La crisis económica mundial no afecta a todos por igual. Los países del primer mundo, por ejemplo, se benefician con el tipo de cambio entre las monedas: hay muchos países con muchos sitios turísticos considerados de los más bellos del planeta, donde sus monedas valen casi nada comparadas con el dólar y el euro.
A pesar de que Suiza en un referéndum rechazó tener 2 semanas extras de vacaciones para combatir el estrés (problemas del primer mundo), en varios países europeos como Francia –por ley– los trabajadores cuentan con 30 días de vacaciones al año, por lo que es muy barato vacacionar en el tercer mundo por muchas semanas. En contraste, México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en que más horas se trabaja al día según, un estudio de 2015 realizado por la organización.
Cuando se unen las vacaciones y el internet, aparecen resultados interesantes. Existen sitios web encargados de buscar los precios de habitaciones de hoteles y hostales para encontrar el mejor precio y reservar. También los hay para reservar boletos de avión y algunas veces se encuentran opciones muy baratas, otras no tanto y algunas veces la comisión que se paga al sitio web nos hace preguntarnos si valió la pena.
Otro servicio que se ha popularizado es el de buscar hospedaje fuera de la oferta hotelera, hacerlo directamente con las personas que viven en el lugar que se quiere visitar. La oferta en general es habitación compartida, habitación privada o departamentos y hasta casas completas.
Así, por el mismo precio de una habitación en un hotel, es posible rentar un departamento entero, en una zona cercana a los lugares de interés. O por muy poco dinero (comparado con pagar una habitación de hotel), rentar una habitación privada en casa de alguna familia. La tecnología permite ver video o fotografías de los espacios disponibles, habitaciones o departamentos, ver recomendaciones, reseñas y hasta cerrar el trato.
El servicio más conocido es Airbnb; pero existen otros, como Only Apartments, Migoa, 9Flats, Way to Stay o Wimdu. Todos ofrecen plataforma en español. La confianza es aquí un factor importante, como en todo negocio surgido del internet y en sus primeros pasos.
El dilema ya apareció. Hay quienes reclaman que este tipo de servicio de renta a corto plazo afecta a los ciudadanos locales, pues se reduce el mercado de espacios de renta para vivir, incrementando el costo de los espacios que queden. Pero, por otro lado, para quienes ofrecen espacios en las plataformas significa un apoyo económico en época de crisis: reciben dinero extra que les permite pagar sus hipotecas y sobrevivir ante el desempleo. El sector hotelero, como en su momento los taxistas con Uber, acusan de competencia desleal, ilegal. Quizá sirva para que reajusten sus tarifas y sean más competitivas.
Aprovechando la oportunidad, también están surgiendo proyectos inmobiliarios en México, diseñados específicamente para ser rentados vía aplicaciones como Airbnb y otras en colonias como la Nápoles y la Del Valle.
En México, como en muchos países, la ley está atrasada en varios aspectos, sobre todo en lo que se refiere a la tecnología. En ningún país los legisladores pudieron prever que existiría internet, ni que la conectividad entre personas llegaría a un nivel en el que ciudadanos de Suiza se pusieran en contacto con alguien de México y se pusieran de acuerdo para rentar un departamento o una habitación, dejando fuera a hoteleros y agencias de viajes.
Los gobiernos, como siempre, se interesan primero por bloquear y después por recolectar sus impuestos; posteriormente en regular los servicios para que se brinde un mínimo de seguridad para los usuarios.
En Estados Unidos, el país de la “libertad” y liberalismo económico, el gobierno de Nueva York busca hacer ilegal que las personas ofrezcan sus departamentos. San Francisco, sede de Airbnb planea imponer nuevas regulaciones a quienes renten mediante la plataforma y, en caso de no cumplir con los trámites, la plataforma sería la encargada de pagar.
En algunos lugares como Cataluña, España, está prohibido alquilar habitaciones a turistas. Ahí se encuentra una de sus joyas turísticas, Barcelona. Así, está prohibido el alquilar habitaciones a turistas y se busca legislar para bloquear aún más, impidiendo que los ciudadanos puedan recibir algún beneficio económico.
Las leyes nuevas deberían contemplar también la posibilidad que internet ofrece a las personas en general para hacer negocios y no únicamente a los empresarios. Hoy se busca impedir que la gente haga negocios; pero a millonarios y multinacionales, la mayoría de los países (sobre todo México) les ofrece facilidades, les perdona impuestos, etcétera. No se deben impedir las nuevas formas de negocios, tampoco dejarlas por la libre. Proteger y favorecer los negocios para todos; y si quieren que todos paguen impuestos, entonces que no perdonen impuestos a las grandes trasnacionales y que se hagan públicas las listas de los beneficiados del perdón fiscal.
Enlaces de sitios:
https://www.only-apartments.es/
Gonzalo Monterrosa
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: SOCIEDAD BETA]
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