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A días de ser expulsado del Partido Acción Nacional, el expresidente Fox espera tener otro sexenio de impunidad. Sus correligionarios que ahora lo tachan de “desleal”, “rancio” y “miserable” son los mismos que hace 12 años lo llevaron al máximo cargo de representación popular en México, y que desde 2007 lo han mantenido al margen de la ley. Aún sin castigar, los excesos que cometió en la Presidencia: la remodelación de Los Pinos a favor de un amigo, los lujos de Marta Sahagún con cargo al erario, los negocios de los hijos de la otrora “pareja presidencial”.
A menos de cinco meses de las elecciones presidenciales y a un mes del veto publicitario que impone la Constitución, el gobierno federal “donó” 7 millones 800 mil pesos a los patronatos del duopolio televisivo: Fundación Televisa y Fundación Azteca, revela un informe de la Secretaría de Hacienda. En lo que va del sexenio de Calderón, más de 9 mil millones de pesos del erario han sido entregados a asociaciones civiles, fundaciones, sindicatos, gobiernos estatales y municipales.
Miguel Márquez y Juan Ignacio Torres Landa, de Acción Nacional y del Revolucionario Institucional, respectivamente, se disputan el gobierno de Guanajuato. Luego de 20 años de administraciones panistas, el “voto de castigo” podría regresar al priísmo. Juan Manuel Oliva, extitular del Poder Ejecutivo local y miembro del equipo de campaña de Josefina Vázquez Mota, es acusado de supuesta malversación de fondos públicos. La “izquierda” electoral, dividida y sin oportunidad en la contienda
Rolando Zapata, candidato priísta, encabeza las preferencias electorales en Yucatán. Le siguen Joaquín Díaz, del PAN; Eric Villanueva, del PRD; y Olivia Guzmán, de Nueva Alianza. La lucha por el gobierno de la entidad parecería un round de sombra entre el exgobernador panista Patrón Laviada, investigado por el supuesto delito de lavado de dinero, e Ivonne Ortega, la actual titular del Poder Ejecutivo que se retira en medio de cuestionamientos por corrupción
Miguel Ángel Mancera, candidato de las “izquierdas” electorales a la jefatura de gobierno del Distrito Federal y favorito en las encuestas, promete transformar a la Ciudad de México en marca. Con un diagnóstico positivo de las administraciones perredistas, se declara a favor de los megaproyectos como la Supervía Poniente y Biometrópolis. Sin ser militante perredista, el exprocurador capitalino garantiza la continuidad de la administración de Marcelo Ebrard
Exgobernadora de Tlaxcala, exlíder nacional del PRI, exdiputada federal, exsubsecretaria de Gobernación, exdirigente de la CNC, Beatriz Paredes Rangel aspira por segunda vez consecutiva a la jefatura de gobierno del Distrito Federal. Segunda fuerza política en la ciudad, aunque muy lejana de la primera, el Revolucionario Institucional enfrenta la contienda por la Ciudad de México en medio del reclamo social y el repudio al candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, y con una candidata que, no obstante su trayectoria, nunca ha ganado un cargo por elección popular, como señala Cuahutémoc Gutiérrez, el zar de la basura y su principal contrincante al interior del partido
Con las posiciones de criminalización de las mujeres que abortan y de discriminación ante parejas del mismo sexo, el panismo capitalino pugna por colocar a María Isabel Miranda de Wallace al frente del Gobierno del Distrito Federal. Sin representatividad, tercera fuerza política en la ciudad y en medio de una crisis en la que se le señala como el partido que llevó al país a un Estado de terror, Acción Nacional buscó salvar su registro en el DF con una candidatura “ciudadana”
De los candidatos, es el único que ha prometido romper con la política económica e internacional desarrollada por México en los últimos sexenios. Sin embargo, en el análisis del historiador, economista y sociólogo Carlos Antonio Aguirre Rojas, se trata de apenas cambios cosméticos que no responden a las exigencias de los movimientos sociales de izquierda.
El PRI intenta regresar a la Presidencia de la República sobre el desastre de las administraciones panistas y un cúmulo de promesas poco viables. La carta del Partido para regresar al poder se funda en la necesidad de “cambio”en un país con profunda crisis social y económica, señalan politólogos.
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