El Partido Revolucionario Institucional llega a su aniversario 82 sin una oferta política clara y con una fuerza cimentada más en la debilidad de sus adversarios políticos que en un proyecto propio. En la antesala de la elección presidencial de 2012, el partido que gobernó el país durante 71 años y que pretende retornar al poder no ha logrado formar nuevos cuadros políticos y, al igual que los otros partidos, ha optado por el pragmatismo en detrimento de su ideología, consideran especialistas
A 82 años de su creación –aunque con su actual nombre tiene 65 años–, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra desdibujado, sin una oferta política clara y con una unidad forjada alrededor de personajes y no de una ideología política común.
En opinión del especialista en temas políticos Alberto Aziz Nassif y del abogado y economista Miguel González Compeán, coautor del libro El Partido de la Revolución. Institución y conflicto (1928-1999), el PRI se vislumbra hoy como un partido cuya ideología y proyecto político se han diluido, al igual que ocurre con los otros partidos políticos.
A pesar de la indefinición que existe al interior del tricolor, hacia fuera se proyecta como un partido fortalecido. Pero tal robustez no es sino producto de las debilidades y errores de sus adversarios políticos –los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD)– que el PRI ha sabido capitalizar, coinciden Aziz Nassif y González Compeán.
Sin embargo, más allá de eso, el PRI no tiene una propuesta clara que oriente su pretensión de regresar a Los Pinos en 2012. El politólogo José Fernández Santillán apunta que la oferta política priista puede expresarse, sucintamente, como “basta de panismo”.
Para Aziz Nassif, profesor e investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), una propuesta antipanista es insuficiente para las aspiraciones priistas de recuperar la Presidencia de la República, pues lo que el PRI requiere es definir un proyecto político propio.
Para el PRI, sostiene el investigador, la experiencia de haber sido durante mucho tiempo el partido dominante lo hizo un ente cada vez más pragmático, para el que “la experiencia de gobernar era mucho más importante que tener presencia ideológica”.
Así explica que ahora, tras más de una década de ser un partido de oposición, el PRI “en lugar de afianzar su proyecto programático, lo que hace es volverse un partido antigobierno y no sé si con esto le vaya a alcanzar para regresar a la Presidencia de la República”.
González Compeán señala que el PRI necesita revitalizar su escuela de formación de elementos, pues dice que la generación actual del PRI no formó cuadros “y eso lo van a pagar muy caro”.
Aunque defiende que el PRI tiene ideas inamovibles, González Compeán duda de que el propio Partido tenga claro cómo articularlas en el contexto actual, en donde todos los partidos parecen no tener claridad en sus propuestas.
El 4 de marzo, el PRI conmemoró 82 años de su surgimiento como partido político, aunque formalmente su nombre actual fue establecido en 1946, durante el sexenio de Manuel Ávila Camacho.
A decir del director del Centro de Investigaciones en Humanidades del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Ciudad de México, José Fernández Santillán, el PRI es hoy “el partido a vencer, aun no estando en el poder”.
Tal atribución se debe a la presencia política que dicho partido ha mantenido y que lo ha llevado a ser hoy la principal fuerza política en el país.
En la Cámara de Diputados, el PRI tiene la mayoría, con 237 diputados federales, mientras que en el Senado de la República es la segunda fuerza política, con 33 representantes.
El PRI también agrupa a los sectores agrario, obrero y popular a través de la Confederación Nacional Campesina, la Confederación de Trabajadores de México y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, respectivamente.
Además, cuenta con el apoyo de ocho grupos políticos, entre ellos el Organismo Nacional de Mujeres Priistas, el Frente Juvenil Revolucionario y la Federación Nacional de Municipios de México, AC, y de 60 organizaciones adherentes, algunas de ellas con presencia en Estados Unidos.
Fernández Santillán recuerda que durante las elecciones de 2010, el PRI “recuperó” las gubernaturas de Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas, hecho al que se le prestó poca atención ante la derrota que tuvo en los casos de Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
Sin embargo, en esas tres entidades, al igual que en Guerrero, donde el PRI perdió la elección el pasado 30 de enero, los cuatro gobernadores elegidos son personajes de cuño priista.
El caso más reciente es el de Ángel Aguirre Rivero, exgobernador y dos veces diputado federal por el PRI, quien optó por ser candidato de la coalición Guerrero nos Une (integrada por el PRD, el Partido del Trabajo y Convergencia) luego de que el PRI local designara a otro candidato.
Una historia similar ocurrió en julio del año pasado, en Sinaloa, con Mario López Valdés, senador por el PRI que renunció a su militancia y fue electo gobernador al representar la coalición entre PAN, PRD y Convergencia.
Fernández Santillán refiere que Gabino Cué Monteagudo, actual gobernador de Oaxaca por la fórmula PRD-PAN-PT-Convergencia, fue secretario particular del expriista Diódoro Carrasco Altamirano cuando éste gobernó la entidad; mientras que Rafael Moreno Valle, ahora gobernador de Puebla, proviene de una familia de “abolengo priista”.
Para el politólogo, esto evidencia que “los priistas ganan hasta en la oposición”, y advierte de la presencia de priistas en los respectivos gabinetes de dichos funcionarios.
González Compeán, exmilitante priista y actual consultor político, expresa que la fuerza política que actualmente tiene el PRI se explica porque, en realidad, el Partido nunca fue vencido.
“La idea de que el PRI perdió el poder porque perdió la Presidencia es muy mala y gracias a ella, se piensa que el presidente de la República es el gran hacedor y el gran mandamás del país, y eso ya no es cierto desde hace mucho tiempo”, sostiene.
Aunque para el politólogo Aziz Nassif, el PRI logró consolidarse como un partido “muy competitivo electoralmente” en la última década, no ha aprendido a construir consensos que ayuden a la gobernabilidad.
Además, considera que una “maquinaria electoral muy fuerte” en los estados no le garantiza al PRI un triunfo en 2012, debido a que en la elección presidencial se mueven pesos y contrapesos distintos a los que guían las elecciones locales.
La recuperación que en la última década ha logrado el PRI no ha sido únicamente gracias a su trabajo a nivel local, sino que se explica también por la simultánea decepción ciudadana de los gobiernos panistas, señala Fernández Santillán.
Tal desencanto encuentra su razón en el aumento de la violencia en el país, no únicamente a causa del combate al narcotráfico, sino también la derivada de “la degradación de la convivencia civilizada”, considera Fernández Santillán.
Asimismo, la persistencia del desempleo y de la corrupción gubernamental, “que la gente percibe que no era privativa del PRI”, han abonado la decepción ciudadana.
De acuerdo con el más reciente reporte sobre preferencias electorales de la encuestadora Consulta Mitofsky, el 41.6 por ciento de la población tiene una buena opinión del PRI, mientras que del PAN la tiene 27.9 por ciento y del PRD, 18.6 por ciento.
Realizada en la tercera semana de enero de 2011, la encuesta muestra que aun sin candidatos, el PRI tiene la preferencia de 40.4 por ciento de los encuestados, frente al 20 por ciento, que favorece al PAN y el 11.7 por ciento al PRD.
Aziz Nassif expresa que “los mexicanos tenemos memoria corta”, ya que han bastado 11 años de gobiernos panistas para olvidar lo que fueron los gobiernos priistas, que se mantuvieron en el poder durante 71 años.
“Hay una suerte como de nostalgia de que estábamos mejor con el PRI, de que con el PRI no había tanta inseguridad o no habían tantos problemas económicos. Ya se nos olvidaron todas las crisis económicas que sucedieron cuando el PRI gobernaba el país”, apunta el investigador.
Aziz Nassif, quien cuenta con un posdoctorado en sociología política por la Universidad de California, considera que el tema de la seguridad es muy importante en esta nostalgia por el PRI, pues ahora se piensa que dicho partido controlaba mejor a los grupos delincuenciales, lo que generaba un ambiente menos violento e inseguro para la ciudadanía, y que ello está generando una expectativa en la gente.
Sin embargo, señala que el PRI continúa siendo “una asociación de intereses y de poderes fácticos que se mueven en función de conquistar votos y posiciones de poder”, sin que exista ahora mismo un proyecto claro en sus principales aspirantes presidenciales.
González Compeán reconoce que los errores del PAN y PRD han ayudado a mejorar la imagen del PRI, pues el primero “está destruido institucionalmente”, mientras que considera a los perredistas como “un cúmulo de revoltosos sin perspectiva de país ni seriedad”.
El mérito del PRI, de acuerdo con González Compeán, ha sido aprovechar esos equívocos, pues “el PRI ha crecido en la medida en que ha logrado capitalizar los errores de los demás partidos”.
Para González Compeán, no escapa el que la percepción ciudadana del PRI también ha cambiado gracias a las transformaciones que ha tenido el electorado en la última década.
El expriista calcula que para el próximo año, el 30 por ciento del electorado tendrá entre 18 y 25 años. “Esos jóvenes no conocieron el PRI corrupto, viejo, maloso. Para una tercera parte del padrón electoral no existe ese PRI; para una tercera parte del padrón, el PRI es una alternativa real”, señala.
“Basta de panismo, basta de gobiernos oligárquicos”, así resume Fernández Santillán la que considera la oferta política priista actual, que se distingue de la propuesta priista de antaño en que, a diferencia de los últimos gobiernos priistas, cuya visión era tecnocrática, ahora el PRI es un partido “más social, menos tecnocrático y menos elitista, [pero] sin romper con las elites”.
En opinión del doctor en ciencia política por la Universidad Nacional Autónoma de México, para la elección presidencial de 2012 la oferta del priismo será solucionar el problema social, que hasta ahora no ha sido una prioridad del PAN.
Fernández Santillán refiere que las propuestas del PRI están inscritas en los Foros de Reflexión Compromiso por México que se llevaron a cabo el año pasado, a iniciativa del gobierno del Estado de México, cuyo titular, Enrique Peña Nieto, ha manifestado su interés por ser el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
En dichos foros, refiere el investigador, se plantearon cuestiones como la modificación de la línea de la lucha contra el crimen organizado, la recuperación del sector agrario, la inserción de la globalización a partir de la economía del conocimiento, manteniendo vigente la visión de una economía de mercado, “aunque no estancada como está actualmente”.
Aziz Nassif augura que esa oferta será una continuidad del modelo económico actual “con el que han gobernado priistas y panistas, junto con los acuerdos pragmáticos, los grandes intereses y la conservación de los monopolios”.
El investigador del CIESAS considera que de ser así, la gente tendría que tener claro que “sólo habría un cambio de partido en el poder, más no una transformación de fondo”.
Y agrega que el PRI ha sabido manejarse con mucha ambigüedad frente al partido en el poder, pues lo mismo critica o se manifiesta en contra de cierta estrategia del gobierno federal que se muestra como el partido que apoya y es muy institucional, “y se venden como si fueran la garantía de gobernabilidad en el país”.
En opinión de González Compeán, el PRI ha dejado de ser una estructura “monolítica” y en lugar de eso se ha “balcanizado”, por lo que ahora es posible distinguir diversas visiones e intereses dentro del mismo partido, lo que ha implicado la redefinición tanto de la presidencia del partido como de sus representaciones estatales.
El abogado y economista lamenta que, frente a un nuevo escenario, la unidad construida por el PRI esté en función de personas y no de la institución. Particularmente, califica como “grave error” el que la unidad del partido se base en “la existencia de un personaje que garantiza la posibilidad de que el PRI llegue a la Presidencia en 2012”.
Sin embargo, duda que las pretensiones presidenciales de Peña Nieto y del senador Manlio Fabio Beltrones Rivera quebranten la unidad del partido.
Aziz Nassif señala que el PRI ha aprendido que si se divide pierde, pues es una lección que le ha costado tanto elecciones locales como la Presidencia del país.
Por ello, tampoco ve probable una ruptura en el PRI frente a la posibilidad de que Peña Nieto y Beltrones Rivera se disputen la candidatura presidencial. En su opinión, los priistas han interiorizado que la disciplina partidista beneficia a todos.
La lectura de Fernández Santillán sobre una posible división en el PRI por la candidatura presidencial es que ésta no existirá, ya que Beltrones Rivera no busca dicho encargo, sino que trata de conservar un poder institucional.
De acuerdo con Fernández Santillán, la intención del senador sería impulsar un gobierno de gabinete, de forma que pueda conservar un poder similar al de un primer ministro, con lo que si bien no sería presidente, mantendría facultades de jefe de gobierno.
En este escenario, el politólogo considera que las corrientes internas del priismo han establecido un equilibrio interno y han aprendido a resolver sus diferencias “dentro de la familia y no a punta de insultos y manotazos públicos como el PRD”.
A más de una década de haber escrito la historia del PRI, González Compeán advierte que al PRI le hace falta una reflexión muy seria acerca de lo que ha pasado en los últimos 10 años.
“No hay ninguna introspección, no hay ninguna autocrítica, no hay ningún documento importante que juzgue el papel, la labor y la manera en que se han acomodado los intereses dentro del PRI. Yo creo que hace falta un ejercicio muy serio en ese sentido”, arguye.
El investigador Aziz Nassif también advierte de las transformaciones que ha tenido el PRI a lo largo de su historia; sin embargo, considera que si algo ha permanecido en el partido, es su “vocación de poder, [pues] es un partido que nació desde el poder, conservó el poder y que ahora quiere regresar al poder”.
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