En la Subsecretaría para América del Norte –de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE)–, la mano derecha del economista Jesús Seade Kuri parece no contar con el perfil académico ni profesional que se requiere para el cargo, pero sí goza de la confianza del secretario Marcelo Ebrard Casaubón y de su jefe inmediato, a grado tal que los archivos en la dependencia han sido manipulados a su favor.
Se trata de Olga Martínez Miranda, jefa de la oficina del subsecretario y una de las mujeres con mayor poder en la SRE, quien fue denunciada ante la propia dependencia y ante la Secretaría de la Función Pública –a cargo de Irma Eréndira Sandoval– por uso de documentos apócrifos y usurpación de funciones; en este último punto, se señala que a pesar de no tener las credenciales, fue quien asesoró a Seade Kuri en las negociaciones del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Al respecto, documentos oficiales de la Secretaría de Relaciones Exteriores revela que en las seis visitas del subsecretario a Estados Unidos y Canadá para negociar ese Tratado, Martínez Miranda fue su única acompañante.
Consultado por Contralínea, el subsecretario Seade Kuri asegura: “desconozco lo de las denuncias. Sobre su señalamiento sobre su documentación, eso creo le correspondería a las autoridades. A mí me corresponde aclarar que ella me apoya en logística, agenda y demás trabajo de oficina. No como asesora. Mis reuniones de negociación del Protocolo Modificatorio del T-MEC (principalmente en Washington) fueron uno-a-uno entre jefes negociadores. Los apoyos eran logísticos y de enlace con mi oficina en la Ciudad de México”. Por su parte y hasta el cierre de esta edición, el secretario Ebrard no respondió a la solicitud de entrevista hecha por medio de su vocero, Roberto Velazco.
La denuncia por uso de documentos falsos y usurpación de funciones –presentada el 30 de enero pasado por Roberto Valdovinos, y de la cual se obtuvo copia– indica que Olga Martínez Miranda no cuenta con estudios universitarios y que tampoco se tiene evidencia de que haya concluido el bachillerato; a pesar de ello, desde diciembre de 2018 es la jefa de la oficina de Seade Kuri, el puesto más importante en esa área sólo después del de subsecretario.
Información oficial indica que la colaboradora de confianza –de 43 años de edad– declaró ante la autoridad haber concluido el ciento por ciento de los créditos de la licenciatura en derecho para poder aspirar al alto cargo que desempeña desde diciembre de 2018.
Para “comprobar” su dicho, presentó un certificado –sin validez oficial– expedido por el Instituto Mexicano de Regularización (plantel Tacubaya) que se anexó a su archivo, y el cual fue proporcionado por la propia Secretaría como respuesta a la solicitud de información pública 0000500373619.
Además, el 24 de febrero pasado, la dependencia ofreció una liga de internet de la Plataforma de Transparencia Sipot donde constaba su currículum –respuesta a la petición 0000500032720–, en el cual se asentaba como máximo grado de escolaridad: “licenciatura”; y como carrera o área de conocimiento: “licenciatura en derecho (en proceso de titulación)”.
Sin embargo, la documentación fue modificada a últimas fechas en los archivos oficiales de la dependencia que encabeza Ebrard Casaubón –quien aspira desde ahora a ser el próximo presidente de México–, lo que contradice flagrantemente sus propias respuestas emitidas en apego a la Ley General de Transparencia (0000500373619 y 0000500032720), donde se afirmaba que la funcionaria de alto nivel contaba con supuestos estudios en derecho.
Y es que ahora Relaciones Exteriores –a través de su Dirección General del Servicio Exterior y Recursos Humanos, a cargo de Moisés Poblanno Silva– anexa un currículum modificado en el cual Martínez Miranda informa como máximo grado de escolaridad: “cursando licenciatura”; y como carrera o área de conocimiento: “ciencias de la comunicación”, ya sin hacer referencia a su supuesto certificado de la licenciatura en derecho, de la cual según sólo le faltaba el proceso de titulación (disponible en: https://transparencia.sre.gob.mx/index.php/transparencia-categorias/category/53-xvii-datos-curriculares?download=85625:olga-martinez-miranda&start=1660).
Ante la solicitud de entrevista que le hizo Contralínea, Martínez Miranda se muestra renuente a explicar por qué existen dos currículums en los archivos de la Secretaría con información distinta. Además, revela que su currículum correcto [que no obra en los archivos de la Secretaría] debería indicar como dato profesional no sólo la licenciatura en derecho sino también: “en proceso, la licenciatura en gestión de la administración pública”.
Tanto en la dependencia que encabeza Ebrard como en la Función Pública –en el Órgano Interno de Control– hay denuncias sobre estos hechos presuntamente irregulares que el propio secretario de Relaciones Exteriores conocería, en las que se señala que el certificado de la licenciatura en derecho que presentó es apócrifo. No obstante, hasta ahora ninguna institución ha resuelto nada.
En esta trama que incluye el presunto uso de documentos falsos se involucra una tercera secretaría de Estado. Se trata de Educación Pública, que tras hacer una búsqueda exhaustiva en sus archivos ni siquiera localizó el certificado de bachillerato de Olga Martínez Miranda. Tampoco tenía ningún trámite vigente de titulación a nombre de esta servidora pública.
Aunado a ello, la SEP –a través de la Dirección General de Acreditación, Incorporación y Revalidación– aseguró que el Instituto Mexicano de Regularización [de la que procede el certificado presentado por Olga Martínez] “no es una de las instituciones evaluadoras o en su caso sede de evaluación autorizada por el Comité Permanente de Designación, por lo que el documento que anexa no cuenta con validez para esta autoridad educativa federal”.
El documento específico al que se refiere la dependencia que encabeza Esteban Moctezuma es el certificado que entregó Martínez Miranda a Relaciones Exteriores para asumir su cargo, por el cual le han pagado un sueldo bruto mensual de 122 mil 930 pesos cuando ingresó, y que se ha reducido a 81 mil 919 pesos por la austeridad republicana (de acuerdo con la respuesta a la solicitud de información pública 0000500033620).
La supuesta “constancia de estudios” afirma que Martínez Miranda cursó, desde junio de 2017, estudios de licenciatura en esa escuela bajo el Acuerdo 286 –creado para la revalidación de estudios de poblaciones desfavorecidos–, pero como la propia SEP informa, ésta no tiene reconocimiento oficial.
Aunado a lo anterior, la denuncia ante el Órgano Interno de Control apunta que la funcionaria estudió en el Colegio de Ciencias y Humanidades –plantel Naucalpan, y con número de cuenta 9309145-3–, y que hasta 2014 contaba sólo con el 50.92 por ciento del total de créditos, con un promedio de calificación de 6.66. Para ello anexa la copia del historial académico expedido por la Universidad Nacional Autónoma de México en aquel año. Esto empata con la versión de la SEP, que no encontró ningún certificado de bachillerato a nombre de la funcionaria.
En el propio Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública –cuyas consultas son abiertas– se corrobora que Martínez Miranda no cuenta con cédula profesional alguna (en el portal sólo se da cuenta de una homónima pero con un segundo nombre de pila y otra licenciatura).
De Olga Martínez Miranda como jefa de la oficina de Seade sólo ha trascendido en medios de comunicación un berrinche que protagonizó frente a su jefe el 18 de diciembre de 2019, previo a una conferencia en Washington sobre el T-MEC.
La Subsecretaría para América del Norte es una de las áreas más sustanciosas de la SRE: en ella se coordinan los programas de atención, documentación y protección de los consulados de México en todo el mundo, con énfasis en Estados Unidos, donde viven más de 12 millones de mexicanos. Además, en este nuevo gobierno es aún más importante porque ha sido responsable de liderar la negociación del T-MEC, esencial para el futuro de México.
Por ello es relevante este caso denunciado ante la autoridad como usurpación de funciones y uso de documentos apócrifos que habrían llevado a esta funcionaria a “cubrir” artificialmente un perfil que no tiene, con una influencia muy importante al interior de Relaciones Exteriores.
En los archivos de la Función Pública su nombramiento “de confianza” –con código de puesto CFM33000003-16506– requiere un nivel académico de licenciatura o profesional, con un grado de avance terminado o pasante. El documento –también obtenido por medio de la Ley General de Transparencia: solicitud 0000500063520– fue firmado por la propia Olga Martínez Miranda en su calidad de “ocupante del puesto”, y por otros tres servidores públicos el 1 de julio de 2019.
En este se expone la “descripción y perfil” del puesto, así como sus funciones generales como jefa de la Oficina de Seade Kuri. Éstas son: “coordinar la agenda de trabajo y la atención de los asuntos competencia del titular de la Subsecretaría para América del Norte, así como el control de documentos oficiales y en general las actividades inherentes a la misma, así como atender a los ciudadanos que soliciten audiencia con el titular de la Subsecretaría para América del Norte, a fin de transmitir y dar seguimiento a las instrucciones y compromisos del titular”.
Al respecto, funcionarios de Relaciones Exteriores consultados por esta revista dan cuenta de la influencia que Olga Martínez tiene sobre el subsecretario: nada se realiza sin su aval, desde la decisión administrativa más básica hasta los principales proyectos del área. No hay reunión en la que el economista Jesús Seade participe y no esté ella dando instrucciones, como si fuera la subsecretaria. Su influencia es tal que puede prácticamente controlar la opinión que el subsecretario tiene del resto de su equipo.
Y es que el propio documento de la Función Pública establece entre sus 15 funciones particulares las siguientes: “organizar y vigilar el seguimiento de la documentación recibida en la Subsecretaría…”; “coordinar los viajes” de Seade “para la atención oportuna de los eventos, giras y reuniones de trabajo”; “determinar los asuntos que deban ser atendidos por los titulares de las unidades administrativas dependientes de la Subsecretaría […]”; “supervisar los asuntos que cada área dependiente […] debe atender hasta su conclusión”, para “verificar el cumplimiento de los acuerdos y evaluar los avances de cada área”; “asegurar la correcta elaboración de los documentos que se sometan a consideración y, en su caso, firma del titular”; “asegurar el registro y control del archivo de la documentación oficial, privada y/o confidencial que deba hacerse llegar al titular de la Subsecretaría […]”. Aunque el economista Seade asegura que Martínez Miranda sólo lo apoya en logística y enlace.
Así, queda claro que el problema de que en esa área haya una persona sin el perfil que se requiere –e incluso tal vez sin siquiera con estudios de bachillerato– va más allá de las reuniones o las decisiones internas. Resulta que Olga Martínez ha sido pieza clave, por ejemplo, en las negociaciones del T-MEC, de tal forma que, por su falta de conocimientos y profesionalismo, pudo poner en riesgo el futuro económico de México. De ese tamaño es el problema en Relaciones Exteriores.
Ella fue la única acompañante de Jesús Seade en las seis reuniones que éste sostuvo en 2019 en Washington y Otawa para negociar ese Tratado frente a sus contrapartes estadunidense y canadiense. Así el contraste: del lado de Estados Unidos y Canadá, decenas de especialistas en comercio internacional apoyando los intereses de esos países, pero del lado mexicano, sólo el subsecretario y Olga Martínez como su mano derecha. Aunque el subsecretario señala a Contralínea que ella no es su asesora.
Cuando se le pregunta a Martínez Miranda por esos seis viajes para negociar el T-MEC, simplemente dice: “soy su asistente, qué tiene de raro”.
Pero la del T-MEC no es la única negociación internacional en la que ha estado implicada Olga Martínez Miranda. Esto es muy relevante porque en cada acuerdo que agenda y coordina –como lo indica el perfil de su cargo público– ha tenido acceso a toda la “documentación oficial, privada y/o confidencial” de la Subsecretaría.
De acuerdo con la respuesta a la solicitud de información 0000500036020, en 2019, la funcionaria participó en 12 comisiones en representación de México, como parte del equipo de Seade Kuri; entre ellas las seis destinadas a negociar el tratado trilateral más importante del país en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Del 10 al 12 de abril del año pasado estuvo presente en la 11 US-México CEO Dialogue y en la Cumbre Empresarial de Inversiones en México, en Mérida, Yucatán, en las que también asistieron los mexicanos: “Carlos Salazar Lomelín, Guillermo Vogel Hinojosa, Marcelo Ebrard Casaubón, Carlos Urzúa García, Alfonso Romo Garza, Eugenio Nájera Solórzano, Olga Sánchez Cordero Dávila, Alfonso Durazo Montaño”, y los extranjeros: “Thomas Donohue, Patrick Ottensmeyer y David Bohigian”.
La segunda comisión en la que Martínez Miranda tuvo injerencia fue para cubrir las reuniones con el cónsul general de México en los Ángeles; con el arzobispo de los Ángeles, José H Gómez; la visita al museo de Arte del Condado de los Ángeles; la conferencia Global del Milken Institute; el encuentro con el alcalde de los Ángeles, Eric Garcetti; el panel “Economic Prosperity In the Americas” de la conferencia global Milken Institue; la inauguración de la biblioteca del Consulado General de México en los Ángeles, y la reunión con académicos e investigadores de RAND.
Esta gira en Los Ángeles, California, sucedió del 26 al 29 de abril de 2019, y también participaron el subsecretario Jesús Seade Kuri, José H Gómez, Diana Magaloni, Antonio del Valle y Carlos Bremer. Y “de otro país: Michael Govan, John Kluge, Mike Milken, David Macnaughton, Ed Royse. Y académicos e investigadores de RAND”.
Del 19 al 21 de junio del año pasado, la funcionaria viajó a Nueva York para asistir a las reuniones con miembros de la Cámara de Comercio México-Estados Unidos; con miembros de la Americas Society and Council of the Americas; miembros de la Diáspora Mexicana Calificada; una entrevista con Bloomberg News; un panel en el marco del lanzamiento de la Red de Inversión para Refugiados; y la reunión de trabajo en el Consulado General. Otros mexicanos que asistieron fueron: “Jorge Islas López, subsecretario Jesús Seade Kuri, Rosa Ertze, Alejandro Ramos, Viviana Juárez Mondragón, Gerardo Izzo Rivera, Juan Carlos Rodríguez Muñoz, Johannes Jácome Cid, Alexia Núñez Bachmann, Claudia Quiroz Mercado, Jorge Tuddón Meza, Jacobeth Hernández Mendoza, Josana Tonda Salcedo, Arlett Montes Reyes, Luis Bardo Guzmán, Daniel Garza Rodríguez”. Y “de otro país: Tom Suozzi, Bill Pascrell”.
Además, participó en la reunión en el Consulado del Paso, Texas, y asistió a ceremonia luctuosa en Ciudad Juárez, Chihuahua, y al Consulado General de México en El Paso, del 14 al 15 de agosto en compañía de Seade Kuri.
Para el 6 de septiembre de 2019, Olga Martínez asistió al subsecretario en la conferencia “El impacto del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá en la reforma laboral”, en el marco del Congreso Estatal de la Reforma Laboral, en Chihuahua, Chihuahua. Y en los Ángeles, Estados Unidos, participó en reuniones con líderes comunitarios, hombres de negocios e inversionistas, así como en una conferencia magistral en la Cámara de Comercio de los Ángeles y en la inauguración de la Comisión México-Los Ángeles.
Del 9 al 12 de septiembre de 2019 viajó a Washington, DC, para llevar a cabo reuniones con el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, “para dar seguimiento relativo a la ratificación del T-MEC”. En ese viaje también asistió a la Embajada de México en Washington. Otros mexicanos que viajaron fueron: Seade Kuri y Marcela Celorio. Y participaron “de otro país: Robert Lighthizer. Y líderes comunitarios, hombres de negocios e inversionistas, líderes y personalidades de la comunidad artística, cultural y filantrópica”.
Entre el 16 y 17 de octubre del año pasado, la funcionaria brindó “asistencia general al subsecretario para América del Norte en reuniones con la Embajada de México en Washington, DC, así como en las reuniones relativas a la aprobación del T-MEC y con diversos congresistas [estadunidenses]”. Sólo viajaron ella y Seade Kuri.
También se justificó como “asistencia general en la Cumbre de Negocios sobre el Proceso de Ratificación del T-MEC” su viaje a Quintana Roo entre el 21y el 22 de octubre del año pasado. Además de Olga Martínez, otros “mexicanos [que asistieron fueron]: subsecretario Jesús Seade Kuri, Jiménez Pons, Gustavo de Hoyos, Miguel Torruco, Carlos Joaquín González, Fausto Costa, Carlos Salazar Lomelín, Juan Acra, Jorge Torres y Andrés Rozental. Y “de otro país: Christopher Landau, Eric Martin, Braian D Hancock, Rik Willard, Simón Pedro Barceló, Rafael Gallego Nadal, jhon Padilla Alma Caballero, Dan Ciurak y Patrick Ottensmeyer”.
Además, en el marco de las reuniones de seguimiento al proceso de ratificación del T-MEC, la jefa de la Oficina de Seade viajó con éste a Washington, DC, en cuatro ocasiones para “asistencia general”: del 12 al 14 de noviembre; del 26 al 29 de ese mismo mes, cuando también asistieron a Otawa, Canadá, para esos mismos fines de negociación comercial en nombre de México; del 3 al 7 de diciembre; y del 15 al 16 de ese mismo mes.
De acuerdo con las denuncias, Olga Martínez Miranda carecería del perfil adecuado para el puesto no sólo por su falta de estudios universitarios, sino porque su experiencia laboral previa fue en tareas de difusión cultural y apoyo en festivales en el municipio de Ecatepec y la alcaldía Miguel Hidalgo. Nada de ello involucró relaciones internacionales ni comerciales.
Fuentes de la Secretaría de Relaciones Exteriores consultadas por Contralínea refieren que cuando ella se integró al equipo de Jesús Seade en el periodo de transición, su influencia sobre él se hizo sentir al instante. En pocos días desplazó al resto del equipo, entre ellos un profesor en Washington, DC, especialista en comercio internacional; y una especialista en migración entre México y Estados Unidos con amplia experiencia de gobierno. Así, Olga Martínez quedó como único soporte del economista Jesús Seade.
La denuncia ante el Órgano Interno de Control en la SRE en contra de Martínez Miranda, incluye el testimonio de un funcionario en el que se describe la forma en cómo la funcionaria lo forzó y a otras personas a realizar testimonios falsos y agravantes en contra de otro funcionario que se había negado a cumplir con sus exigencias.
Otro testimonio asentado en la misma queja asegura que la funcionaria evitaba que los documentos relativos a denuncias similares fueran ingresados al archivo oficial, como debe suceder por ley: “esos documentos eran conservados en un archivero privado bajo su control”. No obstante, la Función Pública no ha resuelto ninguna de las denuncias que involucran a Martínez Miranda.
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Por mensajería de Whatsapp, Olga Martínez Miranda accede a dar su versión sobre los señalamientos hechos en las denuncias. Sin embargo, con el paso de la conversación se va retractando. Primero asegura: “desconozco si cuento con algún procedimiento administrativo de cualquier tipo, sólo sé que Roberto Valdovinos [extitular del Instituto de Mexicanos en el Exterior] me amenazó con hacerlo si no desistía de lo que él llamó una cruzada en su contra.
“Los documentos que posees son una historia académica de 1996 del CCH Naucalpan que conservo en mi domicilio por valor sentimental, que no son parte de mis documentos educativos con los que trabajo, y que solamente pudieron haber sido obtenidos de manera ilegal. Así como un currículum vitae ingresado a la delegación Miguel Hidalgo en 2012, publicado en el portal de transparencia de ese gobierno, ya que como menciona tengo más de 20 años de trayectoria en el servicio público.
“Es importante señalar que no he presentado certificado alguno de titulación, ya que no lo poseo, así como que no hay currículum ingresado en la SRE en el que mencione ser licenciada en comunicación. El único cambio al respecto es una adición realizada recientemente a la información académica, se adiciona al previo de licenciatura en derecho en trámite, el estar en proceso la licenciatura en gestión de la administración pública, con sus documentos comprobatorios correspondientes como requisito de ley para comprobar mi formación académica.
“Aclaro también que no soy asesora en la Subsecretaría: cumplo las funciones de secretaria particular [con un sueldo de 122 mil 930 pesos cuando ingresó, y que se ha reducido a 81 mil 919 pesos], cuyo marco de acción está detallado en el Manual y el perfil de puesto correspondiente de la SRE, al cual me he apegado. Cabe mencionar que dicho marco de acción ha tenido modificaciones, mismas que están en proceso de aprobación y están de acuerdo a la reorganización de la Administración Pública Federal, en las cuales se detallan mis labores organizativas y de seguimiento. Éstas implican hacer llegar información al subsecretario así como la asistencia general a éste, en los casos que es necesario viajar con él fuera del país, como fueron los que mencionas [las negociaciones del T-MEC] y otros más; éstos siempre son autorizados según los marcos legales correspondientes.”
Cuando se le envía la liga oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores donde consta el currículum modificado –ahora con la licenciatura de comunicación– para que se pronuncie al respecto, se retracta de que la aclaración escrita previamente sea para publicación, a pesar de que la reportera nunca pactó con ella el anonimato y que lo que se le solicitó fue su versión para contrastar la información previo a la publicación del reportaje, como parte de los principios éticos del periodismo.
Y aunque en dos ocasiones se niega a comentar sobre ese otro currículum, finalmente dice: “tengo todos los documentos que prueban que CV fue ingresado a la SRE de mi parte. Insisto, tengo TODO para comprobar que ES FALSO [sic]”. Ello, a pesar de que la página que se le comparte es de la propia secretaría de Estado y claramente se le atribuye a ella.
Se le explica que también se cuenta con información de la SEP que indica que no hay ningún trámite de titulación en su nombre, que el certificado obtenido por la Ley General de Transparencia [sobre su licenciatura en derecho supuestamente cursada en el Instituto Mexicano de Regularización, plantel Tacubaya] no tiene validez y que tampoco hay registro de sus estudios de bachillerato. Sin presentar ninguna prueba y claramente a la defensiva, Martínez Miranda reitera que se trata de un intento por difamarla.
Se le pregunta si es la SEP quien quiere difamarla, pues son informaciones oficiales de esa dependencia las que se tienen en poder de esta publicación. “Quien sostenga que son falsos”, responde.
Indica que su versión on the record es la siguiente: “todo lo que señalas son hechos que pueden ser imputables a servidores públicos en la comisión de delitos, por lo tanto lo que tengo que decir es que tengo todos los elementos para defenderme ante las autoridades correspondientes cuando sea necesario, así como actuar con elementos frente a quien afecte mi reputación laboral y profesional. Yo he hecho todo lo necesario para la evolución de mi proceso académico con los medios disponibles a mi alcance y cuento con las credenciales para realizar las labores de mi cargo”. Y luego agrega: “soy una servidora pública con 20 años de experiencia”.
Como se le insiste respecto de las inconsistencias en su documentación y de las denuncias ante Relaciones Exteriores y la Función Pública, ofrece mostrar su certificado de bachillerato. Sin embargo, cuando se le propone en varias ocasiones una reunión para ello y para que muestre las otras documentaciones, ya no acepta.
“Es muy simple, según entiendo todo está fundamentado en que mis documentos son ‘apócrifos’, y que por tanto no tengo las credenciales para trabajar ahí. Es muy simple, no lo son, y en caso de ser necesario los demostraré ante las autoridades”, señala.
Ante la insistencia de que se pronuncie sobre las informaciones oficiales tanto de Relaciones Exteriores como de la SEP, dice: “bueno conoces mi currículum y las cosas que tengo que hacer, es claro que cuento con las credenciales, no estaría ahí trabajando con quien trabajo”. Por el contrario, se le responde que precisamente porque se desconoce su currículum se le está consultando su versión con todo lo que a su derecho convenga. Pese a ello, Olga Martínez Miranda ya no accede a una reunión para que muestre las documentaciones que asegura tener y que supuestamente desmienten las denuncias ante la SRE y la SFP.
Previamente, asegura que todo esto es parte de “una narrativa que ha venido circulando ‘anónimamente’ desde febrero”, la cual atribuye a Roberto Valdovinos, extitular del Instituto de Mexicanos en el Exterior.
Agrega: “es de mi conocimiento que fueron enviados de manera ‘anónima’ desde febrero a diversos periodistas dichos documentos, acompañados de una narrativa que tiene la intención de difamar y que de mala fe está ‘respaldada’ con una serie de documentos usados fuera de contexto con la intención de falsear la realidad.
“Te comento que no he de obviar el contexto de su ‘difusión’, hecha en medio del despido de un servidor público adscrito a la Subsecretaría para América del Norte, y que en sus últimos días en SRE se dedicó a difamarme con dichas acusaciones, y señalarme como la ‘artífice’ de sus más de 14 denuncias presentadas por diversas mujeres por acoso laboral vía insultos, humillaciones y violencia verbal, lo cual quedó plasmado en la prensa nacional.
“Es claro para mí que esto es un acto más de su misoginia. Su actuar contra mi persona ha sido constatado en una columna de la periodista Denise Dresser, en donde señala: ‘Si yo me entero quién es el traidor que está dando información a la Subsecretaría para América del Norte, se las va a ver conmigo’.
Consultado por Contralínea sobre esos señalamientos, Valdovinos sólo responde: “en efecto, el 30 de enero de 2020 presenté una denuncia contra Olga Martínez por hostigamiento, corrupción y falsificación de documentos, la cual está en curso de investigación en el Órgano Interno de la SRE. Sin embargo, no me corresponde juzgar lo que merece atención mediática. Yo sólo puedo hablar de la corrupción de que fui testigo en el actuar diario de Olga Martínez”.
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