Parte I: Soya transgénica invade México
Parte II: Soya transgénica, riesgosa para la biodiversidad mexicana
⇒ Parte III: Conabio perdió el carácter vinculante de sus opiniones durante el panismo
Funcionarios de la Conabio y de la Cibiogem señalan que con las autorizaciones de soya transgénica se está violando la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. Y es que los cultivos han desbordado los poligonales originales autorizados. Sin justificar, la razón por la cual desde el sexenio pasado la opinión de la Conabio dejó de ser “vinculante” en materia de autorización de siembra de transgénicos
/Tercera parte
La siembra de 253 mil hectáreas de soya transgénica violan la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados, como lo afirman en entrevista Francisca Acevedo Gasman, subcoordinadora de Análisis de Riesgo y Bioseguridad, y Elleli Huerta, coordinadora de Recursos Biológicos y Genéticos, ambas de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Álvarez Morales, secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, reconoce que sobrepasar los límites de las poligonales liberadas representa una violación a la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. “Está bien, que los quiten de ahí, ése no es ningún problema. Hacemos la revisión. Si está sembrando fuera del lugar de donde se le dio el permiso es ilegal, que los multen, que les cobren, que los sancionen como dice la ley”.
La Conabio apunta que en las tres regiones, algunas de las liberaciones para la siembra comercial fueron realizadas en zonas que no aparecen como de uso de suelo agrícola, de acuerdo con la cartografía utilizada (Conjunto de datos vectoriales de la carta de uso del suelo y vegetación, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 2009).
El análisis y la evaluación de riesgos de las dependencias mencionadas fueron invalidadas por Juan Rafael Elvira Quesada a unos días de dejar el cargo, como titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en noviembre de 2012.
Un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de noviembre de aquel año eliminó la palabra “vinculante” del Reglamento Interior de la Semarnat, que daba carácter de obligatoriedad a la opinión de los expertos de las instituciones y/o comisiones.
La organización no gubernamental ambientalista Greenpeace denunció ante el Órgano Interno de Control de la Semarnat a los funcionarios de esta Secretaría que firmaron los permisos de siembra de soya y maíz genéticamente modificados: Alfonso Flores, director General de Impacto y Riesgo Ambiental, y Mauricio Limón, exsubsecretario de Gestión para la Protección Ambiental, por dejar sin efecto las opiniones de los expertos, imputación que no ha sido resuelta.
Cuando se le pregunta al secretario ejecutivo sobre la opinión de la Conabio acerca de que esta Comisión dejó de ser “vinculante” recientemente, responde, tajante: “Por alguna razón será”.
Y agrega: “Hay opiniones que uno dice: ésa no está sustentada, ésa no es la correcta… Yo siento que algunas opiniones de [la] Conabio son del ámbito económico. Si me dicen que está afectando de manera importante o de alguna manera a la biodiversidad que me digan cómo, o que digan cómo en su documento”.
—¿Ustedes podrían demostrar que no hay ningún problema?
—Casi el 90 por ciento de la soya que se está sembrando en el mundo es transgénica. ¿Dónde están los elementos de cualquier parte del mundo que nos digan que hayan causado problema? Que alguien explique cómo una planta que es idéntica a la convencional –excepto por un gen– me va a destruir la biodiversidad y me va a causar toda clase de cosas. Van 16 años que se siembran estos materiales donde están. En la Unión Europea están aprobados para el consumo. Están los dictámenes de EFSA [European Food Safety Authority], de la FDA [Food and Drug Administration, estadunidense], de Australia, de todos lados que dicen, “este producto no tiene más riesgo que el convencional”. Para propósitos prácticos son idénticos desde el punto de vista de inocuidad y en eso nos basamos. Cualquiera que esté autorizado en México o en el mundo es porque cumplió ese requisito.
—¿Hay posibilidades de revisar esa autorización?
—Si salen nuevos elementos, sí.
—¿Cuáles?
—Si hay elementos que nos digan que hay daños al medio ambiente o a la biodiversidad habrá que revisarlo, si no, no veo por qué.
—¿Pero una vez que ya esté sembrado el grano?
—No, eso es previo, para saber si se da o no el premiso. Actualmente no hay nada sembrado. Estuvo la autorización, pero se da por ciclos. Para 2013 seguramente tendrán que hacer otra solicitud.
Infografía:
Fuente: Contralínea 325 / marzo 2013