrédito y su decadencia. En la Ciudad de México, acostumbrada ya a vivir en un clima de tolerancia y respeto a las decisiones personales sobre la sexualidad, los actos a los que ha convocado Provida en los últimos años han tenido una raquítica asistencia, y si bien en otras partes del país, como Guanajuato, el antiabortismo todavía tiene algunos apoyos sociales, tarde o temprano el progreso llegará también a esos lugares.
En la década de 1960 floreció el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) grupo ultraderechista y membrete del Yunque, que encarnaba el anticastrismo y el anticomunismo a ultranza de aquellos tiempos; fue producto de una época y con ella desapareció.
Similarmente, Provida fue la expresión pública de la ultraderecha católica de una época marcada por el derrumbe del bloque socialista, por el ascenso electoral de la derecha –en México y en el mundo– y por el predominio de un extremo conservadurismo en la jerarquía católica.
Esos tiempos no volverán y, por lo tanto, Provida tampoco volverá a tener una presencia como la que tuvo en el pasado, hace 20 o 30 años. En cuanto a la malograda prosperidad que ese grupo conoció en los 2 sexenios panistas obedeció precisamente a que el PAN (y por tanto la jerarquía católica) detentaba el poder, y no a que Provida tuviera mayor fuerza en la sociedad pues, por el contrario, el antiabortismo ha sido cada vez ajeno a la sociedad mexicana.
En lo que concierne a la situación legal de Serrano Limón, es significativo que durante los 2 sexenios panistas el cuestionado dirigente antiabortista logró evadir las sanciones por el mal uso de recursos; queda por verse si el gobierno priísta lo seguirá protegiendo.
Edgar González Ruiz*
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
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