Politólogos y sociólogos expertos en seguridad nacional coinciden en cinco amenazas y riesgos para México en el año que inicia, adicionales al de la enfermedad de jefe de Estado, Andrés Manuel López Obrador, quien dio positivo a Covid-19 el pasado domingo 24 de enero y con síntomas muy leves, de acuerdo con el reporte de la Secretaría de Salud.
Destacan un posible rebrote del SARS-CoV-2 con cepas que no cubran las vacunas y las probables tensiones en la relación con Estados Unidos. Los otros tres son el colapso de sectores económicos enteros, un proceso electoral violento, y las consecuencias de haber anclado, por décadas, toda la economía mexicana a la estadunidense cuando ésta se encuentra en declive frente a la china.
Otros riesgos que, por separado, también señalan los investigadores son los efectos y la profundización de una sequía que lleva 3 años y que podría llevar a la quiebra del sector agrícola; el narcotráfico y otras expresiones de la delincuencia organizada; la crisis migratoria; la conflictividad causada por los megaproyectos, y el ascenso de movimientos de ultraderecha o de corte fascista.
Se trata de una agenda de 10 puntos que deberá hacer frente el gobierno de López Obrador, donde la salud del presidente también es un tema emergente de seguridad nacional. Lo anterior, luego de que el titular de Ejecutivo diera positivo a las pruebas de antígeno y PCR para detectar al virus SARS-Cov-2 en su organismo y ser diagnosticado con Covid-19.
Guillermo Garduño Valero, doctor en sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en América Latina por la Universidad de Pitsburgh, observa como principal riesgo a la seguridad nacional de México la pandemia de Covid-19.
En entrevista con Contralínea, el experto en seguridad nacional y Fuerzas Armadas advierte de los riesgos asociados al coronavirus que –hasta la última semana de enero– ha dejado más de 110 millones de personas contagiadas y 2 millones 300 mil muertes en el mundo, y más de 1 millón 800 mil casos positivos y 160 mil decesos en México, de acuerdo con los registros de la plataforma de estadísticas mundiales Worldometer.
Conferencista en el Colegio de la Defensa Nacional, la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional y el Centro de Estudios Superiores Navales, Garduño Valero advierte que el coronavirus no está aún bajo control en el mundo y todavía podría sorprender a la humanidad. Se refiere a las probables mutaciones que terminen por generar nuevas cepas más dañinas o mortales o que, incluso, las vacunas desarrolladas no funcionen ante estas probables nuevas versiones.
Adscrito a la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el investigador dice que ninguna agencia de seguridad nacional del mundo descarta “un rebrote, que haya una nueva cepa que definitivamente sea más dañina y mortal que la anterior”. Una situación de ese tipo incrementaría de manera exponencial el número de muertos.
Un escenario como el anterior podría devenir en una pandemia muy lejos de que pueda ser controlada por las instituciones del gobierno mexicano, observa por su parte Carlos Luis Sánchez y Sánchez. El doctor en investigación en ciencias sociales, con mención en ciencia política, por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte de “una pandemia sin control”.
Más aún cuando, a su parecer, la estrategia de vacunación no es clara como no lo ha sido la de comunicación para detener los contagios. De hecho, considera “errático” el discurso de exhortar a que se use el cubrebocas cuando quien ostenta el mayor cargo del poder público, el presidente López Obrador, no lo usa.
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo no se ha registrado una nueva cepa del virus, es decir, una mutación de tal magnitud que se pueda considerar un organismo distinto. En tal caso, sería un nuevo virus no susceptible a las vacunas que se acaban de desarrollar.
Lo que sí hay circulando por todo el mundo son cientos de variantes, es decir de mutaciones del virus que no logran constituir una nueva cepa. A la OMS le preocupan en estos momentos tres variantes. La primera de ellas es la denominada B.1.1.7, detectada por primera vez en el Reino Unido. Presenta una cantidad elevada de mutaciones y se propaga con mayor rapidez que las demás variantes.
Una segunda variante motivo de preocupación es la denominada 1.351. Fue detectada en Sudáfrica por primera vez. Mantiene características similares a la del Reino Unido. La tercera surgió en Brasil, denominada P.1. Las mutaciones de esta variante podrían proporcionarle la ventaja de no ser reconocida por los anticuerpos.
Un rebrote que no pueda ser controlado y que coloque al mundo en una situación aún peor que la de marzo pasado está en las agendas de riesgo de todos los países. Y, a decir de Guillermo Garduño, sería desastroso para México, con un sistema sanitario insuficiente, agotado y, por momentos, a punto del colapso.
Pero Valeriano Ramírez Medina, doctor en ciencias políticas y sociales por la UNAM, dice que sobre México se cierne una crisis sanitaria no sólo por el nuevo coronavirus. El profesor-investigador adscrito al Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la misma Universidad, señala que México vive una crisis sanitaria más allá de la pandemia. Explica que las enfermedades crónico degenerativas no se han atendido por varias décadas y ahora el sistema hospitalario resulta insuficiente.
El problema será mayor en los próximos meses porque se están postergando las citas médicas de los pacientes con hipertensión, diabetes, cáncer u otro tipo de enfermedades que necesitan un seguimiento adecuado. Por ello, señala que se debería de contar como muertes ocasionadas por la pandemia no son sólo las de personas que fenecen víctimas de Covid-19, sino de aquellas que mueren por otras afecciones y que “no se les dio cita en sus hospitales ni un seguimiento adecuado a los tratamientos”.
Explica que vendrán más problemas socio-sanitarios asociados a padecimientos no atendidos.
México se encuentra en un replanteamiento de su relación con la mayor potencia del mundo, su principal socio y con quien comparte una frontera de 3 mil 169 kilómetros: Estados Unidos. Por su parte, los estadunidenses se encuentran en un accidentado cambio de gobierno con la llegada de Joe Biden y la salida de Donald Trump.
Destaca en la nueva relación bilateral el alejamiento del gobierno de Andrés Manuel López Obrador de las alianzas en materia de “seguridad” y “combate al narcotráfico” impulsadas por Estados Unidos con el acuerdo de las administraciones emanadas de los partidos Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI).
El actual presidente mexicano ha dicho que se enfocará en alianzas para el desarrollo antes que las de seguridad, que están en la agenda de Estados Unidos.
De hecho, para Victoria Livia Unzueta Reyes, doctora en estudios políticos europeos y euroamericannos, el problema “fundamental” para México en 2021 será el de la relación con Estados Unidos.
La especialista en seguridad y Fuerzas Armadas explica que el cambio de gobierno en Estados Unidos coloca a México en una stuación complicada. Si bien con Trump la relación podía tener momentos de estridencia y tensión, se había alcanzado una estabilidad. Ahora Biden irá en sentido contrario a varias de las políticas desarrolladas por López Obrador.
Unzueta Reyes considera que, por ejemplo, el gobierno de Biden no verá con aprobación la desaparición de los órganos autónomos de la Administración Pública Federal mexicana que impulsaron los propios estadunidenses en nuestro pías desde hace varios años, incluso alguno de ellos contemplados en el Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá (Tmec).
Se refiere a instituciones como la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) o el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), criticados por el presidente de la República por onerosos e ineficientes. Y de los cuales ha ordenado una revisión para valorar su desaparición.
Luego de la primera conversación telefónica sostenida entre ambos presidentes, el 23 de enero, se disiparon las preocupaciones más graves. Aparentemente y, de acuerdo con lo informado por ambos gobiernos, coincidieron en los temas propuestos por México: atención a las causas de la migración en Centroamérica, respeto a los migrantes mexicanos en Estados Unidos y fortalecimiento de la alianza para el desarrollo.
Nada se dijo sobre el diferendo por el trabajo de la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por su sigla en inglés), de la expulsión de los agentes armados y encubiertos que implica la reforma a la Ley de Seguridad Nacional ni sobre el replanteamiento de la cooperación en materia de narcotráfico.
Además, de estos temas que generan tensión, Livia Unzueta agrega uno más: los estadunidenses exigirán políticas de mayor financiamiento a la ciencia y contrarias al cambio climático. “El asunto es cómo vamos a cambiar todo esto, sin cambiar el Tratado, sin cambiar las relaciones con los Estados Unidos”.
A este respecto, Valeriano Ramírez Medina prevé conflictos comerciales a causa de lo firmado en el Tmec. Los estadunidenses consideran que tienen un margen de intervención en México y podrían recurrir a sanciones en caso de que consideren que el gobierno mexicano no cumple con al tratado comercial.
Coincide el politólogo, sociólogo y comunicólogo Carlos Luis Sánchez y Sánchez. Si Donald Trump mostró poco interés en disposiciones del Tmec, Biden será “más quisquilloso con su cumplimiento”. Destaca, como ejemplo, las cláusulas para que los obreros mexicanos tengan más garantías del cumplimiento de sus derechos y la presencia de inspectores de ese país que verifiquen las condiciones laborales.
“Los demócratas estuvieron muy atentos de que se incorporaran estas cláusulas para proteger a los sindicatos estadunidenses, que están muy ligados al Partido Demócrata”, observa el también integrante del Consejo Técnico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Pero los retos de la relación con Estados Unidos se complican más cuando se tiene en cuenta que México atraviesa una crisis de generación de embajadores, cónsules y especialistas en las relaciones exteriores de México, advierte Livia Unzueta Reyes.
Autora de Themis Armada: la construcción del Sistema de Justicia Militar (Cámara de Diputados, 2019), explica que hoy se padecen las consecuencias del paulatino pero sostenido desmantelamiento de la diplomacia mexicana en los últimos 30 años. “Le queremos apostar ahora a la profesionalización de la diplomacia, pero no la hemos formado en los últimos 30 años. Lo que tenemos es una diplomacia que se formó antes del año 2000, en una circunstancia diferente a la que estamos viviendo”.
Garduño Valero explica que la relación del gobierno de López Obrador con el de Joe Biden inicia con desencuentros. El mexicano fue visto por algunos sectores como alguien que prefería a Trump como vecino y “perdió”.
Aunque el fondo de las disputas con que inicia la saga López Obrador-Biden es una replanteamiento en toda la relación bilateral, el presidente mexicano arrastra su “amistad” con Trump, observa.
Otro de los mayores riesgos es el del colapso económico. Guillermo Garduño señala que se trata de una derivación de la propia pandemia. Observa que es imprescindible que se reactive la economía, pues 6 meses más de paro económico “traerían colapsos extremadamente fuertes”.
El especialista explica que aún no se ha tocado fondo en materia económica de la emergencia sanitaria. Advierte que medio año más con medidas de contención como las que implican los colores rojo y naranja del semáforo sanitario provocaría una crisis que no podrá superarse en años o décadas.
Los colores rojo y naranja del semáforo sanitario implican que sólo se pueden realizar las actividades económicas esenciales. Lo anterior para garantizar el distanciamiento social y frenar la transmisión del virus de persona a persona. Pero los estragos en todo el mundo se han saldado con un crecimiento mundial negativo superior al 7 por ciento en 2020. De acuerdo con cifras preliminares del Fondo Monetario Internacional, México habría caído alrededor del 9 por ciento el año pasado.
Un escenario, en el que se tenga que mantener el cierre económico por otros 6 meses sería “desastroso”, observa Garduño Valero. En primer lugar, se presentaría una insuficiencia de la recaudación de impuestos, “porque no hay de dónde recaudar”; segundo, una inflación que sería imparable; tercero, el colapso del aparato productivo, particularmente del sector de exportaciones y, “algo que es más grave”, el colapso del sector enfocado a satisfacer las necesidades del mercado interno. No habría posibilidades de adquirir lo necesario ni siquiera a altos precios, explica.
Advierte que los procesos de inversión en todo el mundo no se vislumbran que vayan a ser de manera inmediata.
Por su parte, Valeriano Ramírez señala que se trata de un problema mundial pero que, por las características de México, en este país podía presentarse una crisis más profunda. Por ello, considera que México debe poner en marcha un programa de incentivos a la inversión que genere empleos.
Victoria Unzueta explica que México es más vulnerable a las crisis económicas, pues durante las últimas décadas generó una relación casi exclusiva y excluyente con Estados Unidos. Ahora paga los costos de haberse alejado de Latinoamérica. Sería más fácil para el país responder a la crisis con relaciones diversificadas y, específicamente, con América Latina podría haber generado desarrollo comercial y económico, pero también científico, cultural y de intercambio de profesionistas que hoy sería muy valioso.
La disputa política se recrudecerá, pues 2021 es año de contiendas electorales. Guillermo Garduño observa una primera condición que hacen de las elecciones de este año uno de los riesgos a la seguridad nacional. Se trata de las flaquezas del partido en el gobierno y el que mayor número de votantes tiene: el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Advierte que Morena no goza de madurez, capacidad de organización y, particularmente, de disciplina. “Lo que veo es que los peores enemigos de Morena están dentro de Morena”. Las rupturas se han multiplicado sólo porque todos quieren ser candidatos. Los ganadores no tienen voluntad de negociar y los perdedores no aceptan perder. Todos se creen con el derecho de aparecer en las papeletas.
Mario Delgado llegó a la presidencia nacional de Morena el 5 de noviembre pasado, luego de un ríspido proceso al interior del partido y bajo acusaciones de fraude. Lo que siguió fueron las designaciones para las candidaturas al gobierno de los estados que estarán en disputa electoral. Ninguno de los proceso ha sido terso.
Este tipo de rupturas no benefician a nadie, ni siquiera a la oposición, pero terminan perjudicando todo el sistema político. Explica que la incapacidad de negociar de Morena podría generar una parálisis política, gane o pierda. Además, en estas elecciones ya estará, de manera subyacente, una lucha por ver quién sucederá a López Obrador en la Presidencia de la República.
El próximo 6 de junio se celebrarán en México elecciones federales para renovar a una de las Cámaras del Poder Legislativo, la de Diputados. Estarán en juego 300 diputaciones por el cargo de mayoría relativa y 200 por el de representación proporcional.
Además, 15 estados de la República elegirán gobernador: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. En 29 se renovarán los ayuntamientos municipales y en la Ciudad de México se elegirán nuevos alcaldes.
Ramírez Medina observa que el siguiente proceso electoral podría tener riesgos de violencia ante la polarización de la sociedad. “Esa polarización va a impactar en el tejido social. Ya no hay discurso hacia el medio, ya no hay puentes discursivos sino ‘eres mi amigo o eres mi enemigo’, no hay más.”
Tanto Garduño Valero como Ramírez Medina advierten que el electorado votó en 2018 por Andrés Manuel López Obrador, no por Morena. Y López Obrador no estará ahora en las papeletas. Se entiende que se trata de su partido y que sus simpatizantes lo apoyarán, pero no será la misma historia.
“Una crisis política sería finalmente de credibilidad. Antes ya teníamos una crisis de confianza hacia los partidos políticos y los gobernantes. La gente ahora le quiere creer al presidente. Las campañas buscarán socavar la credibilidad de unos y otros y eso, finalmente, terminará por acabar con la escasa credibilidad de todo el sistema político”, explica Valeriano Ramírez.
El riesgo es que nadie pueda gobernar, expone Guillermo Garduño. La oposición, reunida en el bloque del PRI, PAN y de la Revolución Democrática, no puede articular un programa de gobierno.
“Frente a esas circunstancias veríamos la aparición probablemente de un [Girolamo] Savonarola, levantado por la derecha y que la gente vaya corriendo en torno a él, en cuyo caso todos serían perdedores. Una cosa de esa naturaleza no le conviene a nadie, pero es posible. Así llegaron Hitler, Stalin y no son los mejores escenarios.”
El otro riesgo a la seguridad nacional de México tiene que ver con una situación geopolítica de alcance global. Los investigadores se refieren al ascenso de China como potencia hegemónica mundial. El problema para México son las decisiones y acciones estadunidenses ante tal hecho.
El primero es que Estados Unidos arrastre a México en su caída. El segundo, que los estadunidenses presionen a los mexicanos e intervengan en sus decisiones soberanas para tratar de posicionarse en temas como el energético y otros de tipo estratégico. Vería a los recursos mexicanos como propios para enfrentarse al hegemonía emergente.
“En la medida en que nos afiliamos demasiado con Estados Unidos, nos cerramos puertas en otros ámbitos”, reconoce Garduño Valero. No es que México deba enemistarse con su vecino del norte o que renuncie a su posición geográfica, pero no puede adoptar una posición de subordinado, como si no tuviera una agenda e intereses nacionales propios.
Victoria Livia Unzueta coincide en que “el problema fundamental no está en que tengamos una relación con Estados Unidos, sino en que es la única relación que tenemos”.
Advierte que el mundo se está “bipolarizando”. Lo que México debe hacer es diversificar sus relaciones. “Pero no lo estamos haciendo y eso es un problema que tenemos que afrontar en términos económicos”.
Sin embargo, estrechar la relación con China también implica un riesgo inmediato, explica Carlos Luis Sánchez y Sánchez. El politólogo señala que tal intención provocaría, de manera inmediata, que “la relación con Estados Unidos se viera muy dañada”.
Y es que, dice, por su parte, Valeriano Ramírez Medina, las inversiones tanto de Estados Unidos como de China vendrán condicionadas y, por lo tanto, no necesariamente va a haber generación de empleos. “Van a tratar de cooptar el mercado abatiendo la industria local”.
Guillermo Garduño Valero, estudioso de la seguridad nacional desde hace décadas y autor, entre una decena de libros, de Derechos humanos y seguridad en democracia (Universidad de Guadalajara, 2017), advierte de otros riesgos que deben atenderse puntualmente.
Señala que se acaba el tiempo para los megaproyectos de la presente administración. Tampoco hay recursos suficientes para ellos. En específico se refiere al Tren Maya y al Corredor Transístmico.
El otro problema es el de la sequía. “México está padeciendo la sequía más fuerte del siglo”. Lo anterior podría generar la quiebra del sector agrícola. “Va a crear escenarios tremendos, inconformidades extremadamente fuertes”.
Por parte Valeriano Ramírez Medina señala que el crimen organizado sigue ahí, con poder de fuego y capacidad de desestabilizar al país. Están fortalecido y siguen peleando las plazas. Pero el riesgo mayor es que hagan alianzas con grupos políticos de cara a las elecciones.
Especialista en movimientos sociales, Ramírez Medina señala que los movimientos armados son otro sector no conforme con la 4T. Dice que tendrán actividad, no necesariamente armada, en este año. Se refiere al Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el Ejército Popular Revolucionario, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente y otros.
Considera que crisis como la actual provocan el engrosamiento de las filas guerrilleras. Y es que, según su reflexión, la opción para los que quedan fuera de desarrollo económico “si no es el crimen organizado, son estos grupos armados”.
Aclara que más que representar un riesgo a la seguridad nacional, estos grupos son riegos de inestabilidad política y social.
Carlos Luis Sánchez y Sánchez dice, por su parte, que si bien la mayoría de los movimientos armados no apoyaron a López Obrador, tampoco representan un riesgo para su gobierno. “Veo muy marginal el impacto que puedan tener, a menos que radicalice su discurso y sus acciones. Perdieron esta proyección mediática”.
Victoria Livia Unzueta Reyes destaca los riesgos de carácter externo. “Me preocupa el asunto migratorio. Y no sólo en términos de lo que ha significado en los últimos 2 años la migración centroamericana, las caravanas migrantes que no habíamos visto. Se va a complicar en términos económicos y de violencia”.
Se refiere también a la situación de los migrantes mexicanos que ya están en Estados Unidos. “Tenemos que ser conscientes de que los gobiernos que han sido más duros en términos migratorios han sido los demócratas”, aunque en su discurso sean más amables.
La otra situación es que México empieza el año con un nuevo lugar en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. Se trata de una responsabilidad que implica mayores riesgos que beneficios, considera. De entrada, colocará a México en una situación de mayor enfrentamiento o subordinación a Estados Unidos, no habrá puntos intermedios.
“Cuando estaban impulsando la candidatura de México fue justo en el momento en que Trump estaba pidiendo la actuación de la Guardia Nacional para detener las caravanas de migrantes. Ahora es mucho más complicado dada la frialdad entre Biden y López Obrador y la confrontación por el trabajo de la DEA en México.”
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Principales riesgos y amenazas a la seguridad nacional de México 2021*
Rebrote o aparición de nueva cepa más dañina o mortal, resistente a las vacunas desarrolladas; desatención de las enfermedades crónico-degenerativas
Crisis por colapso de sectores; insuficiencia de la recaudación; inflación creciente; caída de las exportaciones; imposibilidad de satisfacer el mercado interno.
Confrontación por interpretaciones distintas del Tmec; replanteamiento de la colaboración en materia de seguridad; represalias por expulsión de los agentes encubiertos
Indisciplina e incapacidad de Morena; intervención del presidente; estancamiento legislativo; violencia política; polarización social
Condicionamiento de inversiones; presión para tomar partido en la guerra comercial; integración subordinada al bloque estadunidense
Quiebra del sector agrícola; hambruna
Conflictividad social por el Tren Maya, el Corredor Tansístmico y el Plan Integral Morelos; falta de tiempo y recursos para los tres citados y para el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y la nueva refinería
Alianza de grupos criminales con candidatos en las elecciones próximas; mayores confrontaciones entre cárteles; atentados
Incapacidad de atender las caravanas de centroamericanos que traviesan México y deportación de mexicanos desde Estados Unidos; caída de remesas
Aparición de opciones políticas autoritarias, misóginas
*Escenarios de riesgo, elaborados con información de Guillermo Garduño Valero, Valeriano Ramírez Medina, Victoria Livia Unzueta Reyes y Carlos Luis Sánchez y Sánchez
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